Mi intención en el Lienzo

Se podría decir que comencé a pintar por ganarle una apuesta a mi esposo o eso es lo que pensé en su momento. Mirando hacia atrás y al pasar de lo años me doy cuenta que alguien más había trazado ya su plan y que cada una de las pintura que creara serían una lección espiritual para mi crecimiento.

En mis primeros años como pintora, a pesar de tener fijo en mi corazón la temática de la obra en la cual me debía enfocar, oscilaba constantemente en frustración por querer forzarme a pintar algo que no estaba dentro de lo que mi espíritu buscaba. Por momentos buscaba lograr producir pinturas más comerciales y económicamente rentables, ya que varias personas en el ambiente artístico y fuera de él, me sugerían que el positivismo de mi obra y esa paz que mis pinturas reflejaban no era necesariamente lo que las galerías buscaban en estos tiempos.

Definitivamente era una lucha entre mi ego y mi luz interior, debido a eso comencé a darme cuenta de la separación entre lo que realmente somos y lo que creemos importante.

Después de ir de un lado al otro con mis intentos, llegue a la conclusión de que debía seguir con lo que sentía y no con resignación, si no con esa entrega que se hace con la confianza de estar en buenas manos y de hacer lo correcto. Al fin y al cabo, si hubiera sido de otro modo hubiera preferido dedicar mi tiempo a otra cosa, ya que la pureza, el amor y la paz querían reflejarse en el lienzo, sin importar tendencias de modas o mercados.

Estaba en mis manos pintar, sin embargo la temática de mis obras ya estaba decidida de antemano. Y así, sin importar que mi trabajo parezca pequeño, por mis tres hijos maravillosos, por mi misma, y por cualquier persona que al ver mis pinturas sienta, aunque sea por un momento, algo de paz decidí continuar con mi trabajo.

Mi inspiración, desde el inicio, se ha volcado con gran insistencia hacia nuestra energía femenina. La mujer representada como madre, compasión y amor,  la parte más sutil y etérea del ser humano….la parte creadora del universo. Con esta idea se forma una serie de obras que años atrás se presentaron bajo la exposición » Lado Femenino», explorando así el concepto de unidad entre nosotros y la naturaleza, logrando una fusión entre la mujer y su entorno, llegando así al punto donde ella y la rosa se vuelven una.

En los últimos de esta maravillosa experiencia he aprendido aun con mayor certeza a aceptar que mis pinturas no son mías, que se presenta a través de mi. Que vienen con un mensaje tal vez para pocos o tal vez para muchos. Algunos me han dicho que es energía que se plasma en el lienzo y que es una forma de canalizar. Yo no sé mucho de nada, pero si sé que cuando termino una pintura, aprendo y al aprender se desvela un poco más mi mente.

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