Los Apóstoles del Maestro Jesús.

Jorge Ariel

12 Apostoles Transferencia espiritual, es uno de los nombres dados por los Maestros al misterio básico de la iniciación. Cristo Mismo inició la  «transferencia» espiritual. Muy a menudo actuó por medio de otros hombres, llegando a la humanidad por intermedio de Sus doce Apóstoles, considerando a Pablo como el sustituto de Judas Iscariote. Cristo envió a sus apóstoles por el mundo para buscar, guiar y alimentar las ovejas y que se convirtieran en «pescadores de hombres». La relación de los discípulos de Cristo era primero, con un mundo demandante y, segundo, con el Maestro: dicha actitud todavía impera en la Jerarquía, pero con no menos devoción al Cristo. Los apóstoles aprendieron de Jesús sobre el reino de los cielos, y Jesús aprendió mucho de ellos sobre el reino de los hombres, sobre la manera en que vive la naturaleza humana en el planeta Tierra y en los otros mundos evolutivos del tiempo y del espacio. Estos doce hombres representaban muchos tipos diferentes de temperamentos humanos, y la instrucción recibida no los había hecho semejantes. Muchos de estos pescadores galileos tenían una fuerte proporción de sangre gentil a consecuencia de la conversión forzosa de la población no judía de Galilea cien años antes. El Cristo que guió a los doce discípulos, simboliza al zodíaco, y  los apóstoles representan los  signos por los cuales debe transitar el sol: Los Caballeros del Zodíaco.

1. LA SELECCION

Los primeros cuatro apóstoles eran ya conocidos por Jesús, Felipe y Bartolomé se unieron después al grupo.

Andrés

San Andrés

El presidente del cuerpo apostólico del reino, nació en Cafarnaum.  Era el hijo mayor de una familia de cinco: él mismo, su hermano Simón y tres hermanas. Su padre, ya fallecido, había sido socio de Zebedeo en un negocio de desecación de pescado en Betsaida, el puerto pesquero de Cafarnaum. Cuando se convirtió en apóstol, Andrés era soltero pero vivía en casa de su hermano casado, Simón Pedro. Cuando fue escogido como apóstol en el año 26, Andrés tenía 33 años, un año entero más que Jesús, y era el mayor de los apóstoles. Provenía de una excelente línea de antepasados y era el más capaz de los doce. A excepción de la oratoria, era igual a sus compañeros en casi todas las aptitudes imaginables.

Físico: Estatura: 1,60 metros. Más delgado que Pedro, su hermano, pero también fuerte y robusto. Cabeza pequeña, cabello fino y abundante. Ojos azules. Rostro aniñado. Siempre bien afeitado.

Personalidad: Clara Visión. Acertado en sus Juicios. Muy estable. Gran serenidad. Nervios templados. Bastante incrédulo y pragmático. Desconfía de todos, en especial de su hermano Simón Pedro. En general serio y distante. Silencioso y tímido. Introvertido. Aparece siempre como preocupado. Buenos reflejos y rápido en sus decisiones. Gran trabajador, todo lo ha logrado con su esfuerzo. Defecto principal: falta de entusiasmo. No le gusta elogiar a nadie. Odia la mentira y la adulación. Le cuesta reconocer los méritos ajenos. Admira a Jesús por su sinceridad y su gran dignidad.

Oficio: pescador y socio de Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo.

Signo: Virgo

Simón Pedro

San Pedro

Tenía treinta años cuando se unió a los apóstoles. Estaba casado, tenía tres hijos y vivía en Betsaida, cerca de Cafarnaum. Su hermano Andrés y la madre de su mujer vivían con él. Tanto Pedro como Andrés estaban asociados en la pesca con los hijos de Zebedeo. El Maestro conocía a Simón desde hacía algún tiempo, antes de que Andrés lo presentara como segundo apóstol. Cuando Jesús le dio a Simón el nombre de Pedro, lo hizo con una sonrisa; iba a ser una especie de apodo. Simón era bien conocido entre todos sus amigos como un tipo imprevisible e impulsivo. Es verdad que, más tarde, Jesús concedió una importancia nueva y significativa a este apodo dado a la ligera.

Físico: Tipo pícnico. Estatura: 1,60 metros, Ojos azules. Cabeza redonda. Cuello grueso. Rostro acribillado por las arrugas. Cara ancha, blanda redonda como un escudo. Frente amplia. Calvo con algo de pelo en las regiones temporales. Barba encanecida, siempre mal afeitado. Bigote rasurado. No es muy obeso pero presenta grasa en el abdomen y en los costados. Hombros y brazos musculosos. Manos pequeñas y encallecidas. Labios rojos y sensuales. Voz recia, muy característica. Fuertes ronquidos.

Temperamento: ciclotímico, con grandes oscilaciones en el carácter.

Personalidad: Impulsivo, un optimista. Había crecido permitiéndose expresar libremente sus fuertes sentimientos; se metía constantemente en dificultades porque persistía en hablar sin reflexionar. Esta especie de atolondramiento también causaba problemas incesantes a todos sus amigos y asociados, y fue la causa de las numerosas reprimendas suaves que recibió de su Maestro. La única razón que impidió a Pedro meterse en más problemas por motivo de sus palabras irreflexivas fue que aprendió muy pronto a contarle a su hermano Andrés muchos de sus planes y proyectos, antes de aventurarse a proponerlos en público. Pedro era un orador desenvuelto, elocuente y teatral. Era también un conductor de hombres nato e inspirador, un pensador rápido pero no un razonador profundo. Hacía muchas preguntas, más que todos los apóstoles juntos, y aunque la mayoría de ellas eran buenas y pertinentes, muchas eran irreflexivas y tontas. Pedro no tenía una mente profunda, pero conocía su mente bastante bien. Por lo tanto, era un hombre de decisión rápida y de acción

Oficio: Pescador. Socio de los hermanos Zebedeo.

Ropaje: descuidado. Habitualmente armado.

Signo: Piscis.

Santiago Zebedeo

santiago apostol

El mayor de los dos apóstoles hijos de Zebedeo, a quienes Jesús apodó “los hijos del trueno”, tenía treinta años cuando se convirtió en apóstol. Estaba casado, tenía cuatro hijos y vivía cerca de sus padres en Betsaida, en las afueras de Cafarnaum. Santiago y su hermano Juan disfrutaban de la ventaja de haber conocido a Jesús mucho antes que todos los demás apóstoles. Temperamento contradictorio; parecía poseer realmente dos naturalezas, ambas activadas por fuertes sentimientos.

Personalidad: Era particularmente vehemente cuando se despertaba toda su indignación. Tenía un genio furibundo cuando se le provocaba suficientemente, y cuando pasaba la tormenta, siempre tenía la costumbre de justificar y excusar su enfado con el pretexto de que sólo era una manifestación de justa indignación. Aparte de estos arrebatos periódicos de ira, la personalidad de Santiago se parecía mucho a la de Andrés. No poseía la discreción ni la perspicacia de Andrés para penetrar en la naturaleza humana, pero hablaba en público mucho mejor que él. Después de Pedro, o quizás de Mateo, Santiago era el mejor orador público de los doce. Aunque Santiago no era en ningún sentido voluble, un día podía estar callado y taciturno, y al día siguiente muy conversador y narrador. Habitualmente hablaba abiertamente con Jesús, pero era, de los doce, aquel que permanecía en silencio durante días seguidos. Estos períodos de silencio inexplicable constituían su gran debilidad. Racional, práctico, frío y calculador. De pensamiento rápido. Disfruta de la cualidad de ver todas las caras de un mismo problema. Tolerante si no se le provoca. Comprende y admite a todo el mundo. Es muy sensato. No demuestra prisa. Es valiente. Admira a Jesús por su compasión.

Oficio: pescador, y ejercía su profesión en compañía de su hermano menor Juan, y en asociación con Andrés y Simón.

Ropaje: siempre cuidado. Armado cuando viaja.

Signo: Tauro.

Juan Zebedeo

Juan Evangelista

Cuando Juan se convirtió en apóstol, tenía veinticuatro años y era el más joven de los doce. Estaba soltero y vivía con sus padres en Betsaida; Antes y después de convertirse en apóstol, Juan ejerció como representante personal de Jesús en las relaciones con la familia del Maestro, y continuó llevando esta responsabilidad mientras que vivió María, la madre de Jesús. Puesto que Juan era el más joven de los doce, y estaba tan estrechamente unido a Jesús por los asuntos de su familia, era muy querido por el Maestro. Juan Zebedeo tenía un carácter con muchos rasgos agradables, pero uno que no era tan agradable era su vanidad desmedida, aunque habitualmente bien disimulada. Su prolongada asociación con Jesús produjo muchos y grandes cambios en su carácter. Su vanidad disminuyó considerablemente, pero cuando envejeció y se volvió un poco infantil, este amor propio volvió a aparecer en cierta medida, de tal manera que, cuando estaba ocupado guiando a Natán en la redacción del evangelio que ahora lleva su nombre, el anciano apóstol no dudó en referirse a menudo a sí mismo como el “discípulo que Jesús amaba”. En vista del hecho de que Juan casi llegó a ser, más que ningún otro mortal terrestre, el camarada de Jesús, de que era su representante personal escogido para tantos asuntos, no es de extrañar que llegara a considerarse como el “discípulo que Jesús amaba”, pues sabía perfectamente que era el discípulo en quien Jesús confiaba con mucha frecuencia. El rasgo más sobresaliente del carácter de Juan era su formalidad; era puntual y valiente, fiel y entregado. Su mayor debilidad era su vanidad característica. Era el miembro más joven de la familia de su padre y el más joven del grupo apostólico. Quizás estaba un poquito mimado; quizás había sido consentido ligeramente demasiado. Admira el amor y el altruismo de Jesús. Está impresionado por la confianza del Maestro en su  Padre.

Oficio: Pescador y trabajaba con su hermano Santiago en asociación con Andrés y Pedro.

Ropaje: muy cuidado. Armado.

Signo: Escorpión.

Felipe el Curioso

San Felipe

Fue el quinto apóstol en ser escogido, habiendo sido llamado cuando Jesús y sus cuatro primeros apóstoles se dirigían desde el lugar de reunión de Juan en el Jordán hacia Caná de Galilea. Como vivía en Betsaida, Felipe había oído hablar de Jesús desde hacía algún tiempo, pero no se le había ocurrido que fuera realmente un gran hombre hasta aquel día, en el valle del Jordán, cuando Jesús le dijo: “Sígueme”. Felipe también se sintió un poco influido por el hecho de que Andrés, Pedro, Santiago y Juan habían aceptado a Jesús como el Libertador. Felipe tenía veintisiete años cuando se unió a los apóstoles; se había casado hacía poco tiempo, pero no tenía hijos en aquellos momentos. El apodo que los apóstoles le dieron significaba “curiosidad”. Felipe siempre quería que le mostraran. Nunca parecía ver muy lejos en un asunto cualquiera.

Físico: Estatura: 1,70 metros. Calvo. Tendecia a engordar. Vientre grueso. Ojos verdes. Nariz típicamente judía. Problemas con la dentadura. Miope.

Personalidad: No era necesariamente torpe, pero carecía de imaginación. Esta falta de imaginación era la gran debilidad de su carácter. Era una persona corriente y vulgar.  Su característica más destacada era su minuciosidad metódica; era matemático y sistemático al mismo tiempo. Felipe era el segundo de una familia de siete hermanos, tres niños y cuatro niñas. Después de la resurrección, bautizó a toda su familia para que entrara en el reino. Los miembros de la familia de Felipe eran pescadores. Su padre era un hombre muy capacitado, un profundo pensador, pero su madre procedía de una familia muy mediocre. Felipe no era un hombre de quien se podía esperar que hiciera grandes cosas, pero podía hacer pequeñas cosas a lo grande, hacerlas bien y de manera aceptable. Muy pocas veces, en cuatro años, dejó de tener provisiones al alcance de la mano para satisfacer las necesidades de todos. Incluso las numerosas situaciones de emergencia que surgían a causa de la vida que llevaban, rara vez lo cogieron desprevenido. El departamento de intendencia de la familia apostólica estaba administrado con inteligencia y eficacia. El punto fuerte de Felipe era su formalidad metódica; el punto débil de su modo de ser era su falta casi total de imaginación, la ausencia de aptitud para reunir dos y dos y obtener cuatro. Era matemático en lo abstracto, pero no constructivo en su imaginación. Carecía casi por completo de cierto tipo de imaginación. Era el típico hombre medio y corriente de la calle. Había una gran cantidad de hombres y mujeres de esta clase entre las multitudes que acudían para escuchar las enseñanzas y predicaciones de Jesús, y obtenían un gran consuelo al observar que uno como ellos había sido elevado a una posición de honor en los consejos del Maestro; les animaba el hecho de que alguien como ellos ocupara ya un alto puesto en los asuntos del reino. Y Jesús aprendió mucho sobre cómo funcionan algunas mentes humanas mientras escuchaba con tanta paciencia las preguntas tontas de Felipe, y condescendía tantas veces con la petición de su administrador para que “le mostraran”. La cualidad principal que Felipe admiraba continuamente en Jesús era la generosidad inagotable del Maestro. Felipe nunca pudo encontrar en Jesús algo que fuera pequeño, mezquino o avaro, y veneraba esta dadivosidad permanente e inagotable.

Oficio: Pescador. Es hábil en cualquier trabajo.

Ropaje: casi siempre viste de amarillo. Habitualmente armado.

Signo: Aries

Natanael

San Bertolomé

Bartolomé tenía 25 años en febrero del año 26 , al unirse al grupo de los discípulos de Jesús. Vivía en Caná de Galilea con sus padres. Soltero. Es el menor de siete hermanos.

Físico: Estatura: 1,58 metros (es el más bajo del grupo). Ojos negros y profundos (muy expresivos). Pestañas largas y tupidas. Piernas cortas. Varices en la izquierda. Manos cortas y velludas. Hipertenso, con problemas circulatorios. Cojea de la pierna izquierda en las caminatas. Perfil redondeado. Vientre abultado. Tendencia a engordar. Calvicie prematura. Pelo negro. Barba cana y rizada en abanico.

Temperamento: ciclotímico.

Personalidad: Junto con el Iscariote es el más culto. Sincero y honesto. Juzga a la gente con ligereza, es orgulloso. Le gusta comer y beber (problemas con el vino). Falto de tacto. Su franqueza resulta a veces insoportable. Es intransigente en ocasiones. Hipocondríaco. Sabe reírse de su escaso atractivo físico. Filósofo y poeta. Habla varios idiomas. Le gusta contar historias. Muy supersticioso. Muy pulcro. Admira a Jesús por su tolerancia.

Oficio: Comerciante. Negocios con Felipe.

Ropaje: siempre limpio. Polaina en pierna izquierda a causa de las varices. Armado.

Signo: Sagitario. El domingo 23 de junio del año 26, Jesús les comunicó que saldrían de dos en dos para enseñar la buena nueva del reino.  Santiago y Juan fueron a Jeresa, Andrés y Pedro a Cafarnaum, mientras que Felipe y Natanael se dirigieron a Tariquea. Mateo fue seleccionado por Andrés, Tomás por Felipe, los gemelos Alfeo por los hermanos Zebedeo, Simón por Pedro y Judas por Bartolomé.

Mateo Leví

San Mateo

Nacido en Hahum, en una familia pudiente. Todos trabajaban como recaudadores de impuestos. Mateo tenía treinta y un años cuando se unió al grupo de Jesús. Casado. Cuatro hijos.

Físico: Estatura: 1,75 metros. Rubio. Ojos azules. Nariz aguileña y algunas pecas en el rostro. Enjuto. Ligeramente encorvado. Cabello ondulado, sobre los hombros. Preocupado por un principio de calvicie. Manos largas y cuidadas. Siempre aseado y perfumado. Voz aflautada. Dispone de una moderada fortuna.

Personalidad: probablemente uno de los más serios. Cauto y escéptico. Mente y visión materialista de la vida. Gran dominio de sí mismo. Difícilmente pierde los nervios. Buen perdedor. Gran deportista: le fascinan los juegos griegos. Muy sociable. Excelente hombre de negocios. Tiene el don de hacer amigos.

Tomás Dídimo

Santo Tomás ap

Natural de Tariquea. Tenía veintinueve años al ingresar en el colegio apostólico. Casado con cuatro hijos. Los padres y el resto de la familia viven en Tiberiades.

Físico: Tipo enequético. Gran fuerza física. Estatura: 1,60 metros. Estrabismo en el ojo izquierdo. Grandes barbas. Cara renegrida. Nariz Ganchuda. Cabellos negros y canosos.. Uñas siempre limpias. Defecto en la uña del dedo meñique de la mano izquierda.

Temperamento: Su aspecto físico ha incrementado la timidez. La hermana murió  a los nueve años de edad lo que le afectó profundamente. Misógino pero Mujeriego: Gran tendencia a la sexualidad. Adicto al juego.

Personalidad: Espíritu racional y científico. Mente lógica y analítica. Buen razonador. Enfermo del orden y la limpieza. Tendencia al pesimismo. Muy suspicaz. Honesto y leal. Reacciona con parvedad ante los estímulos. Habla despacio. Hermosa voz. Es tenaz y perseverante. Gran trabajador. Brillante con el dinero. Muy tacaño. Extremadamente cauto. Lo primero, para él, es la seguridad. Buen perdedor. Nada rencoroso. Acepta el criterio de la mayoría aunque no esté de acuerdo. Le apodan el meticuloso. Valiente, llegado el momento.

Oficio: Carpintero y albañil.

Ropaje: Muy aseado. Viaja siempre con unos dados en el cinto.

Signo: Capricornio.

Santiago y Judas Alfeo

Jacobo Apostol

Jacobo tenía veintiséis años cuando se unió al grupo de Jesús. Nacido en Kursi. Estatura: 1,70 metros. Rubio. Ojos verdes. Delgado. Barba rubia. Tabique nasal desviado. Sirve para distinguirlo de su hermano gemelo. Origen árabe. Pésima dentadura. Casado, Tres hijos y uno en camino. Amigo de los zebedeo.

Personalidad: dócil, sumiso y de poco hablar. Bajo índice de inteligencia. Cierto retraso mental. Es ingenuo, fiel y generoso. No sabe mentir.

Oficio: Pescador y en ocasiones agricultor. Judas es su hermano gemelo. Sufre tartamudez. Casado también con una mujer árabe. Tiene dos hijos. Hábil en cualquier tipo de trabajo.

 

Simón el Zelote

Simón el zelote

Nacido en Hahum. Ingresó al grupo de Jesús cuando contaba veintiocho años. Soltero.

Físico: Estatura mediana. Fornido. Barba negra y desordenada, hasta el pecho, como señal de resistencia contra Roma. Ojos negros y hundidos, siempre alerta. Grandes ojeras. Cabello azabache y largo, recogido en una cola. Canas prematuras. Cicatriz en el pómulo izquierdo, ancha y profunda.

Personalidad: mente materialista  y, sobre todo, nacionalista. Pertenece a los zelotas. Alto grado. Muy religioso y culto. Habla árabe y griego. Leal y honesto con sus amigos. Agitador. Temerario y Audaz.

Oficio: Mercader carpintero y pescador. Siempre armado.

Signo: Acuario

Judas Iscariote

Judas

Nació en el pequeño pueblo de Queriot, al sur de Jerusalén. Junto al Maestro es el único judío entre los “12”. Contaba treinta años cuando se unió al grupo de Jesús. Soltero.

Físico: tipo leptosomático. Estatura: 1,70 metros. Delgado, cabeza pequeña. Nariz aguileña  y afilada. Perfil de pájaro. Piel pálida. Rostro imberbe. Pelo negro y fino.

Temperamento: esquizotímico. Jamás sonríe. Nunca mira a los ojos cuando habla. Tímido y asustadizo. De poco comer. Perfil paranoide, desconfiado con todos y con todo.

Personalidad: culto y educado. Conoce el hebreo sagrado, el griego y algo de árabe. Es serio en todos sus planteamientos. Carece de sentido del humor. Introvertido y poco sociable. No cae bien a nadie. Vengativo y rencoroso. Excelente memoria. Muy suspicaz. Gran sentido del ridículo. Desprecia a las mujeres. Sufre hematofobia (temor a la visión de la sangre). Fue  un niño consentido por parte de la madre y rechazado por el padre. Creció solo, sin amigos y construyó su propio mundo. Fue educado en las mejores escuelas rabínicas de Jerusalén, pero nunca se licenció como rabí. El padre lo desheredó cuando supo que era seguidor de Juan, el Bautista.

Ropaje: Uno de los discípulos más pulcros y limpios. Aparece armado, bien con gladius o con sica.

Oficio: Aspira a entrar a las filas de los zelotas. Cree en un Mesías libertador, político y social.

Signo: Géminis.

2.    LA ORDENACION

El sermon de Jesucristo en el monte

El 12 de enero del año 27 los discípulos podían empezar a ser considerados como los representantes del Hijo del Hombre en la Tierra. Antes de la ordenación Jesús habló a los doces que se hallaban a su alrededor. Ha llegado la hora…Deseo proclamaros mis embajadores… Hermanos míos… ha llegado la hora del reino…Os he traído aquí para que sintáis de cerca, la presencia de Abba… A partir de hoy seréis distintos… Quiero que proclaméis mi mensaje con fidelidad… Jesús indicó  a los doce mortales que acababan de escuchar su declaración sobre el reino, que se arrodillaran en círculo alrededor de él. Luego, el Maestro puso sus manos sobre la cabeza de cada apóstol, empezando por Judas Iscariote y terminando por Andrés. Cuando regrese querido Judas, tu dignidad será restablecida… Cuando regrese  querido Tomás, serás el profeta… Cuando regrese querido Jacobo, tú serás… Cuando regrese querido Judas, tú anudarás los pactos… Cuando regrese, querido Simón, nada permanecerá oculto… Cuando regrese, querido Mateo, el mundo será del Padre… Cuando regrese, querido Bartolomé, lo valioso flotará a simple vista… Cuando regrese, querido Felipe, habré vencido para siempre… Cuando regrese, querido Santiago… Cuando regrese, querido Juan el mundo será anclado en la Luz.. Cuando regrese, querido Pedro, tú me precederás. Cuando regrese, querido Andrés, no habrá palabras, ni tampoco explicaciones. Cuando regrese, querido Mensajero (propongo que cada lector se apropie de esta orden) la noche se retirará y seré venerado como el Divino.   Ahora amigos míos ya no sois como los demás… Ahora sois embajadores de un reino invisible y alado…Debéis comportaros como tales…Sois como esos seres maravillosos que conocen que conocen la gloria del Padre, y sin embargo, renuncian a ella, y acuden en auxilio de las criaturas del tiempo y del espacio… Algunas de las cosas que estoy a punto de desvelaros os parecerán duras… Es la ley del nuevo reino: nada se consigue durmiendo… En breve os enviaré para que retireis la venda de los ojos del mundo… Atended mi mensaje:¡fuera el miedo!… El que hace la voluntad del Padre no volverá a caminar en tinieblas. Cuando encontréis a mis hijos afligidos, habladles con ánimo y decidles: Bienaventurados los que saben leer el arco iris, porque ellos están en el camino… El Maestro inició este importante discurso llamando la atención sobre cuatro actitudes de fe, como preludio a la descripción posterior de sus cuatro reacciones trascendentales y supremas de amor paternal, en contraste con las limitaciones del simple amor fraternal. Luego, Jesús continuó instruyendo a sus discípulos sobre cómo conseguir el objetivo principal de todas las luchas humanas —la perfección— e incluso la consecución divina. Siempre les recomendaba: “Sed perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Se podrá notar  que las bienaventuranzas del Sermón de la Montaña están basadas en la fe y el amor, y no en la ley —en la ética y el deber.  

 3.  LA CONSAGRACION

Jesús dedicó el sábado siguiente a sus apóstoles, regresando a las tierras altas donde los había ordenado. Allí, después de un largo mensaje personal de estímulo, hermosamente conmovedor, emprendió el acto solemne de la consagración de los doce. Aquel sábado por la tarde, Jesús reunió a los apóstoles a su alrededor, en la ladera de la colina, y los puso en manos de su Padre celestial como preparación para el día en que se vería obligado a dejarlos solos en el mundo.   Jesús se dirigió a cada uno de los apóstoles y mientras colocaba sus manos sobre la cabezas, repetía la siguiente fórmula de consagración a la voluntad del Padre: ¡Padre, recíbeme! Me consagro a tía ahora y para siempre. ¡Padre, recíbeme! Consagro mi voluntad a la tuya, aunque no comprenda. ¡Padre, recíbeme! Sé que me habitas. Me arrodillo y proclamo tu bellinte (belleza e inteligencia fusionadas) Llévame de la mano

 4. LA COMUNION

Estaban  reunidos para celebrar la Pascua, una institución que databa incluso de un período anterior a Moisés y que se refería a la época en que sus antepasados eran esclavos en Egipto. La vieja Pascua conmemoraba la salida de sus padres de un estado de esclavitud racial a otro de libertad individual; ahora, el Maestro instituía una nueva cena de conmemoración como símbolo de la nueva dispensación en la que el individuo esclavizado emerge del cautiverio del ceremonialismo y del egoísmo, y pasa a la alegría espiritual de la fraternidad y la comunidad de los hijos por la fe, liberados, que pertenecen al Dios vivo. Al instituir esta cena del recuerdo, el Maestro recurrió, como siempre tenía la costumbre, a las parábolas y a los símbolos. Desde el aposento alto hacia el cual condujo a los discípulos el hombre del cántaro, que tipifica a Acuario, y en el que se realizó el primer servicio de comunión. Jesús da allí un nuevo mandamiento: Qué os améis los unos a los otros como yo os he amado”. El Maestro dirigió unas palabras a cada uno de los discípulos.

Juan, comenzaste con nosotros con una mente recia e intolerante. Pero has cambiado mucho desde que me rogaste que hiciera caer fuego del cielo contra los ignorantes e irreflexivos no creyentes. Y aún debes cambiar más. Tienes que llegar a ser el apóstol del nuevo mandamiento que os he dado esta noche. Dedica tu vida a enseñar a tus hermanos a amarse los unos a los otros como yo os he amado.” Aprenderás a amar más a tus hermanos -replicó solícito Jesús- cuando aprendas a amar primero a su Padre del cielo y cuando llegues a estar verdaderamente interesado en el bienestar de todos ellos.., en el tiempo y en la eternidad. Y todo este interés humano se ve favorecido con el servicio generoso, con la comprensión, con la simpatía y con el perdón ilimitado. Ningún hombre despreciará tu juventud. Pero te exhorto a que siempre la debida consideración al hecho de que la vejez representa, normalmente, experiencia. Y nada en los asuntos del hombre puede reemplazar a la auténtica experiencia. Esfuérzate en vivir apaciblemente con todos los hombres. En especial con tus amigos en la hermandad del reino celestial. Y recuerda siempre, Juan: no luches con las almas que podrías ganar el reino.”

Simón dedica tu vida, a mostrar cuán aceptablemente puede el hombre mortal cumplir mi precepto referente al reconocimiento simultáneo del deber temporal para con los poderes civiles y el servicio espiritual en la hermandad del reino. Si eres enseñado por el Espíritu de la Verdad, nunca habrá conflicto entre las obligaciones que impone la ciudadanía de la Tierra y las de ser hijos del cielo.

Leví, te quise como quise a estos otros galileos. Sabiendo entonces muy bien que ni el Padre ni el Hijo tienen en cuenta a las personas, mira de no hacer esas distinciones entre los que lleguen a ser creyentes en el evangelio a través de tu ministerio. Y así, Mateo, dedica toda tu vida de servicio futuro a mostrar a los hombres que Dios no tiene en cuenta la posición de las personas. Que, a la vista del Padre en la hermandad del reino, todos los humanos son iguales, todos son hijos de Dios.”

Santiago, cuando el nuevo maestro venga, deja que te enseñe el equilibrio de la compasión y esa amable tolerancia que nace de la sublime confianza en mí y en la perfecta sumisión a la voluntad del Padre. Dedica tu vida a demostrar afecto humano y dignidad divina combinados. Y todos los que vivan así revelarán el evangelio, incluso en la forma de su muerte.

Andrés, dedica el resto de tu vida a impulsar los aspectos prácticos del amor fraterno. Sé amable con mis hermanos en la carne. Manifiesta una devoción amorosa e imparcial a los griegos del oeste y a Abner, del este. Aunque éstos, mis apóstoles, van a ser esparcidos muy pronto por los cuatro confines de la Tierra para proclamar la buena nueva de la salvación, debes mantenerles unidos durante el tiempo de prueba que se avecina. En esa época debéis aprender a creer en este evangelio sin mí presencia personal. Y así, Andrés, aunque no recaigan en ti las grandes labores que ven los hombres, conténtate con ser el maestro y consejero de los que las hacen.

Gemelos Alfeo, Dedicad vuestra vida a engrandecer las tareas triviales. Mostrad a todos los hombres y a los ángeles cuán alegre y valiente puede llegar a ser el hombre mortal. Y tras vuestra época al servicio de Dios, volved a las labores de los días pasados. Si, por el momento, veis concluido vuestro trabajo en los asuntos exteriores del reino, volved a las faenas cotidianas. Y hacedlo con la nueva luz de la experiencia de saberos hijos de Dios. A vosotros, que habéis trabajado conmigo, todo se os ha hecho sagrado. Toda labor terrenal ha llegado a ser un servicio al Dios Padre.

Natanael, has aprendido a vivir por encima de los prejuicios y a practicar una tolerancia cada vez mayor, puesto que te hiciste mi apóstol. Pero aún hay mucho que aprender. Has sido una bendición para tus compañeros, siempre amonestados con tu sinceridad. Debes aprender que incluso la expresión de un buen pensamiento tiene que ser modulada de acuerdo con el nivel intelectual y el desarrollo espiritual del que escucha. La sinceridad es más útil en las tareas del reino cuando se casa con la discreción.

Tomás. A menudo te ha faltado la fe. Sin embargo, a pesar de esos momentos de duda, nunca has carecido de coraje. Dedica tu vida a la gran obra de mostrar cómo la mente crítica material puede triunfar sobre la inercia de la duda intelectual, cuando se enfrenta con la demostración de la manifestación de la verdad viva.

Pedro, Tus años de tan firme asociación conmigo no te han ayudado lo suficiente a pensar antes de hablar… Cuántos problemas nos has dado por tu irreflexión y por tu presuntuosa confianza en ti mismo! Y estás destinado a crearte muchos más si no dominas esa debilidad. Sabes que, a pesar de ese defecto, tus hermanos te aman. Y debes entender igualmente que esa debilidad de ningún modo disminuye mi afecto hacia ti. Pero te resta eficacia y multiplica tus problemas…

 5. LA CONFIRMACION

El 21 de abril del año 30 Jesús se apareció a los apóstoles en el lago y podría decirse que,  con las palabras que dirigió a cada uno, los confirmaría en su fe.

Juan ¿me amas? Entonces, renuncia a tu intolerancia y aprende a amar a los hombres como yo te he amado. Consagra tu vida a demostrar que el amor es lo más grande del mundo. Es el amor de Dios quien conduce a los hombres a la salvación. El amor es la bondad espiritual y la esencia de la verdadera belleza.

Pedro, si me amas,  alimenta a mis corderos…No escatimes tu ministerio a los débiles, a los pobres ni a los jóvenes. Predica el evangelio sin temor ni preferencias. No olvides que Dios no hace excepciones. Sirve a tus contemporáneos como yo te serví. Perdona a los hombres como yo te he perdonado. Deja que la experiencia te demuestre el valor de la meditación y el poder de la reflexión inteligente. Si me amas realmente, cuida bien de mis ovejas. Sé un buen pastor para mi rebaño. No traiciones la confianza que tengo en ti. No te dejes sorprender por el enemigo. Debes estar siempre vigilante. ¡Vela y reza! Si me amas verdaderamente  ¡Alimenta mis ovejas!… ¡No abandones el rebaño! ¡Sirve de ejemplo e inspiración a todos tus compañeros pastores!… ¡Ama al rebaño como yo te he amado! ¡Conságrale toda tu felicidad, como yo lo hice contigo! ¡Y sígueme!… ¡Sígueme hasta el fin!

Andrés, si tienes confianza en mí, ten más confianza en tus hermanos y, sobre todo, en Pedro…  Antaño  te encomendé su dirección. Ahora es preciso que les des confianza, en tanto que yo te dejo para ir hacia el Padre. Cuando tus hermanos se dispersen como consecuencia de las persecuciones, sé un sabio y previsor consejero para Santiago, mi hermano por la sangre, ya que tendrá que soportar una pesada carga, que su experiencia no le permite llevar. Después sigue teniendo confianza. ¡No te faltaré! Y al fin vendrás junto a mí.

Santiago, si es cierto que tienes confianza en mí, deberías ser menos impaciente con tus hermanos… Si de verdad deseas disfrutar de mi confianza, esto te ayudará a ser mejor para con la hermandad de los creyentes. Aprende a pensar en las consecuencias de tus palabras y actos. Recuerda que la cosecha es obra de la siembra. Reza por la tranquilidad de espíritu y cultiva la paciencia. Con fe viva, estas gracias te sostendrán cuando llegue la hora de beber la copa del sacrificio. No temas nunca. Cuando hayas acabado en la Tierra vendrás a morar junto a mí.

Tomás, si quieres servirme, sirve a tus hermanos mortales como yo te he servido. No te canses de obrar en este sentido y persevera, puesto que has recibido la ordenación de Dios para este servicio de amor. Al terminar en la Tierra servirás conmigo en la gloria. Tomás, tienes que dejar de dudar. ¡Acrecienta tu fe y tu conocimiento de la Verdad! Si lo deseas, cree en Dios como un niño, pero no actúes infantilmente… ¡Ten valor! ¡Sé fuerte en la fe y en el reino de Dios!

Bartolomé si me amas de todo corazón, asegúrate de trabajar por el bienestar de mis hermanos terrestres. Une la amistad a tus consejos y añade el amor a la filosofía. Sirve a tus contemporáneos como yo serví. Sé fiel a los hombres, lo mismo que he velado por ti. No seas crítico y espera menos de algunos hombres. Así, tu decepción será menor. Al término de tu trabajo en la Tierra servirás arriba, conmigo.

Felipe, si quieres obedecerme, ve al país de los gentiles y proclama el evangelio. Los profetas han dicho que más vale obedecer que sacrificar. Por la fe, conociendo a Dios, eres un hijo del reino. Sólo hay una ley a observar: difundir el evangelio. ¡Deja de temer a los hombres! ¡No te asuste predicar la buena nueva de la vida eterna a tus semejantes que languidecen en las tinieblas y que tienen sed de luz y de verdad!  No te ocupes más del dinero, ni de las provisiones. Desde ahora, al igual que tus hermanos, eres libre para extender la buena nueva. Te precederé y acompañaré hasta el final.

Mateo, si quieres obedecerme, ve a enseñar a todos los pueblos el evangelio del reino. No proporcionarás a tus hermanos las cosas materiales de la vida. Sin embargo proclamarás la buena nueva de la salud y de la salvación espiritual. A partir de ahora, no tendrás otro objetivo que ejecutar el mandamiento de predicar este evangelio del reino del Padre. Igual que yo he seguido en la Tierra la voluntad del Padre, tú cumplirás también tu misión divina. Acuérdate que judíos y gentiles son ambos tus hermanos. No tengas temor de ningún hombre cuando proclames las verdades salvadoras del evangelio del reino de los cielos. Allí donde yo voy, tú vendrás pronto.

Jacobo y Judas, creéis en mí. Sois mis discípulos y siempre lo seréis. Seguid creyendo cuando haya partido y recordad siempre vuestra asociación conmigo. Incluso cuando regreséis a vuestro antiguo trabajo. No dejéis jamás que el cambio de labor influya en vuestra obediencia. Tened fe en Dios hasta el fin de vuestros días terrestres. No olvidéis que sois hijos de Dios por la fe y que todo trabajo honrado es sagrado para el reino. Nada de cuanto haga un hijo de Dios puede ser ordinario. Por lo tanto, haced ahora vuestro trabajo como si fuera para Dios. Cuando hayáis acabado en este mundo, tengo otros mejores, donde trabajaréis también para mí. En esta obra, en éste y otros mundos, trabajaré con vosotros y mi espíritu vivirá en vosotros.

 6. LA EVANGELIZACION

Los apóstoles  estuvieron  escondidos durante cuarenta días. El 18 de mayo resultó ser la fiesta judía de Pentecostés, y miles de visitantes de todas las partes del mundo se encontraban en Jerusalén. Era la fiesta del quincuagésimo día después de la Pascua,   era la gran fiesta del bautismo, el momento en que se aceptaban  a aquellos gentiles que deseaban servir a Yahvé, pero a partir de este día significaría la venida del Espíritu de la Verdad sobre los apóstoles. Seis apóstoles participaron en el primer discurso de evangelización: Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe y Mateo. Hablaron durante más de hora y media, y expresaron sus mensajes en griego, hebreo y arameo, diciendo incluso algunas palabras en otras lenguas que conocían un poco.   Parte del evangelio de Juan, así como otros que circularon entre los fieles de las Iglesias conformadas, se sustentaron en las notas y recuerdos  que llegara a escribir Andrés en torno a las enseñanzas, sucesos y pensamientos de Jesucristo. Tras una intensa predicación por tierras de Armenia, Asia Menor y Macedonia, Andrés fue detenido y crucificado en Patras. Y cuentan sus amigos que tardó dos días en morir.

Bartolomé nunca quiso enredarse en jerarquías ni estructuras. Predicó y llevó el legado de Jesús hasta el oriente, sin atarse a las humanas disciplinas de iglesias o leyes.

Mateo llevó la palabra  hacia el norte. Fue visto en Siria, Capadocia, Galatia y Tracia donde, según su fiel Isador fue ejecutado. Aunque las notas y recuerdos sobre la vida del Hijo de Dios, que sirvieron para la confección del evangelio que lleva su nombre, estaban con su puño y letra, la redacción en griego es cosa de su alumno Isador que,  modestamente, silenció su identidad.  

Tomás eligió el camino del apostolado individual. Durante años viajó por el norte de Africa, Chipre, Sicilia y Creta, bautizando en el nombre de Jesús. Los romanos le alcanzaron cuando predicaba en Malta y allí mismo fue sentenciado y ejecutado.   Felipe partió hacia las tierras de Samaria, proclamando el evangelio entre los impuros. Su esposa fue otra digna propagadora de la verdad, permaneciendo con gran valor y audacia al pie de la cruz en la que fue ejecutado. Lea, la hija mayor de Felipe, llegaría a ser la célebre profetisa de Hierápolis.

Santiago A la muerte de Santiago, Juan rescató a la viuda haciéndola su esposa de acuerdo con las leyes judías. Una de sus nietas cuidó de él hasta sus últimos días.

Pedro fue quien dio el discurso inaugural y los lideró como grupo. Aunque Matías ocupó el puesto dejado por Judas Iscariote, el que verdaderamente fue un apóstol más de Jesucristo fue Juan Marcos.

Juan Marcos hijo de María y Elías Marcos en cuya casa se celebró la última cena,  tendría unos doce o trece años en el año 30, de cabeza rapada y acusadas ojeras,  seguía las enseñanzas y gestos del Maestro con  interés y devoción. Fue Juan Marcos quien puso por escrito la primera, más corta y sencilla de las historias en torno a las señales y vida pública del Maestro. Siendo muy joven, Juan Marcos se unió a Pedro y posteriormente a Pablo. El evangelio fue concluido treinta y ocho años después de la muerte y resurrección de Jesucristo. La quinta y última parte del evangelio se perdió y otras manos insensatas cubrieron dicha laguna con añadidos.

7. LA CONVERSION

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  Simón Pedro inauguró una nueva religión, basada en un Cristo resucitado y glorioso. Más tarde el Apóstol Pablo transformaría el evangelio en el Cristianismo: una religión a la que incorporaría sus propios pensamientos teológicos.  

Pablo de Tarso fue un activo perseguidor de los cristianos bajo la influencia de los fariseos. De hecho él fue de los que participó y asintió en la ejecución de San Esteban, el primer mártir del cristianismo, quien fue víctima de lapidación no como consecuencia de la barbarie de la multitud, sino como cumplimiento de una ejecución judicial, pues Saulo contaba con la venia de Roma. En el año 36, camino a Damasco, tuvo una visión y se convirtió al cristianismo. Cuando Saúl de Tarso contempló la gloria del Señor,  se trasformó en Pablo, el Apóstol, y mientras se esforzaba por alcanzar la luz escribió la Epístola a los Hebreos.   Hijo de hebreos y descendiente de la tribu de Benjamín, en su adolescencia es enviado a Jerusalén, donde estudió con el famoso rabino Gamaliel . Tuvo una educación mucho mayor que los humildes pescadores que fueron los primeros apóstoles de Cristo.

Lucas, por su parte, era médico de Antioquía, fue un gentil convertido al  cristianismo por Saulo. Esto sucedió diecisiete años después de la muerte de Jesús. Lucas fue recogiendo muchas de las enseñanzas de su Maestro Pablo concibiendo la idea de escribir tres libros en torno a Jesús y al Cristianismo. Una vez muerto Pablo, Lucas se entregó a la tarea de redactar la vida de Jesucristo, tal y como Pablo se la había relatado. La muerte le sorprendió en Acaya cuando estaba a punto de concluir el segundo de estos libros conocido como Los Hechos de los Apóstoles. El evangelio de Lucas, es por tanto, el evangelio según Pablo.   La iglesia cristiana ha distorsionado de tal manera esa misión y per­vertido tan impíamente la intención para la cual Él Se manifestó originalmente. Comen­zando con San Pablo, los teólogos interpretaron Sus palabras de tal manera que sirvieron de puente entre el futuro espiritual del mundo y la dispensación judía, que ya debió haber desaparecido. Tan efectivo ha sido su trabajo que las enseñanzas del amoroso y simple Hijo de Dios fueron ampliamente ignoradas; el fracaso del cristianismo puede atribuirse a su trasfondo judío (acentuado por San Pablo), que lo convirtió en propaganda, en vez de acción amorosa, que enseñó el sacrificio de la sangre, en vez del servicio amoroso, que resaltaba la existencia de un Dios iracundo que únicamente podía ser aplacado por la muerte, y que incluía las ame­nazas del Jehová del Antiguo Testamento, en la enseñanza cristia­na sobre el fuego infernal.  

Tomado del libro Caballo de Troya 9, el que a su vez bebe en las fuentes del Libro de Urantia.

9 comentarios

  1. Me parece maravilloso poder entender la verdadera palabra del Señor Jesús, estoy seguro que si lográramos aplicar sus principios , este mundo cambiara y asi se acabe con tantas diferencias, injusticias y estratos tan marcados en la condición humana , como mensaje , quisiera hacer llegar a los no creyentes ,es que busquen lo que crean noble y apliquen un poco de amor para el prójimo y experimentaran la paz que se siente dentro de si mismo , y reciban un abrazo muy fraterno y el Señor nos conceda una Paz verdadera, AMEN.

  2. Saludos, solo decirte que me ha encantado descubrir tu pagina web en google. he puesto en mi pagina web un link a tu web. Mi pagina web tiene un PR de 3.saludetes!

  3. Está bien Jorge, no pretendo negar el valor de la imaginación…. pero busco reivindicar también algo que se ha perdido en la «nueva era» -un movimiento bello pero peligroso en muchos sentidos -, y es un poco de seriedad, de tener los pies sobre la tierra, porque el movimiento que busca «salir de la ilusión», está ciertamente cargado de bellas ilusiones y fantasías – sí, son bellas, pero son fantasías. Leer este artículo, me pareció un poco «el colmo» ya…. Todos hablando de lo que no conocen, teorizando, fantaseando sobre los otros mundos, sobre el pasado y el futuro….bellas distracciones para la mente, para que el alma no asuma sus responsabilidad en el aquí y el ahora…..

  4. jmmm,,,,, quisiera saber las fuentes de las que se bebieron para afirmar tales cosas….
    Parece que en la llamada «nueva era» todos pueden decir lo que quieran de acuerdo al capricho de su imaginación…….

    1. Estimado Juan, la imaginación hace parte del gran Creador del Universo. Concepciones profundas sobre la imaginación también aparecen en el libro Caballo de Troya 9

  5. me gusto mucho este articulo esta muy interesante de verdad me gustaria que siguiera contando mas de los apostoles y seguir su secuencia felicitaciones por este articulo una servidora amelia

    1. Estimada Amelia, la gran Sucesión Apostólica está en manos de todos aquellos que aceptamos el hecho de un Dios Inmanente y un Dios Trascendente. Con el tiempo nosotros también perteneceremos a dicha gran Sucesión.

    2. Jorge Ariel, es verdad los que encontramos al Díos vivo único y vivo poseemos la misma autoridad, de los apóstoles.
      Para continuar la obra que empezó nuestro SEÑOR JESÚS.
      Un abrazo

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