Todd B. Kashdan – Cómo reducir la ansiedad social y el acoso en la juventud

Diana Martinez

Yo camino a mi hija de 7 años todas las mañanas a la escuela, me despido con un abrazo, y la veo saltar felizmente por los pasillos. Tan pronto como giro, otro padre intenta obtener un consejo gratis en 2 minutos o menos.

El riesgo de trabajar como psicólogo es aprender cosas escondidas sobre la humanidad que nadie más sabe. Uno de los temas que parece ser cada vez más frecuente es: El número de personas que mencionan que sufren de ansiedad social, o que sus hijos lo hacen, o ambos. Lo que es interesante es que hay una tendencia social, en la cual las personas se sienten menos cómodas en situaciones sociales y son más propensas a evitar conversaciones cara a cara.

Un análisis a 8.098 individuos de 15 a 54 años nacidos en Estados Unidos demuestra que los diagnósticos de desorden de ansiedad social con extremadamente comunes. Por ejemplo, las personas nacidas entre 1966 y 1975 reflejan un acelerado aumento en padecer desorden de ansiedad social, y el comienzo es más temprano que en generaciones previas. Ser “excluido” tiene consecuencias psicológicas. Escucharás historias de conocidos y extraños, muchas de ellas.

Los científicos no saben exactamente por qué la ansiedad social se está convirtiendo en algo cotidiano, pero existen algunos factores que influyen. Ha habido una mayor movilidad geográfica, tal que las personas tienden a mudarse lejos de familiares cercanos y amigos por el trabajo. Al cambiar de comunidades, los intentos por reconstruir una base de seguridad y pertenencia se transforma en un reto omnipresente. Es más difícil hacer buenos amigos en la adultez, especialmente para los hombres.

Entonces llega el artefacto favorito de todos: los celulares inteligentes y las redes sociales. Entre algunos investigadores existe una controversia científica; algunos señalan que la ansiedad, la depresión, los desórdenes alimenticios, y el compromiso con el bienestar propio es el resultado de cargar con teléfonos inteligentes; mientras que otros científicos dudan si hay conexión entre los teléfonos inteligentes y el funcionamiento psicológico de los adolescentes. Otro mecanismo que tiene efecto en el incremento de la ansiedad social es la disminución de asistencia a instituciones comunitarias, como ir regularmente a servicios religiosos. Sin una interacción social frecuente y significativa, donde el apoyo social prevalece, el mundo social es un lugar mucho más inestable e incierto.

En vez de gastar tiempo en por qué la ansiedad social es invasiva, quiero compartir una investigación informal de cómo tratar este problema, especialmente en la juventud. Es importante ayudar a los niños lo antes posible porque un padecimiento temprano de desorden de ansiedad social interfiere con el período crítico donde las habilidades sociales se desarrollan. Cuando un niño sufre de dificultades de ansiedad social, es menos probable que experimente iniciando y manteniendo una conversación (impidiendo relaciones positivas con otros); que haga preguntas cuando está intrigado o confundido en clase (impidiendo que aprenda); y que vaya a actividades que disfrute buscando aprobación social (impidiendo el desarrollo de una identidad firme y de intereses apasionados). El miedo a que los defectos percibidos en ellos mismos sean visibles para otros, causando escrutinio y rechazo, evita que sean autores de sus propias vidas.

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Social Effectiveness Therapy o Terapía de Eficacia Social

Hay varios tratamientos para el desorden de ansiedad social. El que me ha fascinado es la Social Effectiveness Therapy (SET) por Deborah Beidel y Samuel Turner. La meta de SET es reducir los temores sociales, mejorar las habilidades sociales, y aumentar la disposición a afrontar en vez de evitar situaciones sociales. Hay tres partes: entrenamiento de habilidades sociales, exposición a situaciones de miedo, y la planificación de eventos sociales positivos con jóvenes supernormales.

En el entrenamiento de habilidades sociales, los jóvenes aprenden lo básico de interactuar con otras personas, incluyendo saludos, empezar y mantener conversaciones mutuamente satisfactorias, escuchar y recordar detalles sociales (qué molesta y aburre a los demás), estrategias para unirse a grupos (no seas el más ruidoso o el más callado), y ser asertivo para expresar eficientemente lo que te gusta y lo que no.

El entrenamiento de exposición inicia con una lista de cosas que una persona teme y evita. Al ordenar por rango qué tan seguido el distrés y el deseo de escapar ocurre en situaciones sociales particulares, emerge una exposición jerarquizada. Con guía, las situaciones en la parte baja de la lista, que son las menos estresantes y las menos probables de ser evadidas, son experimentadas. Al permanecer en situaciones estresantes por un período largo de tiempo, aprendes que, a pesar de la presencia de ansiedad, puedes prevalecer. Comprendes que los pensamientos, sentimientos, y recuerdos no pueden detenerte de hacer lo que te importa.

Otra lección es que la ansiedad anticipatoria tiende a ser el peor momento y, al entrar en una situación, la ansiedad suele disminuir. A mayor exposición, la ansiedad va decreciendo. Es común suponer que la ansiedad solo empeorará si la persona entra a una situación que le impide adentrarse en el mundo social. Pero no es el caso.

Lo que he descrito son procedimientos estándares operativos para tratar la ansiedad social. El ingrediente mágico de SET es involucrar a niños supernormales como ayudantes. Los niños y adolescentes socialmente ansiosos y solitarios raramente tienen la oportunidad de experimentar eventos sociales de alta calidad y positivos. Y si lo hacen, estos eventos sociales son frecuentemente con compañeros socialmente torpes, o los buenos intencionados padres y maestros “fuerzan” interacciones sociales con alguien que no quiere estar allí.

En SET, los jóvenes supernormales sirven como voluntarios que ayudan a proveer oportunidades para que los socialmente ansiosos puedan realizar actividades extensas, satisfactorias y divertidas. Los jóvenes supernormales son reclutados en varios distritos escolares para que lo que suceda en SET se mantenga en SET. Con la colaboración de compañeros populares y socialmente inteligentes, se organizan actividades grupales para el éxito social: viajes a un parque de patinaje, donde todos aprenden una habilidad nueva juntos; fiestas de pizza; paseos en bicicleta; entre otros. Una actividad diferente ocurre cada semana, y siempre incluye el almuerzo.

De esta forma, la juventud adquiere oportunidades recurrentes para experimentar con las habilidades sociales recientemente desarrolladas en un ambiente cotidiano, donde el éxito está básicamente garantizado. Las actividades tienen la mínima estructura de planificación posible para imitar la naturaleza espontánea de la vida diaria. Y luego de estas actividades, con guía, las experiencias pueden ser examinadas para proporcionar evidencia de las habilidades sociales obtenidas y resaltar que la ansiedad anticipatoria suele ser el punto máximo del distrés, y que disminuye con el tiempo. Estas actividades apoyan el hecho de que incluso cuando la juventud está estresada, puede ejecutar habilidades y tener momentos de dicha, sentido de pertenencia, y significado. Y quizá lo más importante, los jóvenes aprenden a juzgarse a sí mismos en cómo se comportan y no en qué no pueden controlar.

La evidencia científica del SET es impresionante. El SET provoca cambios positivos en la juventud en términos de menos ansiedad social, menos discapacidad social, y un aumento en la extroversión comparado con el grupo de comparación que solo fue con un terapeuta. Los beneficios son visibles 3 años después. Cinco años después, los adolescentes que sufren desorden de ansiedad social y que recibieron SET, son indistinguibles de los adolescentes sanos y sin ansiedad. Durante interacciones sociales, como leer en voz alta a un grupo de personas, los observadores entrenados fallaron en identificar diferencia entre ellos.

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Conclusión

Sí, la ansiedad social parece estar incrementando. Pero, sí, la ansiedad social puede ser tratada acertadamente.

Una lección importante es que tal vez el recurso más grande y sin explorar para ayudar a los jóvenes a ser menos socialmente ansiosos son los compañeros. Los adultos suelen subestimar la inteligencia, sabiduría y valor de la juventud. En Estados Unidos, los jóvenes no pueden ser formalmente contratos, incluso si quieren un trabajo que les ofrezcan compromiso y significado. La ciencia ha descubierto que reclutar y entrenar a niños y adolescentes bien intencionados, socialmente inteligentes y generosos puede ser la clave para tratar la ansiedad social. Si vamos a cambiar las convenciones sociales sobre la salud mental y el bienestar, vamos a recibir la ayuda de lo mejor de la sociedad, con cualquier edad.

¿Quieres modificar las reglas de acoso en las escuelas? Los científicos han descubierto que la mejor respuesta involucra la ayuda de una pequeña minoría de niños con estatus y poder en sus redes sociales. ¿Quieres cambiar el odio interno de los niños socialmente ansiosos? Los científicos han hallado que la mejor respuesta involucra la ayuda de una pequeña minoría de niños con atributos virtuosos, amabilidad, calidez, y eficacia social. Aunque la sabiduría suele crecer con la edad, no subestimes el poder de un pequeño porcentaje de niños con buenas intenciones para transformar vidas.

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Traducido por: Diana Martínez, redactora y traductora en la gran familia hermandadblanca.org 

Canalizado por: Todd B. Kashdan, autoridad reconocida mundialmente en lo referente a el bienestar, las fortalezas, las relaciones sociales, el estrés y la ansiedad. Ha publicado más de 180 artículos en dichos temas y dos libros que han sido traducidos a más de 15 idiomas.

Página original: https://www.psychologytoday.com/intl/blog/curious/201909/how-reduce-social-anxiety-and-bullying-in-youth

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