Psicoterapia Familiar Sistémica: conoce sus principios
La psicoterapia familiar ha tenido lugar desde mediados finales del siglo XX, y ha alcanzado su máximo auge en el siglo XXI. Se basa en el estudio del sistema familiar, el cual abarca un conjunto dinámico de elementos y roles, entre los que se destacan: los individuos y sus particularidades, las creencias, actitudes, reglas y normas inconscientes que inciden en la subjetividad y en el autoestima.
Evolución Histórica de la psicoterapia familiar
En los años 50’s, los problemas o dificultades des-adaptativas de la conducta se le daban la atención necesaria desde el enfoque de las teorías del desarrollo, pero sólo a nivel individual.
Posteriormente, a nivel diádico, donde se empezó a estudiar la relación simbiótica entre la madre y los hijos. Asimismo, la función de la metáfora paterna y cómo la madre y los hijos introyectaban la función de ley a través del padre.
Seguidamente, atendiendo a las consideraciones de los 70’s sobre la dialéctica familiar en psicoanálisis, se pudo hallar relaciones entre las afecciones y conductas desadaptativas de los padres y los hijos, por aprendizaje vicario y modelamiento simbólico. Este nivel de evolución se llama el parental.
Además, surge el nivel o enfoque interaccionesta, el cual permitió relacionar el carácter, la personalidad y la conducta en relación con el ambiente y sus semejantes. De esta manera, los mecanismos de resistencias, el enjambre de significantes, el carácter, la personalidad y los comportamientos; son términos por los cuales, se predican las interacciones del sujeto en virtud del carácter accidental de su substancia.
Lo anterior, permitió considerar a la familia como un sistema, con elementos básicos que pudieran estudiarse, surgiendo así la psicoterapia familiar.
¿Qué es el funcionamiento homeostático?
La homeostasis familiar fue un término que introdujo el ex director del instituto de investigación mental de Palo Alto, California en 1954 llamado D. Jackson. Según el autor (citado por Casas, 1.985):
“Puede considerarse que los miembros homoestáticos son conductas que delimitan las fluctuaciones de otras conductas a lo largo de la gama particular correspondiente a la norma” (p.2).
Es decir, el concepto hace referencia que los síntomas padecidos por un miembro familiar, tiene una función y un sentido dentro del propio sistema y a nivel individual. La enfermedad, se concibe como la manera neurótica de establecer relaciones emocionales con miembros de la familia que han sido excluidos o han roto las normas inconscientes del clan.
Ejemplo: Los abusos psicosexuales que se mantienen en secreto, serán vividos por futuros miembros de la familia como una neurosis de fracaso. Es decir, si en una familia, la madre (o el padre) fue abusada(o) cuando era niña, pero ella por miedo y manipulación del adulto que la abusó, lo ocultó.
Este drama se mantiene en secreto, y puede que la persona tenga unos síntomas histéricos, y que incluso un descendiente, (para re-equilibrar la pulsión no dicha), sea abusado por algún familiar u otro adulto, en circunstancias “parecidas” rememorando lo oculto y recreando el trauma, para hacer consciente el retorno de lo reprimido (lo cual tendría una función de norma, en el decir del «gran Otro«, o más claro en el inconsciente transpersonal).
Asimismo, la investigación analítica y sistémica; probablemente descubra que la madre u otros miembros del sistema familiar también fueron abusados en circunstancias similares.
Psicoterapia familiar sistémica de Virginia Satir: Definición, características, elementos
La psicoterapia familiar de Virgina Satir, es un modelo Existencial, que plantea la expansión y crecimiento de la persona a través de la comunicación del sujeto con los miembros de la familia, y su conciencia del presente.
Se caracteriza porque parte de la premisa que las enfermedades son producto de una comunicación inadecuada del sistema familiar ante dificultades que hacen que sus miembros no se adapten o lo hagan por medio de la función homeostática, siendo la enfermedad un medio de equilibrar las partes.
También la psicoterapia familiar, usa principios del arte y de la comunicación: como la danza, el psicodrama, las ciencias de la conducta o incluso físicas, lo que permite articular el cuerpo, y la menta en el aquí y ahora y generar un cambio significativo de la percepción de si mismo dentro de la familia.
Entre sus elementos resalta la Crisis de la familia: El desarrollo familiar e individual son interdependientes, por lo cual se involucra un proceso dinámico y nunca estático, es decir los miembros pasan de potencia a acto, y pueden ir cambiando sus roles, los hijos posteriormente serán padre y más tarde abuelos.
Del mismo modo, cada persona atraviesa etapas, y el hecho de atravesarlas generará crisis, que servirán para el crecimiento o estancamiento de la energía psíquica de lo miembros. Dichas etapas van desde el momento de la concepción y el embarazo, pasando por el fallecimiento de los familiares directos (usualmente los padres), hasta la muerte de la pareja y de sí mismo.
Tipos de familia según la psicoterapia familiar:
En la dinámica familiar, siempre acontecerán dificultades porque es lo propio de la vida humana. Pero el modo como los miembros afronten los problemas indicarán qué tipo de familia son. Entre ellas se destacan dos: las nutridoras y las muy conflictivas
Las familias nutridoras: Los padres son considerados guías y líderes democráticos y no jefes autoritarios. Son padres que comprenden y se hacen conscientes de sus sentimientos para adaptarse a los cambios de la existencia.
Los niños de estas familias son espontáneos y amables, y son tomados en cuenta, en ellos no se perciben inhibiciones que lo constriñan psíquicamente.
La comunicación de este tipo de familia, tiende a ser fluida y asertiva, demuestran afecto y se sienten libres hablar de sus procesos (sean desengaños, amores, temores, penas, críticas y alegrías.)
Las familias muy conflictivas, en cambio tienden a ser muy autoritarios, generalmente no están emocionalmente para los hijos, y solo dictan lo que se debe hacer y lo que no. Los padres nunca llegan a conocer a sus hijos lo que son y lo que valen en su interior, por lo que en ellos, existe la tendencia a vivir con baja autovaloración.
Paralelamente, los hijos no llegan a conocer a sus padres, y pueden verlos como máquinas proveedoras, la relación entre ambos, no suele ser muy asertiva.
En ellas, puede prevalecer desafecto, de esta manera la vida de la familia puede tornarse tensa, con secretos, vergüenzas a comunicarse, un ambiente muy “conservador” donde no hay espacio para la alegría.
Además, los miembros del sistema familiar, tienden a rechazarse unos a otros, suelen dedicarse más tiempo o darle más importancia al trabajo u otras actividades. La comunicación no suele ser muy tolerante, su sentido del humor, suele ser pesado, es decir sarcástico o cruel. También es común encontrar afecciones físicas, que son somatizadas porque en el sistema hay “un decir no expresado”.
La autoestima y la relación de pareja:
La percepción que un individuo tiene de si mismo, depende de la relación determinada por el otro, ya que como dice el psicoanálisis Lacaniano, “el inconsciente es el discurso del Otro” así el cuerpo (la subjetividad) se construye en función de la interacción con los semejantes. La alta o baja valoración, dependen entonces de la calidad de relaciones y del tipo de comunicación que se tuvo desde la formación del yo en el infancia; con respecto a los padres.
De la misma manera, el deseo se introduce en primer lugar, en la dialéctica de “ser el deseo del otro”, esto determinará el modo en cómo la persona llega a amar, y también en la elección posterior de pareja (Esto se relaciona con el complejo de Edipo, y la triada Madre-Padre, Niño) como un mecanismo de homeostasis.
De esta forma, se atraen las neurosis infantiles en la vida adulta, y se pueden unir dos seres que luchan por el reconocimiento que no tuvieron de sus progenitores.
El modo de querer se vuelve enigmático, los miembros de la pareja no hablan con honestidad de sus carencias, sino esperan que el otro las llene, y peor aún; adivinando qué es aquello que les falta. Por ende, se pueden formar dos seres con anhelo de recibir, pero no de dar, y se rompe el equilibrio de la pareja, estancándose y surgiendo el aburrimiento.
La comunicación en el sistema familiar:
La comunicación es un medio de rarefacción del deseo, y es gracias a la palabra; que se da un eco pulsional en el cuerpo. La palabra en la comunicación, es de mitad de quien la dice y mitad de quien la escucha. Ella consta de varios elementos, entre ellos se destacan:
- Los valores,
- el cuerpo,
- las expectativas del momento (que se relacionan con los pensamientos formados por experiencias previas)
- los órganos sensoriales, la habilidad para hablar
- cerebro
Sin embargo, la comunicación no siempre es directa, y muchas veces puede esconder otros sentidos, a esto se le llama “trampas de la comunicación” las cuales permiten deflectar (o evitar) lo que sucede en el interior a través de frases hechas, como p.ej: ¿Cómo estás? “Bien”. En la psicoterapia familiar, se indaga más allá de estas frases hechas, usando preguntas directas y confrontación.
Otro fenómeno interesante que ocurre en la comunicación, es que una persona describe a otra en virtud de sus propios términos, porque ve y describe el mundo no como es en si mismo, sino de acuerdo a sus categorías. No hay que olvidar que el sujeto está escindido, entre lo que sabe y lo que dice.
Modelos de comunicación en la psicoterapia familiar
En las familias, es común que se presenten 4 modelos de comunicarse, cada uno implica dinámicas particulares donde se relaciona la autoestima, el carácter y las relaciones con los otros miembros. Dichos modelos son:
- Aplacando: su dinámica es que la otra persona no se enoje. Tiene una actitud de complacencia, su creencia nuclear es: “tengo que hacerte feliz; sin ti no soy nada”
- Culpando: suele fijarse en los errores del otro y a culpar a los demás, con el fin de que lo vean “muy fuerte”. Pero en su interior, la persona que busca culpables se siente vacía, sola y con un sentimiento de fracaso.
- Súper razonado: es la persona que en su interior se siente vulnerable, pero no demuestra estarlo y esconde sus sentimientos detrás de una mascara de frialdad. Son las personas que actúan como una máquina, y así demostrarse que no hay algo que los pueda dañar.
- Distrayendo: son las personas que suelen ignorar o distraerse frente a los demás. A lo mejor pueden responder de forma irrelevante, de manera que se ignora la situación. El sujeto actúa como si lo que está pasando en su ambiente familiar no existiera, su creencia de fondo es: “no importo a nadie, no tengo un lugar aquí”
Por otro lado, existen también la comunicación abierta, que se realiza de manera honesta y autentica, atendiendo a las propias limitaciones y exponiendo las dificultades asertivamente frente a los otros miembros de la familia.
Para ello es necesario que el sujeto rompa con los paradigmas inconscientes establecidos por la interaccion familiar, tales como: el miedo a equivocarse, el temor de “hacer molestar” a alguien, o el temor a ser criticado.
Para finalizar, la psicoterapia familiar, tiene como fin que los miembros logren expresarse auténticamente, logren conectarse con las partes negadas, a través de la toma de conciencia de sí y de los otros, demostrándoles estima, ternura, amor (y sexualidad en la pareja) y brindar apoyo.
Para lograrlo, el terapeuta se vale de una planificación estructurada, donde primero se recoge información sobre la dinámica familiar, y luego las intervenciones a través de actividades donde se expresen las emociones.
Autor: Kevin Samir Parra, redactor en la gran familia de Hermandadblanca.org
Referencias:
Casas, G. (1985). La terapia familiar y el enfoque de Virginia Satir.