Los cuatro pensamientos fundamentales

De los «libros azules» de nuestra querida Alice Ann Bailey recogemos el siguiente fragmento:

Cuatro pensamientos fundamentales pueden ser dados aquí que expresan el propósito subyacente del proceso creativo y del objetivo de ambos, el Cristo cósmico y el aspirante individual. Ellos nos dan la guía para llevar a cabo el plan. Tomados juntos engloban toda la historia de la relación de espíritu y materia, de vida y forma, y de alma y cuerpo.

Primero: «La naturaleza expresa energías invisibles a través de formas visibles». Detrás del mundo objetivo de los fenómenos, humano o solar, pequeño o grande, orgánico o inorgánico, yace un mundo subjetivo de fuerzas que es responsable de la forma exterior. Detrás de la exterior cubierta material se puede encontrar un vasto imperio del Ser, y es dentro de este mundo de energías vivientes, que ambas, la religión y la ciencia, están pene­trando ahora. Todo lo exterior y tangible es un símbolo de las fuerzas creativas internas, y es idea que está debajo de toda simbología. Un símbolo es una forma exterior y visible de una realidad interior y espiritual.

Es con esta acción recíproca de la forma exterior y de la vida interior que Hércules lucha. Él sabía que era la forma, el símbolo, para que el dominio de la naturaleza material inferior hiciera sentir su presencia con la facilidad de la expresión antigua. Al mismo tiempo sabía que su problema era expresar su ser y energía espiritual. Él tenía que saber de hecho y en experiencia que era Dios, inmanente en naturaleza; que era Yo en estrecha relación con el No-Yo; tenía que experimentar con la ley de causa y efecto, ésta, desde el punto de vista del iniciador de las causas para producir inteligentes efectos. A través de los doce signos del zodíaco pasó, luchando para trabajar subjeti­vamente y tratando de rechazar la tentación y la atracción de la forma tangible exterior.

El segundo pensamiento clave puede ser expresado en las palabras: «La concepción de una Deidad oculta yace en el corazón de todas las religiones».

Ésta es la realización mística y el objeto de la búsqueda que la humanidad ha practicado a lo largo de los años. Los exponentes de las religiones del mundo han encarnado en sus enseñanzas, un aspecto de la búsqueda, aceptando el hecho de Dios como una premisa básica, y con el amor de sus corazones, la devoción y la adoración demostrando la realidad de su Existencia. El testi­monio de los místicos de todos los tiempos y razas es tan vasto que ahora constituye en sí mismo un campo de hechos comprobados y no puede ser negado.

Los investigadores científicos han procurado encontrar la verdad a través del conocimiento de la forma, y nos han conducido a una posición de amplio conocimiento y al mismo tiempo a una concepción paralela de nuestra profunda ignorancia. Hemos aprendido mucho de la vestidura externa de Dios, a través de la física, la química, la biología y otras ciencias, pero hemos luchado dentro de una región donde todo aparece como siendo hipótesis e inferencias. Todo lo que nosotros seguramente conocemos es que todas las formas son aspectos de la energía; que hay una acción recíproca y un impacto de energías sobre nuestro planeta; que el planeta mismo es una unidad de energías compuesta de una multitud de unidades de energía, y que el hombre mismo es también un manojo compuesto de fuerzas y se mueve en un mundo de fuerza. Aquí es donde la ciencia tan admirablemente nos ha conducido, y donde el astrólogo, el ocultista, el idealista y el místico también se reúnen y atestiguan una Deidad oculta, un Ser viviente, una Mente Universal y una Energía central.

En el desarrollo del drama de los cielos, en las conclusiones del investiga­dor científico, en las computaciones matemáticas de los astrólogos, y en el testimonio del místico, sin embargo, podemos ver una firme manifestación emergente de la divinidad oculta. Poco a poco, a través del estudio de la historia, de la filosofía y de la religión comparada, nosotros vemos el plan de esa Deidad volviéndose significativamente manifiesto. En el paso del sol a través de los doce signos del zodíaco, podemos ver la maravillosa organiza­ción del plan, el enfoque de las energías y el crecimiento de la tendencia hacia la divinidad. Ahora, por fin, en el siglo veinte, lo objetivo y lo subjetivo se han tornado tan estrechamente mezclados y fundidos que es casi imposible decir dónde uno empieza y el otro termina. El velo que oculta la Deidad se está volviendo transparente, y el trabajo de aquellos que han logrado conocimien­to, el programa de Cristo y de su Iglesia, los planes del grupo de los trabaja­dores del mundo, los Rishis y la oculta Jerarquía de nuestro planeta, están ahora enfocados en llevar a la humanidad al Sendero del Discipulado, entrenando a muchos de los más avanzados para que puedan llegar a ser los conocedores e iniciados de la nueva era. Así los hombres pasarán de la Cámara del Aprendizaje a la Cámara de la Sabiduría, del reino de lo irreal al de lo Real, y de la oscuridad exterior de la existencia fenomenal, dentro de la luz que brilla siempre en el reino del espíritu.

El tercer pensamiento clave nos da una guía para el método. A través de los años las palabras se han adelantado: «Yo soy él… que despierta al espectador silencioso». Se ha hecho claro para los buscadores en todos los campos que dentro de las formas hay un impulso hacia la expresión inteligen­te, y una cierta vivacidad que llamamos conciencia de sí mismo, y que en la familia humana toma la forma de un autoconocimiento. Este autoconoci­miento cuando es verdaderamente desarrollado, capacita al hombre para descubrir que la Deidad oculta en el universo es idéntica en naturaleza, aunque bastante mayor en grado y conocimiento, a la Deidad oculta dentro de sí mismo. El hombre entonces puede volverse conscientemente el Espec­tador, el Observador, el Percibidor. No está más identificado con el aspecto material, sino que es Aquel que lo usa como un medio de expresión.

Cuando esta etapa es lograda, los grandes trabajos empiezan, y la lucha está progresando conscientemente. El hombre es desgarrado en dos direcciones. El hábito lo tienta a identificarse con la forma. La nueva comprensión lo impulsa a identificarse con el alma. Una reorientación entonces tiene lugar, y un nuevo y autodirigido esfuerzo se inicia, el que está representando para nosotros en la historia de Hércules, el Dios-Sol. En el momento en que la altura intelectual ha sido lograda, el «Observador silencioso» despierta a la actividad. Hércules empieza sus trabajos. El ser humano, hasta aquí arrastra­do en el impulso de la marea evolutiva, y gobernado por el deseo de experi­mentar y por las posesiones materiales, se pone bajo el control del divino Morador. Emerge como el aspirante, se revierte, y empieza a trabajar a través de los doce signos del zodíaco, sólo que ahora trabajando desde Aries a Piscis por vía de Tauro (en sentido inverso a las agujas del reloj), en vez de trabajar en la ordinaria forma humana retrógrada, desde Aries a Tauro vía Piscis (en sentido de las agujas del reloj).

Finalmente, el enfoque cambiante de la vida y la firme aplicación a los doce trabajos en los doce signos, capacita al discípulo para llegar a ser el triunfante vencedor. Entonces puede comprender el significado del cuarto pensamiento clave y exclamar al unísono con la Deidad Cósmica: «Escuchen este gran secreto. Aunque estoy por encima del nacimiento y renacimiento, o Ley, siendo el Señor de todo lo que existe, pues todo emanó de mí, aún así aparezco en mi propio universo y soy por consiguiente nacido por mi Poder, Pensa­miento y Voluntad». (El Bhagavad Gita).

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Autor/origen:
Alice A. Bailey, «Los Trabajos de Hércules».
Visto en:
http://el-amarna.blogspot.com/

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7 comentarios

  1. Hace muchos años, leí a Alice Bailey. Recuerdo este fragamento que entonces no entendí en toda su granseza. Hoy estoy en condiciones de comprenderlo. Gracias por recodármelo en este momento de mi vida. Gracias por actualizarme. GRACIAS.

  2. Es verdaderamente una sensación muy positiva,agradable comprender y aplicar tanto de si mismo entre energías,maestros,luces que brindan una satisfacción mistica,intelectual,científica y espiritual…todo,todo fusionado de alguna forma astral! Gracias por siempre el querer,enseñarnos…fe lo tanto que hay…..

  3. He seguido de cerca los "Hercules-El hombre y el Simbolo" por el Dr. Kumar. Me gustaria saber si Hercules, reconocido como un Maestro, Es un Mito o es un Maestro desencarnado?

  4. me he emocionado muchisimo viendo a muchos de los maestros que yo he visto haciendo mis meditaciones y que de verdad no habia visto antes en ningun otro sitio.Vuestra pagina es maravillosa abre el alma y los sentimientos mas bellos. gracias

  5. ME parece una lectura interesantisima,el conocimiento es algo tan grande.YO me suelo decir,cambiate y cambiarás al mundo.A menudo se halla en nuestras manos los recursos que pedimos al cielo.Cuando más comprendo más amo,porque todo lo comprendido es bueno.Gracias amores

  6. alice. maestra entre los maestros, formacion espiritual que debemos emular, y transmitir como ella lo suguiere, gracias hermana del alma!

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