Laudato Si: Cultura del Descarte
Este es un punto importante de varios más que trata el Papa Francisco en su encíclica la Laudato Si.
En realidad él no pretende hacerlo desde una óptica católica, únicamente, sino también analizando de manera profunda todas las vertientes, es una temática que nos incluye a todos, el bienestar de nuestro planeta, que él describe con mucha razón como “La casa común”.
cultura de descarte y egoísmo
Cuando se refiere a la cultura de descarte inicia por la base que es el egoísmo que impera en la actualidad y del cual ya ni siquiera nos damos cuenta o sorprendemos, es lamentable, pero es así.
Hace dos o tres décadas, existían personas para las que las frases “Que lloren en mi casa a que lloren en la tuya…que lloren en la tuya”, “primero yo, después yo y al final yo” o “Navega con bandera de inocente aunque no lo seas”…era algo raro y muy mal visto.
En la actualidad, si encontramos a personas con estas inclinaciones, no nos sorprendemos, al punto de que validamos su actuar sobre todo si recibimos algo a cambio como poder, dinero o cualquier otra retribución económica.
Es en estos momentos que se fortalece la cultura del descarte, cuando dejamos de ver el daño que hacemos a los otros por conseguir nuestros propios objetivos sin importar nadie más. Lo vemos en la calle, cuando caminamos cerca de personas en extrema pobreza y actuamos como si no existieran, pensamos que no hay problema siempre y cuando no se trate de nosotros o de alguien cercano al que cuido y amo.
estilos de vida equivocados
También el Papá hace referencia a los estilos de vida creados para hacernos sentir más cómodos con nuestro actuar, por equivocado que éste sea, por ejemplo, si tenemos una mascota y la cuidamos, de alguna manera sentimos que si nos aprovechamos de los demás no pasará nada al menos ayudamos a un animalito. Claro que es virtuoso ayudar a los demás seres ya sean animales, plantas o humanos pero cada acción es única e individual genera su propia retribución moral, así que de alguna manera todo cuenta y si no tenemos cuidado, la generación del karma negativo se vuelve exponencial, reforzado por nuestras justificaciones, hábitos y excusas.
Desde el punto de vista que lo abordemos, es importante entender que una acción no constructiva lo es, independientemente de que mental y físicamente actuemos como si no lo fuera.
Se dice que “Te puedes engañar a ti mismo pero al universo no”..y tienen razón, sea de lo que se trate o de quien se trate Dios, Budha, Mahoma, Khrisna, Jesús….lo que daña es así, claramente lo observamos en las consecuencias que padecemos como enfermedades incurables, muertes prematuras, o sufrimiento groso y sutil recurrente.
ser honestos con nosotros mismos
La invitación básicamente es a ser honestos con nosotros mismos, a dejar de fingir que los otros, los que están en condiciones de pobreza extrema no existen, dejar de descartarlos y enfocarnos en la generosidad que como fin último nos retribuye tranquilidad y prosperidad en todos los sentidos.
Es verdad que el planeta está siendo afectado por nuestras actitudes, el egoísmo que con un poco de sentido común e inteligencia tarde o temprano se volverá hacia nosotros de manera detrimental, el calentamiento global, la extinción de animales que ayudan a equilibrar el ecosistema, las enfermedades resultado de la contaminación, la basura y la migración de personas de países en guerra a zonas en las que encuentran al menos paz y alimento, todos estos ya son síntomas de que algo estamos haciendo mal y de alguna manera de acuerdo a la ley de la causa y efecto, que cabe mencionar nunca se equívoca volverá a nosotros en la misma o mayor dimensión.
Naturaleza última generosa
Amemos a los otros y a nosotros mismos en el mismo sentido y dirección, tenemos todo el potencial para hacerlo pues nuestra naturaleza última es generosa e incondicional, libre de restricciones y dualidad, lo importante es empezar..así sea de manera gradual la retribución en paz y tranquilidad supera por mucho a la ansiedad e incomodidad del egoísmo. Sólo es necesario elegir…elegir bien.
AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca