Mitología Griega: Las historias y leyendas detrás de los Signos del Zodíaco
«Para conocer una ciencia es necesario conocer su historia.»
Auguste Comte.
Todos hemos escuchado sobre los Signos del Zodíaco (del griego ζῳδιακός: zodion, «pequeña imagen de animal»; -ikos, «relativo a») y de sus referencias a leyendas de la mitología griega. Pero, ¿conoces realmente las historias de las que se desprenden estos signos y sus significados?
Pues bien, quiero dar inicio a un ciclo de artículos en relación a las leyendas detrás de los signos que tanto nos identifican a la cultura occidental al día de hoy.
En esta primera entrega, hablaremos de algunos de los mitos de los primeros tres signos del zodíaco: Aries, Tauro y Géminis. Cabe recordar que son muchos los mitos que explican estas referencias, los que pondré a continuación son sólo algunas de las versiones que encuentro más interesantes.
Sin más preámbulos, pasemos a lo importante.
Mitología griega de Aries, el Carnero Dorado
La primer constelación del zodíaco es Aries, el Carnero.
En la Mitología Griega de Aries, simboliza la bestia de lana dorada que protegió los hijos de Néfele y Atamante.
Atamante, el Rey de Coronea, tuvo con su primera esposa Néfele (Nube) dos hijos: un niño a quien llamó Frixo y una niña, Hele.
Luego de separarse de Néfele, se junta con su segunda esposa Ino, hija de Cadmo rey de Tebas, con quien tuvo otros dos hijos: Learco y Melicertes.
Ino sentía una extrema envidia de los primeros hijos, sobretodo de Frixo, y planea matarlos para asegurar los derechos sucesorios de sus propios hijos.
Así, arruina la cosecha de maíz y logra que el rey Atamante, en vistas de esta catástrofe y sin sospechar el plan de Ino, envíe mensajeros al Oráculo de Delfos para lograr hacer las paces con los dioses.
El mensajero, bajo órdenes de la reina, dice al rey que era deseo de los dioses que sacrifique al príncipe Frixo en un ritual y Atamante, dolido y desesperado, accede.
Según la leyenda, Néfele, luego de que el rey se negase a salvar a sus hijos, decide protegerlos asignándoles un guardián: un Carnero cuya lana era de dorada que había sido presentado ante ella por Hermes.
Huyendo del sacrificio
Según la mitología griega, este carnero devoto de la reina Néfele y sus hijos, monta a los herederos en su espalda y comienza a viajar por los cielos lejos de las garras de Ino.
Lamentablemente, sobrevolando un manto de agua, Hele resbala y cae al agua, donde muere. El lugar fue conocido antiguamente como Helesponto en honor a ella, actualmente Estrecho de los Dardanelos ubicado entre Europa y Asia.
Frixo, por el contrario, llega a refugiarse en las costas al este del Mar Negro, y posteriormente se casará con Calcíope, hija del Rey Aetes.
Dice la leyenda que el príncipe, en señal de agradecimiento, sacrifica al carnero en honor a Zeus y le obsequia la lana dorada al rey, quien la coloca en un lugar sagrado custodiado celosamente por un horrible dragón que nunca duerme (de donde Jasón y los argonautas deberán rescatarlo en la leyenda del vellocino de oro).
Es así que Zeus inmortaliza al carnero por su coraje ordenando las estrellas en la constelación de Aries.
Tanto en esta cultura como en la babilónica, egipcia, persa y romana, Aries es simbolizado con un carnero.
Mitología griega de Tauro, el Toro
En la Grecia antigua, la mitología de Tauro nos recuerda la historia de amor entre Zeus y Europa, la hija favorita del rey Agenor de Tiro, Fenicia.
Zeus, consciente de que su aparición asustaría a la hermosa Europa, se disfrazó como un toro blanco de pelo plateado como la luna. La princesa, paseando entre las reses de su padre, se sintió fascinada por este hermoso animal y se acercó a él, que se arrodilló ante ella para dejar que lo monte.
Con la princesa en su lomo, el toro caminó hasta la costa del mar y comenzó a nadar mar adentro, donde ella no podía escapar. Así, se trasladó hasta la isla de Creta, donde volvió a su forma original.
Zeus y Europa
Seduciendo a la doncella, dice la leyenda que Zeus le dijo que toda la esa tierra que se extendía ante sus ojos ahora le pertenecía. Ese gran país sería luego conocido como el gran continente de Europa.
Ella tuvo con Zeus tres hijos. El primero es Minos, que sería el futuro Rey de Creta, quien construiría un laberinto para albergar a un toro diferente: El Minotauro, eventualmente asesinado por Teseo; El segundo es Radamantis, uno de los 3 Jueces de la Muerte; el tercero es Sarpedón, fundador de Mileto en Asia Menor.
En el antiguo Egipto, Taurus fue asociado con Apis, un dios toro encarnación del dios Osiris, idolatrado en la región de Menfis.
Lo curioso es que esa constelación fue asociada a un toro desde la cultura de Babilonia.
Mitología griega de Géminis, los mellizos
En esta leyenda griega de Géminis, Zeus nuevamente hizo de las suyas. Enamorado de Leda, la reina de Esparta, se transforma en cisne para acercarse y logra estar con ella la misma noche que su marido, el rey Tindáreo.
Según la mitología, influenciada por la cópula con Zeus en forma de cisne, la reina puso dos huevos. De uno de ellos nace Cástor y Clitemnestra (futura reina de Micenas), mortales hijos del rey, y del otro Polideuco y Helena (quien sería la causa de la guerra de Troya), inmortales hijos de Zeus.
Cástor y Polideuco, los mellizos varones, crecieron para ser inseparables. Audaces y aventureros, fueron médicos y defensores de la humanidad. Formaron parte, a su vez, del equipo de héroes conocidos como los Argonautas (dentro de los cuales se encontraba también Hércules) que comandados por Jasón buscarían el vellocino de oro, y según la leyenda, los mellizos darían el final de una violenta y peligrosa tormenta que les impedía cumplir con este objetivo.
También fueron destacados en los deportes: Cástor era jinete y Polideuco, boxeador.
Origen de la constelación
Según la mitología griega, los hermanos se enamoraron de dos hermosas hermanas que ya estaban comprometidas con sus primos Idas y Linceo, hijos de Poseidón, dios de los océanos. Ellos los desafían a un combate, en el cual Cástor recibe un lanzazo de Idas y muere.
Sobrepasado por la pena, Polideuco sabía que suicidarse no era una opción por su condición de inmortal. Entonces, le pide a Zeus que lo deje morir con su hermano.
Dice la leyenda que el dios, conmovido por el amor que Polideuco le tenía a su hermano, le permitió que juntos pudieran que morar un día en el inframundo de Hades como mortales y un día en el Olimpo como inmortales, pasando de la luz a la oscuridad por el resto de la eternidad (lo que quizás explique los cambios temperamentales de los geminianos).
Luego Zeus, sabiendo que habían sido completamente caballerosos y honrados en su vida en la tierra, posicionó sus almas divinas juntos en los cielos lado a lado.
Se han reconocido símbolos de la constelación de Géminis en las monedas griegas y romanas, así también como en piedras babilónicas.
“Los mitos y los credos son luchas heróicas para comprender la verdad en el mundo.”
– Ansel Adams
Todos hemos escuchado sobre los Signos del Zodíaco (del griego ζῳδιακός: zodion, “pequeña imagen de animal”; -ikos, “relativo a”) y de sus referencias a leyendas de la mitología griega. Pero, ¿conoces realmente las historias de las que se desprenden estos signos y sus significados?
En esta segunda entrega hablaremos de los siguientes tres Signos del Zodíaco: Cáncer, Leo y Virgo. Nuevamente debo aclarar que hay muchas versiones de los orígenes e interpretaciones de las distintas constelaciones. Esto puede que se haga evidente sobretodo en Virgo en este artículo. De cualquier manera, he tratado de seleccionar las leyendas más reconocidas y completas para cada uno.
Pues bien, sin mayores introducciones, vamos a lo importante.
Mitología griega de Cáncer
En la mitología griega, Cáncer tiene una participación en las legendarias 12 tareas de Hércules, y le debe su vida y su destrucción a él.
Cuenta la leyenda que Hera, reina del Olimpo, celosa de Hércules por ser hijo de Zeus y Alcmena, hace que el héroe en un ataque de locura mate a su mujer, hijos y dos de sus sobrinos con sus propias manos. Y profundamente arrepentido se aísla del mundo y va a vivir sólo en tierras salvajes donde es encontrado por su hermano Ificles.
Hércules, convencido por este, decide visitar el oráculo de Delfos para redimirse de este acto. En penitencia por sus acciones, la sibila délfica le ordena realizar las tareas que sean encomendadas por Euristeo, quien había usurpado su lugar en el trono.
Este es el comienzo de las famosas 12 tareas de Hércules.
Pues bien, su segunda labor fue la de combatir y vencer a una horrible serpiente monstruosa de nueve cabezas (el número de cabezas varía según la versión) conocida como La Hidra de Lerna, hija de Tifón y Equidna (una monstruosa ninfa), quien guardaba una de las entradas al inframundo.
Carcinos, el Coloso
Es sabido que Hera, esposa de Zeus, odiaba y quería ver muerto al héroe, y dice la leyenda que envió a Carcinos, un cangrejo coloso a importunar a Hércules mientras combatía con la Hidra.
Mientras la batalla se llevaba a cabo, Carcinos comenzó a picar los pies de Hércules con sus pinzas, distrayéndolo, y casi le ocasiona la derrota. Sin embargo, logra matar al cangrejo y luego encargarse de la Hidra con ayuda de su sobrino Yolao.
Hera, si bien no quedó feliz con el resultado, no se olvidó del sirviente que había sacrificado su vida a su servicio y elevó en los cielos su imagen.
Existe la teoría de que el origen de Cáncer sea mucho anterior a los griegos, probablemente por influencia mesopotámica. Pues esta constelación aparece bajo en nombre de Al·lul, “cangrejo” en sumerio.
Mitología griega de Leo, el León de Nemea
Leo es otro signo que le debe su significado y su muerte al hijo de Zeus y Alcmena, Hércules, y a la primera de las 12 labores encomendadas por el Rey.
En esta oportunidad, el héroe es ordenado a vencer y matar al gigante León de Nemea. Y para probar su victoria, debía llevarle la piel de ese invencible monstruo al rey.
Según la mitología griega, el León de Nemea era, al igual que la Hidra, descendiente del monstruo Tifón y la ninfa Equidna. Sus garras eran más filosas que cualquier espada mortal y su piel dorada era una impenetrable armadura. Además era poseedor de una gran fuerza. Este monstruo moraba las tierras de Argólida, aterrorizando a todo aquel que se atreva a acercarse demasiado a las colinas de Nemea. Cuenta la leyenda que secuestraba a las mujeres indefensas y las llevaba a su cueva, atrayendo a los caballeros que osen querer rescatarlas. Se dice que cuando estos llegaban a su cueva, veían una mujer lastimada, y al acercarse, esta se transformaba en el león, quien los mataba y ofrecía sus huesos al Hades.
De cualquier manera, esta primera tarea de Hércules comienza en un pueblo llamado Cleonas, donde se hospeda en la casa de un hombre pobre llamado Molorco.
Enfrentando al Monstruo
Luego de buscar al León durante un tiempo por las colinas, Hércules lo encuentra y comienza a intentar herirlo con sus flechas. El héroe griego sabía que el León no solamente era más grande, sino más vehemente y potente que las demás bestias. Pero desconocía su principal ventaja, y era que no existía madera, metal o piedra que fuera capaz de perforar su piel.
Sin embargo logra con sus flechas espantarlo y guiarlo hacia su cueva, donde Hércules deja sus armas y lo enfrenta con sus propias manos.
Luego de una árdua batalla, logra llevar al León al piso y estrangularlo.
Una vez vencido el León, Hércules usa las garras de una de sus patas para extraerle la piel, y la viste como una capa impenetrable.
Se dice que esa armadura le dio la protección y el carácter de un León, sin los cuales no hubiera podido terminar con el resto de sus tareas.
Zeus, admirado por la proeza de su hijo, ubicó la imagen del León de Nemea en los cielos bajo el nombre de Leo.
Mitología de Virgo
La leyenda de Virgo es difícil de especificar, pues hay muchos personajes femeninos a lo largo de la mitología. Virgo ha sido asociado con casi cada diosa importante.
Si bien hay demasiadas historias que pueden ser contadas aquí, sólo he incluído aquellas que son más reconocidas.
La imagen de Virgo ha sido adjudicada al mito de Isis, Ceres, Astrea, Deméter, Ishtar y hasta María (la madre de Jesús).
En la mitología babilónica, la constelación de Virgo era conocida como AB.SIN, “surco de semillas”. Esta representaba la espiga de maiz de la diosa Shala.
En la antigua Babilonia también se la relacionaba con Ishtar, la Diosa de la Procreación, que bajó al Hades a recuperar a su esposo, Tammuz el pastor, que había sido secuestrado.
Para la mitología egipcia, Virgo es Isis, la encargada de introducir en la humanidad la práctica del matrimonio, la medicina, maternidad y brujería.
En la mitología Romana, esta constelación se relaciona con Ceres, la diosa del trigo equivalente a la diosa Deméter griega.
También en la antigua Roma, Virgo ha sido relacionada con Prosepina, la equivalente de la griega Perséfone. Esta diosa era conocida como la Doncella Portadora del Trigo, y era la hermosa hija de Ceres y Jupiter.
Hay quien relaciona a Virgo con la inmaculada concepción. Su símbolo parecería estar marcado con las letras MV (por Maria Virgo, o Virgen María). Es por eso que hay quien la relaciona con la Santa Madre.
Si hay algo que es seguro, es que esta constelación está relacionada a la fertilidad.
Mitología Griega de Virgo
La imagen más reconocida de la constelación de Virgo es la de la diosa Astraea.
Astraea, la Doncella de las Estrellas, era la hija de Zeus y Themis. Ella fue la última de los dioses en convivir con los seres humanos en los años del Alción, que es un nombre con el que se conoció a los tiempos de paz. Tanto ella como su madre fueron la encarnación misma de la justicia.
Ella se elevó a los cielos para convertirse en la constelación de Virgo, y la balanza de la justicia que ella sostenía fue reconocida luego como la constelación vecina de Libra.
De esta manera damos por finalizada esta segunda entrega con las diferentes leyendas sobre las históricas interpretaciones de las constelaciones astrológicas.
La mitología griega quizás sea una de las más complejas e interesantes de todos los tiempos. Pues también varían las historias que la componen, como varían las interpretaciones del cosmos.
Todos hemos escuchado sobre los Signos del Zodíaco (del griego ζῳδιακός: zodion, «pequeña imagen de animal«; -ikos, «relativo a«) y de sus referencias a leyendas de la mitología griega. Pero, ¿conoces realmente las historias de las que se desprenden estos signos y sus significados?
En esta tercera entrega, podremos ver la diferencia entre las leyendas de uno de sus signos más jóvenes, como es Libra, y uno de los más antiguos, Escorpio.
Podrán observar la cantidad de versiones y profundidad de las leyendas de uno y otro signo, lo cual no implica, obviamente, la importancia de cada uno.
Sin más, vamos a lo importante.
Mitología de Libra
En lo que respecta al Zodíaco, Libra es uno de sus signos más joven. Su constelación yace entre Virgo al oeste y Escorpio al este, y es el único signo que es simbolizado por un objeto inanimado. Todos los demás son personas o animales.
Antiguamente, las garras de Escorpio fueron lo que simbolizó a Libra, no una balanza.
Según el Zodíaco creado por los antiguos babilonios, los signos eran once en total.
En la antigua Mesopotamia, la balanza estaba representada por un brazo y las dos bandejas, sin ninguna base. Sin embargo, colgaba de una cuerda desde el centro de una extremidad y esa imagen se asemejaba también a un escorpión colgado de la cola con sus dos pinzas hacia abajo.
Y aparentemente podría haber tenido lugar una confusión con las traducciones, puesto que la palabra arábiga “zubana” y la acadiana “zibanu” significan respectivamente “escorpión” y “balanza”.
Al principio los griegos la llamaban Chelae Scorpionis. Luego, con el correr del tiempo, empezaron a interpretar que se trataba de una balanza sostenida por Astrea (Virgo), la Doncella de las Estrellas. Se dice que desde allí ella pesaba las obras de los hombres antes de presentarlos ante Zeus.
Leyenda mitológica de Escorpio
La leyenda de Escorpio posee una gran variedad de historias. Sin embargo, la constelación de Orión figura en todas ellas.
Orión el cazador fue un héroe griego, hijo de Poseidón y Euríale (hija de Minos, rey de Creta), y se destacó tanto por su gran tamaño como por ser atractivo y encantador para las mujeres. En muchas de las traducciones, Apolo sentía celos por la atracción que el héroe ejercía sobre su hermana, la diosa Artemisa. Entonces le envía un escorpión para que lo envenene y mate.
De esa manera, Orión muere a causa de este animal, y Apolo, lleno de arrepentimiento y culpa, coloca a Orión en los cielos junto con la ayuda de su hermana. Y luego, coloca a Escorpio como recordatorio de su pecado.
Se dice que cuando Escorpio se ve en la noche, Orión comienza a desaparecer por el otro lado del cielo, huyendo de su picadura mortal.
En otra leyenda sobre este signo, Artemisa mata a Orión por error.
Eos, la diosa griega de la Aurora, gustaba de conquistar jóvenes apuestos y llevarlos a la cama. Así, invita a Orión, quien accede. Estando ambos juntos, el héroe comienza a jactarse de ser capaz de asesinar a cualquier criatura salvaje existente en la tierra.
Apolo, que defendía a los animales, fue convencido por Gaia, diosa de la Tierra (o Hera, según la versión) a enviar un gigantesco escorpión de fuerte coraza a picar y así matar al héroe.
Huyendo del escorpión, Orión se mete al océano y Artemisa, que estaba profundamente enamorada de él, comienza a disparar flechas contra el animal que lo perseguía. Estando ambos bajo el agua, la excelente tiradora le descarga su arco contra una mancha negra que burbujeaba.
Irónicamente, la piel del animal no podía ser penetrada por las flechas, pero Orión que en ese frenesí es alcanzado por una de ellas muere trágicamente.
Así, Artemisa eleva a su amado a los cielos donde hasta el día de hoy es perseguido por el gran Escorpio.
Artemisa y el escorpión
Otra versión de la leyenda de este signo cuenta que Artemisa envía al escorpión a lidiar con Orión. Algunas dicen que por envidia pues el héroe era mejor cazador que ella, otras porque él gustaba de cazar animales por diversión.
Sin embargo, la más renombrada de estas leyendas es que Orión había ido a Creta a cazar y pasar tiempo con Artemisa y su madre Leto. Estando allí, comienza a jactarse de matar a todas las criaturas que caminasen y las diosas, enojadas, le envían el escorpión.
Según esta leyenda, ambos mueren, pero la batalla fue tal que incluso Zeus la notó, y puso a ambos entre las estrellas.
Orión, de esa manera, es una representación y a la vez una amenaza de lo que puede suceder si los humanos no aprendemos a moderar nuestros instintos de orgullo.
Otra leyenda dice que luego de un encuentro casual con las Pléyades, Orión se enamora apasionadamente de su elegancia y empieza a perseguirlas. Ellas eran las siete hijas del titán Atlas y la ninfa Pléyone, llamadas Maya, Electra, Alcíone, Táigete, Estérope, Celeno y Mérope, y el héroe las busca por toda la tierra.
Artemisa, gran amiga de las hermanas, envía el escorpión para defenderlas del acosador, y porque se sentía herida por la incansable persistencia con que Orión perseguía a estas mujeres. Bueno, el era un cazador a fin de cuentas.
En otra versión, Orión logra dar con las hermanas y Artemisa, desesperada, le ruega a Zeus que la ayude a alejarlo. Así, el dios convierte a las Pléyades en las estrellas que vemos hoy y las aleja de la tierra.
Irónicamente, Artemisa se queda sin sus amigas y explota en furia, desquitándose con Orión y convenciendo a su hermano Apolo de enviar el escorpión.
En representación de esto, Zeus coloca a Orión en el cielo en una persecución eterna con las Pléyades, y cerca de Artemisa, la diosa Luna.
Sin importar qué versión del signo te guste, la vida y muerte de Orión y la persecución con Escorpio se repite constantemente. Orión es el opuesto de Escorpio en el cielo, localizados a 180° el uno del otro, y el héroe “muere” desapareciendo de vista cuando la constelación de este signo aparece entre las estrellas.
Sus historias están unidas para siempre.
Escorpio es, de hecho, uno de los primeros signos en la cultura mesopotámica, pues anunciaba el comienzo del otoño.
De esta manera damos por finalizada la tercera entrega de este ciclo. Es muy interesante ver cómo a lo largo de la historia y las distintas culturas, las leyendas de cada constelación adquieren nuevos colores y detalles. Sin embargo, todas cuentan una historia que está escrita en nuestros cielos.
Una historia de amores, de guerras, de honor y traiciones.
La historia misma del hombre y su deambular en el mundo.
«El mito es el grado de transición inevitable
e imprescindible entre el inconsciente y el conocimiento
consciente.»Carl Jung
Todos hemos escuchado sobre los Signos del Zodíaco (del griego ζῳδιακός: zodion, «pequeña imagen de animal«; -ikos, «relativo a«) y de sus referencias a leyendas de la mitología griega. Pero, ¿conoces realmente las historias de las que se desprenden estos signos y sus significados?
En esta cuarta entrega, dos más de las interesantes leyendas de los signos que componen a la mitología griega y la astrología como la conocemos el día de hoy. En esta oportunidad, Sagitario y Capricornio.
Pasemos a lo interesante.
Mitología Griega de Sagitario
En la mitología griega, Sagitario es representado por El Centauro (mitad caballo, mitad hombre).
Estos eran considerados como bebedores, salvajes, adúlteros, engañosos y no dignos de confianza por parte de los hombres. Sin embargo, cuenta la leyenda que uno de ellos se diferenciaba del resto por ser dócil, sensible y de gran corazón. Su nombre era Quirón, hijo de Fílira y Cronos, y debía su forma al hecho de que su padre había tomado la forma de un caballo para poder evadir a su esposa Rea y así poder estar con Fílira.
Quirón había sido entrenado por Apolo y su hermana Artemisa, y creció con un gran desarrollo de la diplomacia, la aventura y el coraje, además de un increíble manejo del arco.
Es en todas las leyendas que Quirón es reconocido como la figura de la constelación del Centauro o Sagitario. De hecho, se dice que su arco apunta al corazón de Escorpio, defendiendo a Orión de un nuevo ataque.
Como está establecido en la mitología griega, Quirón el Centaura era indomable y tempestuoso, pero muy sensible. Por esto fue amado por todos los dioses griegos.
Tanto es la estima que los dioses le tenían que le enviaron a sus hijos a ser discípulos de él.
Quirón no era solamente un instructor, también fue filósofo y un gran médico. Entre sus estudiantes se encontraban Hércules, Aquiles, Jasón, Cástor, Polideuco y Asclepio, quienes aprendieron de él sus dotes medicinales.
En uno de los mitos de Sagitario, Hércules, luego de un largo viaje, para en una taberna a tomar una copa de vino. Según esta leyenda, el vino que le fue servido era de primera clase, pues pertenecía a los centauros. Estos, al oler el aroma de la botella abierta, entraron en cólera y galoparon a su encuentro. Hércules, enojado, comienza a pelear contra los centauros y luego de vencer a varios, espanta con flechas envenenadas a los demás. Quirón, que no había participado en la lucha, había permanecido a distancia observando toda la situación. Sin embargo, Hércules compenetrado en toda la acción y no pudiendo distinguir a su maestro a la lejanía, lo hirió con una flecha.
El padecimiento de Quirón
Si bien esta herida era fatal, Quirón no podía morir por ser hijo de Cronos. Pero eso no le impedía el dolor y la agonía que el veneno de la Hidra de Lerna le provocaba.
No existía meditación ni práctica médica que lo alivianara, así que Quirón utilizó su padecimiento para librar a otro que también padecía.
Prometeo era un titán, hijo de Jápeto y la oceánida Asia (o Clímene), que había hecho enojar a Zeus robando el fuego del Olimpo y entregándolo a los humanos que lo tenían prohibido.
Fue por eso que Zeus envió a Pandora a abrir la caja donde estaban todos los males para castigar a la humanidad, y a Prometeo lo castigó encadenándolo a una roca gigante y enviando a un águila a devorar su hígado todas los días, pues siendo este inmortal, el órgano le crecía todas las noches.
Según una versión de la historia, Quirón ofrece su inmortalidad para reemplazar a Prometeo en su castigo, y de esta manera los hombres pudieran tener el fuego y el titán, su libertad.
Zeus, que había atestiguado todo lo que sucedía, sabía de la angustia que sentía su hijo Hércules por haber herido a su maestro.
Entonces decide darle a Quirón un lugar de descanso en el cielo como la constelación de Sagitario, el arquero, en reconocimiento a su benevolencia.
Según la Mitología Babilónica, se cree que la constelación de Sagitario hace referencia a Enkidu (creación de Enki), un hombre de gran fiereza criado por bestias. Este fue íntimo amigo y compañero de aventuras de Gilgamesh de Uruk (quien se cree que personifica a Orión) y representación de la vida silvestre.
Mitología Griega de Capricornio
Es interesante que la representación original de este signo se da por un animal mitad cabra, mitad pez. Aunque es común verlo representado en la actualidad como una cabra. Y hay varias leyendas que explican esta figura. Sin embargo, una de las que hallé más interesantes y de las que encontré menos información en español es la leyenda de Pricus, el inmortal padre de las cabras de mar.
De hecho, los griegos en su mitología hablan de estas criaturas híbridas. Siendo Pricus hijo de Cronos, compartía con él su capacidad para manipular el tiempo. Él y sus hijos vivían en el mar, eran capaces de hablar y poseían una gran inteligencia. Sin embargo, sentían una gran atracción por la costa.
Cuenta la leyenda que cuando las cabras de mar, ayudadas por sus patas delanteras, salían de agua, quedaban fascinadas por el sol y se echaban a descansar. Y de esa manera iban perdiendo su inteligencia y sus colas de pez, transformándose en una cabra como las que conocemos hoy.
Aceptación de Pricus
Pricus, desesperado por estar perdiendo a sus hijos, volvía el tiempo atrás para advertirles, impedirles y hasta prohibirles que se acerquen a la costa. Sin embargo, una y otra vez las cabras de mar no lo escuchaban y salían a encontrarse con su destino.
Eventualmente, y después de haberlo intentado todo, decide rendirse. Observando angustiado mientras perdía a toda su descendencia, le pide a su padre que lo ayude. No quería ser la única cabra de mar en el mundo, así que le pide que lo deje morir. Aunque siendo él inmortal, eso no estaba entre las posibilidades.
Cronos, apiadándose de él, lo extrae del mar y lo eleva hacia la noche estrellada, donde quedaría por siempre observando a sus hijos desde arriba como la constelación de Capricornio.
Quizás estuvo fuera del agua tanto tiempo que eventualmente él mismo se transformó en una cabra, por lo que su representación antigua difiere de la actual.
Capricornio en la antigua Sumeria fue asociado al planeta Saturno y al dios de la Mesopotamia, Enki, representado por esta figura de cabra-pez que se conoce de sus monumentos, quien reinaba la metrópolis de Eridu. Luego este dios fue Ea en las leyendas babilónicas.
Enki fue el dios de la creación, la artesanía (gašam), el agua, el intelecto (gestú) y la creatividad (Nudimmud).
De esta manera cerramos el artículo de hoy, en el que hemos hablado de dos de los mitos más interesantes de los Signos del Zodíaco según la mitología griega. Y continuamos introduciéndonos en estas leyendas tan maravillosa y llena de simbología que tan cercana se nos hace.
«El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos.»
Mircea Eliade
Todos hemos escuchado sobre los Signos del Zodíaco (del griego ζῳδιακός: zodion, “pequeña imagen de animal«; -ikos, “relativo a») y de sus referencias a leyendas de la mitología griega. Pero, ¿conoces realmente las historias de las que se desprenden estos signos y sus significados?
En esta quinta y última entrega, ahondaremos en la leyenda mitológica de cada uno de los dos últimos Signos del Zodíaco: Acuario y Piscis.
Comencemos entonces.
Leyenda mitológica de Acuario
Acuario es uno de los Signos del Zodíaco más antiguos, el Portador de Agua. De hecho es más antiguo que el imperio babilónico, quienes lo tallaron en sus piedras.
Una de las versiones sobre la leyenda mitológica de Acuario nos habla de la historia de Ganimedes. Este era un apuesto héroe troyano, hijo del rey Tros (algunos dicen que era hijo de Dardanus), con quien Zeus queda fascinado.
Entonces, el dios se convierte en un pájaro (simbolizado por la constelación Águila), toma a Ganimedes y lo lleva hacia el Monte Olimpo a ser el copero de los dioses. En algunas versiones, se dice que el águila enviada en realidad era la mascota de Zeus y no él en persona.
De cualquier manera, el héroe llega a Monte Olimpo traído por el dios y se encuentra con la ira de la esposa de Zeus, Hera. Ella estaba enojada y celosa por dos cuestiones: primero, Zeus estaba prácticamente enamorado del joven, y segundo, este recibía todos los mismos privilegios que su hija Hebe, la diosa de la juventud, tenía como copera.
De más está decir que a Zeus le importaba muy poco lo que Hera tenía que decir al respecto. A menudo trepaba a Ganimedes al águila y se lo llevaba, siempre con su copa en la mano, a sus excursiones.
Acuario, el dios de la lluvia
Cuenta esta leyenda mitológica que la tierra estaba pasando por una increíble sequía por esos tiempos. Ganimedes, observando el lugar que alguna vez había sido su hogar, rogó a Zeus que le deje servir a la humanidad provocando una lluvia, obteniendo su permiso.
En ese momento, comenzó a ser reverenciado como Acuario, el dios de la lluvia, y Zeus lo ubicó en los cielos.
Pues bien, él fue de esa manera el primer mortal en alcanzar la deidad.
En otra antigua adaptación helénica antigua del mito de este signo, el dios Acuario es el responsable de inundar el mundo en el Diluvio Universal.
Los babilonios representaban a este signo con una urna que se derramaba, y lo identificaban con la terrible lluvia que caía el onceavo mes del año. Relacionaban ese mes en que el sol estaba en Acuario con el período de “la maldición de la lluvia”.
Para los egipcios, habitantes de tierra seca, Acuario era el caritativo dios que les daba la lluvia que necesitaban para sus cultivos y era el encargado de devolver el río Nilo a su cauce en la época del año en que se desbordaba.
Algunas curiosidades sobre esta constelación tienen que ver con que está rodeada de otras constelaciones de agua, como Piscis, el Río Erídano y Ceto el monstruo marino.
Además, entre las primeras menciones de este signo figura La Ilíada de Homero, lo que data de su antigüedad.
Leyenda mitológica de Piscis
Piscis es una de las cuarenta y ocho constelaciones registradas por Ptolomeo.
En la leyenda mitológica de este signo, nos conectamos con la historia de la huida de Afrodita y su hijo Eros del ataque del monstruo Tifón. Para ubicar esto hay que entender un poco el contexto.
Luego de una guerra conocida como la Titanomaquia, Zeus y los olímpicos derrocan el reinado de los titanes y los encierra en el Tártaro, una prisión para el sufrimiento ubicada debajo del inframundo. Sin embargo, una vez encerrados los titanes, la madre de estos, Gea, dio a luz a su hijo menor: Tifón (Tifeo, Tifoeo, Tifaón).
Este monstruo fue el más grande de la mitología. Se dice que de los muslos para abajo no era más que un manojo serpientes enroscadas, sus brazos abiertos se extendían millares de leguas para cada lado y su cabeza tocaba las estrellas. Además, sus alas abiertas oscurecían el día, de sus ojos escupía fuego y podía expulsar rocas inflamadas de su boca. Suena bastante intimidante, ¿no?
Pues bien, Tifón, su esposa Equidna y sus hijos, entre los que se encontraban la Hidra de Lerna, el León de Nemea, Esfinge, Cerbero y Gorgona, atacaron a los olímpicos para liberar a los titanes.
Los dioses al oír que se acercaba al monte, huyeron despavoridos.
Zeus se transformó en toro, Dionisos en una cabra, Apolo en un cuervo, Artemisa en una gata, Ares en un oso y cada uno de ellos tomó la forma de un animal para escapar.
Mito de Ictios
Afrodita, por su parte, tomó a su hijo Eros y ambos se transformaron en peces para huir de aquel espantoso escenario, uniendo sus aletas para no separarse en la travesía.
De acuerdo con una versión de esta leyenda mitológica, los Ictios, un par de peces de río de Siria, socorrieron a estos dioses en su huida, ayudándolos a atravesar las aguas turbulentas. Se dice que estos dos peces fueron también quienes asistieron a Afrodita llevándola a tierra en su nacimiento, que se dio en el mar luego de que Cronos fuera castrado y su miembro arrojado al agua.
Como recordatorio por sus servicios, la diosa forjó sus imágenes en los cielos.
Eventualmente, Zeus y Tifón se enfrentaron en una batalla cataclísmica en la que el monstruo llega a desmembrar a Zeus. Pero gracias a la ayuda de Pan y Hermes, y a sus poderosos rayos, el dios termina ganando la batalla y sepultando al monstruo bajo el Monte Etna.
De esa manera damos por finalizada esta serie de artículos referidos a las leyendas de los doce Signos del Zodíaco. Podremos encontrar en cada una referencias a las personalidades que describen, y las poderosas historias de las que son parte.
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo disfruté el investigarlas y escribirlas.
Y que encuentren en la historia quizá algo que nos identifique también como descendientes de esas leyendas, pues todo mito tiene su base en algo manifiesto de la realidad.
AUTOR: Lucas, redactor en la gran familia de hermandadblanca.org
FUENTES:
- http://www.serendipity-astrolovers.com/
- https://es.wikipedia.org/wiki/Ganimedes_(mitolog%C3%ADa)
- https://es.wikipedia.org/wiki/Er%C3%ADdano_(mitolog%C3%ADa)
- https://es.wikipedia.org/wiki/Tif%C3%B3n_(mitolog%C3%ADa)
- http://diarioelsiciliano.com.ar/diario/?p=10772
- https://es.wikipedia.org/wiki/Titanomaquia
- https://en.wikipedia.org/wiki/Typhon
Se puede visualizar un pequeño error con respecto al primer signo ya que el maiz no existía en esa época en Europa, solo es llevado a Europa hasta en el siglo XVI.
Hola. Muchas gracias por este trabajo. Soy un apasionado de la Astrología, me encanta. Ya desde bien joven me sirvió para comprender mejor a mis amigos y a mis familiares, como también para conocerme a mí mismo. Luego, conocí otras astrologías, como la China, la Inca, y la de los indios americanos, y ahora más recientemente, entre en contacto con la fascinante astrología Maya, en la que se basaron para realizar las famosas y polémicas profecías, con las que dataron el final de la Quinta Humanidad, en el año 2.012 que tanto revuelo creó en las gentes en aquellos momentos. Lo que más me llamó la atención de su Astrología, es que no solo empleaban el Sol y los planetas del sistema solar para realizar sus predicciones, sino que incluso, recogían en su estudio de la voz de los astros, la influencia de toda la galaxia, teniendo a Alcion la estrella central sobre la que gira la Vía Láctea, como base fundamental para hacer sus predicciones, datando lo que llamaron un día galáctico, al periodo de 25.625 años en que el Sistema Solar al completo, gira en rotación sobre si mismo, alrededor de Alcion, y llamando año galáctico, al periodo de translación del Sistema Solar, alrededor de dicha estrella. Estrella que ellos denominaban como Hunab ku, y a la que daban el valor de ser una fuente de luz de la quinta dimensión.
Resulta muy interesante conocer todas las astrologías diferentes que las distintas culturas desarrollaron. Cada una de ellas aporta enfoques y matices que enriquecen el carácter que los astros nos imprimen electromagnéticamente en nuestras esferas de energía y en nuestras células al momento en que salimos del vientre de nuestras madres, y damos el primer respiro, como nuevos seres independientes de la mujer que nos gestó. Carácter, que conociéndolo nos servirá para pulir nuestros defectos y potenciar nuestras virtudes.
Cuando hablo del tema astrológico entre mi grupo de amistades, siempre digo que somos un cóctel de estrellas, influidos por los trígonos, cuadraturas, alineamientos, oposiciones, cruces, ascendentes, nodos, medio cielo, formas geométricas con que los astros se posicionan en el espacio sideral con arreglo a sus desplazamientos, intercambiando los magnetismos de cada uno de ellos con arreglo a los dibujos siderales que forman. Sumándole a ello, las 12 casas zodiacales, que se combinan juntas en ese cóctel de infinitas variables, con el somos influidos cada uno de nosotros en el momento en que nacimos. Y de ahí, la rica variedad de los carácteres y personalidades humanas, que nos hacen diferentes a unos de otros.
Siendo joven, un amigo que era astrólogo, me hizo mi carta astral, cosa que recomiendo a todo el mundo que se la haga, pues aunque conocer el signo zodiacal y el ascendente de uno ya nos aporta muchos datos sobre nuestros caracteres, la carta astral, es muchísimo más definitoria, al contar con todas las ingentes variables que forman nuestro cóctel personal.
Un fuerte abrazo para todos y todas. Paz, amor, y libertad, nos demos y tengamos.
MILLONES Y MILLONES DE GRACIAS, NUNCA HABIA LEIDO UN ARTICULO TAN ESPECIAL, Y EXTENDIDO SOBRE LOS SIGNOS DEL ZODIACO. MUY ACERTADO Y SOBRE TODO CREIBLE. BENDICIONES.