Meditacion de la Isla del Ángel para recordar nuestro origen
Meditación para recordar nuestro origen
Buscaremos un sitio tranquilo para relajarnos. Vamos respirando y relajando cada parte del cuerpo.
Imaginamos que estamos frente a un precioso lago. Observamos un momento sus aguas tranquilas y transparentes. En el centro de este lago hay una isla boscosa. Reparamos que en la orilla hay una barcaza de madera y comprendemos que está ahí para nosotras.
Nos subimos, y a una orden mental nuestra se empieza a mover en dirección a esta isla. Al llegar, nos apeamos en la pequeña playa y observamos que la isla es un lugar hermoso y fértil.
Comenzamos a andar hacia el interior, donde un camino entre árboles y plantas de grandes hojas, parece conducir a algún lugar.
Algunas aves cantan a nuestro paso. Hay una humedad ambiente cálida y agradable. Al cabo de un rato llegamos hasta la base de un monte, éste tiene un pequeño camino ascendente, y decidimos subir por él. Vamos subiendo con comodidad pues la pendiente es suave.
Finalmente llegamos arriba y nos encontramos con un pequeño templete de cúpula blanca, sostenida por cuatro columnas redondas.
La vista desde aquí es maravillosa, podemos ver todo el bosque que puebla la isla y el agua azul profundo como si fuera un mar pacífico, rodeándola.
Y observamos como en éste momento el sol se oculta tras el horizonte con colores ocres y rojos. Mientras vemos este espectáculo, notamos que otra luz en el cielo se enciende y crece. Miramos intrigadas y comprobamos que esta luz de color azul se nos está acercando. Dejamos que se acerque más porque en este lugar nos sentimos a salvo. Y empezamos a distinguir una figura en el interior de esta brillante luz.
Ahora está muy cerca y vemos claramente unas grandes alas surgiendo de detrás de este ser.
Es nuestro ángel guardián. Entra en el templete y sentimos su preciosa energía de amor. Nos extiende sus manos y le damos las nuestras. La intensidad de su luz nos estremece. Y enseguida escuchamos su voz en nuestra mente con claridad.
“He venido a recordarte quien eres” nos dice. “Es tiempo de recordar cual es tu origen”. Entonces coloca una mano sobre nuestro pecho y notamos como sale una energía densa y oscura. “el dolor y el miedo no es natural en ti y por eso ahora sale fuera de tu cuerpo”. Nos sentimos ahora mucho más ligeras y felices.
Sentimos su mirada dulce y amorosa. “Tu origen es divino, eres una semilla de luz, y ahora es tiempo de germinar sobre la tierra”.
Nuestro ángel se acerca y nos abraza con su gran cuerpo de más de dos metros casi tres.
Y en este momento comprendemos que nada malo puede pasarnos pues somos seres de origen celestial e inmortales. Nuestra alma es inmortal y nosotros creadores sobre la tierra.
“Estoy contigo, yo creo en ti. Si tu crees en ti, todo lo que necesites se hará realidad en tu mundo”.
Ahora podemos sentir un gran poder dentro de nosotras, pues hemos atisbado esta verdad revelada por el ángel.
Podemos sentirlo sobre todo porque no tenemos miedo, nos sentimos ligeras, claras y felices. “Esta es tu verdadera naturaleza” Nos recuerda el ángel.
Quisiéramos estar siempre en su regazo, pero nos suelta con dulzura y empieza a elevarse y a alejarse.
Le damos las gracias mientras se marcha, aunque sabemos que en realidad estará siempre con nosotras.
Regresamos por el sendero descendiendo despacio, disfrutando de la bella naturaleza.
Al llegar a bajo caminamos hasta la playa, subimos a la barca, esta nos conduce hasta la orilla.
Allí nos tumbamos, respiramos lentamente para regresar a nuestro cuerpo, y a la habitación.
Angeles Saloa- Maestra y Terapeuta Reiki, canalizadora de Angeles y seres de luz
Fuente-.