«El Mensajero Lunar», Luna Llena de Leo Agosto 2015
Las enseñanzas de la sabiduría explican que recibir un cuerpo humano es el mayor de los privilegios porque sólo un cuerpo humano da el potencial para experiencias planetarias, solares y cósmicas. La Biblia dice, Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza. A través de un entrenamiento apropiado podemos transformar nuestro cuerpo de carne y sangre y lograr un cuerpo de luz dorada o incluso de luz diamantina. Las escrituras comparan esta transformación con la leche de la cual se extrae mantequilla, y con un refinamiento ulterior, el ghee – un estado que es bastante diferente a la leche. De igual manera, la transformación del cuerpo humano permite que el alma se exprese en todos los siete planos de la creación y así volverse una imagen de Dios. Éste es el objetivo del gran experimento del desarrollo del cuerpo humano.
No obstante, somos almas que han descendido dentro de un cuerpo de carne y sangre y han perdido su verdadera identidad. Estamos totalmente aprisionado en la materia del planeta, en busca de riquezas, poder, o experiencias relacionadas con el cuerpo. Ya no sabemos cómo podemos escapar de la prisión. El cuerpo tiene un tiempo límite; después del cierre de una vida, regresamos a un nuevo cuerpo donde continuamos aprisionados en nuestro comportamiento condicionado.
En esta situación, la Jerarquía viene a ayudar a la humanidad. La Jerarquía son los Maestros de Sabiduría que han obtenido control sobre todos los cinco elementos y tienen cuerpos de luz dorada y diamantina. Lejos de la civilización y las masas de la humanidad, viven también en cuerpos físicos y continúan dando inspiración y apoyo a la humanidad. En tiempos muy antiguos, durante la tercera raza raíz en Lemuria, cuando las almas humanas comenzaron a establecerse en la Tierra, se formó la Jerarquía. Está encabezada por Sanat Kumara, el Señor del Planeta, cuyo asiento está en Shamballa, escondido en forma etérica en el desierto de Gobi. Conjuntamente con otros Hijos Cósmicos de la Voluntad, él ha descendido desde círculos superiores para permanecer en la Tierra y ayudar a la humanidad a ascender.
En relación con los planos superiores de la existencia, Shamballa es el punto más alto en la Tierra donde se recibe el Plan para nuestro planeta. Shamballa y la Jerarquía han estado ayudando a la humanidad y han estado dando su conocimiento. Los seres humanos continúan abusando del conocimiento sublime. Nuestra orientación es más hacia la materia que hacia la conciencia y el espíritu, la base de la existencia. Cuando la Atlántida se hundió, Shamballa salvó a la humanidad y fundó centros en otras partes del mundo que no se hundieron. Sanat Kumara incluso una vez eancarnó en Pradyumna, un hijo de Krishna, para que la Gran Guerra no condujera al abismo. La energía de Shamballa intervino también en la Segunda Guerra Mundial.
La Jerarquía está buscando individuos adecuados que puedan unírsele, pero hay sólo 10 o 12 individuos como ellos en un siglo. No obstante, la jerarquía está interesada en todos los que deseen colaborar, los que ofrecen su trabajo sin estar orientados a la remuneración, y los que se esfuerzan por cumplir los requisitos necesarios para que la Luz pueda expresarse por medio de ellos. Muchas personas comienzan a desarrollar percepciones extrasensoriales a través de los órganos de los sentidos refinados. Cuando están dispuestos, se entrenan como discípulos.
La Jerarquía desea expresarse a través de este grupo de humanos. Ellos representan el centro de la garganta para la humanidad. La garganta recibe y transmite, y sólo el hombre tiene la habilidad de hablar. El centro de la garganta se llama Visuddhi en Sánscrito, lo que significa “extremadamente puro.” Sólo si nuestra garganta está muy pura, podemos convertirnos en un portavoz de sabiduría. La mejor forma de limpiar el centro de la garganta es diciendo la verdad y hablando con amor para crear harmonía y no conflictos. Sólo a través de una garganta pura un mantra puro de la garganta pueden pronunciarse los mantram de forma efectiva.
De igual manera que el centro de la garganta media entre los tres centros superiores, y los tres centros inferiores, así la humanidad mediará entre los reinos superiores y los inferiores. Para activar el centro de la garganta de la humanidad de forma adecuada, tenemos que expresar amor, buena voluntad y servicio a través de nuestro lenguaje y acciones; estos son los principios del alma. Frecuentemente, no obstante, no expresamos luz sino usamos el lenguaje para charla inútil. Interpretamos, manipulamos y decimos mentiras muy inteligentemente disfrazadas. En el mundo civilizado, las mentiras o el hablar con medias verdades corresponde a la manera de lidiar con negocios y conversaciones. Hablando incorrectamente contaminamos toda la personalidad
Para los seres superiores, la humanidad es la personalidad. Se ha convertido en un cuello de botella y la manifestación del Plan Divino está bloqueada. A menos que un número suficiente de personas sean suficientemente puras, la Jerarquía no puede expresarse en la humanidad. Todos los grupos alrededor del mundo que están esperando que la Jerarquía se exteriorice son ellos mismos la obstrucción. Los aspirantes trabajan de forma contra producente a lo que se ha planeado. Pedimos a la Jerarquía que venga, pero entonces nos paramos en la puerta y la obstruimos. Estamos informados sobre la Jerarquía y leemos libros de sabiduría, pero continuamos estando fundamentalmente ocupados con cosas pequeñas o asuntos personales. Así, el Reino de Dios tiene que esperar.
Para permitir que la Jerarquía se exprese a través de nosotros, tenemos que orientarnos verticalmente hacia el interior, en lugar de horizontalmente hacia la objetividad. Conectarse con Dios, el centro de Dios en nosotros, es una actividad vertical. Meditación significa alineamiento con el Omnipresente que está particularmente presente en nuestro centro de la cabeza. Podemos visualizar como nos llueve luz y amor desde arriba, o alinearnos imaginando sobre nosotros un pájaro blanco, un loto o una montaña. Alineándonos con lo divino, éste se puede manifestar a través de nosotros. Como con un enchufe, nos conectamos con lo divino para trasmitir la energía a los alrededores.
Cuando sentimos lo divino más y más, podemos ver como la luz en los ojos de un hombre encuentra la luz en nosotros. Experimentando lo divino en todo, recibimos el toque de lo divino. Toma años de práctica hasta que la mente está constantemente más ocupada con lo divino que con los objetos. No obstante, es suficiente continuar alineándonos y mantenernos en la orientación vertical. No tenemos que pedir alineamiento porque cuando pedimos estamos en una actividad mental y no en el alineamiento. Cuando estamos alineados, lo divino puede trabajar a través de nosotros.
Para que seamos capaces de trabajar con la Jerarquía, tenemos que cumplir con nuestras obligaciones hacia la vida que nos rodea para liberarnos de la esclavitud de las obligaciones.
Tenemos una responsabilidad con nuestros cuerpos, hacia nuestros padres y nuestros seres humanos compañeros, hacia los reinos vegetal y animal. Hoy, no obstante, prevalece una actitud de querer recibir. Usamos a los demás para nuestros propósitos y tomamos de la tierra, de las plantas y los animales sin pensar en devolver algo. Incluso en la vida spiritual, las oraciones están enfocadas en recibir; se pide prosperidad, longevidad, por cosas para nuestros propios propósitos.
Es necesaria revertir nuestra orientación hacia una actitud de dar en lugar de recibir. Debemos pensar acerca de qué es bueno para otros – eso es buena voluntad; lo que otros necesitan – esto es amor; cómo podemos ayudar a otros inteligentemente – esto conduce al conocimiento y a la sabiduría. Incluso cuando comemos, podemos ofrecer la comida a los Devas; ellos entonces se ocuparán de nuestra salud.
Al desarrollar una actitud de servicio saldremos de nuestras esclavitudes. No necesitamos ser proactivos con nuestra actitud de servir; es suficiente estar listos y responder a lo que viene a nosotros. La Naturaleza responde a esta actitud atenta. Cuando entonamos el OM y lo enviamos al ambiente, vendrán aquéllos que necesitan nuestra ayuda.
Una vez que nos liberamos de nuestra orientación auto- centrada, la Jerarquía está lista para transferir sus energías a través de nosotros hacia el entorno. Cuando permitimos que la Jerarquía se exprese a través de nosotros, somos un Bodhisattva para ellos, como Jesús fue un Bodhisattva para el Cristo o el Buda lo fue para Adi Shankara. H.P. Blavatsky y A.A. Bailey permitieron que varios Maestros de la Jerarquía trabajaran a través de ellos. Lo mismo ocurrió con Nicholas y Helena Roerich y con el Maestro EK a través de quien se expresaron tres o cuatro Maestros.
Nuestra orientación vertical permite a la Jerarquía trabajar a través de nosotros. Desde el interior, sabemos lo que tenemos que hacer y cómo debemos hacerlo – no son los libros los que nos enseñan, sino la luz interior. Desde el interior, se nos enseña, se nos guía, somos iluminados y protegidos. Los Maestros nos enseñan a relacionarnos con la Luz. La meditación es: “Yo me paro en la Luz y dejo que la Luz me ilumine.” Lo superior impresiona a lo inferior; lo inferior expresa a lo superior. Así se exterioriza la Jerarquía.
Fuentes: K.P. Kumar: Notas de seminarios. The World Teacher Trust – Dhanishta, Visakhapatnam, India
Fuente: http://worldteachertrust.org/