Flores de Bach: usos de Aspen para el crecimiento personal

El Aspen, también conocido como Álamo temblón, suele emplearse para tratar aspectos negativos de las personas, como los miedos, las incertidumbres o el temor a lo desconocido.

El Aspen, uno de los componentes de la terapia con Flores de Bach, enfoca las emociones y los estados de ánimo negativos y se centra en el crecimiento personal de la persona.

El tratamiento floral de Bach se basa en la acción armonizadora que posee el alma para poder afrontar las dificultades que se presentan en la vida y mantenernos en equilibrio.

Emociones negativas como el miedo, el egoísmo, la desesperanza o la irritabilidad, más todas las repercusiones fisiológicas que estas acarrean, pueden tratarse con los elixires florales que se emplean en esta terapia alternativa.

El Aspen se ajusta a aquellas personas que manifiestan presentimientos o sensaciones de angustia y que no pueden explicar exactamente a qué se debe esa sensación. Son capaces de autogenerarse preocupaciones y piensan cosas que pueden ocurrir, pero sin tener claro por qué sucede ello.

Las personas que se identifican con el Aspen generalmente no tienen una definición exacta para su sensación de peligro y es por eso que no lo suelen compartir con los demás, por el temor a no ser comprendidos.

Esta sensación de peligro está vinculada a elementos malignos como las brujerías. También a catástrofes de gran envergadura como el fin del mundo, las guerras mundiales, etc.

Las personas que se ajustan al Aspen, no son conscientes de que estos pensamientos son el reflejo de uno mismo y entienden que sus miedos provienen de una fuerza exterior, superior a ellos mismos. Este tipo de sensaciones suelen aparecer desde muy temprana edad.

Si esos temores o preocupaciones se mantienen en un estado de baja intensidad, pueden sostenerse bajo control, pero también es posible que estas manifestaciones se agraven y se constituyan en problemas serios de ansiedad.

Este tipo de desajustes acarrea la aparición de temblores, palpitaciones, agitación, piel de gallina, etc. A esta clase de situación se la denomina estado de alta intensidad.

Este estado emocional es muy común constatarlo en personas que están todo el tiempo pensando en el futuro y no viven el presente, ya que están concentradas en lo que va a ocurrir el día siguiente.

Son personas altamente sensibles, que captan los conflictos y las energías negativas más fácilmente y esa información es tan intensa, que no llega a identificarla y comprenderla en su totalidad, por lo que genera sentimientos y reacciones de miedo o temor intensos.

Aquellas personas que temen a la muerte, como los enfermos o los ancianos, manifiestan miedos sobrenaturales encajan en el perfil de Aspen.

En los niños, estos miedos o terrores están asociados a fantasmas, monstruos, espíritus que no se logran ver y entes sobrenaturales.

El tratamiento con esta flor conseguirá que la persona aumente la confianza en sí misma. Podrá recuperar su valentía y la fortaleza que necesita  para poder enfrentar lo desconocido y dejar el camino libre de fantasmas que lo puedan perturbar.

El uso del Aspen aporta serenidad y convencimiento de que nada malo puede ocurrir y optimiza la unión entre sentimiento y razón.

El tratamiento con Aspen ayuda a las personas a sentirse protegidas, se sentirán mucho más confiadas y emplearán esa energía en aspectos positivos de su vida.

Generalmente, los desajustes a tratar están vinculados a:

• Agorafobia
• Claustrofobia
• Ansiedad
• Hipersensibilidad
• Miedos

Los estados emocionales negativos asociados al miedo y los temores se tratan con esta flor. El Aspen está indicada especialmente para estos casos, pero debe realizarse un estudio completo de toda la sintomatología y de las manifestaciones emocionales y físicas de la persona.

En ocasiones es necesario la combinación de otras Flores de Bach para potenciar el efecto de la flor de Aspen.

Visto en Deusto Salud, por Pedro, redactor de la Hermandad Blanca