El Mensajero Lunar, Luna Llena de Capricornio 2012

Rosa (Editora)

zodiaco - capricornio

Perspectivas de Sabiduría 1: Los Devas

Con el solsticio de invierno, Capricornio es el momento más oscuro del año, pero desde el punto de vista energético, es el momento del amanecer de los devas. Al igual que durante el amanecer de cada día, particularmente durante este periodo podemos recibir la luz espiritual. Simbólicamente se dice que en este momento los siete Señores de la Flama cantan las oraciones al Dios del Sol en voz Baja. Es por ello que el tema de El Mensajero Lunar de este mes es «Perspectivas de Sabiduría 1: Los Devas.»

Mundos de Luz

Cuando una vaca come hierba, transforma la hierba en leche. La vaca no sabe cómo sucede esta transmutación alquímica interior. El maravilloso proceso es guiado por inteligencias de la naturaleza. En todas partes en la naturaleza vemos estas inteligencias trabajando; se ocupan de procesos elevadamente complejos y de mantener estructuras y patrones de una manera adecuada. Los científicos modernos no aceptan la existencia de estos seres sutiles; el Maestro EK lo llama una cuestión de madurez por la que la ciencia aún tiene que esperar. La ciencia espiritual los llama Devas; en Occidente se llaman espíritus de la naturaleza, ángeles y arcángeles.

Podemos imaginar a los Devas como centros de energía que trabajan los diferentes estados y planos de la creación. En sánscrito Divi significa radiante y por tanto los seres de luz son llamados Devas. Hay un gran número de inteligencias cósmicas, planetarias y micro-cósmicas en nosotros y en los diferentes reinos de la naturaleza. Los maestros también son llamados Devas, Guru Devas, seres iluminados que se mantienen enseñando a otros para que encuentren también la Luz. Así que los Maestros de Sabiduría son seres humanos que han alcanzado el estatus de Devas y se convierten así en fuentes de culto. Un individuo no convertirse en Maestro porque otros le den el título de «maestro» sino porque es impersonal y puede inspirar como un Deva.

Los Devas no conceden favores personales; trabajan de manera impersonal, como las funciones de nuestro cuerpo o los planetas. En su esencia, no son mentales y así trabajan para el plan de la tierra. Cuando nos elevamos al plano búdico y trabajamos también de manera impersonal, podemos vincularnos con la actividad dévica y formar parte del equipo.

Todos los Devas surgen de Devi, la Luz original del Mundo. Es adorada en una forma femenina, como una energía femenina, porque ella es la primera emanación o transformación de la existencia eterna. Es así como se ha llegado a la tradición de la adoración de la Madre del Mundo. En los Vedas se llama Aditi, la Luz más allá de la oscuridad, que no es visible con los ojos. Cualquier luz es una parte de esa Luz; ninguna luz es independiente de la misma. Incluso los seres iluminados oran a ella porque las diferentes luces emergen de esta Luz.

Aditi es representada como un círculo con un punto central. Se recomienda meditar sobre este símbolo, permanecer en el centro del punto y sentir el círculo alrededor de nosotros. Cuando vemos regularmente el círculo a través de la pantalla de nuestra mente, se abre una puerta circular. La luz de Aditi es la luz de la visión oculta; también se llama la Luz omnipresente que levanta el velo de la naturaleza y así nos hace ver la Luz detrás de cada forma y actividad.

Adityas, Rudras, Vasus

La Luz original se subdivide en 12 cualidades de la luz. Se llaman los 12 Adityas, los hijos de Aditi. Estos son los Devas de radiación o de conciencia. Son el aspecto del alma del ser solar que se expresa a través de los 12 meses del año como las 12 cualidades de los signos solares. En nuestro cuerpo encontramos los 12 signos del sol ubicados desde la cabeza a los pies. Los Adityas trabajan en nosotros como conciencia, instinto, intelecto e intuición, como pensamientos y acciones. Ellos están representados por el símbolo del dodecaedro y forman el primero de los tres grupos principales de Devas.

El segundo grupo de Devas llamados Rudras contiene a los Señores de la vibración. Ellos crean vibraciones en el Akasha y así perturban la luz original, como un guijarro arrojado a un lago. A través de este «rugido de los Rudras» la Luz se multiplica en 7 luces y el sonido primordial en 7 sonidos. Los Rudras son energías de primer rayo; pueden crear y destruir. Destruyen la unidad y crean multiplicidad; también destruyen la multiplicidad para volver nuevamente a la unidad. Por tanto, representan el aspecto de la voluntad del alma y nos ayudan a destruir obstáculos. Hay 11 Rudras que transmiten su fuerza a través del éter. Trabajan con procesos de pulsación como respiración, con movimiento y funciones eléctricas.

El tercer grupo de Devas son los Vasus, los Devas de materialización. Los 8 Vasus permiten la manifestación material, rigen la evolución y las funciones de creación y permiten a los seres entrar en ella y desarrollarse. El átomo gana su poder a través de los Rudras y su densidad en el plano material a través de los Vasus. Junto con los Ashwins Mitra y Varuna, el principio de las energías de derecha e izquierda, macho y hembra, hay 33 grupos principales de Devas (12 + 11 + 8 + 2).

Sin el cuerpo físico ni podríamos sentir ni darnos cuenta de la existencia de los grupos de Devas trabajando en nosotros como una unidad. Conectándonos con ellos y visualizando su trabajo en los centros etéricos comenzamos a darnos cuenta de su actividad en nosotros. Su capacidad nos hace ver y oír dentro y fuera o utilizar los otros sentidos. De esta manera tomamos conciencia poco a poco de la conexión entre lo físico y los mundos sutiles.

El Cuerpo Humano

No aportamos nada para que los Devas estén con nosotros. Actúan por compasión y amor impersonal. Las inteligencias que trabajan en nosotros sufren dolor inconmensurable cuando abusamos de ellos y actuamos irresponsablemente con nuestro cuerpo y los sentidos. Los Devas en nosotros funcionan de manera rítmica y, en consecuencia, nuestro cuerpo permanece sano. Si, sin embargo, nuestra forma de vida trasciende su ritmo, ellos retroceden lentamente; sienten que el cuerpo ya no es un lugar seguro para ellos. Cuando, por ejemplo, se retiren del sistema digestivo, lo sentimos como indigestión. Cuando los Devas abandonan su trabajo en el hígado decimos, «mi hígado ya no funciona bien.» Los Devas se mantienen alejados hasta que corrijamos nuestro comportamiento. Si no vuelven más, tenemos que pensar en un trasplante. Cuando nos comportamos bien, siguen funcionando. Consideran la luz en nosotros como su Salvador, «sentimos la Luz y por lo tanto podemos quedarnos».

Nuestro cuerpo es el resultado de un trabajo muy largo de los Devas, que han creado una hermosa morada para el alma que vive dentro, por ello no debe ser objeto de abuso. Las escrituras orientales dicen que con el cuerpo humano preparado por los Devas, la creación ha alcanzado su punto más elevado, porque con este cuerpo podemos experimentar todos los 7 planos de existencia. Es por eso que el hombre es considerado la imagen de Dios. Es más grande que los Devas; ya que ellos necesitan un cuerpo humano para venir a la tierra. Los ángeles necesitan la cooperación con los seres humanos para poder llevar a cabo el plan divino en la tierra. Los seres de los reinos inferiores no pueden crear un contacto consciente con los Devas y ascender a ellos. Nosotros tenemos esta posibilidad a través de nuestro cuerpo humano. Pero cuando no sabemos como tenemos que comportarnos con el cuerpo, nos aprisionamos y sufrimos problemas.

El trabajo de los Devas en nosotros puede incrementarse si nos vinculamos a ellos conscientemente y actuamos desde esta conciencia. De esta manera, los alimentos que comemos pueden tomarse como un regalo de los Devas, para que el fuego de la digestión queme bien y nos puedan apoyar de esta manera.

Cooperación con los Devas

Los Devas son complacidos con rituales; es por ello que los rituales de curación o los himnos de invocación han llegado para pedir curación para enfermedades incurables o para conjurar el hechizo de la mala salud. Invitamos a los Devas manteniendo el espacio y la naturaleza que nos rodea libre de impurezas, decorandolos con cosas puras y finas y santificando el ambiente con velas e incienso. Los varios regalos a base de hierbas utilizados en el ritual del fuego están energéticamente relacionados con diferentes inteligencias cósmicas. Los Devas se complacen cuando les ofrecemos alimentos de fuego que son energéticamente más agradables para ellos y los invocamos con sonidos adecuados. Así se cantan los mantras y se ofrecen oraciones, entonces los Devas nos ayudan con actos de buena voluntad. En sánscrito se dice, «Para invitar a los Devas y expulsar a los demonios, invoque OM» Especialmente en los días de luna llena y luna nueva podemos profundizar la relación con los Devas. Si siempre hacemos los rituales a la misma hora, son aún más eficaces.

A los Devas les gusta cooperar con aquéllos que realizan actos de caridad; recibimos sus bendiciones cuando ayudamos a otras personas o al menos damos agua a una planta o algunos granos a las aves. En la India se reparte ropa para buscar la protección y las bendiciones de los Devas para una persona.

Con caridad y adoración diaria habrá dos ángeles que nos protegerán todo el tiempo. Ellos se asignan a sí mismos para orientarnos, protegernos y también iluminarnos. Ellos hacen visibles nuestras locuras personales y nos instruyen sobre cómo rectificar. El trabajo de los Devas es para ayudarnos en la dirección en la que debemos avanzar. Para ello podemos pedir su cooperación y apoyo.

Fuentes: K.P. Kumar: Sri Suktam / Notas de seminarios. E. Krishnamacharya: Vishnu Purana. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España. (www.worldteachertrust.org / www.edicionesdhanishtha.com)

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