Vosotros y vuestra descendencia seréis bendecidos, por María Magdalena

A todos aquellos que me quieran escuchar.. mi nombre es Yatzirah la que un día fui conocida como la Magdalena, la compañera de Yoshua, la amiga, la esposa.

Hoy vengo a todos vosotros como mensajera, como la Magdal-Eder, para anunciaros la buena nueva. Una buena nueva en la que todos los que estáis trabajando por, para y desde el Amor, cantéis cantos de alabanza a Elyon.

Vengo a anunciaros que por vuestro amor, por vuestro trabajo y dedicación, vosotros y vuestra descendencia seréis bendecidos.

Seguid en la humildad que os representa, evitad los juicios contra aquellos que están alejados del amor; evitad el contacto con los que en un intento vano, necesitan del dolor y el sufrimiento ajeno para engrandecerse, porque ¡Ay de ellos! No saben que están enterrados en vida, y no permiten a sus almas sentirse engrandecidas por lo que nunca han dejado ni dejarán de Ser y se enfangan en vanos deseos de destruir lo que nunca puede ser destruido.

Elevad vuestros corazones engrandecidos en cantos de misericordia hacia esas almas y, no permitáis que los vómitos de su odio puedan alcanzaros.

Elyon en su infinito amor, nunca ha dejado ni dejará de asistir a las almas que en un acto de profundo amor hacia ellos mismos, vuelven sus rostros hacia la misma Creación.

Hoy el día en el que mi nombre es recordado, el día en que muchas almas se unen conmigo y mi energía, vengo a anunciaros:

Todos los que deseis elevar vuestra energía, salir de la superficialidad y permitirme que os lleve de la mano, hacia el encuentro con mi Amado, solo tenéis que anhelarlo desde la profundidad de vuestra alma, y yo os tomaré de la mano, y os haré alcanzar ese estado en el que solo el Amor es experimentado.

Permitiros hoy disfrutar del regalo que os quiero hacer y sentir dentro de vuestros corazones, este obsequio que os hago, fruto de un trabajo realizado.

Al igual que vosotros viví la incomprensión, el alejamiento de los que eran más allegados, pero al mismo tiempo, el Amor hacia el Altísimo, me hizo superar y soportar todo lo que mi personalidad tuvo que vivir. Cada vez que un sentimiento de pesadumbre me inundaba, otro mucho más fuerte y potente me embargaba: el sentirme Amada y protegida por los que en su infinito Amor me había creado.

Cuando tuve que huir de lo que había sido mi pueblo y mi vida, cuando el que había sido compañero tuvo que partir, mi alma se encontró perdida, como muchas veces se encuentra la vuestra, pero lejos de dejarme arrastrar por el dolor y la pena, me acogía a lo que Yoshua me había enseñado, a lo que como sacerdotisa de Ashera había experimentado y emergía una fuerza poderosa que me permitía caminar con la cabeza erguida, atravesar desiertos y cruzar mares y vivir como extranjera en un pueblo desconocido.

En esos momentos recordaba sus palabras cuando me recitaba los textos sagrados y susurraba en mi oido

Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

Porque he aquí ha pasado el invierno,

Se ha mudado, la lluvia se fue;

Se han mostrado las flores en la tierra,

El tiempo de la canción ha venido,

Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.

La higuera ha echado sus higos,

Y las vides en cierne dieron olor;

Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes,

Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz;

Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto

Y yo mirando aquellos dos luceros que eran sus ojos, perdiéndome en la inmensidad de su universo le respondía:

Mi amado es mío, y yo suya;

El apacienta entre lirios.

Hasta que apunte el día, y huyan las sombras,

Vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo

Sobre los montes de Beter.

Me permitió reconocer que cualquier lugar donde yo quisiera podía convertirlo en mi propio Hogar y eso es lo que hoy yo vengo a entregaros, la certeza de saber que el Hogar está dentro de vosotros, que no importa donde vayáis, donde viváis, si vais a vuestro Hogar, El os acogerá y os permitirá hacer de vuestro día una experiencia de Amor y gratitud hacia lo que os ha dado LA VIDA.

Llenaos de lo que hoy vengo a entregaros.

Rosa Natalia Poveda