LA MUERTE Y EL MÁS ALLÁ – Jeshua a través de Pamela Kribbe
«La muerte no es nada más que una transición, una de las muchas transiciones que pasan en la vida en la Tierra. El nacimiento también es una transición.»
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Queridos amigos, amados ángeles de luz, yo los saludos a todos ustedes.
Es desde el corazón de la energía Crística que yo, Jeshua, abro mis brazos y les extiendo mi saludo.
Amados ángeles, sepan que son apreciados. Sepan que son amados incondicionalmente, incluso ahora mientras residen en un cuerpo de carne y hueso, un cuerpo mortal. Incluso mientras viven dentro de los límites de este hogar temporal, ustedes aún son una parte incondicional de Dios, el Hogar que ustedes tanto añoran. En realidad ustedes nunca han dejado el Hogar, sin embargo no reconocen la llama eterna que permanece encendida por siempre dentro de su ser. Entren en contacto con esa luz en este momento, apréciense, sepan quiénes son. Una luz arde dentro de ustedes, tan hermosa y pura. ¿Cómo pudieron llegar a dudar?
Hoy hablamos acerca de la muerte. Existe mucho miedo respecto a la muerte. Miedo a la aniquilación, miedo al olvido, miedo a ser devorado por el gran agujero negro asociado a la muerte. Como tan a menudo es el caso en la dimensión terrestre, ustedes tienden a poner las cosas al revés y a presentarlas exactamente del modo opuesto a como realmente son. En realidad la muerte es liberación, un regreso, una remembranza de quiénes en realidad ustedes son.
Cuando llega la muerte, ustedes sin esfuerzo regresan a su estado natural del ser. Su conciencia se mezcla con la llama de luz que es su verdadera identidad. Las cargas terrenales se levantan de sus hombros. Residir dentro de un cuerpo físico les impone limitaciones. Es verdad que ustedes eligieron sumergirse en ese estado de limitación debido a las posibilidades de experimentar que tenía para ofrecerles. De todos modos, ser restituido a su estado angelical natural es una sensación de arrobamiento. El ángel dentro de ustedes ama volar y ser libre, investigar libremente la miríada de mundos que constituyen el universo. Hay tanto por explorar y por experimentar. Una vez que ustedes nacen en un cuerpo terrestre, más o menos pierden contacto con esa libertad angelical y esa sensación de estar sin límites.
Por favor, únanse a mí ahora a medida que regresamos al momento justo antes de sumergirse en su encarnación actual. En un nivel interior ustedes se permitieron comenzar esta vida terrestre. Fue una elección consciente. Tal vez ustedes han olvidado esto y, ocasionalmente, se sienten dudosos en cuanto a si realmente quieren estar aquí. Aún así, hubo un momento en el cual ustedes dijeron “sí”. Aquella fue una elección valiente. Es un acto de enorme coraje canjear su libertad angelical y sensación de ausencia de limitación por la aventura de volverse humano, de volverse mortal. Esa aventura sostiene una promesa que hace que todo sea valioso. Sientan el “¡sí!” que alguna vez salió de su alma. Recuerden también ser halados hacia la Tierra. Sientan cómo ustedes se conectaron a la realidad de la Tierra y sientan el momento en que descendieron al embrión dentro del útero de su madre. Ustedes pueden notar que hay una pesadez rodeando al planeta Tierra, un cierto colorido gris o densidad.
Hay mucho sufrimiento en la Tierra. El dolor, la pérdida, el miedo, los pensamientos negativos son parte de la atmósfera colectiva de la Tierra. Y eso es por lo que ustedes, como un alma recientemente encarnada, pasaron. Su luz encontró por sí misma un camino a través de esta oscuridad y al hacerlo así un inevitable velo de ignorancia calló sobre su consciencia angelical original. Sientan la tristeza de ese evento, y detrás de él, su coraje y valentía. Ustedes fueron determinados: “Voy a hacerlo. Una vez más voy a arraigarme dentro de esta realidad terrestre, para encontrar mi propia luz, para reconocerla, para redescubrirla, y para transmitirla a este mundo que la necesita tanto.”
Sí, ha sido un salto a la ignorancia. Olvidando temporalmente quiénes son, no recordando que su estado libre del ser es parte de ser humano. Ustedes olvidan que están a salvo y son libres, sin importar donde estén. Siendo humanos, ustedes empiezan a reclamar esa sensación natural de libertad y de seguridad. En su búsqueda pueden llegar a ser engañados por poderes que parecen ofrecerles lo que ustedes están buscando, pero en realidad los están volviendo dependientes de algo externo a ustedes. Pueden depender de juicios que vienen de afuera de ustedes, diciéndoles cómo comportarse para ser amados. Estas imágenes falsas del Hogar, estos sustitutos, tienden a entristecerlos y a deprimirlos. En verdad, el viaje hacia abajo del cielo a la Tierra ha sido uno arduo. La muerte, sin embargo, los trasporta de regreso al plano del amor y de la seguridad eterna. Es al morir que ustedes se rinden a quienes siempre han sido. Si mueren conscientemente, si pueden aceptar la muerte y rendirse a ella, morir pasa a ser un acontecimiento alegre.
¿Qué sucede cuando ustedes mueren? Antes de morir ustedes pasan por una etapa de despedir y liberar. Es una fase en donde dicen adiós a la vida terrenal, a sus seres queridos. Esto puede ser difícil, sin embargo al mismo tiempo les ofrece la posibilidad de reflejar profundamente quienes ustedes son, y lo que han aprendido y realizado en la Tierra durante su vida. En la aflicción que pueden sentir por dejar a sus seres queridos, siempre se torna tan claro lo que los conecta a ustedes con ellos. Es un lazo de amor que es inmortal. Este lazo es tan poderoso que sin esfuerzo pasa a través del límite que es la muerte. El amor es una fuente inagotable, dando origen a nueva vida eternamente. No teman perder a sus seres queridos, porque es en el momento de decir adiós que los límites de amor incondicional son reforzados y obtienen nueva vida. Porque es cierto: cuando parten en amor, se volverán a encontrar. Se hallarán nuevamente uno al otro, sin esfuerzo, porque el camino más corto hacia otro siempre sigue siendo el camino del corazón.
Si ustedes tienen seres queridos que han fallecido, pueden estar seguros de que están cerca de ustedes al nivel del corazón. Sientan su presencia, porque ellos están aquí entre nosotros, extendiéndoles sus saludos. Ellos se sienten privilegiados y libres. Están librados de la duda que azota a tantos en la Tierra y ellos ansían compartir con ustedes el amor y la bondad que están disponibles para ustedes en todo momento.
Aquellos que quedan atrás a menudo asocian la fase anterior a la muerte de sus seres queridos con sentimientos de tristeza y pérdida. Es natural lamentar la partida de un ser querido; es natural extrañar y añorar la presencia física del ser querido. Sin embargo, los alentamos a tratar y a sentir que con su partida se abre un portal hacia una nueva dimensión, una dimensión donde la comunicación es de una naturaleza tan pura, tan clara y tan directa que se eleva sobre los métodos de comunicación comúnmente usados en la Tierra. Ustedes pueden tener una comunicación directa con un ser querido después que él muere, desde vuestro corazón a su corazón. De este modo, una vez que ustedes se comunican honestamente y abiertamente con el otro, la idea falsa que solía estar entre ustedes puede ser aclarada fácilmente. Su mensaje será recibido, siempre.
Una vez que ustedes mismos hayan muerto, verán a la gente que está viviendo en la Tierra desde una perspectiva diferente. Serán más tolerantes, mansos y se encontrarán con un sentimiento de sabiduría incrementada. No van a estar de repente completamente equilibrados, porque hay emociones y sentimientos que se llevan con ustedes y que necesitan tratar. No van a ser perfectos u omniscientes una vez que dejen la vida física. Y en realidad eso no está tan mal, ¡porque de este lado aún hay mucho que experimentar y descubrir! Aún así, en la mayoría de ustedes hay una nueva perspectiva. La dimensión de la eternidad es tangible y esto respetuosamente mitiga su visión de lo que los ocupaba y de la gente que estaba directamente a su alrededor durante su estadía en la Tierra.
Ahora bien, ¿qué les sucede a USTEDES una vez que traspasan los límites de la muerte? Una vez que han pasado la etapa del duelo, la etapa de decir adiós, comenzarán a sentir a la muerte acercándose. Ahora cambia el foco de su conciencia. Al soltar el mundo externo, las personas, su cuerpo, se tornará hacia adentro y se moverá más profundo dentro de ustedes. Su conciencia del mundo externo disminuye y esto les permite prepararse para el viaje interior en el cual están por embarcarse. Si ustedes aceptan la muerte conscientemente, experimentarán un “alistarse”, una disposición para realmente liberar. Para sus seres queridos éste es el momento de dejarlos ir, porque ustedes necesitan toda su fuerza para volcarse hacia adentro y prepararse.
Morir no necesita ser un proceso doloroso. Lo que en realidad tiene lugar es de una naturaleza grandiosa y majestuosa. Morir es un acontecimiento sagrado en donde el alma se conecta consigo misma de la manera más íntima. Durante la etapa final, la persona que muere siente la dimensión terrestre de un modo desprendido: el cuerpo, los olores, los colores, y otras sensaciones físicas. Otra dimensión está entrando en su consciencia, con una radiación tan prometedora y tentadora, que ya no es más difícil rendirse y dejar atrás todas las cosas terrenales. Incluso la presencia de sus seres queridos ahora no detendrá su partida. La energía del Hogar – Dios, el cielo o como sea que quieran llamarlo – es tan abrumadoramente complaciente, cálida y apaciguante que se torna fácil soltar y devolver a la Tierra su cuerpo cansado y gastado.
Una vez que liberen en paz, su alma se elevará de su cuerpo suavemente y con fluidez. Se sentirán sostenidos por fuerzas universales de amor y sabiduría. Si ustedes mueren sin resistencia, su entorno inmediato se llenará de una energía cálida y encantadora. Experimentarán una indecible sensación de alivio. Son libres, y todo se vuelve claro. Recuerdan la omnipresencia del Amor, no como una idea abstracta sino como una realidad palpable. Mientras estuvieron en la Tierra ustedes llamaron “Dios” a esta clase de amor, y sostuvieron una imagen sesgada, humana de lo que este Dios “quería de ustedes”. Estuvieron convencidos de que había ciertas demandas hechas por este Dios, demandas que usualmente ustedes no cumplían. Pero aquí en esta dimensión ustedes recuerdan lo que realmente es la voluntad de Dios: animarlos, inspirarlos, experimentar la creación a través de ustedes y finalmente reconocerse a Sí mismo en vuestro semblante. Dios quería volverse humano a través de ustedes. La meta de la evolución del universo eres TÚ: ¡Dios hecho humano!
Dios es la fuente de la creación, y ustedes son su realización. Ustedes, quienes les han dado forma humana a la luz de Dios, nunca son juzgados por ser humanos. En cambio son honrados. La idea de un Dios vengativo es aún otra perversión, un trastrocamiento de la verdad instigado por el miedo. Dios se reconoce a Si mismo en ustedes, sin considerar lo que ustedes hacen o dejan de hacer. Cuando estén de vuelta de este lado, nuevamente se volverán conscientes de esto, y una camionada de autocrítica y de sentimientos de inferioridad caerá de sus hombros. Sentirán nuevamente la alegría original de vivir, seguros en las manos de Dios.
Luego de su llegada aquí, ustedes percibirán seres de luz a su alrededor. Habrá guías para asistirlos y personas que ustedes conocían y que murieron antes que ustedes. A veces les sorprenderá ver con quién se encuentran allá: personas con quienes sólo se encontraron por corto tiempo, pero quienes tocaron su corazón profundamente, pueden estar ahí al lado de amigos y parientes de toda la vida. Cualquiera con quien hayan tenido una conexión basada en el amor, vendrá a saludarlos en algún momento. Una vez más, se torna tan claro para ustedes que decir adiós no es más que una ilusión, que la conexión del corazón es eterna. Experimentarán un sentimiento de agradecimiento y de admiración, a medida que entran a este plano de amor incondicional y sabiduría.
Una vez que llegan a este lado, hay una fase de ajuste en la cual se acostumbran a su nuevo entorno y lentamente liberan sus ataduras a la vida terrenal. Necesitarán aclimatarse. Habrá guías que los sostendrán y que están especializados en esto. Ustedes aún tendrán un cuerpo pero se sentirá más fluido que el cuerpo físico al que estaban acostumbrados. Lo más probable es que tome la apariencia de su cuerpo físico más reciente. Aunque hay libertad de tomar cualquier apariencia que ustedes deseen, la mayoría de las personas aprecian algo de continuidad por un tiempo. Ustedes también son libres de crear sus propias condiciones de vida, por ejemplo una casa hermosa con un jardín encantador, en un entorno natural con el cual se sintieron encariñados mientras estuvieron en la Tierra. Está totalmente bien vivir sus fantasías terrenales en este plano, al cual yo me refiero como el plano astral. Ésta es una dimensión o reino del ser el cual tiene en cuenta mucha libertad creativa, aunque aún se asemeja y está estrechamente conectado a la dimensión de la Tierra física.
Algunas personas han tenido dificultades en aceptar la muerte en la Tierra y su transición hacia el otro lado puede haber sido menos pacífica. Usualmente ellos necesitan más tiempo para adaptarse a sus nuevas circunstancias de vida. A veces les lleva un tiempo antes de que realmente se den cuenta de que han muerto. Algunas personas han sufrido una enfermedad de largo plazo y hallan difícil quitarse de encima la idea de estar enfermo. Ellos no pueden creer totalmente que estén sanos otra vez, y a menudo requieren la paciencia y el apoyo bondadoso de un guía espiritual que los ayude a liberar su viejo cuerpo. El cuerpo viejo puede pegarse al alma, puramente como un concepto, como una forma de pensamiento. Lo mismo vale para los hábitos emocionales y los patrones de comportamiento. Pueden repetirse en el plano astral hasta que el alma descubre su libertad, su poder para liberarse y abrirse a algo nuevo.
Otra posibilidad es que el alma permanezca atada al reino de la Tierra, a los seres queridos en particular, porque ella murió súbitamente o muy joven. Esto puede pasar en el caso de accidentes, catástrofes, o cuando la persona estaba en la flor de su vida. Éstas son situaciones en las cuales un alma particular no se sentía dispuesta o preparada para partir. Morir en esos casos es más o menos traumático. De este lado hay apoyo amoroso para estas almas traumatizadas, como siempre lo hay. Tarde o temprano el alma alcanzará un estado de aceptación y de comprensión de la situación. Siempre hay una razón viable para lo que parece ser una partida prematura desde el plano terrestre. Morir nunca es una coincidencia.
Mientras se extiende su estadía en el otro lado, su espíritu se expande dentro de niveles más amplios y más profundos de conciencia. Soltarán cada vez más los modos de pensar y de sentir a los que estuvieron acostumbrados en la Tierra. Esencialmente, ustedes gradualmente regresan al centro de quienes son, su alma, la chispa divina interior. Cuanto más entran – o regresan – a ese estado de conciencia, más se desprenden de la personalidad terrestre y de la dimensión de la Tierra. Ustedes sentirán un flujo del ser que se extiende más allá de ese aspecto suyo. Entrarán en contacto con otras vidas que pasaron en la Tierra, encarnaciones en donde personificaron otros aspectos de su alma. Ustedes se vuelven conscientes del espacio sin límites que es su alma y de las muchas experiencias que han acumulado en su viaje hacia el universo.
Cuando ahora la gente en la Tierra se conecte con ustedes, ellos sentirán a una persona que ha ganado en sabiduría y en amor espiritual. De hecho, a medida que se aproximan al centro de su alma, ustedes están dejando el plano astral y están entrando en lo que yo llamo el plano esencial, el reino de la Esencia. La mayoría de las personas permanecen en el plano astral por bastante tiempo después que han muerto. Ellos miran hacia atrás a su vida en la Tierra y reflexionan sobre todas las experiencias por las que han pasado. En el reino astral ustedes pueden experimentar tanto alegría como depresión, ambas emociones positivas y negativas. Sus alrededores reflejan su realidad psicológica interior. Las emociones con las cuales tienen que llegar a un acuerdo adquieren la forma de colores, paisajes y encuentros. Con frecuencia ustedes visitan el plano astral en sus sueños, así que están familiarizados con este campo de conciencia. En su literatura esotérica, cuando ellos hablan de muchas capas o esferas en la vida después de la muerte, extendiéndose desde la oscuridad a la luz, se están refiriendo al plano astral.
En el plano astral ustedes tienen la oportunidad de escoger el equipaje emocional que trajeron consigo de su reciente vida en la Tierra. En esto son asistidos por varios guías amorosos. En cierto momento, ustedes soltarán todas sus ataduras y su dolor emocional y estarán preparados para moverse por completo más allá del plano astral. Ahí es cuando pasan al plano de la esencia. Cuando esto sucede es como una segunda muerte. Dejan atrás todo lo que no pertenece verdaderamente a ustedes y se permiten fundirse con el Yo superior, su centro divino. En el momento en que pasan al plano esencial, serán conscientes del inmenso poder que los mueve. Experimentarán su unidad con Dios.
El plano de la esencia, el plano del Tú eterno, es el asiento de la conciencia divina desde la cual se origina toda la creación. Yo les pido que se tomen un momento para conectarse con este plano, aquí y ahora. No está lejos. Lo atraviesa todo, tanto al plano astral como al plano terrenal; atraviesa al cosmos entero. La presencia que ustedes sienten aquí es la presencia de Dios, pura y no contaminada. Puede sentirse como un profundo silencio, completamente pacífico pero rebosante de vida y de creatividad. Desde esta fuente brota toda la creación y a esta fuente deberá retornar.
Cuando ustedes alcancen el plano esencial en la vida después de la muerte, serán capaces de hacer elecciones conscientes en cuanto a su destino futuro. En este plano ustedes puedes arreglar, con la ayuda de maestros y guías, otra encarnación en la Tierra, o planear un viaje diferente, dependiendo de sus metas. En el plano esencial pueden oír claramente la voz de su alma. Es desde este plano que ustedes alguna vez dijeron “sí” a la vida en la cual se hallan ahora.
Tómense un momento para recordar cómo se siente estar en este plano. Cuanto más conscientes se vuelven de esta dimensión durante su vida en la Tierra, más fácil será morir pacíficamente y, luego de su muerte, moverse más allá del plano astral hacia el plano de la esencia.
La muerte no es nada más que una transición, una de las muchas transiciones que pasan en la vida. El nacimiento es una transición. La vida en la Tierra conoce muchos momentos de transición, de pasar y liberar. Tan sólo piensen en esto. El cuerpo en el cual residen ahora en algún momento ha sido muy diminuto, un pequeño bebé vulnerable. Y aún así su alma, la esencia divina dentro de ustedes, ya estaba trabajando a través de ustedes cuando eran ese pequeño bebé vulnerable. Cuando alcanzaron la madurez, muchos de ustedes fueron devorados por las demandas que la vida en la Tierra puso en ustedes, y se enfrentaron a miedos y dudas. La conciencia de su centro divino, su alma, fue empujada al fondo. Sin embargo, llegaron momentos en su vida en los que la dimensión de la conciencia divina se abrió otra vez. Esto a menudo sucedió en momentos durante los cuales tuvieron que liberar, cuando tuvieron que despedirse.
Quizá fue decir adiós a un ser querido, quizá abandonar un trabajo; cualquier argumento concebible. Tales acontecimientos son transiciones que se asemejan a la muerte, no en un sentido literal sino a un nivel psicológico. A ustedes se les pide que liberen a un nivel profundo, y es exactamente en esos momentos de liberación que pueden comenzar a sentir la realidad de su Ser eterno, la luz divina que arde dentro de ustedes. Esa realidad permanece con ustedes incondicionalmente, incluso cuando todo alrededor desaparece. Y así es cuando llega a la muerte física. Si en ese momento ustedes son los suficientemente valientes como para liberar, el plano de lo eterno los abrazará y experimentarán una conciencia muy fuerte de quiénes son ustedes en realidad.
Morir en rendición consciente es un acontecimiento sagrado, lleno de vida y de belleza. La majestuosidad de lo que se está desplegando será tangible para aquellos que estén presentes. Cuanto más hayan experimentado aquellos que están presentes “morir mientras se está vivo”, más serán llenados con una admiración y reverencia acerca de la transición que están presenciando.
Con respecto a todas las transiciones disponibles en la creación, extendiéndose desde el nacimiento físico y la muerte hasta momentos de intenso desprendimiento emocional durante su vida, la cuestión esencial siempre está no en si ustedes sobrevivirán, sino en si ustedes son capaces de retener la conexión con su propio centro divino. ¿Pueden ustedes permanecer en contacto con el plano de la Esencia, sus orígenes, el latido de la Creación? Conectarse a menudo con el plano esencial durante su vida es la mejor manera de prepararse para la muerte y para lo que se halla más allá. Al volverse conscientes ahora – antes de la muerte física – de que el verdadero centro de quienes ustedes son no depende del actual cuerpo físico en el cual residen, ni de la identidad que asumen en el mundo, ustedes se liberan para suavemente hacer la transición una vez que llegue el momento.
Conectarse con el plano esencial es una elección que ustedes hacen. El mero hecho de morir no va a acercarlos a eso. Después de morir, ustedes serán prácticamente la misma persona que son ahora, aunque dotados de diferentes posibilidades y con perspectivas más amplias. Pero la cuestión crucial siempre permanece: ¿ustedes se recuerdan? ¿Son capaces de conectarse conscientemente con esa dimensión de eternidad que fluye a través de ustedes y que los inspira?
Ustedes son ángeles de Luz profundamente amados, no-perecederos. Tengan fe en esto. Permítanse ser confortados y sostenidos por este conocimiento cuando llegue su hora de morir; y ahora también, mientras luchan con los asuntos de su vida.
Para morir pacíficamente, se les pide que se desprendan a nivel interno de cualquier cosa que los ate a la existencia terrenal. Practiquen ese desprendimiento continuamente mientras están viviendo y estarán preparados para morir.
Ustedes pueden preguntar: “¿No es trágico desprenderse de la vida, mientras están parados en medio de ella?” Y la respuesta es: “No. En lugar de eso, es testamento de un espíritu verdaderamente poderoso.”
¿Qué significa desprendimiento? Significa que ustedes prestan atención a la esencia, que no quedan agarrados a asuntos no-esenciales. Significa que no crean drama emocional innecesario; significa que experimentan alegría en las cosas simples de la vida. Practicar el desprendimiento y permanecer sintonizados con el plano de la esencia, implica ser conscientes de una dimensión oculta, la cual yace directamente debajo y detrás de lo observable. Significa renunciar a los juicios rápidos en términos de bien o mal y confiar en una inteligencia cósmica que, por lejos, excede a la mente humana.
Muchos de ustedes están atrapados en una fiebre de pensamiento. Ustedes piensan en la vida febrilmente: cómo resolver los problemas, cómo llevan a cabo todas las cosas que piensan que necesitan hacer… El desprendimiento significa que no toman tan seriamente este aspecto pensante de ustedes. ¿Esto es hacer algo trágico? No. En lugar de eso, ello trae luz y frescura a su vida.
Es por su impulso excesivo a tener control que la vida se vuelve una lucha agotadora y pesada. El desprendimiento trae paz a la mente, humor y atención. Ser consciente de la finitud de la vida, inspira el deseo natural de cuidar de ella. Y es ahí donde su centro divino puede fluir sin esfuerzo a través de ustedes, desde el plano esencial a su realidad terrestre. Una vez que esto suceda, habrán conquistado la muerte antes de morir.
Canalizado por Pamela Kribbe
www.jeshua.net/esp
Traducción: Sandra Gusella
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FUENTE: https://mivozestuvoz.net/2020/01/22/la-muerte-y-el-mas-alla-jeshua-a-traves-de-pamela-kribbe/