Las reflexiones de Krishnamurti sobre la educación como actividad religiosa (Tercera parte)
La opinión de Krishnamurti de que un ser humano tiene tanto un cerebro como una mente lo pone en desacuerdo con la visión moderna. Y con la mayoría de la teoría del aprendizaje.
Aunque este artículo es demasiado corto para hacerle justicia al tema, podemos simplificar esta diferencia de la forma que sigue. El cerebro es el centro del sistema nervioso y el órgano de la cognición. Es el responsable último de la coordinación de los sentidos. La memoria. La racionalidad y el conocimiento. La mente, que es inmaterial, está relacionada con la consciencia. La percepción no visual. La compasión.
Y la inteligencia profunda que Krishnamurti creía que era el verdadero objetivo de la vida. Y por tanto de la educación. Obviamente uno necesita un cerebro que funcione adecuadamente. Así como se necesita un corazón o un cerebro que funcionen bien. Pero la verdadera fuente de las acciones correctas, la divinidad y la vida religiosa vienen de la mente. En esta única relación entre ambas, un buen cerebro no produce una buena mente, pero una buena mente de hecho mejora el cerebro. El cerebro tiene un papel que jugar con la mente. El papel es liberarse de su condicionamiento, y esta es una de las principales funciones de la educación (no acumular conocimientos).
Lo verdaderamente importante es la calidad de la mente.
No su conocimiento, si no la profundidad de la mente que interpreta el conocimiento. La mente es infinita. Es la naturaleza del universo que tiene su propio orden, su propia inmensa energía. Es eternamente libre. El cerebro, tal como es ahora, es esclavo del conocimiento y por lo tanto es limitado, finito, fragmentario. Cuando el cerebro se libera de su condicionamiento, entonces es infinito. Entonces no hay división entre la mente y el cerebro. La educación es entonces, la libertad del condicionamiento. De su vasto conocimiento acumulado como tradición. Esto no niega las disciplinas académicas que tienen su propio lugar en la vida.
Otra diferencia sobre la visión de la naturaleza humana que ha dado forma a las opiniones de Krishnamurti de la educación, es que él sentía que cada persona necesita ser explorada y revelada más que moldeada en algo. Aquí comenzamos también a abordar el tema de las actividades que Krishnamurti consideró que deberían ser centrales para la educación. Y de nuevo vemos que la educación es una actividad religiosa. Para Krishnamurti, cada persona tiene una vocación única que necesita ser descubierta.
Lo que realmente les gusta hacer tiene que ser encontrado y luego perseguido.
Krishnamurti no fue el primer educador o visionario que lo sintió así. Más bien la suya es una perspectiva que contrasta fuertemente con las concepciones de la educación tradicional. En éstas, los niños son vistos como vasijas vacías que necesitan ser llenadas. Pizarrones en blanco en los cuales escribir. O piezas amorfas de arcillas que necesitan que se les de forma. Y si algunas esquinas rebeldes necesitan ser golpeadas para encajar en el molde, que así sea.
Para Krishnamurti, la educación debe ayudar al estudiante a descubrirse a sí mismo. Entender la vida es entendernos a nosotros mismos. Y ese es el principio y el final de la educación. La función de la educación, entonces, es ayudarte durante la niñez a no imitar a nadie, sino a ser tú mismo todo el tiempo. Así que la libertad en conocer lo que eres verdaderamente en cada momento. Y en realidad, no hemos sido educados para esto. Si no que la educación nos ha empujado a convertirnos en esto o en aquello.
El descubrimiento de la vocación natural para un estudiante individual. Y el entendimiento de los estudiantes de lo que realmente aman hacer, puede no entrar en los planes de sus padre o de la sociedad. Pero es una parte fundamental de comprenderse a sí mismo, y, por tanto, de la educación.
La educación moderna está convirtiéndonos en unidades sin pensamiento. Hace realmente muy poco para ayudarnos a encontrar nuestra verdadera vocación. Encontrar lo que realmente amamos es una de las cosas más difíciles. Eso es parte de la educación. La educación adecuada es ayudarte a descubrir quién eres en realidad. Lo que realmente, de todo corazón, deseas hacer con tu vida.
No importa qué sea. Ya sea cocinar, o ser un jardinero. Pero es algo en lo que pondrás tanto tu corazón como tu mente.
Y no es el verdadero propósito de la educación actual ayudarte a descubrirlo, para que a medida que crezcas, puedas comenzar a dar toda tu mente, corazón y cuerpo a lo que realmente te gusta hacer. La diferencia entre entender “lo que uno es” y esforzarse por convertirse “en algo” se refleja en la diferencia entre querer descubrir «lo que es» y esforzarse por cambiar materialmente «lo que es».
Krishnamurti no negó el crecimiento ni el cambio material; De hecho los aplaudió. Pero el crecimiento significativo y el verdadero cambio material sin los efectos secundarios desafortunados, demasiado frecuentes, no pueden producirse simplemente asegurando que los jóvenes adquieran conocimientos y habilidades. Y les enseñen a ajustarse a las restricciones y demandas de la sociedad, para poder seguir adelante en la vida.
Para enfatizar esto. Los padres tal vez se sientan cómodos con el hecho de que están ayudando a sus hijos a tener algún tipo de seguridad material. Y las escuelas pueden felicitarse a sí mismas en su seguimiento de los resultados. Pero para la perspectiva de Krishnamurti solo están aumentando la violencia y la tristeza en el mundo.
Cultivar meramente la habilidad técnica sin entender lo que es la verdadera libertad, conlleva a la destrucción.
A guerras más grandes. Y eso es exactamente lo que está sucediendo en el mundo. Simplemente llenar a los niños con un montón de información. Hacerlos pasar exámenes, es la manera menos inteligente de educarlos.
La educación nunca debe coersionar a un niño a conformarse y a adaptarse a la sociedad actual. La educación debe ayudar a formar una sociedad completamente diferente. Una forma de vida distinta. Cuando hablaba de sus propias escuelas decía que seguramente eran los centros de educación en el que el estilo de vida no se encontraba basado en el placer. En actividades egoístas. Si no en el entendimiento de las acciones correctas. En lo hermoso y profundo de las relaciones. Y en lo sagrado de una vida religiosa.
De hecho, existen dos tipos de conocimientos. Ambos son importantes. Pero en la mayoría de las escuelas se exagera el énfasis en el aprendizaje material involucrado en adquirir conocimiento. Y esto significa el sacrificio de un aprendizaje más profundo. Cuando Krishnamurti describe ambos tipos de conocimiento, usualmente comienza con aquél con el cual estamos más familiarizados todos.
“Esto es lo que haces cuando aprendes un idioma. Cuando adquieres información técnica. Y cuando acumulas conocimiento en general. Lo que es aprender para almacenar conocimiento. Y usarlo en acciones que requieren ciertas habilidades. Y también existe un conocimiento en el que no existe acumulación. Es un constante movimiento de aprendizaje que no es de tipo mecánico.”
Lo que Krishnamurti describe es “otra clase de conocimiento”. El que él sentía que debía ser el principal objetivo de la educación. Y es una actividad que es fundamentalmente religiosa Este profundo conocimiento transformador de vida sin duda fue el centro de las escuelas que fundó. Y esto iba perfectamente de acuerdo a lo que determine en 1929 como su intención principal en la vida:
“Quiero hacer una cosa particular en el mundo. Y voy a hacerla con toda la concentración. Me comprometo con una única cosa: ayudar al hombre a ser libre”
Por esta razón, y solo por esta razón Krishnamurti fundó escuelas. Nunca se dio por vencido en su deseo de que las personas tuvieran la oportunidad de acceder a un aprendizaje en constante movimiento. Que no fuera mecánico. Una vida de libertad, amor y verdad.
Podemos leer las palabras de un joven Krishnamurti de 17 años que escribe:
Si la unidad de la vida y la simplicidad de su propósito pudiera ser claramente enseñado a los jóvenes en las escuelas, nuestras esperanzas para el futuro sería mucho más brillantes
Cuarenta y tres años después escribió:
Si uno toma consciencia de que solo puede haber paz y armonía para el hombre a través de la educación, entonces naturalmente pondríamos toda nuestra vida e interés en ello.
Y eso fue exactamente lo que hizo.
TRADUCCIÓN: Assul Miguel. Redactora en la gran familia hermandadblanca.org
FUENTE: http://www.holistic-education.net/articles/kinsight.pdf
PARA SABER MÁS:
muchas gracias
Es una maravilla llegar ha comprender la Mente como chispa divina
Un reto encausar y sostenerse en éste tiempo.
Creo que con amor en Dios, todo se puede.