Mensaje de Madre Mileila por Fernanda Abundes: Una historia para reflexionar

Geny Castell

Madre Mileila

Muchas veces ustedes consideran que el Magno, el Todo, aquel ser supremo no escucha. Escucha, pero consideran que lo dará cuando él quiera, más bien lo da cuando ustedes lo requieren y ustedes piensan: “pero siempre lo necesito y a veces tarda”. Los tiempos del Magno son perfectos porque recuerden que ese tiempo es tan relativo, que Él sabe en qué justo momento si y cuando no. 

Bien… 

Estaba entonces un niño como todos los días, aquel niño que de pronto pasaba un poco de hambre y él sólo quería una rebanada de pan, medía bastante el alcance y también media su necesidad; el Magno, el gran sabio lo vió como un acto de bondad porque él no quería más allá sólo lo que necesitaba. Él sabía que podía darle algo mucho más grande pero él solo quería una rebanada de pan.

Un día llegó el gran sabio y le dijo: «Extiende las manos que te voy a dar aquello que tanto has pedido”,  entonces el niño puso las manos y Él le dio una rebanada de pan. 

Aquel día el niño fue tan feliz que la comió de inmediato, la comió tan rápido que él pensó que le iba a dar otra rebanada de pan pero al final, fuimos justos con la idea, él pidió una rebanada de pan. 

Y bien… así fue durante siete días, todos los días el Magno, el gran sabio le decía: «extiende las manos te daré aquello que has pedido» y le daba una rebanada de pan. 

De pronto el ser se acostumbró tanto que esa petición y ese interés por vivirlo se convirtió en algo tan cotidiano que se dejó de agradecer la oportunidad y no tanto la oportunidad que se tenía del Magno, sino la oportunidad de él por poder disfrutarlo. 

Llegó el octavo día y el sabio no llegó, pero él tampoco pidió el pan. Se le olvidó pedir porque él lo daba por hecho y se le olvidó plantear cuál era la necesidad de aquel día. Él se sintió molesto, se sintió molesto porque aquello que había determinado como parte de una misión, se convirtió en una obligación de vida sin agradecerse a sí mismo todo lo que tenía en el día a día. 

De pronto tuvo grandes situaciones, se le olvidó agradecerse a sí mismo, se lo olvidó también agradecerle al tiempo y a la oportunidad de vida, como tal del Magno pero aún así, el Magno nunca genera castigos sólo aprendizajes y cuando nos deja un poco que valoremos la idea, no es para darnos menos es para darnos más. 

 

Cuando el pequeño niño se dio cuenta que ya no tenía más el pan, hizo la expresión que todos hacen cuando ya no hay nada: “¿donde está?” y esa es la expresión que el Magno busca para ustedes porque les hace abrir las manos, porque va a entregarles algo mucho más grande, no se los ha quitado y necesitan abrirlas porque ya no cabría con las manos juntas. Cuando ya no hay nada es porque algo mucho más grande viene para ustedes y necesitan tener las manos tan abiertas y tan fuertes para para poderlo soportar y cargar. 

Y es entonces, cuando llegó no sólo una rebanada de pan sino una gran pieza y desde entonces todos los días el niño agradece porque se da la oportunidad de vivirlo. 

Esa es la idea de la Nada… cuando Nada existe lo es TODO, Es la misma definición del gran Magno. Ustedes siempre vean que lo que tienen deben de agradecerlo a ustedes mismos, -claro que sí hay quien lo hace- por la oportunidad de vida que tienen para poder constatar que en ello hay un gran aprendizaje.

   

Estaré trabajando con todos ustedes…

Recuerden que todo lo que uno necesita es cuestión de pedirlo, el tiempo es perfecto y llega cuando debe de transformarse. 

Mensaje canalizado por Fernanda Abundes (Puebla, Mexico)

Publicado por Geny Castell redactora de la gran familia de hermandadblanca.org

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