ME ENCANTA DIOS – Jaime Sabines
Poema en prosa de Jaime Sabines, México 1926 – 1999
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Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.
Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida, sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Massive Bang… Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.
Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja.
Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.
A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
JAIME SABINES (1926-1999)
Libros del autor:
FUENTE: https://mivozestuvoz.web/2018/08/05/me-encanta-dios-jaime-sabines/
LA MAGIA SEXUAL , EL KUNDALINI
En los Himalayas existieron siempre anacoretas penitentes, viviendo en cavernas solitarias; muchos de ellos ayunaban excesivamente, se alimentaban con plantas silvestres, raíces, etc. Esos anacoretas, bajo la dirección de sus Gurús, practicaban "Pranayamas", Raja-Yoga, Hata-Yoga, Gnana-Yoga, Bakty-Yoga, etc., etc., etc.; esos anacoretas creyeron que sólo a base de "Pranayamas", Yogas y ejercicios de toda clase, podían lograr la liberación final. Algunos de ellos, a base de tanta concentración, de tantos ayunos y mortificaciones, lograron diverso estados del "Shamadí" (porque uno es el simple "Shamadí", otro el "Nirvi-Kalpa-Shamadí" y hubo casos de sujetos que lograron el "Maha-Shamadí", querían la felicidad).
Durante el estado "Shamádico", la Esencia se desembotella, se escapa de entre el Ego, y se mueve entre el Gran Alaya del Universo; pero, pasado el "Shamadí", la Esencia vuelve al Ego. Desafortunadamente, aquéllos anacoretas nunca se entregaron a disolver los "agregados psíquicos" que en sí mismos constituyen el Ego; sólo se preocuparon por sus Mantrams, "Bandras", "Mudras", etc., creyendo que así lograrían la liberación final… Quienes lograron el "Maha-Shamadí", desencarnaron; entonces esas Esencias, desembotelladas, pudieron vivir en los "Planetas del Cristo", mundos donde existe una Naturaleza eterna que no está sometida a los cambios ni a la muerte, como la Naturaleza de nuestro mundo Tierra. Estos pudieron gozar de esa dicha cósmica, más no pudieron establecerse como moradores de tales mundos del Cristo, por el hecho mismo de no haber disuelto el Ego…
Pasado el éxtasis, aquella Esencia regresa al Ego; entonces se entra en una nueva matriz. Así es que, hoy en día, muchos de esos que pasaron como "santos" en el Tíbet, y como liberados, son en estos tiempos personas vulgares, comunes y corrientes.
En modo alguno deseo que ustedes vayan a caer en ese error. Se necesita llegar a la liberación final y no es posible esto, en sí mismo, si no se aniquila el Ego.
Hay que pasar por la "Aniquilación Buddhista", hay que tomar muy en serio el trabajo sobre si mismos… Existen por ahí ciertas "escuelitas" donde las gentes quieren despertar el Kundalini con Mantrams. Obviamente, tales gentes piensan que con "Mudras"y "Bandras", "Pranayamas", etc., podrían despertar la Kundalini. Ese es un modo muy incipiente de enfocar la cuestión de la liberación, pues la Kundalini-Shakti no despierta sino trabajando en la "Novena Esfera", en la "Forja de los Cíclopes", en la "Fragua Encendida de Vulcano". Más sucede siempre que algunos místicos-yoguines, que consiguen que ciertos corpúsculos ígneos de la Kundalini asciendan por "Sushumná", es decir, por la Médula Espinal, logran ciertos éxtasis y entonces ellos, entusiasmados en una forma errónea, dicen: "Ya desperté la Kundalini"… He ahí su error, porque la Kundalini no despierta si no mediante la Magia Sexual. No existe otro sistema, no lo he conocido en ninguna época de la Historia de la Humanidad. Conocí a los Lemures y a los Atlantes, fui testigo del nacimiento de esta Raza; conocí a los Hiperbóreos y a los Polares, conocí Humanidades de otros "Mahanvantaras" y nunca vi que alguien pudiera desarrollar la Serpiente Ignea de nuestros mágicos poderes, con procedimientos ajenos a la Magia Sexual. Así, pues, estoy hablando sobre hechos claros, concretos y definitivos.
Ahora bien, despertar la Kundalini no es todo. Los Mayas han dicho sabiamente: "No solamente necesitamos despertar la Serpiente, es necesario ser tragados pos la Serpiente" … Despertar la Serpiente es algo incipiente; ser "tragados por la serpiente", es diferente. Nadie podría gozar de los poderes de la Serpiente, si antes no ha sido "devorado por la serpiente". Esto lo ignoran, precisamente, todos aquéllos anacoretas-yoguines de los cuales hemos hablado esta noche.
Para ser "devorado por la Serpiente", se necesita indubitablemente, no sólo haber creado los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, sino además (y esto es lo más grave) haber reducido el Ego animal a polvareda cósmica. En modo alguno podría alguien lograr la unión con Dios, si antes no ha sido "devorado por la Serpiente"; jamás podría uno ser "devorado por la Serpiente", si previamente no ha disuelto el Ego animal.
Quien disuelve el Ego, es "tragado por la Serpiente"; aquél que es "tragado por la Serpiente", se convierte en Serpiente. Obviamente, todo aquél que se convierte en Serpiente, es devorado por el Aguila (el Aguila es el Logos). Así que, el Aguila altanera, tragándose a la Serpiente, símbolo cumbre de nuestro Pabellón Mexicano, representa, precisamente, ese fenómeno cósmico: el instante en que el Logos, el Verbo, la Palabra, el Señor, se traga a la Serpiente. Como consecuencia o corolario, la resultante en verdad, viene a ser la "serpiente emplumada".