Recomendaciones para la educación holística en el ámbito no formal
Recientemente, Emane y Pedagoogia 3000 ha publicado su declaración azul, donde niños y niñas de hoy y de mañana solicitan un cambio en la educación, una educación que les permita conectar con su Ser y ser escuchados; una educación que, entre otros aspectos, sea útil, divertida, les permita expresarse, descubrir y aprender por ellos mismos. Para alcanzar los objetivos propuestos, la educación holística propone la incorporación de nuevos aprendizajes a través de medios diversos así como el desarrollo de las inteligencias múltiples y los distintos ámbitos de la persona desde un enfoque multidisciplinar. Su metodología consiste en facilitar los medios, entorno y actividades adecuadas que faciliten la expresión de los talentos innatos de la persona. Defiende, además, un enfoque sistémico, donde el individuo que aprende, la escuela, la familia y la sociedad colaboran como organismo vivo y co- responsable en el desarrollo de todos sus miembros.
Desde mi punto de vista, esta es la única perspectiva que puede adaptarse a las necesidades educativas de las nuevas generaciones, que tienen en sus manos la responsabilidad de un cambio humano, ecológico y social. Mientras la burocracia institucional permite un lento avance de la educación formal hacia un modelo más holístico, podemos ofrecer a nuestros niños y jóvenes otros espacios de desarrollo desde el ámbito no formal: talleres extraescolares, campamentos urbanos, grupos de crianza, ludotecas….
Para empezar el cambio desde aquí, hay ciertos aspectos que debemos tener en cuenta:
1. Las experiencias de aprendizaje deben ser lúdicas. El aprendizaje ocurrirá de manera espontánea siempre que la actividad consiga despertar la motivación y la necesidad de explorar del aprendiz, sin perder como referencia los objetivos del aprendizaje. Nuestra propuesta es fusionar juego y aprendizaje. El objetivo del juego es aprender, y el aprendizaje se logra a través del juego.
2. ¿De verdad se puede memorizar sólo jugando? Para generar confianza en la eficacia de la educación holística es necesario un proceso de adaptación desde la metodología educativa tradicional. Si bien hemos dicho que las actividades deben ser lúdicas, es verdad que los chavales están acostumbrados a aprender en entornos muy estructurados: sentados en sillas y pupitres, copiando y memorizando conceptos, rellenando fichas, o mediante un libro de trabajo que les permita saber por qué tema van, y el modo tradicional de evaluar el aprendizaje es mediante exámenes. La educación holística consiste en incorporar el arte, la música, el debate, los juegos….Lo que proponemos, en este periodo de transición es mantener un equilibro entre un modelo y otro. Si los chavales sólo ven juego, puede ocurrir que no pongan su conciencia (mindfulness) en el aprendizaje. Si sólo ven aprendizaje, y puesto que relacionan aprender con la escuela, y la escuela es aburrida, no estarán motivados. Proponemos dividir la actividad en tres partes, una primera que incorpore los aprendizajes de forma tradicional (lectura de un texto, visionado de un contenido pedagógico,…) una segunda que incluya un debate sobre los contenidos y una tercera que consistirá en un juego para reforzar y experimentar los contenidos.
3. ¿Grupos por edades o mixtos? Cada modalidad tiene sus beneficios e inconvenientes. Los grupos mixtos permiten que los mayores enseñen a los pequeños, y de este modo los mayores adquieren responsabilidad y los pequeños aprenden de un igual aventajado (modelo pedagógico de demostrada eficacia). Los grupos por edad permiten diseñar actividades más homogéneas y adaptadas a los intereses de cada etapa.
4. La educación holística cuida también de los biorritmos y la salud. Para conseguir el máximo rendimiento y bienestar, las actividades de aprendizaje deben procurar una alimentación adecuada y suficiente tiempo de esparcimiento y descanso al aire libre. No es que ahora haya más niños hiperactivos, es que piden desesperadamente poder liberar la energía que, como niños que son, corre por sus cuerpos. El aporte de carbohidratos de combustión lenta evita picos de azúcar y sobre excitación y las vitaminas y minerales favorecen la concentración. Por otro lado, y dado que es imposible, incluso para los adultos, mantener la atención, concentración y motivación en una tarea durante más de una hora, lo más saludable es permitir diez o quince minutos de esparcimiento, fuera del aula, y a ser posible al aire libre, cada hora. Esto permite, además, oxigenar y ventilar el aula regularmente.
5. Incorporar actividades de estimulación de ambos hemisferios cerebrales (gimnasia cerebral). El hemisferio derecho del cerebro gobierna las funciones que tienen que ver con la intuición, la creatividad y la fantasía, mientras que el izquierdo se relaciona con el razonamiento lógico y analítico. Los ejercicios que implican el movimiento de ambas partes del cuerpo (por ejemplo, caminar) permiten que el aprendizaje se incorpore desde los dos hemisferio, favoreciendo la concentración y permitiendo que afloren momentos de “conocimiento espontáneo” o insights – se dice que un paseo puede llevar a resolver un problema de manera más eficaz que un montón de operaciones matemáticas. El yoga y la meditación, cuando se incorporan como actividades al aula, surten el mismo efecto.
6. Crear un vínculo educador-aprendiz permite conocer sus necesidades, intereses y características. Para ello es necesario trabajar en grupos pequeños, pasar un tiempo lo suficientemente prolongado con el mismo grupo, y prestar atención a cada uno de sus miembros. El educador debe mirar en el alma del aprendiz, escucharle y adaptarse a sus ritmos, y no al revés.
7. La experiencia de aprendizaje debe ser elegida libremente por el aprendiz. Por mucho que nos empeñemos en que los chavales aprendan algo que consideramos es bueno para ellos, o del modo que pensamos es el mejor, son ellos los que deben decidir. Es inútil, y contraproducente asociar el castigo o el premio a cualquier experiencia educativa. El propio aprendizaje y el disfrute de hacerlo debe ser el único estimulante.
8. La educación no puede ser considerada como un negocio en primer lugar. Aunque está bien mirar por el bien del negocio que tenemos entre manos si somos educadores, nuestros intereses deben estar siempre dirigidos a proporcionar le medios más adecuados para que nuestros clientes (los niños, no los padres) se desarrollen del mejor modo posible.
9. El entorno de aprendizaje será relajante pero estimulante. Aulas coloridas, luminosas y espaciosas, a ser posible en un entorno natural; Espacios polivalentes que permitan agrupar a los niños de distintas maneras, o sentarse o tumbarse en el suelo. Decoración con murales que muestre las creaciones de los niños.
10. La salud emocional de los padres y docentes debe ser una prioridad. La actitud y el modelaje de los adultos serán las fuentes más valiosas de aprendizaje. Los niños y niñas del tercer milenio nos escucharán si somos coherentes, confiarán en nosotros si somos sinceros, honestos y respetuosos, si somos pacientes y cariñosos. Por eso es tan importante nuestro equilibrio emocional y debemos trabajar por mantenerlo.
Si eres educador, si trabajas con niños y adolescentes en cualquier ámbito, te animo a que tengas en cuenta estos aspectos. Que los campamentos de verano o las clases extraescolares no sean sólo para pasarlo bien, aprender un idioma o a tocar un instrumento, sino que sea una diversión con conciencia, que fomente la creatividad y cultive los valores. Que permita a cada uno descubrir sus talentos Que fomentemos el contacto humano entre los docentes, los aprendices y sus familias. Que defendamos la crianza respetuosa de los niños y adolescentes entre todos, como una verdadera comunidad de aprendizaje. Que dediquemos a los niños y adolescentes el espacio y el tiempo que necesitan como individuos y dejemos de ver el bosque para ver el árbol.
