La Yoga del Cuerpo Ilusorio de Naropa

Este tema es de vital importancia en Oriente, es  una parte de la vasta colección de lo que se conoce como las “Seis Yogas de Naropa”.

En las Seis Yogas de Naropa encontramos a la práctica del Tumo, la Yoga del Cuerpo ilusorio, la Yoga del Sueño, la Yoga de Deidades o del Mentor,  la Yoga de la luminosidad y la correspondiente a los procesos del Bardo de la Muerte.

La práctica de las Yogas de Naropa es ejecutada normalmente por maestros realizados y yoguis que tienen un avance elevado en la práctica de la meditación y el triple entrenamiento mental  que incluye a la disciplina ética y la visión penetrante  “Pragna”  que es en éste contexto “Sabiduría”.

Para practicar estas Yogas se necesita en primer lugar generar él mérito y las condiciones propicias. Se recomiendan algunas actividades previas (Preliminares) que incluyen el desarrollo de la lucidez en el caso del bardo del sueño, la yoga de las nueve respiraciones, la práctica de purificación de Vajratsatva y la preparación del cuerpo energético (Chakras, nadhis).

Las prácticas anteriores se deben de realizar antes de ejecutar cualquiera de las  Yogas de Naropa.

Cuando practicamos  la  “Yoga del cuerpo ilusorio” nos referimos a la correspondiente al  estado de vigilia, que se comprende como una particular clase de sueño. En ésta se pretende entender al día como un sueño o ilusión que acontece pero no de la manera en la  que la percibimos.

Pero ¿Por qué decimos que es una ilusión?, pues porque de alguna manera abordamos nuestro día o actividades diarias como si fueran reales o percibidas de la misma manera por todas las personas a nuestro alrededor, sin embargo no es así, en realidad cada persona experimenta la vida de manera única e individual, así es como aunque pretendemos conocer como experimentan los demás su diario acontecer lo que en realidad observamos es la proyección de nuestra mente de la realidad de los otros y del mundo fenoménico en general.

Lo anterior no quiere decir que lo que vivimos no existe, sólo es que no existe como a nosotros aparece.

Si lo pensamos un poco, el día a día es una enorme mezcla de proyecciones mentales de todos los que la experimentamos, así que cuando afirmamos que conocemos el funcionamiento de todo lo que acontece tenemos que tomar en cuenta que sólo entendemos una parte del todo, eso es solamente si estamos atentos y conscientes.

Una de las técnicas en la Yoga del cuerpo ilusorio es la de los exámenes de realidad, los podemos es más debemos ejecutarlos en todo momento del día. Lo que debemos cuestionarnos es: ¿lo que experimento es permanente o impermanente?, ¿tiene identidad intrínseca?, ¿es sólido o está compuesto de partes? y finalmente ¿es fuente de felicidad o de dolor?.

Si reflexionamos en las respuestas estaremos comprendiendo como es que en realidad las cosas existen, esto es que nada es permanente, nada tiene identidad intrínseca, todo está compuesto de partes y que si entendemos esto experimentaremos como resultado felicidad y paz.

Parece difícil y lo es solamente porque no estamos habituados a cuestionarnos y a poner en tela de juicio la percepción de nosotros  mismos y de todo lo que nos rodea. Sin embargo al hacerlo entenderemos una infinidad de realidades, por así decirlo, como que no todo lo que pensamos y observamos  es solamente como a nosotros aparece, que cada persona tiene su propia experiencia y que en ese sentido la vida es una ilusión que acontece en nuestra mente y en la de los demás.

Aunque parece enredado es importante poner atención a cada afirmación, analizarla y meditarla una y otra vez.

Recordemos que de ninguna manera se afirma que las cosas no acontecen, solamente es que no suceden como a nosotros aparecen… de manera individual.

Si bien ésta es una práctica que requiere de mucha preparación  es importante entender que si estamos en el sendero de la realización interna y espiritual ya estamos bastantes pasos adelante y que podemos generar una enorme y sincera aspiración para que ésta enseñanza llegue a nuestra vida, con el maestro apropiado, en el lugar adecuado y con las condiciones y circunstancias necesarias para que podamos ser unos buenos  receptores de la misma.

Si algo es cierto es que cada enseñanza llega a nuestra vida cuando estamos realmente preparados para ella, así que mientras tanto sigamos aplicando la atención consciente, la conducta ética y la visión penetrante para que en el momento menos esperado ésta valiosa enseñanza aparezca y permee nuestras vidas. Que así sea.!!!....

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca