"Los Siete Senderos", Capitulo XVIII de Iniciación Humana y Solar, por el Maestro Tibetano Djwhal Khul

Jorge Gomez (333)

Maestro Tibetano djwhal khul

CAPÍTULO XVIII

LOS SIETE SENDEROS

 

Como podrán ver, muy poco se ha publicado respecto a los siete senderos que se extienden ante el hombre que ha llegado a la quinta iniciación. Evidentemente es imposible y también in­necesario impartir a nuestra mente cualquier impresión sobre la significación de estos senderos, o los atributos requeridos para hollarlos. A medida que pasa el tiempo y cuando la raza alcance una etapa más elevada de desarrollo, podremos comprender más, pero bajo la ley de economía, sería un esfuerzo estéril para los maestros de la raza, instruirnos sobre las características necesarias para hollar los siete senderos, antes de haber comprendido o desarrollado las que se requieren para recorrer el sendero de probación, sin mencionar el sendero de iniciación.

 

Sabemos, como hecho general, que antes de hollar los siete senderos, el hombre debe llegar a ser un Maestro de Sabiduría, un Hermano de Compasión, capaz de aplicar la Ley con inteli­gencia y amor. Lo que ahora nos corresponde es adaptarnos, a fin de hollar el sendero de iniciación, mediante la disciplina del sen­dero de probación, la cuidadosa orientación de la vida, la obe­diencia a la ley, según se la comprenda, y el servicio a la raza. Cuan­do alcancemos la liberación, entonces estos senderos se extende­rán ante nosotros y veremos claramente cuál debemos seguir. Todo actúa en este sistema bajo la gran ley de atracción, y de nuestra vibración, color y tono, dependerá muy probablemente la elección. El mayor libre albedrío del sistema cósmico está li­mitado como lo está el libre albedrío del sistema del cual somos parte y el libre albedrío del hombre mismo. De la cualidad inna­ta dependerá la dirección de nuestro futuro progreso.

 

Podrían darse ciertas deducciones basadas sobre la ley de analogía, siempre y cuando recordemos que las palabras más bien oscurecen que aclaran, y sólo es posible dar breves detalles y enu­merar los siete Senderos de la manera siguiente:

 

1. El Sendero del Servicio en la Tierra.

 

Este sendero mantiene vinculado con la Jerarquía al hombre que se ha consagrado a servir en nuestro planeta y ayudar a sus evoluciones. Comprende a Quienes actúan bajo el Señor del Mundo, en los siete grupos en que se dividen los Maestros de Sabiduría. Pocos Maestros siguen este sendero y sólo se permite que lo haga un determinado número, para llevar a cabo satis­factoriamente la evolución planetaria. Este sendero es el más conocido y la información sobre el mismo aumentará a medida que los hombres se capaciten para entrar en contacto con la Hermandad. Su campo de acción y sus métodos de trabajo llegarán en su oportunidad a ser conocidos esotéricamente, y a medida que los siete grupos sean reconocidos y conocidos, traerá como consecuencia lógica el establecimiento de escuelas para el desarrollo de quienes ocuparán los cargos.

 

2. El Sendero del Trabajo Magnético.

 

Pertenecen a este Sendero aquellos que manejan fuerzas o magnetismo eléctrico, para uso de los Grandes Seres de todos los planos. Manejan energía elemental formativa, manipulando materia de cualquier densidad y vibración. Manipulan grandes oleadas de ideas y corrientes de la opinión pública en niveles astrales y también en los niveles superiores donde actúan los Grandes Seres. A esta línea de actividad pasan muchos individuos de quinto rayo que tienen al Rayo de Conocimiento Concreto co­mo rayo monádico. La cualidad inherente al tipo de la mónada es la que generalmente establece la línea de actividad. El karma de quinto rayo es uno de los factores que produce esto. Dichas mónadas trabajan con Fohat y deben hacerlo hasta el fin del manvantara  mayor. Tienen su eventual posición en el plano cós­mico mental; pero como aún está muy poco desarrollada la ca­pacidad para pensar en forma abstracta, nos resulta imposible com­prender la significación de esta expresión.

3. El Sendero de Entrenamiento para los Logos planetarios.

 

Huellan este sendero quienes retomarán el trabajo de los siete Logos planetarios en el próximo sistema y el de los cua­renta y nueve Logos subplanetarios. Sus auxiliares, y de otras Entidades que actúan en ese determinado departamento. Habrá siete sistemas, aunque sólo interesan los tres mayores, de los que nuestro actual sistema es el segundo principal. Cada Chohan de rayo toma cierto número de iniciados de la sexta iniciación y los entrena especialmente para este trabajo; la aptitud especial para el sonido y el color predispone para la elección, y la capacidad para trabajar con la «psiquis» o con los espíritus en evolución, indica el hombre apropiado para este alto cargo. Puede decirse que los Logos planetarios son los divinos psicólogos; por lo tanto, en el entrenamiento para este cargo, la psicología es tema funda­mental, aunque es una psicología inconcebible aún para nosotros. Cada Logos planetario tiene, en Su propio y especial planeta, escuelas para desarrollar a los Logos subalternos y en ellas Los prepara para este elevado cargo, dándoles oportunidades para adquirir amplia experiencia. También los Logos progresan y evo­lucionan y Sus lugares deben ser ocupados.

 

4. El Sendero hacia Sirio.

 

Poco puede decirse acerca de este sendero y sólo mencionarse la curiosa y estrecha relación entre éste y las Pléyades, siendo imposible toda otra conjetura. La masa humana que se ha libe­rado sigue este camino y la perspectiva ofrece gloriosas posibi­lidades. Las siete estrellas de las Pléyades son la meta para los siete tipos, según insinúa el Libro de Job en las palabras: «¿No puedes tú someterte a la dulce influencia de las Pléyades?» El misterio de esta influencia y el secreto del sol Sirio ocultan los hechos de nuestra evolución cósmica y, por lo tanto e inciden­talmente, de nuestro sistema solar.

5. El Sendero de los Rayos.

 

Es difícil saber con qué otro nombre se puede designar a es­te sendero, porque muy poco se conoce de él. Al hollarlo, el hom­bre continúa en su propio rayo y allí actúa en los distintos reinos de todos los planos, cumpliendo los mandatos del Señor del Mun­do, bajo cuya dirección trabaja. Lleva al hombre por todos los ám­bitos del sistema solar, aunque lo vincula definitivamente con el rayo sintético. Es un sendero muy complejo, pues requiere el do­minio de las matemáticas más intrincadas y cierta capacidad de geometrizar, en forma incomprensible para nuestros cerebros tri­dimensionales. Aquel que considera de profunda importancia la ley de vibración sigue este sendero. Actuará primero en la Cá­mara del Concilio del Señor del Mundo en Shamballa, aplicando la ley de vibración en su propio rayo. Más tarde habitará en el planeta correspondiente a su rayo y no en la Tierra, a no ser que pertenezca al rayo del Logos planetario que la rige. Más adelan­te, a medida que progrese en su evolución, pasará al sol, y una vez dominado todo cuanto se relaciona con la vibración en este sistema, pasará al sistema cósmico, saliendo de su propio rayo (que es sólo un rayo subsidiario de un rayo cósmico), para lue­go pasar al rayo cósmico correspondiente.

 

Como la evolución del hombre en este sistema es quíntuple, de ahí que hayamos enumerado los cinco senderos principales que debe elegir un Maestro. De los dos restantes aún se puede decir mucho menos, porque en ellos hay muy pocos hijos de los hombres que están evolucionando, debido al elevado grado de realización exigido para entrar, y quienes lo hacen abandonan totalmente nuestro sistema. No conducen a Sirio, como ocurre con otros senderos. Se observará que cuatro grupos permanecen en el sistema y, oportunamente, al cabo de inconcebibles y dis­tantes eones, pasarán a planos cósmicos. Un grupo pasa directa­mente a Sirio y los dos grupos restantes, directamente a los pla­nos cósmicos después de la iniciación, sin ningún período de tra­bajo intermedio en la Tierra, en el sistema o en Sirio. Estos dos senderos son:

 

6. El Sendero del Logos Mismo.

 

Será evidente para todos los estudiantes de esoterismo, que han estudiado cuidadosamente los procesos del mundo a la luz de la Ley de Analogía, que el Logos en los planos cósmicos está desarrollando la visión cósmica interna, del mismo modo que el hombre, en menor grado, trata de alcanzar esa misma visión en el sistema. Esto puede denominarse el desarrollo del tercer ojo cósmico. En la estructura del ojo del plano físico está oculto el secreto y por su estudio podrá obtenerse alguna revelación del misterio.

 

Cierta parte del ojo constituye el núcleo de la vista y el me­canismo de la visión misma; el resto del ojo actúa como cascarón protector y ambas partes son necesarias, pues no pueden existir una sin la otra. Así ocurre en el Logos, aunque la analogía exis­te en tan alto nivel que las palabras sólo confunden y velan la verdad. Algunos hijos de los hombres, un núcleo que alcanzó una muy elevada iniciación en el sistema solar anterior, formaron un grupo esotérico alrededor del Logos, cuando él decidió obte­ner un mayor progreso. En consecuencia, formó el actual sistema, impulsado por el deseo cósmico de encarnar. Este grupo esotérico permanece con el Logos en el plano atómico, o primer plano del sistema, en el aspecto interno subjetivo, que en sentido oculto co­rresponde a la pupila del ojo. El verdadero hogar de estas gran­des Entidades está en el plano búdico cósmico.

 

Gradualmente y tras penosos esfuerzos, algunos Maestros se han capacitado o se están capacitando, para sustituir a los miem­bros originales del grupo, a fin de que puedan volver a un centro cósmico alrededor del cual gira nuestro sistema solar y el siste­ma mayor de Sirio. Uno que otro adepto reúne las condiciones ne­cesarias, pues involucra el desarrollo de cierto tipo de respuesta a la vibración cósmica, lo cual supone la especialización de la visión interna y también el desarrollo de cierta medida de visión cósmica. A este Sendero pasa un mayor número de entidades de la evolución dévica que de la humana. Los seres humanos pa­san vía la evolución dévica, en la que pueden ingresar, transfi­riéndose al quinto Sendero, el Sendero de los Rayos. En este Sendero pueden fusionarse las dos evoluciones, y del quinto se puede entrar en el sexto.

 

7. El Sendero de la Filiación Absoluta.

 

Esta Filiación es una analogía, en el plano superior, de ese grado del discipulado que llamamos «Hijo del Maestro». Es la Filiación con un Ser más elevado que nuestro Logos, del Cual nada puede decirse. Es el gran Sendero kármico controlador. Los Señores Lipikas están en este Sendero y todos los capacitados para ese trabajo y que se hallan cerca del Logos, en sentido íntimo y personal, pasan al Sendero de Filiación Absoluta. Es el Sen­dero de quienes son especialmente íntimos del Logos y en Sus manos Él ha puesto el agotamiento del karma en el sistema so­lar. Conocen Sus deseos, Su voluntad y Sus fines, y a Ellos Les confía el cumplimiento de Sus mandatos. Este grupo, asociado con el Logos, forma un grupo especial vinculado con un Logos aún más elevado.

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