¿Qué hacer con los Resultados de la Evaluación en Procesos Educativos?
Alguna vez te has preguntado ¿por qué y para qué se hace Evaluación de los Procesos Educativos? En realidad, no tuve la oportunidad de saber que hacían mis Docentes con las notas producto de mi Evaluación. Desde mi percepción y observación, al parecer, las utilizaban como mecanismo de control, disciplina en clase e intimidación. Te invito para que hagamos un recorrido conjunto en relación al quehacer de la Evaluación en cada Proceso Educativo.
Evaluación ¿qué es?
«Evaluación en los Procesos Educativos, es el método por el cual, se busca evidenciar de manera sistemática el cumplimiento de los objetivos planteados primigeniamente»
El Rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el Arquitecto y Docente Mexicano Manuel Fermín Villar Rubio, habla de la Evaluación como un Proceso sistemático, continuo e integral, en el que se determinan los alcances de los objetivos educacionales, preparados con antelación.
El Profesor Francés Jean-Pierre Gorin, hace alusión a la Evaluación como un ítem muy importante del quehacer educativo, asegura que, sin ella, no sería posible comparar la calidad de la Educación ni de los Educadores.
Harner ve la Evaluación como una reflexión del maestro frente a la actuación de los alumnos.
A vuelo de pájaro, podría decirte, que la Evaluación en los Procesos Educativos, es el método por el cual, se busca evidenciar de manera sistemática el cumplimiento de los objetivos planteados primigeniamente. Y pensaría yo, que ha de ser una tarea constante y continua en cada etapa de los Procesos Educativos.
En la Evaluación Educativa ¿qué se evalúa?
«Evaluación como un ítem muy importante del quehacer educativo, sin ella, no sería posible comparar la calidad de la Educación ni de los Educadores»
La Evaluación como mecanismo moderador del servicio educativo, permite medir resultados y presentar avances.
A partir de la evidencia que permanece, se fundamenta la garantía significativa del estudiante, y el derrotero del plan de acción a seguir por el Docente y la Comunidad Educativa Institucional.
Así ¿a quién se evalúa?
Básicamente al Alumno, al Docente, Profesos o Facilitador y al proceso de aprendizaje – enseñanza.
Y ¿qué se evalúa?
Al Alumno se le hace Evaluación de Habilidades, Conocimientos, Actitudes, Manifestaciones, Aptitudes, Capacidades, Destrezas, Expectativas e Intereses.
En el Facilitador, Docente o Educador, se genera Evaluación de Trabajo Grupal, Dominio del Tema, Aplicación de Técnicas Pedagógicas y Didácticas, Manejo de Instrumentos de Evaluación y uso de Recursos.
Al Proceso de Aprendizaje – Enseñanza, ha de evaluarse la Secuencia y la Organización de cada temática, y con ello, la consecución de logros, objetivos y vivencias experienciales.
Hacer Evaluación para trasladar el aprendizaje a la práctica
«La Evaluación como mecanismo moderador del servicio educativo, permite medir resultados y presentar avances»
Apuntar hacía la mejora exclusiva de cada alumno y de cada Educador, ha de ser la tarea principal y primordial de cada Institución Educativa y de cada Docente. Precisamente, a esto nos deben llevar los resultados de la Evaluación en Procesos Educativos.
Escribo esto, y pienso en la cantidad de veces, en los que los alumnos simplemente se convierten en un número, el cual, dividido, multiplicado o sumado con el resultado de su Evaluación, la Institución y sus Docentes, le ubican en un estatus de estándares de calidad: alto, medio o bajo. ¡Los estudiantes jamás serán números!
¿Por qué no mirar más hacía un trabajo constructivo y crítico? Involucrar al Docente y a su vez los alumnos en la reflexión, vivencia, corrección, revisión y retroalimentación de los resultados de la Evaluación. ¿No es mejor idea?
Cuando el Maestro recolecta la información del resultado de la Evaluación, e involucra a sus estudiantes, la retroalimentación se hace más transparente y más eficiente.
Luego, siguen las decisiones en relación a la educación y el aprendizaje personal de cada estudiante. Aquí se asegura, que, si es preciso volver al tema anterior, se haga la retroalimentación necesaria al alumno; y tal vez, salga a la vista, que la tarea educativa y formativa por parte del Docente no fue a través de la mejor estrategia.
Si haces bien esta actuación con respeto a la Evaluación, seguramente lograrás que la práctica de los conocimientos teóricos impartidos por ti, sean los mejores, esto, a que fueron evaluados a través de un mecanismo de intervención y Evaluación acordes a un trabajo crítico y constructivo.
Mucho que decir, es un tema que merece una tesis doctoral. Por ahora, sólo quiero que a través de pinzadas pequeñas, hagas observación de la importancia de nuestros alumnos en la Evaluación de cada Proceso Educativo, también la de nuestros Docentes y Comunidades Educativas Institucionales.
Autor: William H. Estrada Pérez, Redactor en la Gran Familia de hermandadblanca.org
