El Círculo de La Vida canalizado por Eliza Ayres (aka Tazjima Amariah Kumara)

Rosa (Editora)

loto ser luz con mandala de la vida en la manos

 Nuestra escriba ha viajado lejos, explorando los confines internos de su Espíritu Nativo Americano. Ah, dirían ustedes, no hay gota alguna de Americanos Nativos en sus venas.

Cierto, pero su Espíritu reside con nosotros y con aquellas personas que viven cercanas a la Tierra. Ella honra a la Madre; honra al Gran Espíritu. En estas cosas ella es Uno con nosotros. Ella ha sentido compasión por nuestro sufrimiento y el sufrimiento de muchos ahora en el mundo. Su corazón está abierto y ella escucha en su interior, por lo que podemos hablar con ella.

Y ustedes son también Uno con el Gran Círculo de la Vida. Quizá olvidaron esto por un momento.

Reconociendo que la vida se mueve en círculos y espirales, uno puede ir muy lejos sin moverse ni una pulgada. Es mejor moverse pues el cuerpo está diseñado para moverse, pero a veces el cuerpo retiene al Espíritu atrás. Entonces el Espíritu debe alejarse y explorar por cuenta propia, trayendo a su regreso al cuerpo el conocimiento y sabiduría obtenidos.

Cuando nuestros niños observaban las acciones desequilibradas de los hombres blancos, ellos se quedaban pasmados. Los jóvenes guerreros pensaban que ellos los podían derrotar fácilmente, y lo hubieran hecho si no hubieran sido tantos. Algunos de los furiosos líderes de los hombres blancos no observaban, sino que tomaban decisiones y actuaban. Ellos veían algo en su camino y reaccionaban, pensando al respecto más tarde, y a veces con remordimiento por sus estúpidas acciones. O racionalizaban la destrucción que ellos diseminaban lejos llamándola un destino manifestado o el deber del hombre blanco de «civilizar» a los infieles. No había sensibilidad alguna en sus acciones, no se daban cuenta de que eran parte de un Todo. Estos hombres blancos perdidos no se daban cuenta de que ellos eran los infieles, de que eran ellos quienes habían dejado al Gran Espíritu atrás, y andado una senda a través de una gran oscuridad. Ellos no podían ver la verdad aunque estuviera frente a sí. sus ojos y oídos estaban cerrados. Sus corazones eran como de piedra. Ellos no nos veían siquiera como gente, sino como bestias a destruir.

El Gran Círculo se mueve aún cuando no estemos listos para hacerlo. Y así es que muchos de los niños del hombre blanco ahora se sienten más armonizados con la Tierra. Ellos desean sanar sus cuerpos y la Madre que ha sido herida por las actividades egoístas de otros hombrees blancos avariciosos y cortos de miras… y aquellos que emularían las acciones desequilibradas de los hombres blancos engañados. Ellos están sintiendo los gemidos de la Madre cuando se corta su carne para hacer caminos y escavar minerales. Ellos entienden la necesidad de una gran limpieza que ha llegado porque el hombre blanco no quiso escuchar, ni a nosotros ni a la Madre, ni siquiera al Gran Espíritu.

Recordemos que cada uno de nosotros anda por un camino, un camino o una trayectoria que es único para cada persona. Yo he aprendido a pasar vidas en muchas tierras, culturas y sociedades. No estamos limitados solamente a una, a menos que el Ser desee que experimentemos más de una vida en una cultura en particular. Así que les digo que algunos de aquellos que andaron como hombres blancos en los días de las Guerras Indias viven hoy en día como Americanos Nativos en la Reservación, donde los soldados blancos pusieron a sus tataranietos. Y algunos de aquellos que andaron y pelearon y murieron como Americanos Nativos andan ahora como hombres y mujeres blancos. Así se mueve el Gran Círculo en una lenta espiral para que el Ser pueda aprender todas las lecciones y pase por las experiencias necesarias para trascender el Círculo y avanzar a las Estrellas.

Si ustedes sienten afinidad por las maneras de los Americanos Nativos, entienden que tal vez su Ser ya ha experimentado nuestra manera de vida. Alguna vez pensamos que eramos hombres libres. Teníamos una buena vida, simple pero llena de trabajo y juego. Esos buenos tiempos terminaron con la llegada del hombre blanco, no al principio pues eran pocos. Como con la llegada de una inundación, el chorrito se volvió un torrente que no podíamos retener, destruir ni parar. Nuestra manera de vida se derrumbó y nos sentimos perdidos, despojados y desgarrados, pero aún así algunos de nosotros nos las arreglamos para sobrevivir los malos tiempos.

Aún como captivos del hombre blanco seguíamos siendo más libres que nuestros captores, aunque aún entonces nuestras maneras nos hicieron tropezar también. No pudimos entender cómo eran muchos hombres blancos pues nosotros siempre habíamos sido pocos, diseminados por las planicies y montañas y los bosques. No agobiábamos a la Tierra con gente, sino que dejábamos suficiente espacio para nuestros hermanos y hermanas de las planicies y los bosques para que deambularan y prosperaran. Había más que suficiente para todos, especialmente a través de la gracia de nuestro hermano el búfalo, quien proveyó por nuestras necesidades. Nosotros no pudimos entender la avaricia y cueldad de una gente que atacaba nuestras aldes sin provocación y quienes negaban los celos y el odio que sentían entre sí. Ellos eran una gente con corazón cerrado, que no podía sentir que su odio por nosotros provenía de su propio odio de sí mismos.

En los viejos tiempos nuestros corazones yacieron rotos en el suelo al ver a nuestros niños y mujeres y los ancianos morir a manos del hombre blanco. No podíamos comprender la crueldad que residía en estos, no tuvimos el tiempo para entender por qué los blancos estaban tan alejados de la Madre y unos de otros. Ellos estaban enojados y se atacaban locamente unos a otros; nosotros estábamos simplemente en su camino y éramos una presa fácil, aunque luchamos brava y largamente con los recursos que teníamos. El final llegó malamente, pero algunos de nuestra gente sobrevivieron y siguen sobreviviendo. La sabiduría secreta de nuestros pueblos ha sido retenida por los ancianos sagrados y ahora se está pasando a nuestros niños, aunque algunos de ellos se han perdido como el hombre blanco de los malos tiempos, por lo que a veces tenemos que buscar a otros para que porten la sabiduría para generaciones futuras.

Actualmente algunos de nuestros niños deambulan por el mundo, desequilibrados, perdidos en el laberinto de su enojo consigo mismos y con el mundo. Ellos beben, se pelean y huyen, avergonzados de la manera como la Gente vive ahora. Ellos no quieren reclamar su herencia, sino que huyen y se esconden en las sucias ciudades del hombre blanco. Nosotros les abrimos nuestro corazón y esperamos que regresen a nosotros, a su familia, pero comprendemos que la necesidad de deambular es fuerte en algunos. No obstante, es solamente yendo en la trayectoria interior como uno puede llegar a conocerse a sí mismo. Hasta que uno esté dispuesto a ver en su interior y aceptar lo que encuentre allí, uno no puede proceder más allá en la trayectoria, aunque camine millas y millas.

Hay algunos de nuestros pueblos que están dando ahora un paso adelante y usando la sabiduría antigua para sanar su tierra y su gente. Están dispuestos a trabajar con el hombre y la mujer blancos, quienes están empezando a entender ahora, quienes son sus hermanos y hermanas. Las maneras de la gente eran antiguas y eran las que sostenían la tierra y permitían a todos los que la habitaban florecer y vivir en paz. Nuestra cultura es solamente una de las del planeta cuyas raíces van profundo. Inclusive la cultura del hombre blanco va profundo, pero él se ha olvidado de ella o ha negado que ha existido jamás. Él ha creído las mentiras de sus líderes y padres falsos que han buscado separar a sus seguidores de la Tierra y unos de otros. Sus líderes han buscado únicamente el poder y la riqueza. Nuestros líderes buscaban la prosperidad y el bienestar de nuestra gente. En el lenguaje de nuestros hermanos, el Sioux, no había palabra para «mí” o “yo”. Todas las tribus llamaban a sus pueblos: Los Pueblos. Dentro de nuestras tribus todos trabajábamos como una unidad. No éramos perfectos y nos peleábamos entre nosotros, pero nunca olvidábamos que éramos una gran familia y nos necesitábamos unos a otros para sobrevivir. Cuando lo olvidamos y perdimos esa unidad, nos perdimos nosotros mismos.

Aunque aprendimos rápidamente cómo mentían algunos hombres blancos y qué poco valor tenía la palabra de los hombres poderosos que nos odiaban, los hombres que trabajaban bajo ellos no podían confiar en sus sentimientos y seguían a sus líderes ciegamente. O huían también, avergonzados y negando lo que ellos sabían no era verdad. Ellos no estaban dispuestos a ver en su interior para descubrir su propia verdad por sí mismos. Ahora ha llegado el tiempo en que ellos deben enfrentarse a su propio odio y ver que es una ilusión, una quimera diseñada para derrotarlos.

El tiempo de la negación y la resistencia a la verdad ha terminado. Los velos del olvido han sido alzados y el mundo está aprendiendo la verdad sobre los falsos fundamentos del mundo del hombre blanco. Algunos de los hombres blancos están todavía tan desequilibrados que ni siquiera se dan cuenta de que los fundamentos de su mundo ya se han derrumbado. Sólo mediante la fuerza de sus hábitos y pensamientos algunos continúan viviendo en la forma superficial que les han enseñado quienes se han permitido gobernarlos. Ellos han creído tozudamente las mentiras que se les dijo, que son impotentes, inmerecedores y que no se merecen prosperar. Han sido sistemáticamente separados de la fuente de su poder, de la Madre y del Padre Cielo. Su corazón está cerrado por el odio y la aversión a sí mismos, por lo que continúan atacando a quienes son diferentes. Y sin embargo, aún en estos obstinados la Luz está empezando a trabajar en las barreras que ellos han erigido alrededor de su corazón. Algunos de quienes antes estaban perdidos están empezando a reconectar y a entender que algo está mal y desequilibrado.

Los niños están despiertos. Ellos saben que toda la gente son sus hermanos y hermanas. Ellos no consideran que la raza, el color de la piel, la religión y la cultura sean barreras al poder de la amistad y el Amor. Ellos juegan juntos, felices, resistiendo las amenazas y advertencias de sus padres de que desistan de estas amistades pues saben que son Uno con sus amigos.

Algunos de los ancianos y adultos de la gente blanca están despertando también. Nosotros sabemos que muchos son los guerreros arco iris secretos enviados a la Madre para ayudar a su gente a despertar. Por eso su corazón y el nuestro resuenan como un corazón, porque nosotros sentimos la frecuencia de la verdad en esta gente, sabemos que ellos son nuestros hermanos y hermanas en Espíritu. Muchos de ellos han andado con nuestra gente en otras vidas. Compartimos los mismos valores, compartimos el mismo corazón.

Ya no se pueden seguir las viejas maneras enteramente pues el mundo se ha movido, pero puede haber un retorno a los valores de las viejas maneras. Reconectándose con la Madre y sus elementos, la tierra, el aire, el fuego y el agua, uno puede acercarse a la verdad del Ser de uno. Ustedes son un Ser Estelar, un gran Ser que anda sobre la Tierra. Su punto de anclaje es el cuerpo, pero ustedes son mucho más. Nuestras historias hablan de cuán fácil era andar en mundos diferentes; ustedes pueden hacer esto también abriendo su corazón y viendo el mundo a través de sus ojos. Y la sabiduría que descubran en las estrellas y los mundos internos es suya para traerla de regreso y compartirla con otros.

Como pueblos, hermos dejado ir en gran medida nuestro enojo, resentimiento y pena sobre lo que ha sucedido entre nosotros y el hombre blanco. Ya no podemos culpar al hombre blanco por nuestras condiciones actuales puesto que nosotros mismos hemos contribuido a ellas. Por lo tanto, debemos recobrar nuestro poder y nuestra soberanía personal, como pueblos y como individuos, y rehacer nuestro mundo como nos gustaría experimentarlo. Nosotros sabemos ahora que debemos sanarnos a nosotros mismos. Haciendo esto sanamos nuestro mundo.

Como White Cloud [Nube Blanca], yo no anduve en el mundo cuando los hombres blancos llegaron a nuestras tierras, pero ví su venida en mis visiones. Advertí a la gente entonces, pero no me quisieron escuchar, o se olvidaron. Ellos no deseaban oir lo que yo tenía que decir; estaban asustados de las visiones y no entendieron lo que se estaba diciendo. Y sin embargo, yo sabía que el tiempo de la tribulación y sufrimiento de nuestra gente terminaría justo como el tiempo de la tribulación para el hombre blanco comenzaría. Y nosotros los ayudaríamos a recobrar su conexión con la Madre y la de unos con otros. Nos ayudaríamos mutuamente ofreciendo nuestros regalos a la Totalidad, a todos los pueblos y a la Madre.

Yo ví que tendríamos que trabajar juntos como hermanos y hermanas, aprendiendo a hablar y a escucharnos mutuamente. Ví que tendríamos que abrir nuestro corazón unos a otros y escuchar a nuestro Espíritu con nuestro corazón. Ví que aquellos cuyo Tercer Ojo estuviera abierto y cuyo corazón estuviera lleno podrían conducir a la gente a través de los difíciles tiempos venideros. Y solamente aquellos que anden con la verdad y el Amor en su corazón serían capaces de escuchar la guía de los Espíritus y de la Madre.

Sabemos que existen muchos mundos lado a lado de éste. Estos mundos están entrelazados en la tela del mundo por el que andamos. Es fácil para uno con ojos abiertos y corazón abierto dar un paso a través de y entrar a estos mundos. Nosotros llamamos a estos «Espíritus Andantes.» Ellos viajan por nosotros y nos enseñan cómo hacer el viaje nosotros mismos, pues cada persona tiene este poder interiormente. Se necesita dejar ir el temor antes de que uno pueda realizar estos viajes, pero ellos se abren a quienes buscan recobrar su poder y para determinar su dirección en la vida.

El mundo ha cambiado, el Gran Círculo se ha vuelto una espiral, conduciendo a todos los pueblos hacia arriba, a un lugar donde todos puedan vivir como hermanos y hermanas. Quienes puedan andar en la espiral y entrar a la promesa del sol mañanero vivirán como hermanos y hermanas en Armonía, Paz, Amor y Abundancia para todos. Nosotros esperamos verlos allí con nosotros.

Nos iremos ahora, pues les hemos dado mucho a ponderar. Consideren nuestras palabras, pero escuchen a su propio corazón guiarlos en la dirección que deben ir. Nosotros estamos a su lado para guiarlos y aconsejarlos, pero no podemos andar la trayectoria por ustedes. Ahora es tiempo de que recobren su poder y soberanía, y aprendan a escuchar a su corazón. Él los guiará bien.

Estén en Paz y sepan que somos Uno.

Namasté.

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