Arcángel Uriel El colectivo del uno. Traduccion- Hedyn Nuñez

Eva Martín Garcia

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Yo Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Bien amados Hijos, la Onda de mi Presencia desde ahora está con ustedes, en ustedes y por ustedes, les da a vivir, y significar, su Nacimiento en la Eternidad. Que eso sea en ustedes, como en lo que se da a ver, a percibir y a vivir. La Onda de mi Presencia se mescla en ustedes, mezclando nuestras Presencias, a fin de vivir y verificar todo lo que les es dado, todo lo que les ha estado permitido vivir y experimentar. En el tiempo de la Danza y del Silencio, yo mezclo a su Presencia mi Onda Vida, la Onda de la Presencia, la que viene a abrir los Cielos y la tierra a la Nueva Presencia de Eternidad. El Tiempo está cumplido. El Tiempo se termina. Poniendo fin al tiempo y a su ilusión. La hora del espacio, más allá de todo espacio, viene a cantar a ustedes, por la Presencia Cristalina, al oído y en el Corazón.

Yo vengo a finalizar, por la Onda de mi Presencia, en el interior de su Ser, y sus campos de Energía, para permitirles danzar, la Danza de la Eternidad.

De permitirles vivir el tiempo del Silencio, el Tiempo de la Eternidad. Estos tiempos en que termina la medida del tiempo. Estos tiempos en que termina la noción de localización, el tiempo de rencontrar lo que ustedes Son, y que siempre han Sido, golpea a su puerta. Por la puerta de los sentidos, por la puerta de las percepciones, por la puerta del Silencio. Ahí donde está la Danza que no se detiene jamás. Acompañada por el Coro de los Ángeles, y por el Sonido de Cristal de mi Presencia, vengo a Anunciarles la Onda que es mía, y que se hace suya. La de la Nueva Era, de la Nueva Alianza, donde todo es Libertad, donde todo es auténtico. Allí donde no existe ningún lugar, ni espacio, ni tiempo, para un sufrimiento, cualquiera que este sea, o una ilusión cualquiera que ella sea.

El tiempo ha llegado, porque él ha Nacido, porque él está Presente, en su vida, en el seno de su Universo y su Sol, y por supuesto en el Templo del pecho, en el Corazón del Corazón. Llamándolos a la Danza, donde nada viene a frenar, ni resistir, el Llamado al Nacimiento Eterno, de su Presencia en la Luz Una, y verificado por la Presencia de KI-RIS-TI.

Vivamos la Onda, la Onda de todas la Presencias. La de quienes los han guiado, la de quienes pertenecen al Eterno Presente, al Eterno Inmaculado de su Presencia Infinita. Viniendo a ustedes, a destrancar lo que se debe, de manera Eterna y definitiva. El Tiempo del Llamado, el Tiempo de la respuesta, es ahora. Ya sea en los signos del Cielo y de la Tierra, en sus sonidos o sus estruendos, está la Respuesta del Nacimiento de la Mariposa, que terminando su crisálida, su Transmutación y su Elevación.

La Danza y el Silencio son los motores de la Paz y de la Eternidad. En la cual están sus vehículos de Eternidad, los que no están vejados por un principio o un fin. Los que siempre han sido y siempre serán. Ya que nada puede cambiar la Ley del Amor, la Ley de la Libertad, Ley de Eternidad.

Mi Presencia a su lado, en su Corazón, es la respuesta al llamado, es la respuesta a su petición. Vengo a terminar la Ronda de los Arcángeles, la Ronda de los Ancianos, la Ronda de las Estrellas. Ya que en ustedes todo está encendido. En ustedes todo está despierto. Pronto, para vivir el Tiempo sin tiempo, el Espacio sin localización. El tiempo de la Alegría, que nada puede alterar, que nada viene a alterar.

Corresponde a ustedes ahora, no de elegir, sino de posesionarse, para la Eternidad, en su Eternidad, o en el seno de eso que resiste. De ahí se deriva la facultad y facilidad para dejar vivir la Onda de Vida y participar en la Danza.

Como Ángel Uriel, vengo a Finalizar la Obra al Blanco. La que termina el tiempo de lo efímero. La que abre bien grande las Puertas de la Eternidad. A fin de darles a Vivir eso que siempre han Sido, que Son siempre, y siempre Serán. Muy lejos de toda historia, lejos de toda acción-reacción.

El Tiempo de la Gracia está cumplida. El camino está abierto. La Puerta está abierta, a los Sonidos de Cristal, a los Sonidos del Cielo y de la Tierra, no más en un aspecto individual, sino más bien y cada vez más, colectivo e inmanente.

El momento en que el Cielo y la Tierra cambian de posición. El momento en que su Presencia cambia de punto de vista. A fin de abrazar y desposar la Libertad y la Eternidad del Amor, en el baile y la Danza de la Onda de Luz que los moldea y les abre las puertas, ya no más a la esperanza, sino las Puertas de la Eternidad. Tiempo de la última Puerta, de la Definitiva Reversión.

Así los he acompañado, durante estos años. Ya fuera por el Pasaje de la garganta, o el Pasaje de la puerta Estrecha.

La hora ha llegado de iluminar, por la Onda de Fuego, por la Onda de Vida, por el Aguador, que vierte al Agua Lustral, en el Fuego del Éter. Para darles a Ser, total y enteramente.

Mas allá de todas las trampas de la ilusión, de lo efímero. En la estricta Verdad del Amor, en la estricta Verdad de la autenticidad y de la Trasparencia.

Ustedes han vencido sin combatir. Se han elevado sin quererlo. Ustedes han llevado a término una misión imposible, la de sacar en definitiva y en totalidad, este sistema Solar de todas las ilusiones.

Como Portador de la Buena Nueva, yo les anuncio la Abertura de los Cielos y de la Tierra. Dándoles a vivir la Eternidad. En Comunión de Alma, en Comunión de Espíritu con la Eternidad. Que representan muy bien los Ancianos, las Estrellas, y los Arcángeles, en el seno de su Eternidad. Ronda del silencio, Ronda de la Paz, Ronda de la Eternidad, donde Vibra el perfume de la Belleza, del Amor y de la Verdad.

Todo eso se revela a los sentidos, y se develará más a sus percepciones. Para conducirlos allí de donde ustedes jamás se han movido, allí donde siempre han estado. Para que la mariposa abrace también la Eternidad. Dejando detrás de sí, sufrimientos, pesos y memorias. Lo que entorpeció, lo que ensombreció lo que ustedes Son. Hoy no hay más sombra, no hay más barrera, no hay más obstáculo. Excepto lo que queda por conquistar, por el establecimiento de su Presencia y de nuestra Presencia, así como de la Verdad, en la misma Comunión, en la misma Fusión y en la misma Disolución.

Solamente Ser, en el Instante Presente, Presente en ustedes mismos, y Presente en Nosotros mismos. Presentes para sus Hermanos y Hermanas. Presentes para la Tierra y el Cielo. Presentes en toda Dimensión, en todo Espacio, más allá de todo tiempo. Esa es su Naturaleza y Esencia, Eterna rencontrada en el seno de este efímero. Todo está Cumplido. Todo está en materialización. Todo está en actualizacion. El trabajo esta finalizado. «Todo ha sido consumado», esto les fue dicho hace algún tiempo. Les queda ahora en esta conclusión, la manifestación total de la Verdad, de la Luz, de la Belleza y del Amor.

Por lo tanto los invito a celebrar. Los invito a permanecer en esta Paz, en esta Alegría, de esta Eternidad. Requeridos por la Onda de Vida, por el encendido de todos los cuerpos, de sus estructuras tanto groseras como sutiles. Para vivir el arrebol del Amor, el beso de MARIA, el llamado de MARIA, el Llamado irrevocable de la Eternidad.

Estén en Paz. Nosotros estamos en ustedes, como ustedes en nosotros. Con una intensidad jamás igualada, donde toda Presencia se funde en la Alegría del Amor y en la Danza. Sin dejar lugar para alguna identificación, sino más bien para la Ascensión de la Conciencia, en el vehículo de Eternidad. Y si eso les conviene, más allá de todo vehículo. Todo está en ruta, no en el futuro, sino en el instante Presente, en el instante de su Presencia, en el Presente del instante presente, en el Aquí y Ahora. Entonces, ha llegado el momento en que las Puertas se disuelven por sí mismas, en los restos de la ilusión. Poniéndolos al desnudo, ya que él los quiere al desnudo. Viene a golpear la Puerta y tomar todo el lugar, así como el espacio y el tiempo. Viniendo a verter el Agua, el Agua de la Resurrección, el Agua del Bautismo. No del nacimiento de este mundo, sino del Nacimiento de la Eternidad. Acojan. Acojan y revelen ustedes mismos, la Majestad de lo que han de vivir, La Majestad de lo que ya está ahí.

Arcangel Uriel

Cada vez los signos, son más patentes e importantes, manifestándose, en el desarrollo lineal, restante del Planeta y de la vida de ustedes. Dándoles a recorrer este mundo, sin desplazarse, sino instalados en la Onda que Danza en ustedes. Ya que la Eternidad, en su Corazón y todo en el mundo nada, de unos a otros, de espacio en espacio, en la Luz revelada, encarnada y manifestada, cuyo objetivo, saben que es la Espiritualización total, de lo que en ustedes se llama materia.

No dejando ningún lugar para el sufrimiento. Ni dejando lugar a oposición o toda contradicción. En el abandono a la Luz, en el don de sí mismo, en el sacrificio de lo efímero, para la Eternidad, que es creada por la Inteligencia de la Luz, que es Suya. Como la de los Cielos, de los Arcángeles, del Sol, del Cosmos y de LA FUENTE. Hoy, hoy es el fin, la Conclusión está en Materialización. La Realización sutil, concierne también a los planos mas groseros de su manifestación.

No teman. La Paz esta ahí, la Eternidad esta aquí. Solo falta que la dejen aparecer en totalidad. Pero, para eso necesitan desaparecer, del mi y del yo, desaparecer del mental, desaparecer de las emociones. Desaparecer de las ilusiones mantenida por todas las creencias humanas falsas, nacidas de la separación, de la falsificación y de la pérdida de conexión a esta Eternidad. No teman nada, ya que esto es un parto. No teman nada ya que esto es un nacimiento, que no será seguido jamás de una muerte, de ningún peso y de ninguna densidad.

Si, es el tiempo de la Danza. Es el tiempo de nuestra Reunión, no simplemente por las experiencias múltiples que ustedes han tenido durante estos años. Sino más bien, en la actualización y en la materialización completa, de lo que se enunció en las Bodas Celestiales. Todo eso está en ustedes, ante todo. La Eternidad está en ustedes. Cristo está en ustedes. El mundo está en ustedes, totalmente. Dense cuenta, miren observen.

Sientan y perciban. El tiempo del último, el Tiempo del Infinito, el Tiempo del Absoluto, el Tiempo de la Infinita Presencia, en totalidad, cumpliéndose y viviéndose, en su carne bajo sus ojos.

Para eso, como se ha dicho largamente, permanezcan en Paz, ya que son la Paz. Y la Paz solo se encuentra en la Paz. Nunca en las actividades del «mi o el yo». Cada uno de ustedes va a ser llamado de manera más intensa e importante, a morar en estasis de Eternidad, en la Morada de Paz Suprema.

Ya que es allí donde se encuentra la Paz. Es ahí que se encuentra la serenidad. Y es aquí que se encuentra la actualización y la materialización de lo que les fue enunciado y anunciado de múltiples maneras.

Le será dado a cado uno, según su fe. Le será dado a cada uno según su experiencia, según su percepción, y según su capacidad de permanecer en el corazón del Corazón, en el centro del Centro, en la Paz de la Eternidad. Es aquí que encuentran los recursos para pasar bien, hasta el momento del Llamado de MARIA, que resonará en ustedes, en los Cielos, así como sobre la Tierra. En ese momento, recuerden que la única guía, cualesquiera que sean nuestras reuniones, y nuestras Presencias, es el centro del Centro. Allí donde todo es inmóvil. Allí donde la Conciencia misma, se apaga en la satisfacción de la Paz y de la Eternidad. Permitiendo rencontrar la Esencia, el Absoluto, la Infinita Presencia. O, si la necesidad de experiencia lo permite, entonces en el seno de los vehículos de Etreté. Todo resplandece de Luz, de Libertad y de Liberación.

Yo vengo a Verter en este espacio de Comunión, como en todo espacio donde ustedes me han acogido, ya sea sobre este planeta, ya sea en los Éteres. Para darles el Punto Último de Basculamiento, correspondiente, para quienes lo conocen, a las vibraciones del 11do. cuerpo. Lo que permitirá la Alquimia de los Nuevos Cuerpos. Permitiendo, recibir quizá en ustedes, por adelantado las Últimas Claves Metatrónicas, si éstas no han sido impulsadas hasta el momento.

Recuerden, que no hay nada que practicar, desde ahora en adelante. Que no hay nada que desear, nada que buscar, nada a esperar. Solamente Estar, en el corazón del Corazón. Ya que en estos tiempos especiales de la Obra al Blanco, habrán constado que la distancia ha sido abolida, entre nosotros y ustedes. Que el tiempo y el espacio no existen, sino en la manifestación de esta mundo. Pero en los espacios Interiores, nosotros estamos allí, cada vez más presentes, cada vez más intensos, en la medida de su intensidad, en la medida de su Paz y de su Transparencia. Estamos reunidos para festejar eso.

Los bendigo a todos, por la Onda de mi Presencia, por la Onda de Vida. Por la Nueva Eucaristía, por la Alquimia y la Fusión de los tres Fuegos (Corazón, Cabeza y Sacro), lo que les da a vivir la inmensidad de la Belleza que ustedes SON. Estén tranquilos. Permanezcan tranquilos. Busquen la Paz. Busquen la Alegría, ya ella está ahí, y no puede ser buscada fuera el Corazón, ya que ella se encuentra ahí. Abran todas las Puertas de la Eternidad, quemando todas las ilusiones, por el Agua Lustral, vertiéndose desde ahora en ustedes. Viniendo a lavar sus Vestidos, y tenerlos prontos para lo que se actualice en la materia de su tiempo, que se acaba.

Terminaré con estas palabras. La Danza es el Silencio. La Paz es la Tranquilidad. La Alegría, el Amor y la Luz son los testigos de la Experiencia. Ustedes, Hijos y Sembradores de Luz. El fin de la Crisálida está cerca. Esta desaparición es una aparición. Ella es fiesta. Si ese no es el caso, entonces hagan Silencio y dejen Danzar la Eternidad, que ustedes Son. Cualesquiera que sean los síntomas, el Fuego, o que ellos estén ligados a la Conciencia, en esta desaparición, en su Eternidad, poco importa, es su manera de Acoger a Aquél que está en ustedes. El conjunto de la Luz y de las creaciones, toda la belleza está presente en ustedes. Déjenla aflorar, ahora, por el silencio de palabras, por el silencio del mí, por el silencio del ego. Ya que todo está muy cerca de ustedes, pronto para ser recogido, a condición de guardar sólo lo esencial, es decir la Verdad y el Amor. Que la Onda de mi Presencia selle en ustedes, en la Eternidad, este momento de reunión, en este momento de actualización.

Soy URIEL, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión y vengo a Anunciar, la actualización del Evangelio de la Paz, el Evangelio de la Eternidad, donde ninguna persona o conciencia puede alterar algo en ustedes.

Tiempos del Eterno, Tiempo de la Eternidad, Tiempo de Danza, Tiempo de la Paz. Con el fin de tomar su naturaleza, que se inscribe más allá de este tiempo. Trascendiendo el tiempo, trascendiendo el Espacio, trascendiendo todo límite, cualquiera sea su Naturaleza. Recuerden que Yo estoy aquí para eso, como Onda, manifestándose del lado izquierdo, en lo alto del cuerpo. Yo soy la Presencia que viene a Revelar el Verbo, ya que ustedes Son el Verbo. Poniendo fin a todo discurso, a toda oposición de la cabeza, como del cuerpo. Poniendo fin a toda proyección. Poniendo fin a toda esperanza y toda expectativa. Porque el Tiempo se ha cumplido, porque el Tiempo ha llegado. Porque el Tiempo es Ahora.

Deposito en su Corazón, como en el cuerpo, y particularmente en el agua que lo compone, el Sello de la Eternidad, el Sello de mi Presencia, que viene a impulsar el pasaje.

Yo soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. La Onda de mi Presencia se casa con la Onda de Vida, se casa con los tres Fuegos, en el Canal Marial, en la Lemniscata Sagrada, y en lo que llaman el Bindu. Esta Alquimia viene abrir en Alegría y en Tranquilidad la crisálida, ahí donde se despliegan las Alas, ahí donde se secan (o donde toman forma), las Alas.

Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Yo los restituyo a la Paz. Los restituyo a la Eternidad. Los entrego a la Indecible Alegría de los Reencuentros, con ustedes mismos, ante todo. Saludo en ustedes, el Bautismo que están viviendo. Saludo sobre todo en ustedes, su Transfiguración, y sobre todo su propia Resurrección.

Yo soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. En esta Comunión, en Silencio, el tiempo ha llegado. Yo me instalo en cada uno de ustedes, como un amigo no para guiarlos o tenerles la mano, sino simplemente para la Alegría de mi Presencia en su Presencia. Reunidos en la misma Onda, en la misma Danza, la misma Paz, en la misma Luz, la de la Obra al Blanco. Yo les aporto este Presente, porque ustedes me han aportado su Presente.

Yo soy Uriel, y los saludo. Les dejo su Eternidad, que es nuestra. Hasta luego.

AUTOR: Marie-Louise Gaston

TRANSMITIDO POR: El Colectivo del Uno

VISTO EN: http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com

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