El cohousing, una manera digna de compartir la vida

Maite Ayala

Sin duda, es todo un tema el envejecer siendo independientes. Aunque tengamos hijos y familia, cuando llega la vejez la vida cambia, y con ello los hábitos y hasta la libertad. El cohousing es una oportunidad para reflexionar sobre la edad y las posibilidades que ofrece.

Pero también es un modo distinto de abordar la convivencia social.

Qué es el cohousing

El cohousing es una vivienda colaborativa, es vivir “juntos pero no revueltos”, es decir, es un modelo de vivienda en el que se accede a espacios comunes sin perder autonomía ni privacidad. La idea surgió en Dinamarca, en los años 60 del siglo pasado, cuando un grupo de jóvenes decidieron llevar adelante una especie de experimento social.

La idea fue vivir en un espacio donde fuese posible disminuir los gastos en servicios (electricidad, agua, alquiler) pero manteniendo un cierto grado de autonomía. No fue una comuna hippy, pues no compartían la misma casa; compartían un comedor, un lavadero, parques para los niños, y cada familia mantenía al mismo tiempo su privacidad. Lo que sí compartían, definitivamente, eran los gastos y ciertos intereses en común, una idea de cómo vivir en sociedad. Pero desde un punto de vista completamente privado.

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El cohousing es una iniciativa privada que promueve la vida sencilla y compartida. Imagen de HousingLab, Flickr CC-BY

El espacio fue diseñado por el grupo de amigos, según sus necesidades y sus gustos. La iniciativa pasó a otros países europeos, como Holanda, y al pasar los años, el grupo de jóvenes fue haciéndose mayor. Se dieron cuenta de que sus necesidades habían cambiado y decidieron readaptar la idea original.

Posteriormente, en los años 80 pasó a Estados Unidos, donde ha tenido un fuerte impulso, y en los últimos años, a España y Argentina, y a otras regiones del planeta. Se han creado comunidades alrededor del mundo viviendo en cohousing, y el principal requerimiento es querer vivir en lugares especialmente acondicionados, con casas que suelen ser pequeñas dentro de un terreno más grande, con zonas de esparcimiento y uso común.

En Estados Unidos hay cohousing para todos los gustos, y en España se están comenzando a desarrollar también iniciativas parecidas.

Cómo se vive en cohousing

Usualmente se comienza con un grupo de amigos, vecinos, familiares o conocidos que tienen intereses en común, quieren pagar menos en servicios y vivir de una forma menos impactante para el medio ambiente. Sí, porque uno de los factores en común es que son viviendas que habitualmente tienen mayor eficiencia energética y utilizan (o suelen utilizar) energías limpias y renovables, aunque es preciso señalar que no todos lo hacen.

Este grupo de amigos contrata a un arquitecto y comienzan a buscar lotes de terreno. Cuando lo encuentran, se compra y ese terreno pasaría a ser propiedad del grupo. Es decir, la figura cooperativista es la principal. Claro que no siempre tienen que ser amigos, sólo compartir una misma dirección de vida.

Una vez definido el terreno y loteado, entre todos diseñan los espacios, de acuerdo a sus necesidades y gustos. Así, en numerosos grupos de cohousing existen comedores comunes –aunque siempre hay cocinas en las casas–, salas para leer, jugar a las cartas, ver películas; espacios de lavandería, huertos o parques infantiles.

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En el cohousing se comparten los espacios y las relaciones sociales. Imagen de United Diversity, Flickr CC-BY

Suelen ser grupos cerrados: la especulación inmobiliaria está fuera de su perspectiva y vender no está planteado. De hecho, en España se está llevando adelante para frenar un poco el desastre económico que significa adquirir una vivienda en estos días.

Son casas económicas y sencillas –hay algunos ejemplos de casas hermosas, baratas, funcionales y básicas– que permiten vivir dignamente en un entorno comunitario. La gente es copropietaria y tiene los mismos derechos que todos los demás. No hay jefes y por lo general las tareas se adjudican de forma natural, es decir, para que las cosas funcionen todos deben participar.

La iniciativa es tremendamente exitosa y para nada utópica. Ya hay pruebas de que se puede vivir de esta manera.

Cohousing para todos los gustos

Si bien en su momento fue una idea de un grupo de amigos, hoy en día la cosa se ha extendido. Por ejemplo, hay cohousing para emprendedores, en los que los espacios comunes incluyen lugares de coworking o salas de conferencias y para atender a los clientes.

Hay cohousing para parejas jóvenes con hijos pequeños, con jardines seguros y cerrados. Hay cohousing para gente mayor, donde la compañía es primordial, hay atención médica y se mantiene la tan preciada independencia.

Hay cohousing para la comunidad gay, que en España es la segunda interesada después de los jubilados. Para familias monoparentales, que se benefician de los costes menores.

Cohousing para los adultos mayores

Se llaman “comunidades senior” y son un tremendo éxito, tanto en España como en el resto del mundo. De hecho, es una alternativa a los geriátricos y asilos y a vivir “arrimados” a los hijos, y en España al menos, dos de cada tres jubilados conoce el concepto de cohousing, según la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España en un estudio de 2015.

En el mundo cada vez son más las personas que sobrepasan los 60 años (900 millones aproximadamente en estos momentos, y para 2050 se calcula que seremos 1.400 millones de personas las que tendremos más de 60), y se vuelve una urgencia diseñar medidas efectivas para el cuidado de gente mucho mayor.

Además, ya no se envejece de la misma forma que hace 50 años, o siquiera 30. Los “viejos” de ahora son activos, siguen trabajando, y no quieren renunciar a su independencia para calmarles la conciencia a los hijos. No quieren renunciar a su libertad de movimientos, luego de una vida plena. El cohousing es la forma en que esto se consigue.

Claro que llega un momento en que se necesita ayuda, pero no tiene que ser un asilo el destino de millones de personas que llegan a los 80 o 90 años. Tomando en cuenta también que muchos prefieren vivir solos, el cohousing es la solución al problema de la soledad: al estar en un grupo donde comparten intereses comunes pero en el que su privacidad se mantiene, uno de los principales beneficios es que estas personas no dejan a sus amistades y no se aíslan, y si tienen algún problema reciben ayuda inmediata.

Está demostrado que mantener los lazos sociales a una edad avanzada aumenta la calidad de vida, y los lazos que se establecen en el cohousing, y la ayuda mutua, es un factor decisivo para que se sientan mejor. No desaparecen las enfermedades pero sí cambia la propia percepción que se tiene de ellas y no se les da mayor importancia. A nivel práctico, promueve una salud más consistente: no se sienten enfermos ni inútiles.

El cohousing en España

Hay diversos grupos que llevan adelante la idea del cohousing en España, entre ellos Cover, en Álava, donde asesoran a las familias que quieran vivir en las casas colaborativas y que su intención no sea especulativa. Así también en Euzkadi existe Etxekoop, que es una comunidad que promueve el cohousing, y en Madrid está Jubilares, enfocado para los jubilados.

Ventajas

Viviendas asequibles

Como comparten gastos y espacios en común, las viviendas suelen ser pequeñas (adaptadas a dos personas) y básicas, sin ostentaciones. Los precios no son muy altos.

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El cohousing permite el diseño de casas sencillas, pequeñas y hermosas. Imagen de United Diversity, Flickr CC-BY

Cohesión social

Como ya lo señalamos en párrafos anteriores, se establecen lazos perdurables en estos sitios. Es un nuevo modo de vida compartido, en el que la compañía es esencial. Es decir, un jubilado no se mudaría a un cohousing si no está dispuesto a compartir valores y prácticas, aunque duerma en su casa.

Puede decidir prepararse su comida y comer solo o hacerlo con más personas, en el comedor comunitario. La vida en el cohousing es activa en cuanto a las relaciones sociales, pero no se puede invadir el espacio personal y privado de cada quien.

Vejez digna

Jubilares, la asociación madrileña que ya nombramos, apuesta de forma categórica por esta alternativa para los adultos mayores, promueve activamente lo que llama “cohousing senior” y ofrece asesoramiento para quienes ya están jubilados pero no quieren perder su independencia ni sentirse aislados.

Considerando el alto coste que significa vivir en una residencia para ancianos, un geriátrico o asilo privados, el cohousing es ciertamente una opción mucho más asequible, amable y eficaz para que los adultos mayores se sientan parte de algo y mantengan su salud y su independencia.

Es la manera perfecta para vivir con personas de gustos e intereses similares, sentirse acompañados pero no invadidos, compartir gastos y recibir y dar ayuda cuando sea necesario.

Autora: Maite Ayala, redactora en hermandadblanca.org

Fuentes: https://www.aesfas.org/que-es-el-cohousing-o-la-covivienda-y-como-funciona-en-espana/, https://buenavibra.es/afectos/cohousing-viviendas-colaborativas-para-crecer-y-envejecer-entre-amigos/, https://www.zaplo.es/blog/cohousing/, https://www.nobbot.com/general/que-es-el-cohousing/

9 comentarios

  1. hola Pilar estamos poniendo en marcha un proyecto en la provincia de Armería muy cerca de la capital nos gustaría informarte mas y mejor, enviame tu dirección y te informamos con mas detalle un saludo

    1. Hola Maite, soy trabajadora social y esta idea me apasiona, tanto para promocionarla y trabajar para crear las relaciones sociales necesarias para el buen funcionamiento como para vivir yo también. Sabes si hay algún proyecto en la costa? Málaga o Almeria?

    2. hola Pilar estamos poniendo en marcha un proyecto en la provincia de Armería muy cerca de la capital nos gustaría informarte mas y mejor, enviame tu dirección y te informamos con mas detalle un saludo

  2. Muy recomendable. Las comunidades colaborativas de viviendas para personas mayores son seguramente la solución de hoy para el problema de las residencias de ancianos. Compartir, no sólo los gastos, sino también el cariño, la seguridad, el apoyo, etc. en la confianza de que "no nos vamos a dejar solos", es un gran logro por el que trabajar. Hace falta colaboración, apoyo e implicación de las instituciones públicas y en España el modelo europeo no se adapta exactamente a nuestra forma de ser. Actualmente participó en un proyecto de la asociación Jubilares, estamos en la etapa de diseño de las zonas privadas y comunes y el proyecto es apasionante. Las unidades residenciales que vamos a construir en Torrelodones, serán siempre propiedad de la cooperativa y nosotros disfrutaremos de la cesión de uso de las mismas, con una revalorización igual al IPC. El camino no está exento de dificultades, trabajar la confianza, la solidaridad y crecer como grupo para compartir y gestionar el proyecto es fundamental. Gracias por el artículo.

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