¿Porqué se usan símbolos para imbuir conceptos y mensajes en nuestra psique, sanarnos o manipularnos?
En los últimos meses, nos hemos pasado unos cuantos artículos hablando de símbolos y arquetipos, y, si habéis seguido el blog, habréis visto algunos ejemplos de ello. ¿Porqué se usan tanto? ¿Porqué hay decenas de libros dedicados solo a decodificar la simbología que existe en el mundo, en organizaciones, en instituciones, en sistemas de creencias, en grupos de poder, en compañías y multinacionales, etc.? La respuesta es la misma de siempre: porque imbuyen un cierto tipo de información que no es accesible a la mente consciente, pero que se quiere hacer llegar a las otras partes de la psique, y, por ende, tiene que ajustarse a como esas otras partes, que nos dieron cuando nos crearon, tienen de funcionar.
¿Cuáles son las formas básicas a través de las cuales se influencia la mente y de la que os hablé in extenso allá en Febrero en la conferencia sobre la misma? ¿Cuáles son los principios básicos que subyacen bajo las herramientas que luego se han desarrollado para ello?
Cuando uno se pone a descomponer en piezas las diferentes técnicas psicológicas conocidas, descubres que hay solo unos pocos principios básicos que, combinados de la forma adecuada, producen los efectos que todos vemos, y conocemos, en la mentalidad de las personas, especialmente en la sociedad “moderna” y occidental.
De hecho, las formas más simples son las más potentes, y, a pesar de que parezca lo contrario, o así nos lo hacen ver, con solo cuatro componentes básicos, o mejor dicho, con tres componentes, y un cuarto que mezcla los tres anteriores, se puede insertar en una persona cualquiera de las cosas de las que hemos hablado: programas, patrones de conducta, arquetipos, sistemas de creencias, etc., tanto positivos como negativos. Lo curioso, y a lo que espero lleguemos todos en algún momento, es que, una vez los tienes en tu radar, y en tu conocimiento consciente, empiezas a darte cuenta que están siendo usados por todas partes. La dificultad consiste en aprender a verlos, y ahí es donde entra la complejidad del sistema para ocultar aquello que es simple y efectivo, bajo un sustrato de velos y máscaras, que impidan su detección por parte de la mente consciente.
El uso y el significado de palabras y sonidos, es el primer pilar de la influencia en la psique de una persona. Las palabras, sus significados, sus arquetipos asociados, el uso de sonidos y vibraciones acústicas, que pueden entrar o no conscientemente, pero que siempre son recogidos por las esferas mentales pre-conscientes y subconscientes. Es fundamental el uso del lenguaje y del sonido para poder influenciar a otra persona o a una gran masa de personas. Hay grandes ejemplos en la historia sobre el poder de la oratoria y como se pueden activar con ella tanto componentes concretos del neocórtex, como los centros de control del cerebro, sea el instintivo, el emocional o el intelectual.
También hay técnicas de sanación y terapéuticas que, usando el sonido, la música, las palabras, etc., producen tremendos beneficios en el ser humano. La palabra tiene un poder impresionante que no tienen otros medios de comunicación como la escritura, o solo la imagen visual, y, bien usada, es portadora de bendiciones y catalizadora de cambios internos, detonante de alquimias pendientes para la expansión, sanación y cambios en el interior de la persona.
El segundo pilar básico de la influencia sobre la psique humana está basado en el uso de colores, cada uno con sus correspondientes vibraciones y efectos energéticos sobre el ser humano. Sirven tanto para potenciar una faceta energética y mejorar aspectos de salud (cromoterapia), como para activar o desactivar partes de la psique y del cerebro (por ejemplo, poner a la gente en modo de funcionamiento hemisferio izquierdo, o hemisferio derecho, según se requiera para una cosa u otra). El uso de las luces es bastante común, por ejemplo, luces estroboscópicas, el parpadeo o intermitencia de luces como la de las ambulancias y coches de policía, el tipo de emisión que generan las pantallas de televisión, las bombillas que usamos, etc., producen efectos determinados según la frecuencia y color usados, desde colocarte en modo pasivo y vegetal, modo receptivo y sumisivo, a modo agresivo o irritado, etc. Si el uso de palabras y sonidos está destinado a la entrada de ciertos patrones a través del sentido del oído, los colores, las luces, están destinadas a lo mismo a través del sentido de la vista.
El siguiente componente básico que tiene influencia sobre la psique es el uso de formas y figuras que son representaciones de arquetipos. Arquetipos tal y como hemos comentado como modelos globales (el arquetipo religioso, el científico, el moral, etc.) y también arquetipos como formas conceptuales especificas y abstractas que, en el plano mental, existen como energías conscientes: por ejemplo el arquetipo de la imaginación, de la creatividad, de la dualidad, de la compasión, etc., o arquetipos y conceptos que reflejan todo lo contrario. Esas energías conscientes, ubicadas en el plano mental, y causal, de la estructura de nuestro sistema solar, de nuestro planeta, y por supuesto de la composición energética del ser humano, en el plano físico están representados por figuras y formas geométricas.
Es decir, una energía, un campo vibratorio, que representa el concepto X o el concepto Y, existente y manifestado por la propia naturaleza de la Creación, al pasar en otro tipo de estado energético hacia los planos inferiores, como el emocional o etérico, y “manifestarse” en el plano físico, lo hace en formas y figuras determinadas, que todos conocemos y usamos, sin saber que corresponden a diferentes “energías conscientes”, con un concepto imbuido en ellas.
Que nuestra mente racional no lo detecte o sepa, o no se lo hayan enseñado, no significa que nuestra mente preconsciente y subconsciente, incluso las esferas mentales superiores como la supra consciente, consciente-continuo o la mente subliminal no lo entiendan. De hecho, el cuadrado, el circulo, la estrella de X puntas, el triángulo y mil formas geométricas más, no son tales para esos otros niveles de conciencia del ser humano, de forma que donde tus ojos ven un suelo cuadriculado, como hemos visto en artículos anteriores, una de tus esferas mentales lo decodifica como un símbolo de la dualidad, mientras que en otro nivel más profundo, lo decodifica como un símbolo de control.
El efecto es múltiple. De las seis esferas o niveles de la psique que tenemos donde se insertan los múltiples programas, patrones y arquetipos, la mente consciente recibe el más inocuo, la simple figura geométrica como la visualización, por la vista, del cuadrado o de la forma que sea, mientras que el resto de niveles de la psique recibe cada una la energía consciente que esa figura tiene asociada según el nivel del plano mental al cual la esfera esté conectada, y en la que esa figura sea representación de algún concepto, que ya tiene un significado determinado, auto-existente, y concreto para cada uno de los niveles en los que es recibido.
Así, finalmente, llegamos al tema del artículo. El cuarto y último principio básico o pilar de la influencia de la psique es el uso de símbolos, que como tal, no es otra cosa que la mezcla de determinadas formas, determinados colores y determinadas palabras. El uso de los tres componentes anteriores es lo que permite que un símbolo se pueda componer e imbuir con la energía consciente del concepto a transmitir. Y es que un símbolo no es más que una serie de arquetipos puestos juntos o unidos para formar un arquetipo más complejo, con un significado más profundo y extenso. En un símbolo combinas formas, colores y palabras, en una manera muy determinada y concreta, para un efecto muy determinado y concreto: llegar a algún nivel de la psique especificado y activar o imbuir en ella ese patrón, orden, concepto o mensaje más complejo. Y es que los símbolos son un lenguaje tanto o más potente que cualquiera de los que usamos para comunicarnos oralmente. Se leen igual que las palabras, se combinan igual que las palabras en frases, pero tienen un efecto mucho más profundo en todos los estratos de la mente. Influencian el pensamiento, influencian las emociones e influencian el comportamiento de las personas, tanto de forma positiva como negativa. En su contrapartida positiva, hay terapeutas que usan símbolos, formas y figuras para activar y mejorar el sistema energético del ser humano, y su eficacia es impresionante cuando imbuyen el correcto arquetipo y energía correspondiente.
Nos afecta, seamos conscientes o no.
La idea a trasmitir es que el uso de estos bloques básicos que afectan a nuestra mente se pueden usar para empoderar a la persona y potenciarla, como hay diferentes terapias que curan con geometría sagrada, con colores y con el uso de la palabra, o se pueden usar para todo lo contrario, lo que evidentemente hace nuestro sistema de control, el sistema bajo el que vivimos. Y no por no ser consciente de ello, dejan de tener efecto. No por no creer en ello, dejan de funcionar en nosotros. Aunque no estés prestando atención a los anuncios, la televisión, o los símbolos que ves por la calle en cada esquina, tu mente preconsciente los está captando todos, y tu subconsciente los está almacenando, y reaccionando, según las órdenes y arquetipos que traen codificados.
Es cuestión de seguir profundizando en el conocimiento de uno mismo, para escribir otra página más del manual de instrucciones de como funcionamos.
https://www.youtube.com/watch?v=masR-QYfy4g
AUTOR: David Topí
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