Mensaje del Maestro Ritzua y Madre Mileila: Sabiduría y felicidad. Canalizado por Fernanda Abundes
El juego de la mente resulta paradójico… cuando el ser se está acercando más a la verdad, duda; cuando el ser está más determinado para tomar aquellas grandes decisiones es cuando más teme; cuando el ser está determinado que vive en la felicidad es cuando entonces se da cuenta de que no es feliz con lo que está decidiendo, porque se está alejando de la felicidad colectiva; es entonces donde absolutamente todo, traería conflictos si lo piensan desde ese punto.
Deben de entender con sabiduría que hacer lo correcto, tomar determinaciones, vivir en lo que uno busca, tiene que estar en sintonía sí con el mundo, pero sobre todo resonar con todo lo que nosotros representamos como seres constantes que vienen a aprender a la vida.
Sabiduría no es pensar solo con la mente es pensar también con esa gran conciencia y considerar que siempre habrá un punto de quiebre para cualquier determinación si es que ustedes lo buscan constantemente.
Sean sabios en las determinaciones, sean profundos en las decisiones pero sobre todo sean constantes en valorar. Vivan para existir y solo se puede vivir para existir estando conscientes de que el aquí y el ahora se hicieron para actuar, no para dudar tanto, porque aquel que duda tanto pierde vida, pierde existencia, pierde determinación; deja entonces de aprender.
Agradecido del llamado y feliz de estar aquí.
Sé que los seres piensan… ¿y ahí son felices?
Por supuesto que somos, somos felices cuando vemos que son felices; ¿llegamos a sentir tristeza? ¿llegamos a sentir cierto conflicto? Sí, cuando quisiéramos ayudar más y no podemos cambiar su historia para que ustedes no sufran o no vivan la tristeza o el enojo; no obstante, es un aprendizaje y eso ya lo hemos entendido nosotros.
Pero también soy muy feliz cuando veo a mis pequeñas amigas flores porque están aquí con los humanos y eso me hace pensar que si yo soy tan feliz al verlas, ustedes serán igual de felices cuando están junto a ellas. Me causa tanta felicidad observar la magia de la naturaleza en crear algo tan hermoso, algo que de pronto puede dañarnos pues tiene espinas pero que al final nos muestra que el esplendor no está en lo que daña sino en lo que subsiste; en cómo se recuerda a la flor, por su bello color y su gran aroma y no por lo que sufre.
Igual es el humano, ¿tiene conflictos? sí; ¿ha cometido errores? quizás; pero al final no se recuerda por ello. Se debe de recordar por su grandeza, por su acierto, por la maravilla de su existencia.
Así deben de ser ustedes con ustedes mismos; por eso soy tan feliz porque una rosa es un espejo en el alma de un ser humano.
Estaré trabajando con todos ustedes…
Hasta otro instante y recuerden que el instante no se puede cuantificar, por lo tanto, sin observar en que momento de la realidad, por siempre ahí disfrutando la eternidad.