Pilares de la Astrología: Los Cuatro Elementos

Valentina Salvo

La astrología se basa en la existencia de una energía cósmica que rige nuestra personalidad y ésta se forma con nuestro primer aliento, es decir, el día en que nacemos, en nuestro primer respiro. En ese momento comienza el intercambio de energía con el planeta, separados físicamente de nuestra madre. Este intercambio de energía con el mundo se lleva a cabo a través de los cuatro elementos.

El Cosmos y Yo

El Cosmos y Yo

El concepto de los cuatro elementos es una idea que se ha ido transformando a través del tiempo alrededor del planeta, y es una de las formas de entender el zodíaco y las personalidades a través de la constante mutación de los elementos, dando como resultado a diferentes tipos de personalidades con diferentes maneras de desenvolverse en el mundo.
Al mencionar los elementos debemos entender que son manifestaciones concretas de la naturaleza, ya que “los cuatro elementos no son meramente “símbolos” o conceptos abstractos, sino más bien se refieren a fuerzas vitales que constituyen la creación entera que los sentidos pueden percibir”, por lo tanto, los elementos son fuerzas entre las que estamos constantemente transitando. Su visión netamente tangible son los cuatro estados de la materia; la tierra es sólida, el agua es líquida, el aire es gaseoso y el fuego es plasma, o energía ionizada radiante. Si retrocedemos al tiempo de la antigua filosofía griega los elementos se asociaban a los estados sicológicos; Tierra (Física), Agua (Estética y Alma), Aire (Intelecto) y Fuego (Moral). También se asocia con la personalidad en el tratado budista zen el Bodhidharma, en cual estos son representados como cualidades que constituyen la creación: luz (fuego), levedad (aire), fluidez (agua) y solidez (tierra). También dentro de otras religiones se ha incluido al quinto elemento, que es el que permite la fluidez de los cuatro, los Tibetanos le llaman Éter, los Godai le llaman Vacío, sería el elemento que representa al espíritu.
Desde la perspectiva espiritual se habla que los cuatro elementos como “la personalidad del alma” y uno de los maestros espirituales de la India Maharaj Charan Singh escribe:
“Todo lo que vemos con los ojos físicos está constituido por uno o más de los cinco elementos, a saber, tierra, agua, aire, fuego y éter; y todos estos cinco elementos son enemigos entre sí. Pero con ayuda de el alma o debido a ésta,… los cinco elementos están contenidos y activos en el cuerpo humano, manifestándolos cada uno según sus propios karmas –en esa proporción, pero todos los cinco elementos están activos, en un grado mayor o menor en cada cuerpo humano”
Concluye que el alma al ser el vehículo que sostiene los elementos, una vez que ésta abandona el cuerpo, los elementos vuelven a repelerse y regresar a su fuente. Cabe destacar que no es solo el cuerpo físico el que se crea de los cuatro elementos, sino que también el cuerpo mental está hilado finamente por éstos.

Los Cuatro Elementos

Los Cuatro Elementos interactuando en el cosmos.

Nuevamente volviendo al espíritu, también se asocian a Chakras inferiores o cualidades que han de vencerse para alcanzar la iluminación: el aire con la codicia, el agua con la pasión, el fuego con la ira y la tierra con el apego, que a su vez, como escribió la clarividente Joan Cooke, se pueden relacionar con las lecciones para cada signo según su elemento; las personas de fuego deben a aprender a amar; las de agua, paz; las de aire, hermandad; y las de tierra, servicio.
Por lo tanto, los elementos son fuerzas vitalizadoras, y nos permiten conectarnos con el mundo, son capas de conciencia que permiten nuestro entendimiento con el planeta o los diferentes reinos que habitan en él. El agua se relaciona con el cuerpo emocional o “astral”, el cual está dominado por sentimientos y emociones, anhelos y deseos compulsivos. El aire se relaciona con la mente y el pensamiento, de origen intangible o “causal”. El elemento tierra simboliza lo físico, lo materializado, y su armonización en el mundo de las formas tangibles. El fuego se relaciona con el cuerpo etérico o vital, que armoniza al agua y al aire para mantenerse en forma física.

Clasificación de los Elementos

Según las antiguas tradiciones, a los elementos se los categorizó dentro de dos estatutos: el fuego y aire activo, y el agua y la tierra pasivos, así mismo, esto lo podemos observar en diferentes culturas, tales como, en la filosofía China del Tao con el Yin (agua y tierra) y Yang (fuego y aire), también se encuentra ésta clasificación en la cultura griega de energía apoloniana (fuego y aire, que activa y forma la vida) y dionisiana (tierra y agua, fuerzas inconscientes que se manifiestan). Los signos de agua y tierra al ser receptivos, viven más dentro de sí mismo y no permiten proyectar su energía hacia fuera sin su respectiva cuota de prudencia y cautela. Los signos de fuego y aire son más auto expresivos, están liberando sus energías hacia afuera; los signos de fuego mediante acción directa, y los de aire mediante interacción social y expresión verbal o del lenguaje. También a los elementos se les correlacionó con “levedad” y “gravedad”, la primera para el fuego y el aire ya que se expanden hacia el universo, y gravedad para agua y tierra ya que tienden a estar relacionado a la inercia, y a reunirse en un nivel más profundo.

Elemento Fuego

Fuego
“El elemento fuego se refiere a una energía radiante universal, una energía que es excitable, entusiasta y que, a través de su luz, aporta color al mundo”
El elemento fuego, rige a los signos Aries, Leo y Sagitario y hace alusión a la acción, es la llama que automotiva, por lo cual, se equipara al fuego con “la experiencia centrada en la identidad personal” y explica porque las personas con signos de fuego dominantes en sus mapas son tan autoconcentradas y pueden llegar a ser bastante impersonales. Se creen canales de vida y no pueden ocultar fácilmente este orgullo. Los signos de fuego representan espíritus elevados, gran seguridad en sí mismos, entusiasmo y energía inagotable, además de una honradez directa. Necesitan de mucha libertad para poder expresar esa energía de forma natural, y aseguran este espacio con su tenacidad respecto a sus puntos de vista. Pueden dirigir su energía conscientemente mejor que otros signos. Su constante capacidad de ser, puede ser cautivante para algunos, y otras veces ofensiva para los más cautos o sensibles. Los defectos de los signos de fuego no suelen ser malas intenciones, sino más bien una suerte de brusquedad que implica su tránsito, lo cual afecta en el autocontrol de la persona en cuestión y afecta la sensibilidad de los demás, pueden ser impacientes y abrumadores al tratar de obtener algo, lo cual causa destrucción o hiere los sentimientos de las personas.
Los signos de fuego, tienden a ser impacientes con las personas más sensibles, especialmente las dominantes en agua o tierra. Los signos de fuego sienten que el agua los apagará y que la tierra los ahogará, a menudo se resisten por la pesadez y el sentimentalismo de estos signos. Los signos de aire, por otro lado, dan fuerza al elemento fuego proporcionando nuevas ideas que se encienden a través del elemento, es por esta razón que se les considera elementos compatibles, pero se debe considerar que los signos de fuego tienen demasiada energía e impaciencia para el delicado sistema nervioso de los elementos de aire. De hecho, los signos de fuego pueden cansarse y aburrirse fácilmente con observaciones intelectuales que no lleguen a concretarse.

Elemento Aire

Aire

“El reino del aire es el mundo de la ideas arquetípicas detrás del velo del mundo físico, la energía cósmica concretada dentro de pautas específicas del pensamiento”
El elemento aire rige a los signos Acuario, Géminis y Libra. Ha sido asociado al antiguo “Prana”, respiración vital. Se asocia al universo del pensamiento y figuras geométricas que se forman en un nivel mental, es la energía de las cosas que están por venir, su origen intangible. Los signos de fuego se interesan en querer que algo sea o realice, los signos de aire enfocan su energía en ideas que aun no se materializan, y luego de formarlas mayormente en un nivel mental las llevan a su realización física. Se suele relacionar a los signos de aire, con ideas sin concretar, pero sus ideas pueden llegar a muchas vidas y ser un canal para que se materialicen sobre todo a nivel social por la profundidad y extensión de la idea.
A este elemento se les describe con la oración “la experiencia en su interés por las relaciones teóricas”. La importancia de la teoría y los conceptos de la vida por parte de las personas de este signo encuentra la mayor elevación del elemento por las palabras y el pensamiento abstracto. Los signos de aire tiene la aptitud de desapegarse de la experiencia inmediata de la vida diaria, permitiéndose así obtener un enfoque objetivo de lo que hacen. Este desapego también les facilita la relación con las personas de todo tipo ya que no creen necesario comprometerse mucho con las preocupaciones y emociones de los demás. Los signos de aire, de hecho, son los más sociables de todos, en el sentido que pueden apreciar objetivamente los pensamientos sin estar necesariamente de acuerdo con ellas.
Claramente si los signos de aire le dan una importancia excesiva a sus pensamientos van a tender a caer en excentricidades y fanatismo de todo tipo. A menudo carecen de emoción profunda y de aceptación de las limitaciones, por lo cual, les cuesta atribuirles el valor real. El pensamiento es una fuerza tan dominante en estos signos que se sienten amenazados si sus ideas son cuestionadas o puestas a prueba, o se les desacredita su intelecto. Y por supuesto, los signos que más desvalorizan estas ideas, son los signos de agua y tierra, ya que no pasan la prueba de practicidad y emocionalidad sobre las que agua y tierra priorizan. Por su parte los signos de aire no quieren ser limitados por la estructuración de la tierra ni inundados de la emocionalidad de los signos de agua. Los signos de fuego por el contrario, le promueven la libertad de expresión, dando confianza y solidez a sus ideales. Si bien estos signos son compatibles, el tener que pensar tanto una idea antes de comprometerse con ella, son aspectos incompatibles con la necesidad de realización de los signos de fuego.

El Elemento Agua

Agua
Los signos de agua son Piscis, Cáncer y Escorpión. Estos advierten desde su nacimiento que las cosas más predominantes en su vida son las relaciones intangibles que mueven su mundo. Están en contacto mucho más que otros signos con sus emociones y sentimientos, armonizados con sutilezas que otros ni siquiera detectan. Los signos de agua se relacionan con la Luna y el lado inconsciente de la vida, las emociones profundas, por lo tanto, pueden vivir con miedos extremos o pasiones compulsivas, sin saber de manera consciente como estos tópicos conducen su vida. Se pueden conectar fácilmente a emociones y sentimientos de amor y creación. Cuando se encuentran en equilibrio y conscientes, son los signos que más fácilmente pueden tener intuición y ser psíquicamente activos. La empatía es una característica de ellos, ya que están en unidad con toda la creación, quieren fluir en todos los ámbitos penetrando amorosamente en el contacto con el otro, y teniendo una mayor sensibilidad para empatizar con sus semejantes y las demás criaturas. Empero, cuando no se encuentran conscientes de sus propios sentimientos, pueden ser atrapados por deseos compulsivos, miedos sin razón y extremadamente sensibles antes la menor brusquedad. Su elemento les permite tomar diferentes formas, por lo que se siente más a gusto cuando su fluidez toma un cauce seguro o recibe la forma de otro, por esta razón es que armonizan con los signos de tierra ya que ellos le proveen estabilidad al poseer la suficiente solidez en la que ellos pueden confiar, los signos de tierra tienden a tener convicciones más firmes de la vida, son más bien reservados y reprimidos, a diferencia de los signos de fuego y aire que tienden a ser muy explosivos o dispersos, lo cual confunde al elemento agua.
Hay que recordar que los signos de agua tienden a dirigir su energía hacia adentro, así que aunque demuestren que están bien por “fuera” es decir a los demás, esto no significa que grandes batallas y tormentas se estén llevando a cabo en su interior, sobre todo si sus vidas de vuelven monótonas y pierden el enfoque emocional o “el sentido” que querían para ella.
Si el signo se encuentra inconsciente de sus sombras, puede ser vulnerable y tener una gran influencia externa en su intento de equilibrar energías y puede tomar la forma de otros como vía de escape por leve que ésta sea. Pero cuando el signo se encuentra equilibrado, un erudito chino del siglo XI expresa su grandiosidad de esta manera:
“De todos los elementos, el Sabio debe considerar al agua como su preceptor. El agua cede pero lo vence todo. El agua extingue al Fuego o, hallándose a punto de ser derrotada, huye como vapor y se reforma. El Agua lava a la Tierra blanda o, al enfrentar a las rocas, procura dar un giro… Satura la atmósfera para que el Viento muera. El Agua cede ante los obstáculos con engañosa humildad, pues ningún poder puede impedirle que siga el destino que se propuso hacia el mar. El agua vence cediendo, nunca ataca, pero gana siempre la última batalla.”
El Agua representa para cada uno de nosotros el proceso de la toma de consciencia de manera lenta pero segura para llegar al encuentro con nuestra alma. Los signos de agua saben instintivamente que deben protegerse de influencias exteriores a fin de resguardar su sanidad emocional, y de esta forma entrar en reflexión profunda.

El Elemento Tierra

Tierra
Este elemento rige a los signos Capricornio, Tauro y Virgo. Están conectados con el mundo físico y todos los aspectos que hacen alusión de él. Es el signo más práctico de todos, ya que su elemento es la base estructural de diversas formas de vida, representan todas las formas que pueden adoptar forma física, estructurada, compacta, sólida, como las rocas de la montaña. Es por esto que las personalidades suelen dejarse llevar más por la razón, la lógica y lo que sus sentidos perciben que por teorías o intuición. Estos signos se encuentran armonizados con el mundo material, el mundo de las formas tangibles, por lo cual tienen mayor autodisciplina que otros signos, ya que estos tienen “los pies bien puestos en la tierra”, les es fácil desenvolverse en el mundo del trabajo, les agrada mantenerse estables y bajo rutinas para alcanzar diferentes metas, esta forma de movimiento les aporta seguridad a su vida. Todas estas cualidades les llegan naturalmente a los signos de elemento tierra.
Si bien este elemento es considerado “pasivo” poseen resistencia y persistencia, son cuidadosos, pero cuando ven amenazada su seguridad o la de sus seres cercanos (que también los consideran como si fueran parte de ellos) no dudan en actuar. A este elemento se le podría asociar frases como “lento pero seguro”, es convencional, cauto, planificado y muy confiable.
El elemento con el que mejor interactúa es con el elemento agua, ya que este le aporta la fluidez y suavidad necesaria para que su tierra brinde frutos, sin salirse completamente de los esquemas, además comparten características en común, como las de autoprotectividad, retentividad y adquisitividad. Por otro lado, los signos de aire le parecen demasiado en las nubes y poco prácticos, los ve constantemente con una mentalidad infantil, y a los de fuego los percibe muy deprisa, alborotados y agresivos, siente que puede ir quemando todo a su paso, lo cual, les produce una desconfianza e inseguridad con este elemento.
Estos signos se pueden ver limitados por sus mismas fortalezas, que son el ser demasiado prácticos y ordenados, no adentrándose al mundo de lo intangible, lo cual puede bloquear sus centros creativos al no salir de los esquemas preestablecidos. Los signos de tierra para encontrar su equilibrio pueden comprometerse con ideales superiores que nutran su espíritu con aires abstractos, que les permitan mantenerse en una línea armoniosa entre el cielo y la tierra.

Autor: Valentina Salvo, redactora de la gran familia de hermandadblanca.org

Referencias: Arroyo, Stephen – Astrología, Psicología y Los Cuatro Elementos (2007).

 

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