La estructura de la Bhagavad-gita, por Juan Carlos Ramchandani

Jorge Gomez (333)
bhagavad-gita

Distinguir los niveles de instrucción de la Bhagavad-gita puede ayudarnos a comprender la unidad de conjunto del mensaje del Señor Krishna.

Sin lugar a dudas la Bhagavad-gita es un tratado espiritual de primera magnitud y una de las más importantes obras clásicas del mundo. Comprender que un concepto jerárquico de realidad es lo que caracteriza la Gita puede ayudarnos a percibir la coherencia del mensaje de la Gita.

La Bhagavad-gita habla desde dos niveles principales de realidad y desde un tercero, intermedio. Podemos emplear los términos sánscritos dharma y moksha para tratar los dos niveles principales, y el término yoga para el tercero. Dharma se refiere a un conjunto de valores que abarcan el deber, la religión, la moralidad, la ley, el orden y la justicia, que unidos conforma el sostén de la vida humana civilizada. Yoga se refiere al intento de apartarse de la vida mundana mientras nos esforzamos para incorporarnos al estado liberado. Moksha se refiere al estado liberado de perfección y existencia eterna de servicio devocional puro al Señor supremo, Sri Krishna. El nivel de dharma representa la condición humana o mundana, el nivel de moksha representa la condición real o absoluta (liberación), y el nivel de yoga es intermedio. También podemos definir estos tres niveles denominándolos finito, intermedio e infinito.

Podemos distinguir cada nivel en cuanto a valores y el “ser.” En el caso de dharma, la regla general en cuanto a valor es prosperar. En este nivel, se ansía la felicidad mundana y la prosperidad, considerándolas buenas. En cuando al ser, se contempla a la entidad viviente considerándola el cuerpo, ya se trate del ser humano o de otras especies.

En el segundo nivel (yoga), se rechaza la prosperidad mundana, otorgándole valor por el contrario aldesapego del mundo y la indiferencia tanto hacia la felicidad como a la desdicha mundanas. En este nivel, también nos incorporamos a una realidad superior, la representada por moksha. En yoga, se aprecia la superioridad de mostrarse ecuánime tanto respecto de lo relacionado con la felicidad como de lo relacionado con la desdicha, y el deseo de fundirse en el Brahman. En lo referente al ser, ya no se percibe la propia identidad o la de los demás como el cuerpo exterior sino como almas espirituales regidas por las leyes del samsara.

En el tercer nivel (moksha), se reemplaza la indiferencia y el desapego del segundo nivel con un profundo amor y atracción a la Suprema Persona. En lo referido al ser, el alma espiritual recobrada del segundo nivel se convierte en un sirviente puro y amante de la Persona Suprema.

Los tres niveles representan estados o actitudes mentales internos. Así, quien contempla el mundo desde la perspectiva del primer nivel se muestra convencido de que es un ser humano y que su objetivo es prosperar. En el segundo nivel, se muestra convencido de que es un ser espiritual encarnado cuyo objetivo es liberarse de esa condición. En el tercer nivel, se contempla al Señor Supremo en todas partes y se procura amarlo y servirlo.

Podríamos utilizar como metáfora un edificio de tres pisos. Cada planta contiene ilimitadas oportunidades y caminos. Además, los residentes de cada planta dominan un lenguaje, términos y suposiciones propios. En cierto sentido, la Bhagavad-gita habla tres idiomas y constantemente se desplaza entre estos tres niveles. Tan pronto como reconocemos el nivel de un texto o sección en particular, ese texto o sección se vuelve inteligible y podemos comprender la consistencia del mismo en relación con el resto del tratado.

Un ejemplo de los cambios de nivel metafísico

Cuando Arjuna se opone a su participación en la guerra, lo hace desde el primer nivel. Podemos examinar sus argumentos según los dos parámetros mencionados anteriormente: valores y ser. Con respecto a los valores, está claro que la causa fundamental de la declaración de Arjuna es el deseo de obtener prosperidad mundana. Unos de sus argumentos fundamentales es que la guerra provocaría la degeneración del dharma y la manifestación de adharma, provocando gran sufrimiento al mundo. Como está convencido de que la prosperidad es buena, se opone a la guerra. En relación al ser, Arjuna se tiene y tiene a los demás por seres humanos.

Krishna no responde Arjuna de manera directa, sino que lleva la conversación al segundo nivel. En la respuesta de Krishna los valores que propone son radicalmente distintos; Krishna no acepta la idea de que la prosperidad mundana sea algo bueno, sino que exige indiferencia (y resistencia) tanto hacia la felicidad como hacia la desdicha mundanas. Dice que son transitorias y producidas únicamente por lapercepción sensorial. En lo referente al ser, Krishna no se refiere a los soldados presentes como seres humanos; por contra, se refiere a ellos como almas espirituales.

Al no responder a las dudas de Arjuna sobre la guerra de manera directa, Krishna realiza una especie de “giro copernicano”, al cambiar las suposiciones subyacentes de la conversación. Arjuna arguye que matar a sus parientes es malo, obviamente una afirmación de primer piso que asume que las personas se encuentran sometidas a la muerte y que hemos de escapar de ella siempre que podamos en pos de una vida próspera. Krishna no responde a los argumentos de Arjuna, sino que lleva la conversación a un nivel diferente y habla de otros supuestos. Básicamente afirma que la muerte ex inexistente (una suposición de segundo piso) y, por lo tanto, no encuentra lógicos los argumentos de Arjuna. Además, Krishna reta la idea de Arjuna de que la prosperidad mundana sea buena y deseable. Propone la idea de que mostrarse indiferente a la felicidad y la desdicha es lo bueno y deseable. En consecuencia, está hablando desde una postura de segundo piso.

El aspecto transformacional

Como escritura práctica, la Bhagavad-gita ofrece los medios para salvar la brecha entre el primer nivel (dharma) y el tercero (moksha). Seguir estrictamente dharma mientras se evita adharma no es suficiente para alcanzar el nivel de moksha. Se necesita un tipo de esfuerzo o senda distinto. Este proceso o empresa a veces recibe el nombre de autorrealización, e implica un camino de transformación por el que poder ir avanzando paso a paso, superando así el nivel más bajo hasta llegar al más elevado. ¿Qué medio o sistema práctico nos ofrece la Bhagavad-gita?

Una importante cuestión que suscita la Bhagavad-gita es si hemos de elegir la senda de la acción o la de la contemplación. Arjuna propone esta cuestión en dos ocasiones, al principio del tercer y quinto capítulos. La Bhagavad-gita recomienda claramente el camino de la acción como el medio con el cual el practicante será elevado desde el nivel de dharma hasta el de moksha. Se realiza esta acción de ascenso según el dharma personal y se continúa el esfuerzo ejercitándose dentro del marco dhármico todo el recorrido. Así, Krishna alienta a Arjuna mediante su conversación para que siga su dharma y luche. Sin embargo, a medida que el texto avanza, los motivos de que Arjuna guerree van perfilándose. Krishna demuestra a Arjuna cómo es posible luchar en un estado de conciencia más y más elevado. Por tanto, aunque externamente sigamos cumpliendo nuestro deber dispuesto, sobrellevamos una transformación interna gracias a la sublimación o la purificación de nuestros móviles realizando la acción. De este modo se configura una especie de escalera, gracias a la cual no es permitido elevarnos más y más, desde dharma a moksha, a lo largo y ancho del camino de la autorrealización.

La estructura de la Bhagavad-gita, por Juan Carlos Ramchandani

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