Motivación (13) ¿Cualquier medio?
Motivación (13) ¿Cualquier medio?
Introducción
En esta ocasión vamos a presentar el problema de cómo vamos a lograr nuestros objetivos. Si elegir lo que queremos ya exige un esfuerzo, una decisión, el buscar los medios para lograrlo nos obliga a elegir si queremos elevarnos o si estamos dispuestos a degradarnos. A esto nos referimos cuando preguntamos ¿Por cualquier medio?
¿Por cualquier medio?
Uno de los problemas que se nos presentan en la vida es si debemos conseguir las cosas por cualquier medio.
Entendemos que si nos proponemos una meta es porque estamos dispuestos a conseguirla. Pero a veces se nos ofrecen opciones que no corresponden con nuestro desarrollo ético. ¿Qué debemos hacer?
Hay una frase que estuvo de moda en los años ´60 y era “el medio es el mensaje”. Se refería a que los medios de comunicación no son neutros y que el medio que usamos ya está enviando un mensaje. En esta ocasión vamos a aplicar ese lema a nuestro problema, que es conseguir nuestros objetivos y si cualquier medio vale.
Cueste lo que cueste
Otra frase sobre el logro de los objetivos es la de lograrlo “cueste lo que cueste”. En este caso nos referimos a si estamos dispuestos a hacer un esfuerzo. Entendemos que en la vida todo tiene que ser logrado con esfuerzo y con méritos. Si queremos tener una profesión estamos obligados a estudiar y a realizar las prácticas necesarias. Entonces estamos dispuestos a llegar a la meta “cueste lo que cueste”
¿Cuál es la diferencia?
¿Hay alguna diferencia entre lograr nuestras metas “por cualquier medio” o lograrlas “cueste lo que cueste”? Sí, hay mucha diferencia.
Cuando decimos “por cualquier medio”, nos estamos poniendo a disposición de las circunstancias. Son los demás los que ponen las condiciones. Cuando decimos “cueste lo que cueste” somos nosotros los que tomamos el control. Estamos dispuestos a hacer los esfuerzos necesarios para conseguirlo. Nosotros ponemos las condiciones.
Esas condiciones implican lograrlo sin trampa. No vamos a aprovecharnos de los demás. No vamos a sacrificar a alguien para lograr nuestros objetivos. Pero, si es necesario competir, lo vamos a hacer en un juego justo.
Esas condiciones implican lograrlo sin trampa. No vamos a aprovecharnos de los demás. No vamos a sacrificar a alguien para lograr nuestros objetivos. Pero sí es necesario competir, lo vamos a hacer en un juego justo.
Si para conseguir algo vamos a estar dispuestos a aceptar las exigencias de los demás y a ponerlas por encima de nuestros valores, estamos creando un modelo de dependencia. Una vez que aceptamos ser esclavos de las circunstancias ya hemos dado el mensaje. Nos pueden comprar.
Si por el contrario somos nosotros los que ponemos las condiciones, si dejamos claros que vamos a jugar con justicia, entonces estamos dispuestos a pagar el precio. Incluso, si, en último caso, para mantener nuestros valores tenemos que renunciar a nuestra meta vamos a hacerlo.
La ética no está en juego
Esto último parecería una contradicción. Pero no lo es. En realidad si tenemos un alto desarrollo ético o, en otras palabras, si estamos desarrollando nuestro carácter, tenemos una meta más elevada que cualquier meta en particular. En las metas particulares, puede haber varias opciones. Por ejemplo, si quiero un empleo, busco varias alternativas. Pero cuando alguna de esas alternativas se refiere a nuestra ética deja de ser una opción.
Podemos recordar la imagen que está en el Nuevo Testamento de la Biblia. Donde el diablo tienta a Jesús diciéndole, si me adoras te daré todo el poder en la tierra. Es decir, si renuncias a tu libertad, te doy poder.
Si te humillas puedes participar de lo que tengo. Yo seré el medio para que tú consigas lo que quieres. En este caso, Jesús no tenía opción. Su desarrollo ético, su carácter no podía ser tocado. Sus metas no se podían relacionar con perder su libertad, no podía perder su derecho a ser quien decide los medios.
Pero aquí está el engaño. El medio es el que marca los límites para conseguir el objetivo. Lo que el engañador le estaba diciendo a Jesús era: Mi objetivo es que no desarrolles tu carácter. Mi objetivo es que seas mi esclavo. Mi objetivo es que les enseñes a los demás a ser dóciles.
Lo que el engañador le estaba diciendo a Jesús era: Mi objetivo es que no desarrolles tu carácter. Mi objetivo es que seas mi esclavo. Mi objetivo es que les enseñes a los demás a ser dóciles.
Por cualquier medio
Hay personas que quieren que otros les solucionen sus problemas. Este es el caso de quienes se unen a una institución para que los mantenga toda la vida. Siempre vivirán con el temor de que esa institución los expulse si ellos no les son fieles. El medio que han elegido para conseguir sus fines, los va a tener bajo control toda la vida. Esas instituciones quieren a personas dóciles.
El medio es hacer esfuerzo
Lo realmente ético es aprender a defendernos y a hacernos responsables. Esta es una de las razones por las que nuestros padres nos insistían en que tuviésemos una profesión. El que no tiene mucho que ofrecer, va a estar dependiendo de la “caridad” de otros de la buena voluntad de quien lo ayuda. Pero ¿quien asegura que esa “buena voluntad” es gratuita?
En la vida vamos a encontrar a personas que nos dan consejos. Siempre debemos preguntarnos hasta qué punto esos consejos están ajenos a cualquier interés. Por eso antes de hacer algo a la manera de otro, debemos preguntarnos qué gana el otro si lo hacemos a su manera.
Antes de hacer algo a la manera de otro, debemos preguntarnos qué gana el otro si lo hacemos a su manera.
No somos manada
Una de las cosas que tenemos que aprender en la vida es que somos diferentes a los animales que andan en manada. Ellos actúan como especie. Si estudiamos las manadas de un tipo de animal, en diferentes épocas y en diferentes lugares, veremos que aunque sean diferentes individuos su comportamiento es casi idéntico. Con los seres humanos ocurre algo diferente. Entre más desarrollado es un hombre o una mujer, más diferente es a todos los demás.
Si aceptamos que somos miembros de una manada, siempre vamos a conseguir a alguien que nos va a decir por donde debemos seguir para ser igual él. Pero nuestra misión no es ser igual a nadie y debemos conseguir nuestros objetivos a nuestra manera, con nuestro esfuerzo. Sin los atajos engañosos que otros nos ofrecen.
Los que saben más que nosotros
Ya hemos dicho que para ser independientes debemos estudiar, debemos aprender y que para esto necesitamos a gente sepa sobre ese tema más que nosotros. Podemos incluso imitarlos mientras aprendemos, pero una vez que adquirimos la experticia debemos seguir nuestro camino y adquirir nuestro estilo.
Como ejemplo, tenemos el caso del hijo de un gran cantante.
Su padre le enseña el arte y el hijo lo aprende y canta de manera muy parecida al padre. Pero todo el mundo sabrá que es un imitador de su papá. Solo cuando el hijo busca su propio estilo y se presenta como un cantante único, que no nos recuerda a nadie más, es cuando se puede decir que ha descubierto su camino. Su padre ha dejado de ser el modelo y el joven ha dejado de ser una copia.
Es cierto que debemos aprender de los demás, incluso que por un tiempo podemos tomarlos como modelos. Pero una vez que hemos aprendido de ellos, estamos en el deber de descubrir cuál es nuestro camino. Tenemos que avanzar solos.
El medio es el mensaje
Cuando decimos que “el medio es el mensaje” lo que estamos diciendo es que el logro de nuestros objetivos debe estar enmarcado en aprender a ser libres, en aprender a valernos por nosotros mismos.
En este sentido la frase “el medio es el mensaje” la podemos interpretar como: cuando eres un seguidor eres una copia. Cuando buscas tu propio camino, eres original, único. Solo en ese momento estamos en camino de conocer quiénes somos.
Este es un paso doloroso. Se presta para conocer nuestras dudas, nuestros temores. Es el tiempo en que sentimos que no estamos a la altura.
Aunque parece increíble, nada da más temor que ser nosotros mismos. El miedo a que otros no nos acepten. El rechazo por que no respondemos a los intereses de los demás. Todo esto exige fortaleza. Pero cuando nos atrevemos, nos damos cuenta que los demás no tienen otra opción que aceptarnos. Incluso quienes buscan seguidores, dejarán de buscarnos y eso será ptro éxito para nosotros.
¿Estamos sobrevaluados?
El caso de un ascenso de trabajo
Esta lucha también se observa cada vez que nos esforzamos por algo. Siempre habrán obstáculos que tendremos que afrontar. Tomemos un ejemplo de que nuestro jefe nos ofrece un ascenso en la compañía.
Podemos sentir que nos están sobrevaluando. Es posible que nuestros compañeros nos hagan sentir que no tenemos derecho a ese ascenso. Sin embargo, lo tomamos y nos esforzamos por hacerlo lo mejor que podemos. Nos probamos con la experiencia. Nos van a comparar con otros que ejercieron la función antes que nosotros, pero tenemos que dejar claro que estamos creando nuestro estilo. Este estilo está relacionado con nuestro carácter. Estamos desarrollando nuestro carácter.
Vamos a conseguir que algunos compañeros que están dispuestos a colaborar. Unos a cambio de exigencias que no habíamos esperado.
Otros de manera desconsiderada nos querrán hacer quedar mal. Tendremos que tener respuestas ante cada circunstancia y es aquí donde comprendemos que no “vale todo”. Que no estamos dispuestos a triunfar por cualquier medio.
En casos como estos, en los que nos preguntamos si estamos en el cargo que nos corresponde o si hemos sido sobrevaluados, una sugerencia es la de permanecer en el cargo al menos un año. Luego decidir si seguimos o solicitamos cambio.
En este caso de un ascenso, también está la relación con los jefes. También aquí debemos pensar si tenemos que aceptar todas las decisiones que se imponen o si hay ciertos límites que tenemos que dejar claros. Nuevamente, surge el problema de si tenemos un estilo o si vamos a aceptar todas las direcciones de quienes están en cargos superiores.
La pregunta siempre es si estamos desarrollando nuestro carácter o si nos limitamos a seguir instrucciones.
El patito feo
Vamos a finalizar esta reflexión recordando el cuento del patito feo.
Mientras creamos que debemos ser como los demás, vamos a sentirnos como el patito feo, hasta que descubrimos que no somos como nadie más.
Cuando descubrimos que el modelo que vamos a seguir es único y está dentro de nosotros, seremos libres para ser quienes somos.
Conclusión
El objetivo de este artículo es llevarnos a preguntarnos por el problema ético sobre el logro de nuestros objetivos. En la vida siempre tenemos que tomar decisiones. Elegimos nuestras metas, pero después descubrimos que hay muchas formas de lograrlas.
Algunas de esas formas nos elevan y nos ayudan a desarrollar nuestro carácter. Otras nos llevan al fondo y nos relaciona con los sectores degradados de la sociedad.
En realidad siempre estamos entre dos caminos. Nosotros siempre tenemos que elegir si nos elevamos o si descendemos.
Referencias
José Contreras redactor y traductor en la gran familia de la hermandadblanca.org
Sugerencias
Ejercicios para aplicar el concepto del karma
Sueño 1: los tres velos entre el Hombre y Dios. Anna Bonus Kingsford