Planeta 3.3.3: Un Hombre Celestial. Por los Guardianes de Tera
El planeta Tierra es una realidad virtual y fantasiosa que se originó por la distorsión y por la cantidad de energías-pensamientos del planeta original Satién (Satania) que viven en los cerebros humanos, haciendo de sus vidas una horrible pesadilla e irrealidad.
El planeta Tierra es una célula del universo y, como tal debe de ser vista y estudiada. Es un organismo vivo con necesidades de vida y existencia.
El planeta Tierra es un planeta amorfo (o no sagrado) residuo de un planeta que explosionó (Satién) y que pertenecía a La Osa Mayor.
Cada sistema solar es la manifestación de la energía y de la vida de una gran Existencia cósmica, que se denomina el Ser Unico, y se manifiesta como Espíritu, Conciencia y Materia. Cada uno de estos tres se manifiestan también en forma triple, totalizando los nueve Sephirot.
Estos, conjuntamente con toda la manifestación, el Todo, producen el diez (10) de la manifestación perfecta, o sea el HOMBRE perfecto.
Las nueve dimensiones.
Se puede comparar al universo, las dimensiones, los planos y los grados con el cerebro, los sistemas, los órganos, las células que forman el organismo humano. Lo podríamos ver así:
| DIMENSIONES | SISTEMAS | UNIVERSO |
1 | Creatividad | Reproductor | Razas-centros |
2 | Inferior | Oseo | Planetas-células |
3 | Primaria | Digestivo | Planetas-tejidos |
4 | Secundaria | Circulatorio | Planetas-órganos |
5 | Regular | Respiratorio | Organos-galaxias |
6 | Perfecta | Nervioso (encéfalo) | Galaxias-sistemas |
7 | Eterea | Metabólico | Sistemas-constelación |
8 | Divina | Glandular | Constelaciones. |
9 | Sublime | Neuronal (Cerebro) | Universo. |
0 | Principio Unico | Mente | Superuniverso. |
Satién era un planeta que pertenecía a La Osa Mayor. Esta constelación fue escogida por la Dimensión Regular para realizar las primeras implantaciones de todo lo que ellos habían creado en el laboratorio. Todos los seres humanos pertenecen a la quinta dimensión.
Los nueve sephirot:
Emanaciones divinas, su número es Diez, constituidas por los Sephirah.
Cada Sephirah representa a un grupo de ideas, títulos y atributos y corresponde a una parte del cuerpo, a un planeta etc. Los Sephiroth reciben los siguientes nombres: Kether, Chokmah, Binah, Cesid, Gueburah, Tiphareth, Nethzas, Hod, Jésod y Malkuth.
Cuando los Israelitas esperaban a su Mesías y Joshua Emmanuel apareció, ellos lo reciben como uno de los Sephiroth, el llamado: Jésod, que con el tiempo es cambiado por Joshua y Jesús en el mundo occidental.
Existe una analogía interesante entre el proceso de Creación de Dios y el proceso de crear formas mentales.
Las tres primeras etapas del trabajo del alma son: La emisión de la nota apropiada que indica el lugar del hombre en la evolución y la naturaleza de su «siquis». La transmisión de dicha nota por el Angel solar y los tres grupos de ángeles vinculados con los tres átomos. La vibración iniciada de acuerdo a la nota emitida dentro de estos átomos.
Estas tres etapas podrían considerarse primarias, demostrando (en relación con el microcosmos) los tres factores, sonido, color y vibración que, de acuerdo a la Ley de Analogía, reflejan los tres aspectos del macrocosmos. Tenemos aquí algo semejante al trabajo que realizan los tres primeros Sephiroth de la Kabala -primitiva etapa de la manifestación que tiene su débil reflejo en el trabajo realizado por el Alma en los tres mundos.
Entonces tiene lugar la segunda etapa en la cual prosigue el trabajo de construcción, hasta que el microcosmos, el hombre, hace su aparición en el plano físico. Le sigue la tercera etapa de evolución en la cual la naturaleza síquica del hombre ha de expresarse por medio de las formas creadas. Entonces los dos grupos siguientes de Sephiroth se reproducen en el hombre.
El segundo grupo de Sephirot tiene su analogía en el trabajo llevado a cabo en el impulso mente-deseo, emanado conscientemente del cerebro humano.
La tarea de los tres últimos Sephirot termina cuando la forma mental, ya revestida de sustancia emocional y mental, se concreta en lo físico.
Las nueve jerarquías.
En total son doce Jerarquías, las cuatro jerarquías que han logrado la liberación están ahora enfocadas en el plano astral cósmico. La quinta jerarquía creadora está conectada con la décima y con la constelación de capricornio.
Estas Jerarquías de Seres que llegan mediante el Rayo de Luz proveniente del centro, son las simientes de todo lo que luego existe, y sólo cuando vienen a la manifestación y evolucionan gradualmente las formas que ocupan, se hace necesario considerar los planos. Los planos, para algunas de estas jerarquías, son lo que las envolturas para la Mónada, los velos para la Vida inmanente, medios de expresión y exponentes de fuerza o energía, de un tipo especializado. Estas siete Jerarquías están veladas por los Rayos, pero cada una se encuentra detrás del velo de cada rayo, porque en su totalidad son las vidas que dan forma a todo esquema planetario dentro del sistema; constituyen las vidas de todo el espacio interplanetario, las existencias que se expresan a través de los planetoides y todas las formas de vida independizada inferior a un planeta.
Cada una de estas siete Jerarquías de Seres, Constructores o Agentes de Atracción, son los agentes constructores intermediarios; todos encarnan uno de los tipos de fuerza que emana de las siete constelaciones. Por lo tanto, su trabajo como intermediarios es dual, siendo:
1. Los mediadores entre el Espíritu y la materia.
2. Los que trasmiten a las formas que están dentro del sistema solar la fuerza que proviene de fuentes foráneas al sistema solar.
Cada grupo de estos Seres es de naturaleza septenaria, y los cuarenta y nueve fuegos de Brahma son la manifestación inferior de su naturaleza ígnea; cada grupo también puede considerárselo «caído» en sentido cósmico, porque están implicados en el proceso de construcción o son los ocupantes de formas de distintas densidades.
JERAR. | CONSTELA. | ATRIBUTOS | ANALOGIA | CUALIDAD | RAYO |
Primera | Estrella Polar Por Acuario | Dirección | Hijo de Dios | Estabilidad | 1º |
Segunda |
| Andrógino | Equilibrio | 2º | |
Tercera | Desconocida Por Géminis |
| La Trinidad |
| 3º |
Cuarta | Ritmo | El Padre | Velocidad | 4º | |
Quinta | Betelgeuse | Correlación | Hijo-Hombre | Visión | 5º |
Sexta | Dragón | Compasión |
| Luminosidad | 6º |
Séptima |
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| 7º |
1ra. Jerarquía. (6 de 12) Emana del Corazón del Sol espiritual central. Es el Hijo de Dios, el Primogénito en sentido cósmico, como Cristo fue el «Hermano mayor de una vasta familia» y la «primera flor de la planta humana». El símbolo de esta Jerarquía es el Loto dorado con sus doce pétalos plegados.
Ha de recordarse que esta Jerarquía es la sexta, pues ya han desaparecido cinco que fueron producto del sistema anterior, donde el objetivo era la Inteligencia o Manas. Las cinco jerarquías liberadas son la suma total de manas. En el orden es la quinta Jerarquía, y se dice que está en proceso de lograr la liberación final o recibir su cuarta Iniciación, causa de cierto fenómeno en nuestro planeta que ha merecido ser llamado la «Estrella del Sufrimiento». Existe un vínculo kármico entre el reino animal y la quinta Jerarquía creadora del sistema anterior, que se hace sentir en el hombre en la necesaria crucifixión de la naturaleza física animal, especialmente en la línea sexual. Debemos recordar que las jerarquías actúan bajo la Ley de Atracción, Ley de los Constructores.
2a. Jerarquía. (7 de 12) Está estrechamente vinculada con la Osa Mayor. Se nos ha dicho que entró a través del segundo ventrículo del Sagrado Corazón y es el prototipo de la Mónada. Es la fuente de la Vida monádica, pero no la Mónada; está muy por encima de ella.
Esta jerarquía, literalmente la séptima, permite la afluencia a nuestro sistema de esas Vidas que en el primer sistema solar permanecieron en su propio plano, siendo demasiado puros y santos para obtener una oportunidad en esa evolución tan material e intelectual. Aun en ésta, lo único que podrán hacer es influenciar a las almas encarnantes, impartiéndoles la capacidad para comprender la naturaleza de la conciencia grupal, la cualidad de los siete Hombres celestiales, pero no serán capaces de expresarse a sí mismos plenamente. Se obtendrá una clave de este misterio si el estudiante considera cuidadosamente que en nuestro sistema solar y en nuestros siete planos tenemos únicamente el cuerpo físico del Logos, y que ese cuerpo es una limitación para la expresión de Su triple naturaleza. La primera Jerarquía trata de expresar la vibración mental del Logos solar, y la segunda su naturaleza emocional o astral cósmica.
La energía de esta Jerarquía (cuyos números son el dos y el siete) produce la manifestación del divino Andrógino y los siete centros de fuerza que constituyen las siete Energías espirituales.
3ra. Jerarquía (8 de 12). Es particularmente interesante Se denomina «las Tríadas», porque contiene en sí las potencias de la triple evolución, mental, síquica y espiritual. Esta Tríada de Vidas constituye las tres Personas y, desde cierto punto, la flor del sistema anterior. Visto desde otro ángulo, cuando es estudiada como la «flor de las Ocho anteriores», constituye los óctuples puntos que esperan la oportunidad de surgir como llamas. Son los ángeles preparados para servir, lo cual consiste en dar a otra jerarquía ciertas cualidades que no tiene. Esta Jerarquía es considerada como que otorga la inmortalidad mientras ellos mismos se «mantienen fuera de encarnación». Son los Señores de Sacrificio y Amor, pero no pueden salir del cuerpo etérico logoico y entrar al vehículo físico denso.
4ta. Jerarquía. (9 de 12) En el grupo de la cuarta Jerarquía creadora se halla el aspecto más elevado del hombre, su «Padre en el Cielo». Estas vidas son los puntos de fuego que deben convertirse en la llama, realizándose por intermedio de la quinta Jerarquía y de los cuatro pabilos o las dos jerarquías duales inferiores. De esta manera podrá observarse que en lo concerniente al hombre, la cuarta, quinta, sexta y séptima jerarquías son, durante el ciclo de encarnación, su mismo ser. Constituyen los «Señores de Sacrificio» y los «Señores de Amor», la flor de Atma-budi.
La cuarta Jerarquía creadora, la novena, ocupa en este sistema solar lo que podría considerarse el tercer lugar:
Primero, las Vidas o las tres Personas de la Trinidad.
Segundo, los Prototipos del hombre, los siete Espíritus.
Tercero, el hombre o la manifestación inferior del aspecto Espíritu autoconsciente.
Las Entidades de la quinta Jerarquía (10 de 12) son llamadas «los Corazones del Amor Ardiente»; salvan mediante el amor; a su vez dichas vidas están particularmente cerca del gran Corazón de Amor del Logos solar. Estos grandes Angeles de redención, los Hijos de los Hombres en su plano verdadero, el mental, son por lo tanto descritos siempre como que tienen forma de loto de doce pétalos -esta simbología los vincula con «el Hijo del divino Amor», el sistema solar manifestado, del que se dice que es un loto cósmico de doce pétalos; el loto causal logoico tiene igualmente doce pétalos.
6ta. y 7ma. Jerarquías. Proporcionan las formas sustanciales en los tres mundos, tienen un uso vital y ocupan un lugar muy interesante. Desde el punto de vista logoico no se considera que otorguen principios, pero, desde el punto de vista del hombre, le proporcionan sus principios inferiores. Mantienen con el Logos la misma relación que el cuerpo físico denso con el hombre, y todo lo que concierne a su evolución debe ser estudiado -especialmente aquí- como llevándose a cabo en el vehículo físico logoico. Se ocupan del despliegue de energía física, de la expresión en el vehículo físico, de todos los propósitos divinos y de la organización física de cierta gran Vida cósmica.
Las vidas negativas de una jerarquía siguen la secuencia siguiente:
- Energía negativa.
- Energía equilibrada.
- Energía positiva.
Las vidas positivas de una jerarquía se convierten en vidas negativas de otra cuando pasan a ella, y esto es lo que conduce a la general confusión de ideas con que trabaja el estudiante común. Si quiere comprender el asunto con exactitud, tiene que estudiar cada jerarquía de triple manera y considerarla también en su estado de transición, tal como lo negativo se fusiona y mezcla con lo positivo, y lo positivo llega a ser el polo negativo de una etapa vibratoria superior. Por lo tanto, hay nueve estados de conciencia por los cuales ha de pasar cada jerarquía, y una idea de su significado y relatividad puede obtenerse mediante la consideración de las nueve Iniciaciones de la cuarta Jerarquía creadora.
La quinta jerarquía creadora es la mediadora entre los cuatro gupos superiores y los que se encuentran en los tres subplanos inferiores y así como la mente es el quinto principio, existe una analogía entre los tres centros de la cabeza y los siete grupos de almas en la tercera dimensión.
Las nueve iniciaciones:
Si se estudian las nueve iniciaciones y se consideran desde el ángulo de la liberación, se verá que cada una marca definidamente un punto de realización y, que todo el tema de la iniciación adquiere nueva belleza y es digna del dolor y la lucha para su obtención. Daré un indicio (nada más) de lo que quiere significar por:
Primera Iniciación. El Nacimiento. Liberación del Control del cuerpo físico y sus apetitos.
Segunda Iniciación. El Bautismo. Liberación del control dela naturaleza emocional y de la sensibilidad egoísta del yo inferior.
Tercera Iniciación. La Transfiguración. Liberación del antiguo autoritarismo de la triple personalidad, marcando un momento culminante en la historia de todos los iniciados.
Cuarta Iniciación. La Renunciación. Liberación del propio interés y renunciamiento de la vida personal en bien del todo mayor. Hasta la conciencia del alma deja de tener importancia y es reemplazada por una percepción más universal, cercana a la Mente divina.
Quinta Iniciación. La Revelación. Liberación de la ceguera- que permite al iniciado ver una nueva visión. Esta visión concierne a la Realidad, que está más allá de cualquier otra, sentida o conocida hasta ahora.
Sexta Iniciación. La Decisión. Libertad de elección.
Séptima Iniciación. La Resurrección. Liberación del aferramiento de la vida fenoménica en los siete planos de nuestra Vida planetaria, siendo, en realidad, la «elevación fuera del plano físico cósmico, o sobre él».
Octava Iniciación. La Transición. Libertad de la reacción de la conciencia (tal como comprenden esa palabra) y liberación hacia un estado de percepción, una forma de reconocimiento consciente que no tiene relación con la conciencia, según se comprende dicho término. Podría considerarse como la total liberación de la sensibilidad, habiendo sin embargo pleno florecimiento de esa cualidad que denominamos inadecuadamente «compasión». Más no puedo decir:
Novena Iniciación. La Negación. Liberación de todas las formas posibles de tentación, particularmente en lo referente a los planos superiores.
En realidad, la meta de la liberación es el incentivo principal para hollar el sendero de retorno. Una de las cosas más espiritualmente excitantes que tienen lugar en el mundo actual es el empleo, en cada país, de la palabra LIBERTAD; el gran discípulo, Franklin Delano Roosevelt, «introdujo esta palabra en un sentido nuevo y más universal», teniendo ahora un significado más pleno y profundo para la humanidad.
Cada Hombre Celestial ha de ser visto como un esferoride. Posee su círculo limítrofe como el átomo y el hombre. Dicho círculo abarca todo el esquema planetario; un globo físico denso, que corresponde a una cadena, es análogo al cuerpo físico del hombre y al átomo en la célula. Cada esquema de siete cadenas expresa la vida de la Entidad que la ocupa, así como el hombre ocupa su cuerpo a fin de manifestarse y adquirir experiencia.
Los Hombres Celestiales constituyen Los Siete Rayos, los siete senderos de retorno a Dios. Metafísicamente constituyen los siete principios. Físicamente constituyen las siete razas.
Los siete planetas residuales de Satién representarían la jerarquía evolutiva y elevativa de sus futuros habitantes, ninguno de ellos podría desviarse del camino trazado. La evolución y elevación acompañaría el camino de cada ser y este debía canalizarse a través del orden que la Confederación había determinado en ese proceso. El orden jerárquico es:
Planeta Kryon………………..3.3.7
Planeta Antares……………..3.3.6
Planeta Aberon………………3.3.5
Planeta Cyrius……………….3.3.4
Planeta Tera…………………..3.3.3
Planeta Alfa Nova… ……….3.3.2
Planeta Abiares……………..3.3.1
Siete fragmentos convertidos en siete planetas que albergarían a los colonos escogidos por la Confederación Cósmica. Estos siete planetas ya habían sido preparados por Morlem, ellos los habían adecuado con todo lo necesario para recibir al reino vegetal, animal y por último al hombre, los dos primeros reinos se desarrollaron y se desenvolvieron perfectamente, adquiriendo sus propias características conforme al medio ambiente en que se encontraban.
Los siete rayos. (Los Seramitas):
No debe confundirse respecto a la diferencia existente entre las Jerarquías de Seres y los siete Rayos, porque aunque haya íntima relación no hay semejanza. Los «Rayos» son sólo las formas primordiales de ciertas Vidas que «llevan en sus Corazones» todas las Semillas de la Forma. Las Jerarquías son los múltiples grupos de vidas, en todas las etapas de desarrollo y crecimiento que usarán las formas. Los Rayos son vehículos y, por lo tanto, receptores negativos. Las Jerarquías usan dichos vehículos, y la naturaleza de estas vidas y la cualidad de su vibración les procuran, de acuerdo a la gran Ley de Atracción, las formas necesarias. Estas son las dos diferencias principales, Vida y Forma, y ambas son el «Hijo de Dios», la segunda Persona de la Trinidad en Su aspecto constructor de formas; también son los Constructores y están igualmente divididos en tres grupos con sus diferenciaciones menores. La cualidad de un Rayo depende de la cualidad de la Jerarquía de Seres que lo utiliza como medio de expresión.
RAYO | INICIACION | SENDERO |
Primero | 5ª La Revelación | Servicio Terrestre |
Segundo | 6ª La Decisión | Trabajo Magnético |
Tercero | 7ª La Resurrección | Logos Planetario |
Cuarto | 4ª La Renunciación | Que conduce a Sirio |
Quinto | 3ª La Transfiguración | De Rayo |
Sexto | 2ª El Bautismo | Logos Solar |
Séptimo | 1ª El Nacimiento | Absoluta Filiación |
Las siete rondas.
Debido a que la evolución se desenvuelve cíclicamente, el Hombre rota alrededor de una órbita. Una ronda es el ciclo durante el cual la vida del Hombre celestial recorre cíclicamente los siete globos, así como el ser humano gira en la rueda de la vida.
Dentro de las tres primeras rondas, hasta entrar en la cuarta, el Hombre Celestial trata de obtener la conciencia individual o plena autoconciencia en los cinco planos. Esto se corresponde en el ser humano con la preparación para la primera iniciación o la entrada al reino espiritual.
Durante la cuarta, quinta y sexta rondas, el Hombre Celestial trata de obtener conciencia grupal, es decir, de vibrar al unísono con los otros seis hombres celestiales quienes forman los otros centros del sistema. En el ser humano se corresponde con el proceso que va de la segunda a la quinta iniciación.
Durante la séptima ronda el hombre Celestial trata de obtener la conciencia del plano astral cósmico. Se corresponde en el ser humano con la séptima iniciación.
Los siete globos.
Un globo es una encarnación particular de un Hombre Celestial, el denominado ciclo de manifestación denso, la Tierra. Utiliza el cuerpo planetario, así como el hombre emplea como vestidura el cuerpo físico; por medio de esta forma objetiva desarrolla Sus propósitos en el plano físico y por medio de la mente logra ciertas metas. Incidentalmente las células de Su cuerpo se adaptan a la mente que actúa sobre ellas; de la misma manera que en el hombre, el principio inteligente de la encarnación en el plano físico, hace que los átomos de su cuerpo se adapten a su propósito, y estimula cada vez más las espirillas de tales átomos aplicando sobre ellos la fuerza de su mente.
Globo 1. es donde se produce el origen y la abstracción final y se inicia la manifestación.
Globo 2. es la primera envoltura con la que el Hombre celestial toma cuerpo.
Globos 3, 4 y 5, por medio de los cuales Él demuestra poseer el principio mental.
Globos 6 y 7. por medio de los cuales Él manifiesta la intuición, mediante formas construidas valiéndose del principio mental.
Las siete razas
En esta evolución o ronda del planeta, el alma humana pasa por siete tipos principales o “razas raíces”. En el caso de las dos primeras, la “adámica” y la “hiperbórea”, las formas animadas fueron astrales y etéricas, respectivamente: Enormes e indefinidas, poseían un grado de conciencia muy inferior, exteriorizado por medio de un sentido (oído) que poseía la primera raza, o por dos sentidos (oído y tacto) que poseía la segunda. Pero en la tercera raza, la Lemuriana, se desarrolló un tipo más denso y más humano, el cual quedó perfeccionado en la cuarta raza o Atlante. La quinta raza o Aria, está terminando su ciclo en este globo conjuntamente con una gran parte de la cuarta raza y algunos restos de la tercera. Se ha de observar que, aunque cada raza da nacimiento a la precedente, ambas se suporponen en el tiempo, coexistiendo durante muchas épocas. De los pueblos existentes, los tártaros, los chinos y los mongoles, pertenecen a la cuarta raza. Los aborígenes australianos y los hotentotes pertenecen a la tercera.
Las siete razas son la expresión de la cuarta Jerarquía Creadora, constituyendo sus centros energéticos.
Los tres reinos: mineral, vegetal y animal.
En cada reino de la naturaleza existen ciertos puntos focales de energía los cuales, en el transcurso gradual de los eones, llevan a la sustancia atómica de que están compuestas las formas, al punto donde se convierten en radiactivas y logran su liberación.
El reino mineral responde al tipo de energía propio del aspecto inferior del fuego, de esas hogueras internas que ejercen influencia sobre los elementos del mundo mineral, y dividen estas vidas atómicas en series graduadas de tipo cada vez superior de energía mineral. Por ejemplo, el tipo de energía que actúa sobre el mineral de hierro o que produce el estaño, emana de un centro diferente de aquel que -en el cuerpo de la Entidad que da forma al reino mineral- convierte los elementos en maravillosas joyas, como son el diamante, el zafiro, la esmeralda o el rubí.
El reino vegetal responde al tipo particular de energía que produce el fenómeno del agua o la humedad. Cualquier tipo superior de vida vegetal evoluciona por efecto del agua y por la combinación del calor y el agua se producen nuevos tipos. El botánico científico que desarrolla nuevas especies se ocupa del efecto que produce la energía sexual en el segundo reino de la naturaleza, y haría bien en considerar a toda vida vegetal como puntos de energía que responden a otros centros mayores de energía. Mucho se aprenderá a este respecto cuando se apliquen libremente la electricidad y las luces de colores en los laboratorios experimentales.
El reino animal responde a un tipo de energía que no es ni fuego ni agua, sino una combinación de ambos, siendo el primer reino del plano físico que responde al sonido. La energía que emana de esa Entidad cuya vida da forma al tercer reino de la naturaleza tiene cinco canales de acercamiento o sea cinco centros. La Entidad que anima al cuarto reino tiene siete, porque le han sido agregados la mente y la intuición.
REINO | CENTRO | ORGANO | PROCESO | TECNICA |
Mineral | Sacro | Genitales | Condensación | Trasmutación |
Vegetal | Laríngeo | Pulmones | Conformación | Trasformación |
Animal | Solar | Estómago | Concretización | Trasfusión |
Humano | Cardíaco | Corazón | Adaptación | Traslación |
El reino de las almas extrae su sustento y vitalidad de la gran escuela experimental de la existencia humana, y en la interposición e interrelación de estos cuatro organismos divinos el mundo de la forma vive, se mueve y tiene su ser.
Los tres componentes: Raza, herencia y linaje.
Todas las especies tipo-hombre diseminadas en el universo inferior, derivan de un solo linaje y de una sola especie ayapliana y es a esta especie, que toda la realidad inferior le debe la evolución, la elevación y la vida. Es la especie ayapliana la que comanda al universo-hombre, son ellos los encargados de nutrir con ideas y de alimentar al universo con el conocimiento cósmico y universal. Son aquellos que reciclan las energías-pensamientos y las convierten en ideas. Son las cúpulas centrales, las glándulas pineales del universo.
Las características de la raza ayapliana son las siguientes: Altos, delgados, de ojos
claros, grandes y rasgados, de brazos y piernas finas, dedos alargados, sin cabellos ni pelos, piel tersa y ligeramente castaña. Son seres eternos y completamente energéticos, se alimentan de energía y viven en el helio.
Los 4 voluntarios que se ofrecieron, traían consigo su propia herencia planetaria y su linaje universal.
Linaje universal……………………………… padre (energía masculina)
Herencia planetaria………………………..madre (energía femenina)
Significa que Ra, Vis, Tarik y Hak quedaron divididos en sus dos partes, por su herencia en cuerpo de mujer y por su linaje en cuerpo de hombre.
Esta secuencia es conocida como: almas gemelas. Cuando dos energías-pensamientos se unen, siendo cada uno de ellos descendencia acumulada de uno de los voluntarios, decimos que se formó un alineamiento de energías. Son dos almas que se unen complementándose y al hacerlo forman un ser completo el cual dará resultados extraordinarios.
Los grandes maestros, los mensajeros, los Avatares y los seres de la Ciudad Interna, llevan en si mismos el Linaje Universal y la Herencia Planetaria. Las dos fuerzas cósmicas Masculina y Femenina viven y se desarrollan en una perfecta comunión de ideas y pensamientos. No importa en que cuerpo físico se encuentren, ellos se expresarán con perfecto equilibrio y armonía adaptándose a su estado material.
Significa que unieron sus dos almas gemelas-mentales en una sola energía de conocimiento, entendimiento y amor. Al llegar a esta perfección energética de pensamientos afines, lograron desarrollar: La Ecuanimidad.
Las tres razas: Lemuria, Atlante y Aria.
En la antigua Lemuria, con el advenimiento de las ideas y del mecanismo mental, la vida animal de grado inferior (que en cierta medida parecía humana, pero definidamente no poseía mente, era ignorante y ciega) fue repentinamente consciente de lo que arrojaba luz en su camino, lo cual significó muy poco para los hombres animales de esos días, pero acrecentadamente tuvo significación a medida que transcurrieron los milenios; civilizaciones aparecieron y desaparecieron; también se desarrollaron razas y desaparecieron. En los días lemurianos, la luz de la percepción que moraba internamente (aunque era una percepción tan distante de la nuestra, lo que es prácticamente inconcebible) reveló el mundo físico y lo que en él existía, y que el ser humano de entonces consideraba deseable. Luego, en la época atlante, esa misma luz que moraba internamente y la luz de la mente en desenvolvimiento, sirvieron para develar el mundo de las emociones, y en la segunda mitad de ese período se revelaron los valores más estéticos; las artes empezaron a florecer y se registraron el color y la belleza. En nuestra moderna raza aria, la luz nos ha revelado el mundo del pensamiento y nos ha llevado a una síntesis de los sentidos, desarrollados en anteriores ciclos de la vida humana. Cada una de estas tres razas tiene en escala racial, en forma misteriosa, una analogía con las primeras tres iniciaciones.
Hoy, a medida que entramos en la nueva era, tiene aplicación la simbología de la cuarta iniciación, la Renunciación; los hombres enfrentan la necesidad de renunciar a los valores materiales para sustituirlos por los espirituales. El fermento del proceso iniciático continúa minando el materialismo de la raza humana, revelando cada vez más la realidad subyacente en el mundo fenoménico (único mundo reconocido por los lemurianos) y, al mismo tiempo, proporcionando ese campo cultural de experiencia en el cual los hijos de los hombres, que están preparados para ello, pueden pasar por las cinco iniciaciones, técnicamente entendidas. Éste es el factor importante. Por consiguiente, es nuestro punto de partida.
El proceso histórico puede revelar, y revelará, la entrada gradual de la humanidad en «las zonas iluminadas» de conciencia, siempre en expansión; en dichas zonas el camino del desenvolvimiento evolutivo ha conducido a la raza humana directamente a la etapa donde hay muchos, muchos miles (millones si consideramos toda la humanidad -los que hoy están en encarnación y los que no lo están por hallarse en los planos internos) que han podido salir del campo iluminado de los tres mundos y penetrar en otra zona, donde la luz de la mente puede fusionarse con esa mayor luz del alma. Ellos han pasado (en vidas anteriores, aunque no lo recuerden) por la experiencia y la iniciación del nacimiento y, como resultado de esto, aquello que puede revelar lo que la mente es incapaz de iluminar, está ahora desarrollándose y fusionándose dentro de ellos. La «luz de la vida» ya está disponible, en un sentido mucho más literalmente verdadero de lo que pueden percibir en la actualidad, y cada sucesiva iniciación demostrará con más claridad este hecho. La Iniciación del Nacimiento ha quedado atrás en la experiencia de muchos, y esto se demuestra efectivamente en las vidas de quienes están conscientes y voluntariamente orientados hacia la luz, ven un mundo más amplio que el de sus propios intereses egoístas, son sensibles a la vida crística y a la conciencia espiritual de sus semejantes y visualizan un horizonte y panoramas de contacto no percibidos por el hombre común; se dan cuenta de una posible realización espiritual, que es desconocida y no deseada por aquellos cuyas vidas están condicionadas enteramente por las emociones o por la mente concreta inferior. En esta etapa de desenvolvimiento poseen un sentido de dualismo consciente, conociendo la realidad de la existencia de ese «otro algo» que no es el no-yo fenoménico, emocional y mental.
Los tres líderes: Thot, Cristo y Ra o Lucifer?.
El conocimiento de Thoth regía el fundamento del conocimiento de las primeras civilizaciones. Este conocimiento les fue dado por nosotros como una base de donde partió todo lo demás. Es el almacenamiento estructurado de datos universales donde se apoyan todas las leyes cósmicas
de la filosofía universal. La constelación de Orión pertenece a las realidades mentales y existe en la combustión
alciática. Pertenece a la octava jerarquía: la Dimensión Divina. Transmite el conocimiento, el entendimiento y el amor universal.
Cristo era uno de los espíritus que había alcanzado el estado humano en el período solar y de acuerdo a las leyes cósmicas, estaba incapacitado para construir para sí mismo un cuerpo vital y un cuerpo denso, ya que el cuerpo inferior de ese grupo de espíritus era el de deseos.
Podía haber trabajado sobre la humanidad con este tipo de vehículo, como hicieron los arcángeles en su carácter de espíritus de raza, pero las religiones de raza estaban bajo la dirección de Jehová, cuyo vehículo inferior es el espíritu humano que lo correlaciona al mundo del pensamiento abstracto, donde todo es separatista y conducente al beneficio propio.
Esta fue la razón por la cual Cristo intervino a través del avatar Joshua Emmanuel, porque bajo el régimen de Jehová la unidad era imposible. Cristo tenía que expresarse a través de un cuerpo denso para ser un hombre y conquistar la salvación de la descendencia Adam de dentro hacia afuera
Cristo tomó el cuerpo energético-vital de Ra y este a la vez el cuerpo denso de Joshua Emmanuel cuando él tenía 28 años. Este cuerpo poseía los 12 planos de elevación, desde el cuerpo físico hasta el mismo Principio Único. Cristo es la única energía-pensamiento nuestro universo que está en contacto a lo mas elevado y a lo mas denso. Es el único también que puede mediar entre ellos, porque ha experimentado todas las condiciones de existencia.
El cuerpo de Cristo se encuentra en estado criogénico en la Dimensión Perfecta, cuando él halla terminado de recopilar en sí mismo los miles de millones de energías-pensamientos, estará pronto para regresar y recuperar su cuerpo, para pertenecer nuevamente a los mundos superiores, de donde él salió como un gran voluntario.
Lucifer, uno de los grandes líderes y científicos del planeta Satién, el cual gobernaba uno de los países más ricos y adelantados del planeta, era uno de los descendientes directos de los 22 representantes-mensajeros que se habían preparado con los voluntarios y a través de ese legado, él poseía toda la información científica y tecnológica de Luzbel. Estaba tan bien preparado como los mismos voluntarios y en base de toda la información que tenía, supo manipular a los otros gobiernos para mantenerlos bajo su dominio y totalmente esclavizados. Toda la tecnología heredada de los representantes, Lucifer la había usado negativamente. Lucifer tenía el conocimiento de la ionización del planeta y a través de la tecnología creó satélites que controlaban la dirección de la electricidad, creando con ello más miedo y temor en los habitantes de Satién.
Simbólicamente hablando, algunos de los hijos de Dios, cayeron de su elevado estado, conducidos en una época por «Lucifer, hijo de la mañana». Esta «caída de los ángeles» fue un extraordinario acontecimiento en la historia de nuestro planeta, aunque sólo un fenómeno pasajero e interesante en la historia del sistema solar, y un incidente sin importancia en los asuntos de las siete constelaciones a las cuales pertenece nuestro sistema solar. Deténganse por un momento, reflexionen sobre esta afirmación y reajusten su sentido de los valores. El valor de los acontecimientos varia en importancia de acuerdo al punto de vista, y lo que (desde el ángulo del desarrollo de la conciencia en nuestra Tierra) puede ser un factor de mucha importancia y de valor determinante desde el ángulo universal no lo será. Si para un individuo sus asuntos son de capital importancia, para la humanidad no lo son.
Ra provenía del planeta Ambiares ubicado en las Pléyades, perteneciente a la Dimensión Secundaria y a la Constelación de Alfa Centauri. Este planeta fue colonizado por los Ayaplianos de la Constelación de Orión, como se ve, existe una herencia energética de conocimiento, una línea marcante en la descendencia que proviene de la Dimensión Regular, la cual legó al planeta Ambiares toda su evolución y elevación.
La herencia de Ra provenía de Orión, su energía-pensamiento descendía de la enseñanza universal y él se conservó siempre puro. A pesar de encontrarse en la realidad primaria, nunca perdió su memoria, su conocimiento, su entendimiento, él se sacrificó por sus hermanos, renunció a la estabilidad de existencia que tenía, para llevarles una esperanza, una razón para regresar y continuar existiendo. Él se dividió en miles de energías-pensamientos para dejar en su descendencia la marca imborrable de elevación.
Ra encarnó después en Egipto con el nombre Athotis. En Grecia como Hermes y en Palestina como Jesús.
Los tres estados de conciencia: Consciente, Subconsciente e inconsciente.
Los planetas del sistema solar donde la Tierra se encuentra, forman las 9 zonas del cerebro, donde las energías-pensamientos van cuando desencarnan, porque son atraídas por las características energéticas que los identifica.
Plutón, Neptuno y Urano: Inconsciente
Saturno, Júpiter y Marte: Subconsciente
Tierra, Venus y Mercurio: Consciente
En todos estos planetas existe – la vida – y en todos ellos la vida se expresa de acuerdo a los elementos que la forman. Si queremos ubicar las zonas del cerebro del sistema, comprenderemos que cada planeta representará una zona, así llegaremos a entender que Tera es la zona 7 del cerebro izquierdo y la zona 3 del lado derecho.
La mayoría de los desencarnados de Tera se están albergando actualmente en Saturno, Júpiter y Marte. Estas energías-pensamientos desencarnadas trabajaron en su vida material un poco de conocimiento, un poco el entendimiento y el amor muchos no lo conocen ni saben su significado.
Aquellas energías-pensamientos que han trabajado el conocimiento, entendimiento y están aprendiendo a amar se están preparando para ingresar a la ciudad interna del mismo planeta, porque serán los únicos que completaron su aprendizaje externo.
Después de pasar por la ciudad interna, se prepararán para ir al mundo antimateria de Venus (el amor) y Mercurio (la sabiduría) Cuando lo logren y formen el ser energético (cuerpo de luz con los mismos componentes del sol) entrarán al mundo antimateria vertical del astro sol, para luego entrar con su ser energético, al mundo antimateria de Cyrius, Oberón, Antares y Kryón. Estos planetas les ofrecerán la elevación interna del…
Yo regular (Cyrius)
Yo perfecto (Aberón)
Yo etéreo (Antares)
Yo divino (Kryón)
La ciudad interna de Tera, les enseñará a trabajar para elevar el: yo interno, primario y secundario.
NOTAS DEL EDITOR
La nominación “Los Guardianes de Tera” hace referencia al alma (Los Seramitas) y el espíritu (Los Voluntarios) del planeta. Son aquellos que han logrado un nivel energético del cuatro al nueve (los primeros) y del diez al doce (los segundos).
El artículo fue inspirado por el libro con el mismo nombre: Planeta 3.3.3. Por los guardianes de Tera, en el que encontrarán respuesta a muchas de sus preguntas.
La fundamentación de las Jerarquías, los rayos y las iniciaciones fue Tomada de los libros: Tratado sobre Fuego Cósmico y Tratado sobre los Siete Rayos de Djwal Khul.
Hola Gran Heemandad Blanca. He leído los 7 libros EL SER UNO de dónde sale esta información. Se los recomiendo a todos los que estén en el camino del despertar. Muchas cosas les serán reveladas. Incluso el entendimiento de la tabla esmeralda. Namaste
disculpe pero estoy en desacuerdo con el articulo cuando habla de la amada madre tierra como que planeta amorfo y no sagrado todo planeta es amor todo es dios por lo tanto no existe algo no sagrado todo merece respeto que idiotes ella a sido vista y estudiada ya bastante hay que comenzar a expresar el amor el amor infinito que fluye atravez de nuestro ser recuerde que la madre tierra es una niñita todavia si la compara con otros planetas ! que le tenemos a ella ya basta de estudio teorico ahora hay que experimentar el amor, el amor a la tierra a dios y a toda la creacion tambien habla que al comienzo de residuo de un planeta por lo que tengo entendido la madre tierra adquirio la forma de hoy por un evento cosmico que se detalla en las tablas esmeraldas de thot el atlante unos de los registros mas antiguos que tenemos.
lo siento pero no me convencio para nada este articulo
Estimado Manuel, es muy cierto lo que dices y esa es la esperanza del planeta, que todos los que habitamos en él expresemos amor, así el planeta podrá elevarse y "evidenciar" su santidad
Gracias Jorge Ariel,
Al entrar he visto la respuesta al comentario completa, conozco la obra de Benitez y también El Libro de Urantia, iba a apuntar ese detalle yo misma.
De los textos del Ser Uno y los de Djwal Khul no puedo dar mi opnión.
Sí bien , hilando un poco más fino, quizá no sea tan relevante la filiación por nomenclatura, sino la síntesis del mensaje, energéticamente me dio la impresión de rasgar un velo más.
Saludos y Bendiciones.
Gracias, infinitas Gran Hermandad Blanca por esta síntesis UNIVERSAL , vamos de camino ya todo sale a la luz lo entretigido con nuestro logos – luz DIVINA EL CONOCIMIENTO SE HACE CONCIENTE, y vibra en nuestro corazón ,volvemos al hogar ,profundamente gracias , son LUZ en el sendero…Namaste
Magnífico artículo, aunque algunas informaciones me han resultado sorprendentes e incluso contradictorias, respecto a lo que conocía o creía conocer, este texto es explícitamente impecable.
Saludos y Bendiciones.
Estimada Carmen, es muy importante que comparta esas inquietudes, ya que a mi también me ha pasado. Por ejemplo al comparar los textos del Ser Uno con los del Maestro Tibetano Djwal Khul, encontré diferencias en los planetas relacionados con la Tierra. La Información sobre Lucifer y Ra se puede ampliar del libro La Rebelión de Lucifer de J.J Benitez, cuya fuente ha sido El libro de Urantia.