La tabla cíclica de las emociones interpersonales
El diseño de una tabla cíclica de las emociones ha sido tarea de los Maestros, quienes buscan el perfeccionamiento de la humanidad. En 1870 la química adquiría su marco teórico coherente, la tabla periódica de los elementos. El equivalente para la biología es la genómica, ya que el genoma de un ser vivo es su propia tabla periódica de las posibilidades. Los aprendices estamos dando un paso más al fundamentar, desde la psicología, una ciencia de las emociones.
La palabra emoción indica etimológicamente que, en un principio, el elemento de deseo y la idea de moción y acción consiguientes al deseo estaban muy presentes en el entendimiento de los hombres que formaron la palabra, porque la emoción es lo que nos mueve a aproximarnos a un objeto o a alejarnos de él. Y así como la emoción es una modalidad del movimiento, emoticón es el ícono para representar la emoción.
CLASIFICACIÓN: el amor y el miedo.
Las emociones son deseos y los dos deseos elementales son: el deseo de unirnos al objeto que causa placer; el deseo de separarnos del objeto que causa dolor. En otros términos: atracción y repulsión, gusto y disgusto, amor y odio o cualesquiera otros nombres que mejor parezcan.
La atracción, gusto o amor, implica: Que el contacto y asociación con otro objeto, empíricamente considerado, haya de resultar placer. El recuerdo de la experiencia. La esperanza de que en las mismas circunstancias se reproduzcan el mismo placer. Que, en consecuencia, existe el deseo de repetir el contacto, asociación o unión con el objeto causante del placer.
1ª La igualdad entre el yo y el objeto atrayente, se llama afecto o amor propiamente dicho.
2ª La superioridad del objeto atrayente respecto del yo, se llama reverencia.
3ª La inferioridad del objeto atrayente respecto del yo, se llama benevolencia.
En el caso de la repulsión.
1º Cuando hay igualdad entre el sujeto y el objeto hablamos de Ira
2º Cuando el objeto es superior al sujeto experimentamos Temor.
3º Cuando el objeto es inferior al sujeto experimentamos Menosprecio.
La Personalidad
La emoción, además del cuerpo y la mente, conforman la triple personalidad. La emoción es la mediadora entre el cuerpo y la mente, entre el cerebro y la garganta, entre la cognición y la acción.
La mutua atracción de dos personas tiene por fundamento el que uno posee cierta cualidad de que el otro carece, y esto es precisamente lo que proporciona el terreno común, la posibilidad de unión entre ellas. La emoción puede sentirse atraída por un cuerpo o por una mente, siendo el cuerpo lo inferior y la mente lo superior.
A lo masculino se le asignan las características de: unificación, sistematización, elevación y amplitud de miras, conocimiento y razón. A lo femenino pertenecen las características de: multiplicación, división, limitación, reclusión, separación, intensidad, emotividad y deseo.
Amor y Odio.
En el seno de la familia aparecen dichas características poco menos que invertidas, porque mientras la esposa y madre es toda ella devoción y sacrificio, el lazo de amor que mantiene unida a la familia y el pensamiento previsor que provee a sus cotidianas necesidades, el marido y padre es egoísta y apegado a su propia comodidad, como un caso de conservación de energía.
En la familia, como unidad grupal particular, se conservan y desarrollan los siguientes reconocimientos: del estado jerárquico, de la responsabilidad, de la facultad de perdonar y el de la interacción grupal. Estos cuatro reconocimientos permiten a la personalidad desempeñar su parte y establecer vínculos entre las personas, entre los grupos, entre las naciones, quedando así establecido el nuevo mundo donde serán reconocidas las relaciones de la comunidad, lo cual traerá oportunamente la civilización iluminada y amorosa que será la característica de la era acuariana.
En las recíprocas relaciones entre padres e hijos, como la superioridad e inferioridad física que persiste durante considerable período de tiempo, la emoción amorosa se manifiesta continuamente por ambas partes. Los padres demuestran ternura, compasión y protección hacia los hijos, quienes responden a su vez con gratitud, fidelidad y confianza. Si las circunstancias varían, se demandará generosidad, indulgencia y paciencia por parte de los padres, y obediencia, diligencia y respeto por la de los hijos.
GESTIÓN: el placer y el dolor.
Por gestión ha de entenderse el movimiento rítmico que se genera en los recursos o insumos de un sistema. La congestión del cuerpo etérico, que produce mucho malestar en el cuerpo físico, puede hallarse en el punto de entrada del cuerpo emocional, o en el punto de salida, en relación con una glándula endocrina (tiroides en la garganta, por ejemplo). Donde no hay libre juego entre el cuerpo etérico y el cuerpo emocional habrá dificultades. Los ejercicios de respiración tienen efectos positivos en la reorganización y ajuste de los cuerpos sutiles.
Gestionar emociones implica reconocerlas desde sus sentimientos de base. Cuando una persona experimenta un daño o una pérdida, siente dolor. El dolor crea un desequilibrio y exige una respuesta de energía. Esta respuesta correctiva tiene que ser dirigida hacia afuera en el punto de origen del dolor.
El psiquiatra David Viscott ha reducido la complejidad emocional a un simple ciclo que se repite incontables veces en la vida de todo el mundo. Este ciclo se inicia en el presente, donde sólo se siente dolor y placer, y termina con complejos sentimientos centrados exclusivamente en el pasado tales como la culpa y la depresión.
El dolor en el presente se siente como OFENSA. El dolor en el pasado se recuerda como ENOJO. El dolor en el futuro se percibe como ANSIEDAD. El enojo inexpresado, redirigido contra uno mismo y contenido dentro, se llama CULPA. El agotamiento de energía al redirigir el enojo hacia dentro es DEPRESIÓN. Los sentimientos pueden bloquearse en cualquier punto del proceso, en la amenaza, en la herida, en la culpa o en la depresión.
El círculo vicioso se origina en este manejo inadecuado de la emoción. La herida sagrada ha quedado sepultada y se disfraza de enojo, ansiedad, culpa y depresión.
La Mente.
Por regla general, las funciones de la mente se dividen en tres clases: 1ª. Intelecto o conocimiento; 2ª Sentimiento o emoción; 3ª. Voluntad y deseo. Según este concepto, el deseo no está comprendido plenamente en la volición, y las emociones tales como la cólera, el amor, el terror, etc, son distintas de los deseos, considerándolas más bien como especie que como consecuencias de los sentimientos de placer y dolor. Por otra parte, se distingue muy claramente la volición de la acción. La voluntad como el máximo grado de deseo es el resultado de todos los deseos en determinado momento, es decir, el deseo que se transmuta en acción.
La salud, tanto física como mental, requiere el equilibrado ejercicio de los tres aspectos de la conciencia a saber: acción (ejercicio físico) y deseo (placer y goce) y conocimiento (estudio). De igual manera la cognición está integrada por la terna de atención, percepción y memoria. La memoria es la base de las actitudes mentales y del «deseo de deseo«, que significa significa el deseo de cierta condición para uno mismo, por la cual sea posible gozar de ciertos objetos placenteros, con el más vivo recuerdo de ellos y el reconocimiento de la presente incapacidad de gozarlos.
Las emociones complejas fijan la atención y graban la memoria en insuperable grado. Ejemplos de las emociones complejas son: majestad, dignidad, dominio personal, calma, gravedad, magnificencia, magnanimidad, admiración, jovialidad, heroísmo, devoción, valor, fortaleza, paciencia, prudencia, esperanza, discreción, circunspección, confianza, fidelidad, modestia, timidez, desconfianza, celos, envidia, ridiculez, capricho, malicia, despecho, bajeza, mezquindad, quisquillosidad, suspicacia, maledicencia, insolencia, dolo, crueldad, tiranía, impertinencia, avaricia, codicia, aversión, repugnancia,
aborrecimiento, etc.
Placer y dolor.
El placer es el sentimiento de expansión o acrecentamiento del yo. La verdadera esencia del placer es el realce del yo, su acrecentamiento, intensificación y superioridad sobre otros yos o sobre sus mismos estados pretéritos; su mayoridad respecto de condiciones anteriores y en comparación con otros yos.
De la propia suerte el dolor es el sentimiento de depresión, apocamiento, inferioridad o minoridad del yo respecto de condiciones anteriores y en comparación con otros yos.
PROYECCIÓN: el vicio y la virtud
De lo antes expuesto se deduce inmediatamente que las virtudes y los vicios humanos no son ni más ni menos que las emociones en mayor alcance y en estado de permanencia. Son habituales o permanentes disposiciones mentales, en el aspecto de deseo, que guían nuestros actos respecto de los demás. Es en gracias a la cosmografía que aprendemos a tejer nuestro dechado de virtudes.
En las virtudes hay emociones de Amor: Cortesía, Finura, Suavidad, Miramiento, Amistad, Sociabilidad, Afabilidad, Afectividad, Familiaridad, Modestia, Prudencia, Dulzura, Reverencia, Formalidad, Diligencia, Gravedad, Serenidad, Sensatez, Docilidad, Humildad, Obediencia, Gratitud, Amabilidad, Estimación , Benevolencia, Urbanidad, Indulgencia, Suavidad, Nobleza, Benignidad, Dulzura, Ternura, Compasión, Piedad.
En los vicios hay emociones de odio: Rudeza, Brusquedad, Grosería, Terquedad, Aspereza, Irascibilidad, Actitud, Cólera, Hurañería, Intemperancia, Timidez, Suspicacia, Esquivez, Encogimiento, Cobardía, Rencor, Venganza, Arrogancia, Menosprecio, Desdén, Engreimiento, Petulancia, Agresividad, Entrometimiento, Escarnio, Altivez, Orgullo, Malevolencia.
El Alma
Podremos decir que emoción es el deseo de un Alma respecto de otra Alma en una de las dos formas capitales, conviene a saber: Unirse a él consciente de su capacidad de dar, cambiar o recibir objetos de sensación o sus derivados bajo condiciones de perfecta voluntariedad; Separarse del él, consciente de su capacidad de arrebatar, cambiar o perder objetos de sensación bajo condiciones de involuntariedad. Más brevemente se puede definir la emoción diciendo que es el deseo de un Alma de unirse o separarse de otra Alma, más el conocimiento de la superioridad, igualdad o inferioridad de esta otra Alma respecto al posible intercambio voluntario o forzoso de placeres y dolores.
Las almas están y continúan estando ligadas mutuamente en relaciones de amor y odio por los lazos de memoria y de la conciencia hasta que el conocimiento los desata. Cuanto con mayor profundidad sea posible mirar hacia atrás en lo pasado, y hacia delante en lo porvenir, tanto más amplia y vigorosa será la individualidad. Cuanto con mayor constancia se puedan mantener el recuerdo y la esperanza y cuanto más clara sea la elevada conciencia de unidad con la Superalma, tanto más sutil será la individualidad.
El desarrollo de la individualidad se corresponde con el creciente refinamiento de los cuerpos del Ser humano. La distinción entre personalidad e individualidad viene establecida por la diferencia entre los sutiles-alma– y los más transitorios cuerpos densos-personalidad.
En la evolución de un Alma hay tres etapas invariables, conviene a saber: La etapa de conciencia de masa. La etapa de conciencia individual, cuando el sentimiento del yo separado le distingue más o menos vigorosamente del cuerpo y de los otros yos e implícitamente se le considera como distinto; o bien cuando se le reconoce como un individuo entre varios individuos, como ocurre en las clases superiores de la humanidad. La etapa de conciencia colectiva, cuando se reconoce el Yo en unidad con todos los yos y como tal se le considera, según sucede en Aquellos que trascendieron la humanidad.
Vicio y virtud.
La atracción entre iguales, en las tres ascendentes modalidades antes mencionadas, engendran las siguientes virtudes: Urbanidad- Cortesía- Finura- Suavidad_ Miramiento- Amistad- Sociabilidad- Afabilidad- Afectividad- Familiaridad.
La atracción hacia un superior engendra: Modestia- Prudencia- Dulzura-Reverencia- Formalidad- Diligencia- Gravedad- Serenidad-Seriedad-Sensatez-Docilidad-Humildad-Obediencia- Gratitud.
La atracción hacia un inferior engendra: Amabilidad-Estimación-Benevolencia-Urbanidad- Indulgencia-Suavidad- Nobleza-Benignidad-Dulzura-Ternura-Compasión-Piedad.
La repulsión entre iguales engendra los siguientes vicios: Rudeza-Brusquedad-Grosería-Terquedad-Aspereza- Irascibilidad-Actitud- Irascibilidad-Acritud-Cólera-Hurañería-Intemperancia.
La repulsión a los superiores engendra: Timidez-Suspicacia-Esquivez-Encogimiento-Cobardía-Rencor- Venganza.
La repulsión a los inferiores engendra: Arrogancia-Desprecio-Menosprecio-Desdén-Engreimiento- Petulancia-Agresividad-Entrometimiento-Petulancia-Agresividad-Entrometimiento-Escarnio-Altivez-Orgullo-Malevolencia.
LIBERACIÓN: el precio y el valor
Que hay que tirarse a la calle dejando atrás los problemas
Que como decía mi madre, bailando todo se arregla.PÉGATE. Ricky Martin
Hay un vínculo profundo entre las emociones y el interés por la comida, el sexo o el dinero, ya que son formas de compensar con lo material la falta espiritualidad, de intensidad emocional. Referente a la comida se pueden incluir algunos desarreglos emocionales como la bulimia y la anorexia que es querer ser espíritu puro, que te amen por tu espíritu y no por tu cuerpo, que se reconozcan los sentimientos. La sexualidad está regida por la ley de atracción-repulsión, las emociones se agolpan en torno de la pasión sexual, cuando el deseo es más intenso y más físico. En cuanto al dinero, éste es energía concretizada, y su adecuado uso lleva a comprender lo que es la efectividad humana, un equilibrio entre lo pasivo y lo activo, los ingresos y los egresos, el debe y el haber.
La tabla cíclica es usada en las artes debido a que el uso de la imaginación contribuye a lograr una vida creativa. Toda vida y toda creación desarrollan un aspecto de la emoción, La poesía y la literatura tienen por principal objeto representar y describir agradablemente las emociones y sentimientos placenteros de ahí que sean nueve los géneros literarios: Erótico, Cómico, Patético, Heroico, Cruel, Temeroso, Ofensivo; Sublime y Pacífico. Tan sólo cuando los “sujetos” se convierten en “objetos”, uno respecto de otro, surge la inteligencia, se establecen complicadas relaciones y brotan múltiples formas de acción en las instituciones sociales de comercio, industria, gobierno y vida nacional.
La literatura de una nación, es, en verdad, el instintivo esfuerzo de esa misma nación para proporcionar a cada uno de sus individuos experiencias indirectas de las emociones y sentimientos de todos ellos en su múltiple variedad de vida. Así, en la historia de India domina el drama; en la de Grecia, la belleza; en la de Roma, la ley; en la de Persia, la dignidad.
El Espíritu.
La emoción, como movimiento, la encontramos en el corazón, en su ciclo de diástole y sístole. Los latidos del corazón del Ser son la fuente de toda la evolución cíclica; de allí la importancia que se le atribuye a ese aspecto del desarrollo, denominado el aspecto “corazón” o “amor”, y el interés que despierta el estudio del ritmo. Subyacentes en todas las sensaciones físicas producidas por el ritmo, la vibración, los ciclos y los latidos del corazón, se hallan las analogías subjetivas -amor, sentimiento, emoción, deseo, armonía, síntesis y orden consecutivo-, y detrás de estas analogías se halla el origen de todo, la identidad de ese Supremo Ser que así se expresa.
La vida se basa en los antagonismos polares de actividad y receptividad, manteniéndose la tensión, cuyo balance se presenta en cada caso como mutación, cognición, proceso vital. Así empieza tomar forma la tabla cíclica: la voluntad y la sensibilidad como opuestos, dan origen a la creatividad. El centro dentro de la vida del Ser Uno es denominado con la palabra mónada.
La mónada es Voluntad expresiva y activa que a su vez es Amor activo cuando establece relaciones, e Inteligencia activa cuando emplea el amor como base de la voluntad. La mónada es para el Ser planetario lo que el tercer ojo es para el ser humano. El cuerpo causal, por su parte, es el centro cardíaco de la mónada, cuerpo que fue creado por la fusión del Espíritu con la materia.
Precio y valor.
El precio es el pago o recompensa que se asigna a la obtención de una mercancía cualquiera. El quilate es la unidad de masa usada, fundamentalmente, para pesar gemas y perlas. El quilate designa la pureza del oro utilizado en las joyas, representa una veinticuatroava parte (1/24) de la masa total de la aleación que compone el metal. El sueldo y el dinero fueron la referencia del peso del oro hasta al menos el siglo XII, y su pureza se convirtió en la ley del oro.
Una gema es considerada preciosa principalmente por su belleza y perfección, su rareza o escasez. Se consideran actualmente como gemas preciosas al diamante, al rubí, al zafiro y a la esmeralda. Los siete “centros”, al cristalizarse como “joyas”, expresan la naturaleza séptuple de la conciencia, y son llevados cada uno a una expresión vital.
La creencia en los centros de energía, al actuar conjuntamente con otros estados mentales, funcionan como razones para la acción. Las creencias poseen un componente afectivo que hace referencia al valor o grado de importancia que poseen determinadas creencias para las personas.
Los valores, al ser las metas e ideales deseables, sirven como principios en la vida de una persona o de un ente social. Se pueden identificar ocho tipos motivacionales de valores: logro, poder, placer, autodirección, participación, servicio, tradición y seguridad. Como resultado de las relaciones dinámicas entre estos ocho valores se hallan cuatro factores de orden superior estructurados en dos polaridades: autotrascendencia (servicio y participación) versus autopromoción (poder y logro), y conservadurismo (tradición y seguridad) versus liberalismo (autodirección y placer).
La frase “Los duros de corazón no pueden ver a Dios”, quiere decir esto que la condición ética del egoísmo es un aspecto complementario de la condición intelectual del altruismo que ve a Dios en Todos: El Ser Uno. Esta condición intelectual es el conocimiento de la Verdad, la Abnegación y el Sacrificio.
En el centro cardíaco se desarrollan las doce virtudes a partir de tres vértices. Los tres vértices son: Conocimiento (disciplina, desempeño y discernimiento), Amor (cooperación, comprensión y compasión), Sacrificio (participación, planificación y propósito).
Las doce virtudes del centro cardíaco son: la humildad, el servicio, la paciencia, la tolerancia, la empatía, la compasión, la sabiduría, el sacrificio, la cooperación, la comprensión, la disciplina, la calma.