Que el miedo no te detenga
Miedo que paraliza: 3 pasos para avanzar a pesar del miedo
El miedo fue, en los primeros días de la humanidad, un instinto de supervivencia, un aliado para alertar y proteger la vida de los seres humanos, acechados en aquella época por graves peligros. La descarga de adrenalina que provoca la sensación del miedo en el cuerpo humano, los preparaba a correr con mayor velocidad y a tener más resistencia momentáneamente.
Hoy en día ese miedo carece de utilidad, salvo en caso excepcionales, y la descarga de adrenalina surge en momentos en que no existe un peligro real, sino que nos sentimos acechados por nuestra propia mente, nuestras debilidades o inseguridades.
Podemos clasificar a los miedos en aquellos que “suceden” y en los que “requieren acción”.
Los que suceden son la vejez, las enfermedades, los accidentes o la pérdida de un ser querido.
Los que requieren acción son hablar en público, comenzar o terminar una relación, una carrera o un empleo, tomar decisiones, cometer errores, la intimidad, o hacer nuevos amigos.
Todos estos temores concretos podemos a su vez agruparlos en otro nivel de miedo que involucra al ego, y tiene que ver con estados mentales internos y no tanto con las causas externas que parecieran ser el detonante. Estos miedos más profundos son el miedo al fracaso, la desaprobación y la pérdida de nuestra imagen ante los demás. Y son las causas subyacentes que nos incapacitan a dar un discurso, o nos estancan en un trabajo que nos hace infelices ya que no somos capaces de enfrentar nuevas entrevistas laborales.
No puedes hacer que el miedo se vaya
Lamentablemente, no hay una receta para dejar de sentir miedo. Mientras sigas creciendo y empujando tus límites fuera de tu zona de confort, sentirás miedo. Cada vez que intentes algo nuevo y desafiante, hará su aparición.
Si esperas a no sentir temor para comenzar a realizar tus sueños, nunca avanzarás, no te moverás de tu actual situación.
L a única forma de superar el miedo a hacer algo es hacerlo, y varias veces hasta que sientas la confianza en ti mismo. Te aseguro que esto es mucho mejor que no hacer nada y vivir con miedo toda la vida.
#1 Del dolor al poder
Ya sabemos que hay muchas personas haciendo innumerables actividades, a pesar del temor que puede causarles, por lo tanto, el miedo no es el problema. El problema es que nos quedamos en una posición de dolor y victimización en lugar de pasar a una posición de poder: poder interior, poder de crecer, poder de crear felicidad y alegría en nuestra vida.
Cada día, haz algo por ti mismo que te haga avanzar del dolor al poder, un pequeño paso cada día te ayudará a acercarte a tu parte poderosa. Toma pequeños riesgos positivos y expande tu zona de confort.
#2 Cambia a un vocabulario positivo
Comienza los cambios de manera sencilla, con las palabras, que son tan poderosas. Utilizar las palabras correctas puede ayudarnos a llegar muy lejos en nuestro camino de superar el miedo. Aquí van algunos ejemplos:
En lugar de decir “no puedo”, di “no quiero”: tú tienes el control de la situación y decides no hacer algo.
En vez de decir “debería”, di “podría”. Debería suena a total debilidad y culpa, mientras que podría es tu opción, tú elijes.
“No es mi culpa”, es otra frase que te quita el poder sobre tu vida, aún cuando la frase completa sea “no es mi culpa haberme enfermado” debes afrontar que algo puedes cambiar para la próxima vez. Di “soy totalmente responsable” de mi enfermedad, o lo que sea. Observa lo que puedes hacer para que no vuelva a ocurrir, podrías comer más saludable, dormir mejor, hacer ejercicio.
“Espero” es otra expresión víctima, “espero conseguir empleo”, no tiene poder. “Lo sé” tiene mucho más fuerza. “Sé que conseguiré el trabajo, ¡no tengo dudas!”
# 3 Rodéate de pensamientos positivos
Escucha audios y videos positivos, y motivadores. Suscríbete a blogs o sitios que destaquen el pensamiento positivo hacia ti mismo y los demás. Lee libros inspiradores.
# 4 Cuán completa esta tu vida entera
Desarrolla y alimenta todos los sectores que conforman tu vida de modo que todos ellos tengan igual importancia. El trabajo, los amigos, la pareja, el crecimiento personal, el esparcimiento, un hobby, la familia… Todos ellos son parte de tu vida y si a todas les das la importancia que tienen siempre vas a tener una base importante para cuando surjan los problemas en alguna de las aéreas. Por ejemplo, si solo pones tu energía y amor y tiempo en la pareja, claro que vas a temer perderlo o perderla, y si, por cualquier motivo, te quedas sin él o ella, tu vida estará vacía. Si, en cambio, conscientemente pones el cien por ciento de tu amor en cada aspecto de tu vida, si te quedaras sin tu pareja ¡claro que será doloroso! pero no será el fin del mundo, porque podrás apoyarte en el resto de las áreas de tu vida.
Para más información sobre este tema puedes leer el libro de Susan Jeffers “Feel the fear and Do it anyway!”
Recuerda que empujar tus límites y crecer depende ti mismo. Sólo tienes una vida para lograrlo.
AUTORA: Carolina Cobelli, redactora de la gran familia de La Hermandad Blanca
Que el miedo no nos detenga….