Los 12 trabajos de Hércules
Los 12 trabajos de Hércules representan las doce etapas que el hombre debe superar en el camino hacia la liberación, el conocimiento, la verdad; las doce pruebas que el alma ha de superar para liberarse del cuerpo, abandonar su envoltura carnal, dejar de ser víctima de sus deseos, pasiones, del bien, del mal, y del ciclo eterno sin fin de los renacimientos.
Hablaremos de Heracles que significa “gloria de Hera” y por lo tanto un ser lunar, que tenía un hermano gemelo Ificles que significa “fuerte y glorioso”, para destacar la doble naturaleza del héroe así como la relación de los 12 trabajos con los 12 signos del zodiaco en la vía láctea.
Nuestro héroe tuvo que someterse a los misterios de Eleusis, a los que, en aquellos tiempos solamente los atenienses tenían acceso. Aquel que se iniciara en estos misterios sería capaz de entrar en el otro mundo y salir vivo. Eso ya no es una hazaña sino un prodigio.
Los misterios representaban el drama divino del alma, explicando el drama terrestre del hombre. Hoy todos somos actores en el drama y nos corresponde interpretar los cinco misterios luminosos propuestos por el Maestro Ascendido Juan Pablo II.
El método actual se basa en la verdad transitoria de que el hombre común está sujeto a la naturaleza ilusoria de la manifestación, “así como el hombre piensa así es él”. Sin embargo cuando se convierte en Hércules, el Dios Sol (o Ángel solar), comienza a invertir el proceso y tiene lugar una definida reorientación.
1. El león de Nemea y el signo Leo
Tifón es un monstruo que simboliza las pulsiones instintivas, irreprimibles, destructoras de la violencia emocional que lo devasta todo a su paso. El famoso León de Nemea es hijo de Tifón, es decir, fue engendrado por las fuerzas instintivas descontroladas, comparables a los fenómenos de la naturaleza y a los efectos de los cataclismos, a los que nada ni nadie puede parar. El signo Leo es el lugar donde la voluntad del hombre puede tomar las fuerzas instintivas descontroladas, imprevisibles, respondiendo a sus necesidades vitales, a leyes de la madre naturaleza que son también las del destino.
Heracles no consigue vencerle con sus armas: arco, espada y maza. Acaba por estrangularle en un cuerpo a cuerpo en el que mata a la bestia. Las armas representan los atributos del guerrero, los instrumentos del intelecto y del espíritu. El arco y las flechas representan las ideas, la espada representa las elecciones, las decisiones, la justicia, la maza el poder del conocimiento, pero únicamente la firmeza de espíritu creadora puede vencer a la fuerza física destructora.
Una inspiración divina dicta a Heracles que utilice las propias garras del León para desollarlo, con el fin de cubrirse con su piel invulnerable y hacerse un casco con su cabeza, símbolo de invulnerabilidad, pero también de invisibilidad.
2. La hidra de Lerna y el signo Libra.
Las nociones de poder, despotismo, intransigencia, casi siempre negadas en libra, proliferan en el discípulo muy a su pesar, tal como se multiplican las cabezas de serpiente de la Hidra con su veneno mortal. Es lo que sucede con los malos pensamientos cuando se reproducen sin cesar si se los intenta eliminar superficialmente y en el exterior. Para que cesen de actuar, hay que degollar o cortar la cabeza vital y enterrarla para siempre. Es lo que Heracles hizo para acabar con la Hidra. Entonces podrá utilizar su veneno, no para matar o destruir a ciegas, sino con justicia y conocimiento de causa.
¿Elevará el Hércules mundial este problema a los cielos? y “¿levantará en vilo la Hidra” de la pasión y el odio, de la codicia y la agresión, del egoísmo y la ambición, a la región del alma?
3. La cierva de Cerinia y el signo Cáncer.
La cierva de Cerinia es sin duda, la más hermosa representación mítica y simbólica de la más bella de las mujeres: la Sofía de los romanos, la Sabiduría. En efecto, está consagrada a Artemisa, la luna, tiene cuernos de Oro en los que brilla el sol, recalcando la inocencia que reside en ella. Alimentó en su seno a un demonio, su hijo Lacedemón, el demonio del lago, pero huyó hacia el país mítico de los orígenes. Así pues, tras ganar la firmeza y la justicia, Heracles adquirió la sabiduría apoderándose de la cierva de Cerinia.
4. El jabalí de Erimanto y el signo Capricornio.
El jabalí no era otro que Apolo, al que llamaban el destructor, el cual había adoptado esa forma para vengar a su hijo Erimanto y matar a Adonis, el amante de Afrodita. En la Grecia antigua, el jabalí simbolizaba tanto el coraje y la fuerza pura como las fuerzas fecundadoras o destructoras, según el caso. Además el jabalí es un animal lunar por sus defensas en forma de media luna, y solitario como sus costumbres indican. Estamos en el eje luna-saturno, cáncer-capricornio. Así pues representa la locura destructora lunar, como la soledad, el aislamiento, las figuras saturninas del asceta o del hermitaño del bosque que tienen que ver con el signo Capricornio.
5. Los establos de Augias y el signo Piscis.
Augias no se preocupa de saber si los rebaños causan daños o estropean el valle del Peloponeso, infestando toda la región. De ahí que detrás del trabajo que cumple Heracles, construyendo dos vallados y desviando los dos ríos en un solo día, late un mensaje simbólico todavía más importante: si vamos cogiendo sin dar, a la larga, todo se convierte en estéril.
6. Las aves de Estinfalo y el signo Acuario
Dichas aves tenían un pico, unas patas, unas alas y unas plumas de bronce, lo que nos hace pensar que están recubiertas de armaduras y que se trataría en ese caso de guerreros, un ejército en la sombra sembrando el terror, la destrucción, la muerte; que los hombres por falta de solidaridad, se ven impotentes por combatir y de cazar. Atenea va en busca de Heracles y le entrega el instrumento que le permitirá cazar las aves, o simbólicamente, ejercer su libre albedrío: las castañuelas que simbolizan la previsión. Prever y anticipar, actuar y reaccionar antes que nadie porque sabe lo que va a pasar, tal es la gran cualidad potencial del nativo de Acuario.
7. El toro de Creta y el signo Tauro
Minos se apoderó del regalo que Poseidón le había dado, sin cumplir su promesa de sacrificio, en vez de hacerlo, deslumbrado por su belleza y su fuerza, optó por engañar a Poseidón y conservar este animal poderoso. Al hacerlo, Minos cedió al instinto de conservación. Flaqueó ante las debilidades de Tauro: posesión, egoísmo, inmovilismo. Heracles debe sacrificar al toro, como en el ritual dedicado a Dioniso o a Mitra.
8. Las yeguas de Diomedes y el signo Sagitario.
En Sagitario Heracles tiene por misión unificar su cabeza con su cuerpo, su espíritu con su carne, su componente masculina y cerebral por un lado, y su componente femenina e instintiva por el otro. Pero casi siempre es víctima de su actividad cerebral que domina a su naturaleza salvaje e indomable, incitándole luego a jugar su vida más que a vivirla, o bien, sufre de un frenesí de los sentidos y los instintos que le hacen salvaje e indomable, incapaz de de dominarse y contenerse.
9. El cinturón de Hipólita y el signo Virgo.
Las amazonas son mujeres libres, guerreras, impúdicas, feroces, crueles, que utilizan a los hombres para sus necesidades, pero que no les aman y no quieren ser amadas por ellos. Así pues, ser sacerdotisa de Hera o amazona es lo mismo. Tanto en un caso como en el otro, la emoción es la que sufre o se anula.
Al entregar su cinturón a Heracles, como prenda de su amor, Hipólita se le une en el sentido más puro, más profundo y más verdadero. Se trata de una auténtica fusión carnal y espiritual entre el hombre y la mujer; el hombre, en este caso, Heracles, encarnando la fuerza de la conciencia dominada, e Hipólita encarnando el poder fecundador de la emoción controlada. Es un encuentro, en lo más alto, entre los principios solar y lunar, siendo las amazonas, como se puede suponer, mujeres luna. También vemos la fusión de los signos opuestos virgo-piscis. El cabalgar atemorizante de las amazonas representa el desencadenamiento de las emociones desatadas, primitivas, que todo lo destruyen a su paso, del que pueden ser víctimas los nativos de piscis, puesto que aspiran al amor-fusión carnal y espiritual. Nadan en la emoción, la receptividad.
10. Los bueyes de Geriones y el signo Aries.
Geriones es el nieto de Poseidón, rey del mar, y el bisnieto de océano. Venía de una familia dominada por el agua. Al llegar a la isla de Eritia, Heracles franqueó dos etapas: recibe de Helio una copa de oro que le permitirá vencer a Oceano, lo que puede significar que para vencer los trastornos emocionales que nos pueden paralizar e inducir a la confusión total, hay que utilizar la cabeza, las energías activas, el ardor, su llama interior, todas estas cualidades de Aries. Al apoderarse de la manada de Geriones, lo que Heracles alcanza es la conquista de su individualidad.
11. Las manzanas de las Hespérides y el signo Géminis.
Estas manzanas están muy relacionadas con la que comió Eva. Las tres Hespérides se dejan seducir por Ladón que se enrolla alrededor del árbol para obedecer a Hera, de modo que las ninfas de la noche no puedan robar las manzanas. La inteligencia está unida al instinto primordial. De manera que el árbol es el hombre, la serpiente es la energía primordial que circula en él y las manzanas son el fruto del conocimiento que posee desde siempre. Esta revelación es la que Heracles tiene al realizar el undécimo trabajo. En efecto, mata a la serpiente que tiene cien cabezas y habla todas las lenguas de la tierra. El conocimiento y la verdad a menudo se dan más al que muestra inocencia, candor y pureza en sus intenciones que a aquél cuyos móviles son el tener, el saber y el poder.
12. El can Cerbero y el signo Escorpio.
El can Cerbero, el demonio del abismo, es el guardián de algo que no existe, algo absurdo, puesto que no tiene sentido, ni fondo, ni fin. Pero si algo no tiene fin, es algo que continúa. El reino de los Muertos de Hades es pura ilusión, y basta con ser un iniciado en los Misterios para poder salir indemne de este reino, del cual habitualmente no se vuelve. La vida y la muerte se hacen una sola, justamente para engendrar una nueva vida. Heracles, al comprender esto y cumpliendo así su último trabajo, pudo vivir libre finalmente.
Al discípulo actual le quedan aún cuatro pruebas:
- La intuición que rige a la aspiración – Sagitario. La conciencia del alma en las primeras etapas. Primera y segunda iniciación. Yo visualizo
- La iluminación que rige a la intuición – Capricornio. Conciencia del alma en las etapas posteriores. Yo comprendo
- La inspiración que rige al servicio – Acuario. Conciencia grupal. Yo surjo
- La identificación que rige a la liberación – Piscis. Conciencia divina. Yo y el Padre somos uno.
Ha de desarrollar las cualidades propias de tres planetas para lograrlo: Saturno, Venus y Urano.
- La Razón: del instinto al intelecto.
- El Amor: del intelecto a la intuición.
- La Decisión: de la intuición a la inspiración.
Es interesante observar que en Escorpio se establece la inevitabilidad de la ascensión final de la materia al cielo en Capricornio; esto está previsto en la historia de Hércules en Escorpio.
El Buddha poseyó el secreto de la revelación en Tauro, así como el secreto de la energía dirigida en Escorpio fue el origen de la fuerza de Hércules. Pero el Cristo, conociendo ambos secretos, comprendió con viviente compenetración el misterio trascendental, porque la luz de la Transfiguración,sufrida en Capricornio, le reveló la gloria.
Estos tres grandes hijos de Dios han expresado para nosotros la cualidad, la nota clave y el desarrollo manifestado en cada signo:
Hércules-Escorpio. Fortaleza por medio de la prueba.
Buddha-Tauro. Iluminación por medio de la lucha.
Cristo-Piscis. Resurrección por medio del sacrificio.
Géminis y Libra son dos signos estrictamente humanos, y corresponden al hombre común. Géminis, representa la humanidad del hombre, mientras Libra rige su vida espiritual y subjetiva. Los demás signos, en su culminación, conducen al hombre más allá de la etapa de la humanidad común, y traen los siguientes estados de conciencia:
- Aries y Virgo. – El Cristo cósmico. Universal e individual.
- Tauro y Piscis. – Los Salvadores del mundo, por ejemplo, el Buddha y el Cristo
- Leo y Acuario. – Los Servidores del mundo, por ejemplo, San Pablo
- Sagitario y Capricornio. – Los Ascendidos del mundo, por ejemplo, Juan Pablo II
- Cáncer y Escorpio. – Los Discípulos triunfantes. Hércules
NOTAS DEL AUTOR
Este artículo fue tomado de la Enciclopedia de La Astrología y las artes adivinatorias del francés Didier Colin, sesión Mitos, leyendas y símbolos. La información astrológica fue tomada del libro Astrología esotérica de Alice Bailey.