Sexualidad. Material de construcción para crear un camino que nos conduce a la divinidad.
Nuestra sexualidad es un aspecto muy importante en la vida. La sana experimentación de la misma, es un camino a la divinidad. Es necesario que pongamos atención en esta faceta de nuestro desarrollo humano pues, al vivirla de la forma adecuada, nos brindará equilibrio y armonía, tanto en nuestro plano material como en el espiritual.
Civilizaciones tan antiguas como la egipcia, las asiáticas y las hindús, entre otras, nos heredaron registros del valor y trascendencia que la sexualidad tenía para esas sociedades. Su comprensión de la naturaleza divina del acto sexual, y el reconocimiento de que a través de él, podemos vincularnos no sólo con nuestra pareja, sino también con la luz y la energía creadora del cosmos, nos ha permitido conceptualizar a la sexualidad como algo vital y necesario.
La sexualidad es inherente al ser humano. Somos seres sexuados desde que llegamos al mundo y bajo parámetros de roles sexuales, es que desarrollamos nuestra existencia y concretamos la toma de decisiones desde al inicio y hasta el fin de nuestra experiencia terrena. Justo por ello, debemos otorgar a nuestra salud sexual, la relevancia que merece. Ocuparnos de vivirla plenamente y entender que las bendiciones que nos brinda son increíbles, es muy importante. No descuidemos esta hermosa faceta de integración.
Cuando dos personas se involucran en una relación sexual, están creciendo en varios aspectos.
Podrás, junto con tu pareja, sentir cambios significativos de muchas maneras:
Confianza. Se requiere aprender a confiar en la persona que tenemos en frente. Tener la capacidad de creer en la pureza del alma de nuestra pareja. Saber que no seremos lastimados. La confianza es retroalimentada, cuando nuestra pareja recibe de nosotros esa misma tranquilidad de que no será violentada su vulnerabilidad.
Autoestima. Sentirnos deseados y expresar deseos por alguien más, genera la producción de hormonas específicas en el cerebro, brindándonos una total sensación de bien estar.
El acto sexual es perfecto para sentir amor por la pareja, y también amor por uno mismo.
Estimulación sensorial. Anteriormente hemos hablado sobre el valor que nuestros sentidos tienen en el día a día. A través de la sexualidad, se fortalecen de manera espectacular, la conexiones sensoriales que nos vinculan con el aquí y el ahora.
El valor de dar. Una pareja vinculada sexualmente, no sólo está compartiendo una cama. Cada integrante de la pareja comparte lo mejor que tiene: a sí mismo. En el plano emocional y espiritual, la vivencia de la sexualidad es la forma más sublime de dar al otro energía armónica y luz divina.
Experiencia trascendental. En pareja, el fundamento indiscutible de la conexión, a todos los niveles, es el amor. Y sabemos que el amor, llevado al límite de las fronteras de nuestra psique y de nuestro cuerpo físico, es el camino de luz hacia la divinidad y nos da la capacidad de reencontrarnos con nuestro ser superior.
Compromiso. Al ejercer la sexualidad, generamos puentes de conexión con nuestra pareja, con nosotros mismos y sobre todo con la energía más elevada. Todas esas conexiones abren nuestra consciencia y nos ayudan a entender el verdadero concepto del compromiso. Compromiso ante la búsqueda de bienestar compartido y personal. Y búsqueda de elevación espiritual.
Una vez que nos convertimos en adultos e integramos la intimidad sexual a nuestra vida, asumimos con madurez el compromiso de llegar, como meta, al punto más alto de nuestro desarrollo.
El plano físico. Nuestra materia se ve altamente beneficiada a través de la sexualidad. A nivel hormonal, se regulan y equilibran funciones orgánicas; tales como el adecuado PH de la piel y los tejidos en general, buena digestión, tono muscular y correcta oxigenación de la sangre. La salud en general se fortalece. Habilidades como la memoria, la destreza motora, la rapidez de análisis, la capacidad de organización y el óptimo desempeño de nuestras actividades, son sólo algunas de las recompensas que recibe nuestro cuerpo.
Espiritualidad. La correcta alineación de los chakras es otro regalo que la experiencia sexual nos otorga. Mediante la sexualidad, se eliminan los contaminantes que pudiéramos acumular en nuestra estructura vital y permite el libre y armónico fluir de energías puras.Con ello estamos dando pasos relevantes hacia la espiritualidad. Obtendremos la capacidad de gozar cada momento y aspecto de nuestro desarrollo. Una mente clara y libre de lastres emocionales. La felicidad puede ser un estadio permanente si aprendemos a darle valor a aquello que realmente contribuye con nuestro crecimiento y dejamos de poner nuestra atención en todo lo que nada nos aporta y sólo nos distrae de la meta: alcanzar la divinidad. Y la sexualidad sana y armónica es un camino para ello.
Hablar con tu pareja puede ser un gran inicio.
La vida moderna, tan acelerada, en ocasiones ha provocado que asuntos como la sexualidad, se vean limitados a un acto meramente físico. Creemos que un rato de sexo, algunas noches por semana, bastará para el goce personal y de la pareja. Y no está mal; el problema radica en el enfoque emocional y mental que le designemos al sexo en nuestra vida. Si al tener sexo con tu pareja, sólo te motiva el momento de placer físico, y olvidas conectarte con tu esencia divina, estás desaprovechando la oportunidad de convertir ese momento en algo sublime.
Conectarte contigo mismo durante el acto sexual e invitar a tu pareja a que haga lo mismo, convertirá la experiencia en algo maravilloso. Ese momento de compartirse física y espiritualmente, abre un canal de luz y energía puras. Transitar por ese canal, les brindará mucho más que sólo placer de la materia. Elevará sus consciencias y consolidará aún más el amor que compartan y el amor por sí mismos.
Y los hará capaces de emanar esa energía amorosa hacia el mundo. Disfrutando de una complicidad inteligente y espiritual. Es importante que platiques con tu pareja sobre estas inquietudes, para que encuentren juntos el equilibrio sexual en sus relaciones y que puedan convertir cada nueva experiencia íntima en una placentera consolidación de su amor y sus consciencias.
La sexualidad es algo puro, bello y natural.
Aunque así lo pretendiéramos, no podemos negar que en el plano terreno, formamos parte del reino animal y que el goce de la sexualidad sólo física, no sólo no es algo malo o negativo, sino que forma parte de nuestra naturaleza. Sin embargo, la oportunidad que tenemos, como seres racionales y espirituales, de aprovechar la sexualidad como herramienta de crecimiento, es algo que no debemos ignorar.
Sabemos que el amor, como concepto creador, es la llave que abre todas las puertas. A través del amor universal, es que hemos logrado todo lo bueno que la humanidad puede contar. Todas las formas de amor merecen nuestro reconocimiento. Sin embargo, en esta ocasión, la invitación es referente a practicar el amor expresado mediante la sexualidad. Permite que tu corazón albergue el concepto de la sexualidad como algo puro y bello. Es absolutamente natural.
Amor y más amor para ti.
AUTOR: Kikio, redactora en la gran familia hermandadblanca.org
Para saber más:
La Sexualidad y el problema del alcohol