Peter Darcy – ¿Dios permite que las almas en el purgatorio visiten a los vivos?
Noviembre es el mes de los difuntos y de las almas del purgatorio. Es un recordatorio anual de nuestra obligación de rezar por las almas de quienes, como lo dice nuestra doctrina, están en proceso de la purificación después de la muerte.
Las almas en el Purgatorio se han arrepentido de sus pecados, pero aún no los han expiado. Y ahí es donde nosotros entramos. Mientras que los santos rezan por nosotros, nosotros deberíamos rezar por las almas que se han ido antes de nosotros. Esta vasta comunión de santos que se extiende desde la Tierra al Cielo y de regreso del Cielo a la Tierra es lo que llamamos el Cuerpo Místico de Cristo – La Iglesia.
La Doctrina y el Sentido Común
El Papa Benedicto XVI una vez dijo en una entrevista que si no hubiera doctrina del Purgatorio, la hubiéramos inventado, y tenía razón. Todos los seres humanos somos pecadores, y estamos conscientes de que mancha los niveles más profundos de nuestras almas. La purificación del alma requiere una limpieza espiritual que solo Dios puede proveer. Solamente en casos extraños de extrema santidad y sufrimiento, una persona queda purificada por completo de su pecado en este mundo antes de la muerte. Ese es el entendimiento de la naturaleza humana de nuestra doctrina y sentido común.
Hay varias bases bíblicas vinculadas con nuestra creencia de que el Purgatorio existe, y no es mi propósito probarlo. Creer en el Purgatorio está establecido en la Tradición Cristiana. Lo que necesitamos es un recordatorio periódico de que algún día estaremos en ese lugar de purificación después de la muerte. En ese momento, ¡necesitaremos de alguien que rece por nosotros! El festín de Todas las Almas es el día de nuestro año litúrgico donde recordamos dicha necesidad. No obstante, las almas en el Purgatorio siempre necesitan de nuestras oraciones.
A veces ellos piden
En ocasiones, como una señal tangible de esto, Dios incluso permite que las almas en el Purgatorio les pidan a los vivos por oraciones de una forma muy directa. Muchas personas reciben visitas y señales desde “el más allá” indicando que alguien necesita de oraciones. Esto no forma parte de la doctrina como tal, pero parece tener raíz en la experiencia común de la fe de la Iglesia. Es totalmente consistente con nuestra creencia en la Misericordia del Dios. Y experiencias como éstas siempre requieren de discernimiento. Por eso les traigo una historia fascinante:
Hace varios años, mis sobrinos asistían a un internado donde uno de sus profesores murió de un ataque al corazón durante las vacaciones de verano. Mi sobrino respetaba al profesor, quien fue amable con él de maneras significativas. Una noche en su dormitorio, mientras todos los demás estudiantes dormían, mi sobrino escuchó pasos. De repente sintió la “presencia” de alguien en la habitación con él. Fue definitivamente un hombre, y mi sobrino estaba un poco asustado porque ningún adulto hubiese estado ahí a esa hora de la noche. Con una sensación de alarma, se cubrió la cabeza con su sábana. La presencia se acercó a su cama y le dijo algo que solo su profesor fallecido hubiese dicho. Él incluso reconoció su voz.
Ningún otro estudiante escuchó la voz ni se despertó. La presencia no hizo contacto físico, no dijo nada más, y luego se fue. Cuando mi sobrino destapó su cabeza, él vio lo que pareció como la espalda de alguien que le recordó a su profesor, quien caminaba fuera de la recamara. Mi sobrino exhaló aliviado y se volvió a dormir. Él quedó, sin embargo, afectado por la experiencia y luego me preguntó lo que significaba.
El permiso de Dios
Le dije que a veces las almas en el Purgatorio –aquellas que no tienen quién ore por ellas- son autorizadas por Dios para que le informen a alguien que conocieron en la Tierra que necesitan oraciones. Esto es para que puedan terminar su proceso de purificación y entren al Reino del Cielo con la asistencia de cierta parte de la Iglesia. En ese sentido, yo inmediatamente organicé una misa en honor al alma del profesor. También encomendé al hombre al generoso amor de la Virgen María, quien se preocupa por aquellos que atraviesan la difícil prueba de la purificación. Si de verdad era alguien en el Purgatorio que no tenía quién rezara por él, mi sobrino y yo lo auxiliamos. Esto, después de todo, es a lo que nos referimos con la comunión de los santos.
Mi sobrino no tuvo otra “visión” de su profesor. Ninguno de nosotros recibimos una señal o confirmación de la efectividad de nuestras plegarias, pero esto no fue necesario. La oración es un acto de fe. Sabíamos que el hombre estaba ahora en las manos de Nuestra Señora. Con esa confianza, era seguro de que él ya no estaba solo en su sufrimiento.
Distinciones importantes
Debo detallar lo que le expliqué a mi sobrino. Dios a veces le permite a las almas del Purgatorio que aparezcan en este mundo para pedir por oraciones. Pero éste no es el curso normal de las cosas.
Tenemos muchas evidencias de que estas visitas ocurren. El Padre Pio, por ejemplo, solía recibir visitas de almas del Purgatorio regularmente. Pero nosotros nunca pensamos que nos sucedería, y bajo ninguna circunstancia deberíamos querer que los muertos se nos aparezcan.
Las almas atravesando la purificación en el otro mundo tienen trabajo por hacer. No deberíamos desear intervenir en ese trabajo, a menos que Dios lo decida por alguna razón que solo Él y el alma individual conocen.
Una precaución
Yendo más allá, nosotros nunca debemos pretender contactar a los muertos, una tendencia que parece estar creciendo cada vez más en una época que ha abandonado la santidad de la tradicional fe Cristiana. La Catequesis Católica pone esta práctica en la categoría de “divinidad” y dicta que:
“Toda forma de divinidad debe ser rechazada: acudir a Satán o demonios, conjurar a los muertos y otras prácticas falsamente destinadas a revelar el futuro. Consular horóscopos, la astrología, lectura de las palmas, interpretación de amuletos, el fenómeno de la clarividencia, y los médiums; todos representan el anhelo por poder sobre el tiempo, la historia y, en el último análisis, otros seres humanos, así como el deseo a controlar fuerzas ocultas. Ellos contradicen el honor, el respecto, y el amor temeroso que le debemos solamente a Dios.”
Mientras que la persona que pretende contactar a un ser querido fallecido cree que él o ella lo hace inocentemente, la práctica no es otra cosa que “conjurar” a los muertos. Esto es una de las cosas espirituales más peligrosas que podemos hacer, porque abre el poder de los demonios.
Vamos a no ratificar tan rápidamente que lo que le sucedió a mi sobrino fue la visita de un alma del Purgatorio sin hacer una examinación más cercana. ¿Cómo sabemos que no estaba siendo visitado y engañado por un demonio? Mi sobrino estaba asustado, y pienso que la mayoría de las personas hallarán la visita de un fallecido como una cosa confusa. Pero los demonios también buscan interactuar con las personas, así que necesitamos revisar con cuidado dichas experiencias.
Vamos a considerar 5 dimensiones de la experiencia de mi sobrino como puntos de disensión para entenderlo mejor:
- La presencia
Mi sobrino intuitivamente supo que la presencia en su habitación esa noche era un hombre. No tiene sentido preguntar cómo lo supo porque es una intuición personal que fue acorde a la experiencia. Pero un punto clave de disensión es que los demonios no tienen género, mientras que los humanos poseen características de género cuando morimos porque es una parte de nuestra identidad individual única.
La presencia fue perturbadora para mi sobrino porque era demoníaca o porque estaba “intranquila” en un sentido espiritual. Una alma solitaria en el Purgatorio, sin que alguien rece por ella, califica como intranquila. En cualquier caso, no hay sentido de paz en la experiencia. Esto significa que no fue Dios, ni un ángel, ni un santo lo que lo visitó esa noche.
- El escenario y el recibidor
Los demonios no están enlazados con el espacio y tiempo. Ellos parecen en cualquier lugar de la Tierra por voluntad. Los humanos que regresan de la muerte, sin embargo, son propensos a volver a sitios donde habitaron mientras vivían. Las “almas errantes” de las leyendas son eso, leyendas. No hay ningún testimonio en la tradición Cristiana, que yo sepa, que indique que las almas humanas rondan por la Tierra para pagar por sus pecados o pedir oraciones.
Las almas que son autorizadas por Dios a regresar de la muerte siempre parecen estar en lugares donde vivieron. Si su propósito es pedir oraciones, ¿por qué acudirían a alguien que no reza? Por eso, el profesor “eligió” a un estudiante que sabía que probablemente tendría una interpretación de la experiencia basada en la fe.
- La voz y la falta de engaño
Aunque los demonios pueden muy fácilmente imitar la voz de cualquier humano como una forma de engaño, el reconocimiento personal de la voz del profesor fue necesario. El profesor tuvo que hacerle saber de manera personal al receptor que se trataba de él para que orara específicamente por él.
Otro punto crítico de disensión es que la voz no le pidió a mi sobrino nada ni prolongó su visita más allá de un encuentro fugaz. Los demonios siempre tratan de persuadir a los humanos a tener un contacto largo con ellos con el fin de corromperlos. ¿Recuerdas a Eva y a la serpiente en el Jardín de Edén? Aquí, no hubo ninguna solicitud, ni conversación extensa, ni engaño de ningún tipo.
- La falta de malicia
Continuando con el último punto, no había tampoco una sensación de malicia en la experiencia, incluso siendo tenebrosa por su propia naturaleza. La presencia no fue amenazante ni hizo que mi sobrino se sintiera en peligro. Los demonios, quienes son pura maldad, a veces comunican un sentimiento de malicia por su simple presencia. La sensación de malicia es un sentimiento que suele perdurar hasta después de la experiencia. Mi sobrino nunca sintió eso, ni siquiera luego de la visita.
- Libertad y fe
Como señalé, solamente un creyente interpretaría una experiencia de este tipo bajo la luz de la fe y llegaría a la conclusión de que el misterioso visitante en el dormitorio esa noche era del Purgatorio, no del Infierno. El visitante no hizo ningún anuncio de ser “El señor tal cosa, tu profesor formal, sufriendo en el Purgatorio, necesitando oraciones”. Tal vez Dios limita a las almas de pedir por oraciones de una manera tan explícita (aunque las que visitaban al Padre Pio parecían bastante directos con la información relacionada con su estado).
Con fe, vemos indistintamente, como en un espejo, lo que es y eso es lo que pasó aquí. La libertad de mi sobrino de discernir o ignorar y de interceder o negarse a la necesidad de su profesor se mantuvo intacta.
Traducido por: Diana Martínez, redactora y traductora en la gran familia hermandadblanca.org
Canalizado por: Peter Darcy
Página original: https://www.catholicstand.com/does-god-allow-souls-in-purgatory-to-visit-the-living/
Bellisima informacion!!!!
El purgatorio no existe, dios es amor.
No es consecuente este articulo con su actuar porque venden publicidad a una clarividente. Da risa, en serio. Me disculpo por lo sincero.