Luna Llena de Libra
El Mensajero Lunar : Luna Llena de Libra 2012 astrosign
Signos de Transformación 15:
Las Tres Gunas 1 – Tamas
En el signo de aire de Libra hemos llegado al polo inferior en el recorrido de la conciencia a través del zodíaco. Libra representa las ilusiones de la material. Consecuentemente, a la Naturaleza en este signo se la llama «La Madre Impenetrable» y «Durga» en el Oriente. No obstante, la materia y el espíritu no están separados uno del otro, sino que son como los dos platos de la balanza que encuentran su equilibrio en el centro. Las tres fuerzas básicas de la Naturaleza llamadas Gunas representan la búsqueda por encontrar un balance. Es por ello que el tema de El Mensajero Lunar de este mes es «Signos de Transformación 15: Las Tres Gunas 1 – Tamas».
El Triángulo de Cualidades
La creación comienza con un impulso que surge del Uno Absoluto. La Naturaleza se manifiesta en el tiempo y el espacio con tres cualidades. La conciencia universal entra en la triple estructura; se separa de la unidad y forma la primera modificación de la conciencia. Los tres aspectos de la conciencia individualizada – Voluntad, Conocimiento y Actividad – toman las cualidades de los tres Gunas, Sattva, Rajas y Tamas o compostura, dinamismo e inercia. La conciencia individual tiene siempre una mezcla de las tres cualidades; la conciencia universal está más allá de éstas. El nombre de la conciencia individualizada es YO SOY; a la luz limitada de esta conciencia separada se la denomina Buddhi.
La Divinidad está reflejada en nosotros a través de las tres cualidades. Esto se representa como un círculo en el que hay un triángulo. Este símbolo de la primera reflexión de la Divinidad en el hombre también se da para la meditación. Así, estamos conscientes de que podemos alinearnos con el original y llegar al otro lado a través del punto central del triángulo, siempre que sea un triángulo equilátero; porque la apertura en el centro sólo cede si los tres ángulos del triángulo son iguales, es decir, el dinamismo y la inercia han encontrado un balance y podemos entrar en el interior.
La segunda reflexión dentro de la objetividad ocurre a través de los cinco sentidos. La naturaleza óctuple – las tres cualidades y los cinco sentidos – reflejan a la Divinidad en nosotros y también la distorsionan. Nuestras percepciones son atenuadas y nuestra vida tiene sesgos. Cuando partimos en el viaje de la objetividad a la subjetividad, tenemos que poner las tres cualidades en equilibrio y retirarnos de los cinco sentidos hacia el interior.
Más allá de las tres cualidades el alma es libre, sin limitación alguna. Sin embargo, dentro de las cualidades está condicionada por ellas y sufre por ellas. No importa cuánto tratemos de regular las cualidades, mientras estemos en ellas estaremos regidos por una u otra cualidad. Todos los seres están controlados por ellas, también los Devas y las fuerzas diabólicas de la materia. Hay pocos Devas que conocen la Divinidad.
Incluso los tres Logoi: Brahma, Vishnu y Shiva, son expresiones de las tres cualidades. Los videntes Védicos crearon estos símbolos de Brahma, el creador, Shiva, el destructor o más correctamente la fusión, y Vishnu, el Señor, que conserva la manifestación de la creación para ilustrar estos principios. La sabiduría del Señor mantiene todo en equilibrio; somos creados a través de su dinamismo, y cuando es el momento de la disolución todo vuelve nuevamente a su propia presencia. Tamas aparece entonces como el estado de sueño de su naturaleza oscura, inerte. Descansa dentro de sí por un momento, y a esto se lo llama Pralaya; y entonces, desde la oscuridad brilla la luz de una nueva creación.
La actividad de la creación es una interacción de los patrones de las tres cualidades. Se mezclan en combinaciones infinitas para lograr los diferentes temperamentos de los seres. Ellas nos dan nuestras cualidades características y nos hacen actuar de diferentes maneras. Nos mantienen en su hechizo hasta que estamos más allá de ellas y han alcanzado la iluminación o Samadhi. Si entendemos a la creación como un juego de estas fuerzas y observamos nuestra mezcla de manera impersonal, salimos lentamente de su esfera hacia planos superiores.
Incluso entonces las cualidades continúan trabajando y rigen las funciones del cuerpo hasta que abandonamos nuestro vehículo. Mientras la mente y los sentidos estén moldeados por ellas, nuestra vida no estará equilibrada. Si la inercia nos controla, experimentamos el mundo como una compulsión que nos empuja hacia delante. Si tenemos un temperamento hiperactivo, nos esclaviza a través de la inquietud y la curiosidad. El equilibrio es el estado de pureza, de una vibración y radiación constantes, pero también nos ata mientras anhelemos conocimiento y comodidades; pero incluso cuando estamos en actividad o inercia podemos permanecer en equilibrio. Por su propia naturaleza, los tres son divinos y no debemos rechazarlos. Esto no significa que debemos cultivar la impureza, pero aquel que es puro no necesita rechazar u odiar algo impuro. Rechazar algo corresponde a la calidad de Tamas. Echemos un vistazo más cercano a esta cualidad.
Características de Inercia
Durante el proceso de involución y evolución, toda la creación sigue un curso. Tamas o inercia funciona como el principio formador de materia. Produce las diferentes formas de comportamiento de los elementos y sus compuestos, la preservación de las propiedades del color, el sabor, el olor, etc. Asegura que todo se adhiera a su propia naturaleza. Nuestra naturaleza de formación de hábitos es también una expresión de esta consistencia básica de la naturaleza. Influye sobre los planos vitales y mentales, así como sobre la parte inferior del Buddhi, que está en contacto con la mente. Así, nuestros pensamientos están condicionados por la comida, los hábitos y el medio ambiente. Una gran parte de nuestra vida corre como una actividad rutinaria que no requiere casi ningún poder de pensamiento para satisfacer las necesidades básicas.
Por Tamas somos capaces de dormir; de lo contrario el ser se perdería a sí mismo. Así, la naturaleza ha dispuesto la cualidad de la inercia como una bendición; ya que de lo contrario no nos retiraríamos de la hiperactividad del día; el sueño nos abruma con inconsciencia como protección. El insomnio es una enfermedad de las personas hiperactivas; el sueño excesivo es una enfermedad de las personas que están insuficientemente activas. Un Yogui descansa en un estado de conciencia superior que es diferente del insomnio. Mientras el cuerpo descansa, el alma está activa con algunos trabajos porque no conoce el sueño.
La naturaleza del cuerpo es la inercia; nos sentamos en una silla mientras continúa la actividad de la mente. Con la muerte, la energía vital abandona el organismo dejando atrás sólo productos químicos inertes. Si, sin embargo, vivimos demasiado en la inercia, dormimos demasiado o aplazamos muchas cosas y perdemos muchas oportunidades en la vida. Muchas personas se quedan dormidas mientras meditan, o cuando se les imparten clases de sabiduría, porque sus tejidos son todavía muy densos y contienen mucho Tamas. Esto provoca sueño y una especie de somnolencia cuando la luz se transmite a través de la meditación o a través de clases de sabiduría.
Cuando invocamos al Maestro CVV, él no nos permite tomar un largo período de descanso; de esta manera somos elevados por la energía desde la densidad de la materia.
La inercia y demasiada poca actividad conducen a una ignorancia creciente, porque la luz del entendimiento y la energía vital desaparecen lentamente. Estas personas desarrollan sus propias teorías de por qué viven de manera arrítmica e insalubre o consumen drogas, alcohol y tienen un comportamiento sexual arbitrario. Desarrollan su propia lógica para justificar su comportamiento: «no hay nada malo en ello….» La gente perezosa no tiene ningún deseo de bañarse cuando el cuerpo hiede; no piensan en cambiarse de ropa. Les gustan los olores fuertes, la comida guardada y recalentada sin ninguna vitalidad. Los alimentos muertos son tamásicos por naturaleza, independientemente de su origen. Beber agua fría, peor con hielo, aumenta la inercia en el cuerpo.
A las personas letárgicas no les gustan los cambios, porque se sienten incómodas con ellos. Quieren seguir viviendo como estaban acostumbradas, independientemente de que fuera bueno o malo. Reaccionan a los cambios con enojo e irritación. Levantarse temprano es difícil para ellos; son demasiado letárgicos para la meditación. El Maestro EK reprendía a sus discípulos cuando se les hacía tarde para levantarse o para realizar los ritos de la mañana. Era imposible para la gente perezosa estar alrededor de él. Siempre estaba limpio de cuerpo y mente y siempre llevaba ropas frescas.
A las personas letárgicas les resulta difícil entender y retener las enseñanzas de la sabiduría. Algunos pretenden haber escuchado, pero no lo hacen. Aplazan y olvidan los buenos pensamientos. En su ilusión, aplican las enseñanzas incorrectamente y las tuercen. De igual manera, distorsionan la verdad de las enseñanzas al propagarlas. Gran parte de la sociedad vive en convicciones nacidas de las ilusiones de la inercia. Si continuamos no utilizando el cuerpo correctamente, la naturaleza nos transferirá a reinos inferiores, aunque en general la puerta hacia éstos está cerrada. O naceremos como seres humanos, pero en razas donde sólo hay poca comprensión de las cosas. Si usted ha vivido en los centros inferiores también saldrá del cuerpo a través de estos centros durante la muerte; el alma llega así a un renacimiento en los estados inferiores de conciencia. Podemos apoyar a las almas en orientarse hacia arriba para elegir una salida más elevada en la cabeza.
Transformación
Guiar de ese estado a una persona dominada por la inercia es sanación. La sanación con sonido es la más eficaz. El pronunciar sonidos sacros regularmente genera un fuego interior que transforma la materia de las células y elimina la inercia. El sonido estimula la energía de Urano que hace los tejidos luminosos y ligeros. Incluso si alguien es de inercia máxima, será despertado cuando invoque el sonido C.V.V. Esta es la promesa del Maestro, que él traerá a la persona al equilibrio, por lo que después de doce años llegará a un temperamento normal y permanecerá en armonía, al margen de lo que suceda a su alrededor.
Fuentes: K.P. Kumar: Sri Suktam / Notes de seminarios. E. Krishnamacharya: Psicología Espiritual. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España. (www.worldteachertrust.org / www.dhanishta.org).