Las neuronas espejo, la empatía y cómo nos ayudan a resolver traumas
No hace mucho se descubrió que las neuronas espejo son la base de la empatía emocional. Los científicos por fin han encontrado una explicación racional no sólo a la capacidad para aprender observando –que por cierto no es exclusiva de los humanos-, sino de sentir lo que sienten otros. Se trata de un sistema neuronal que permite hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los demás.
Este sistema es fundamental para vivir en comunidad, es la base de la cultura y nos permite conocer la intención del comportamiento de los demás. Es lo que nos une a los demás, y por tanto, contribuye a que seamos más humanos.
Pero además, desde mi punto de vista, las neuronas espejo no solo ayudan a desarrollar la compasión, sino también a sanar nuestras heridas emocionales.
Para poder sanar una herida emocional es imprescindible revivir la secuencia emocional que la causó, aunque sea en grado menor. Repetir el acontecimiento traumático no suele ser una buena opción por razones obvias, y para eso ya se encarga nuestra psique de evitarlo, a pesar del empuje de nuestro Ser por terminar de cerrar el círculo…
Afortunadamente tenemos más opciones, y podemos dar las gracias a nuestras neuronas espejo por facilitarnos el camino. No necesitamos revivir el trauma, sino que basta con empatizar con alguien que nos cuenta el suyo… Y como todo terapeuta sabe, suelen venir a consulta aquellas personas cuya problemática se relaciona con la propia. Y quien dice consulta, dice conversación entre amigos o cualquier otra situación en la que te relacionas con otro e intentas ayudarle.
Cuando escuchamos de verdad –no tanto pensando en dar una respuesta o consejo, sino con el corazón, sintiendo al otro-, nuestro cerebro se activa de la misma manera como si estuvieras viviendo el problema del otro. La escucha activa es la verdadera empatía, y es por eso que ponerse en lugar del otro duele: estás recreando su pesar.
Desafortunadamente, como no sabemos esto, permitimos que se active nuestra mente, quien rápidamente busca una respuesta racional para dejar de sentir, hipotecando la oportunidad de conexión con la emoción del otro, y por tanto con la propia. Y por consiguiente, dejando pasar una posibilidad de resolver los propios traumas.
Pero la vida, como es sabia, inventó el teatro, las películas, los libros y los videojuegos, no para entretenernos ni controlarnos, sino para que sintamos a través del drama escénico las emociones que hemos querido negar en nuestras vidas, dándonos así otra oportunidad para su resolución. El malestar que nos provoca vivir todo tipo de escenas “ficticias” nos facilita conectar con, expulsar y resolver esas emociones estancadas.
Desde mi punto de vista, la violencia, vicios o adicciones que resultan de un consumo exagerado de videojuegos o de creer real la fantasía de la gran pantalla, no es consecuencia de estos, sino de que ignoramos la oportunidad que tenemos de sanarnos y de que gracias a nuestro hedonismo cultural prima un consumo compulsivo y no la introspección. Pero todo llegará…
Poco a poco iremos viendo cómo la sociedad realiza este cambio de consciencia, desde dejarse llevar por esas imágenes a reconocer su verdadero efecto terapéutico. Pero aún es pronto.
Sólo recientemente empiezan a estar disponibles informaciones de traumas procesados y resueltos en el campo mórfico de los humanos, o lo que es lo mismo, en la consciencia colectiva. Porque sólo en las últimas décadas hemos empezado a procesar nuestros problemas emocionales.
La consciencia colectiva se compone de paquetes de información que definimos como arquetipos o imágenes arquetípicas. Para crear un arquetipo la información debe estar completa en sí misma, es decir, poseer una armonía inherente. Cuando una persona sufre, procesa y resuelve satisfactoriamente un problema emocional, genera un arquetipo, un paquete de información en la consciencia colectiva.
La próxima vez que otra persona se esfuerce en resolver el mismo problema en sí mismo, gracias al poder de su intención, podrá acceder a esa información resuelta, y le costará menos resolver el problema que a la primera persona. Además, cuantas más personas aprovechan esa información, más se afianza ésta, hasta alcanzar el punto de masa crítica en el que el problema y su solución ya no serán tales, sino sólo conocimiento. Pero bueno, éste será tema para otro post en el futuro….
Volviendo a las neuronas espejo, decía que empatizar gracias a ellas nos permite resolver nuestros propios traumas, pero para ello hemos de estar pendientes de sentir el dolor del otro, y no pensar en darle una respuesta. Además, debemos ser conscientes de que cuando ayudamos, estamos ayudándonos a nosotros mismos primero.
AUTOR: Desconocido
VISTO EN: http://www.vivirdesdeelser.com/blog-info/las-neuronas-espejo-la-empatia-y-como-nos-ayudan-a-resolver-traumas