Vivendo a Tauro
La influencia taurina tiene hoy en toda la humanidad una intensa excesiva. Es un signo que expresa en el plano físico un anhelo que se manifiesta en la masa dormida como deseo y como voluntad de propósito en el discípulo.
El triángulo formado por La Osa Mayor, las Pléyades y Tauro es el más potente en esta época en nuestro sistema solar. Este Signo es llamado esotéricamente, “la embestida del Toro de Dios”.
También se ha de considerar la importancia astrológica del alineamiento de Tauro y su relación, con Plutón y con nuestra Tierra. Estas consideraciones nos pueden acercar a la idea de la potencia de fuerzas y energías que se derraman sobre la humanidad en estos días y que condicionan las relaciones tanto personales como universales.
Estas fuerzas, esa “embestida” son aminoradas por una de las Pléyades.
Tauro es un signo de tierra y el cumplimiento de su mensaje debe ser llevado a cabo en el plano exterior de la vida. La voluntad y el deseo deben expresarse en el plano de la vida externa y en el medio ambiente, ya sea el individual o el de una nación.
Tauro ha estado siempre relacionado con el cuerpo físico, con su salud, con su cuidado y actualmente el cuidado del cuerpo ha tomado una especial relevancia, pudiendo ver en ese tema el fondo más espiritual de cuidar el templo que alberga la iniciación taurina. Ese cuidado del cuerpo propio es o deberá ser el deseo del cuidado del cuerpo externo de la humanidad, de nuestro planeta.
Tauro está regido por Venus exotéricamente y Vulcano es su regente esotérico y en estas energías se encuentra uno de los misterios de la Sabiduría Eterna, ya que Venus mantiene una relación excepcional con la Tierra, distinta de la de cualquier otro planeta, por lo tanto vemos otra vez que Tauro y la Tierra tienen una relación especial.
El Maestro Tibetano dice que Venus es para la Tierra lo que el Yo superior o Ángel Solar es para la Personalidad. Venus es uno de los siete planetas sagrados, algo que lo Tierra todavía no ha conseguido. Es el Alter Ego de la Tierra.
También Venus tiene una relación directa con los signos de Géminis y de Capricornio de los cuales es su regente esotérico y con Libra como regente exotérico, por lo que Tauro está relacionado con la cruz mutable y por dos signos con la cruz cardinal. Esta es otra forma de comprender la importancia de Venus, la Tierra y Tauro.
Del Regente esotérico de Tauro, Vulcano, poco podemos saber. Es un planeta oculto y velado.
El Primer Rayo a través de este planeta hace pasar por profundas fases de crisis tanto personales como espirituales, para poder enfrentar el proceso de transmutación del deseo en una aspiración por alcanzar la Luz y el contacto con el Alma. La soledad y el silencio formarán inevitablemente parte de diferentes épocas del nativo de Tauro ya despierto a la realidad interior.
Esas vivencias llevan a estar como desapegados de lo que está arriba y de lo que está abajo. El comienzo de la renuncia a todo deseo. La voluntad al Plan se convierte en el único deseo, pero no teniendo en absoluto, la certeza de saber si se posee ni la voluntad ni la fortaleza para seguir ese profundo anhelo. Es rendirse totalmente al “Hágase Tu Voluntad”.
A cada una de esas profundidades vividas, el destello del ojo del Toro, refuerza la voluntad para seguir adelante.
Las vivencias del ser en Tauro no son fáciles. Los Rayos que le rigen principalmente son el Cuarto como Signo, el Quinto por Venus y el Primero por Vulcano y su relación con la Tierra le añade el Tercer Rayo.
El Segundo Rayo de Amor-Sabiduría no está en forma directa. Se puede tener mucho amor, estima y respeto propio, pero puede estar excesivamente focalizado en la personalidad.
Se puede tener inteligencia pero se debe trabajar hacia el objetivo de conseguir la Sabiduría. Se tienen aspiraciones, pero normalmente se es testarudo y obstinado. Se corre el peligro de que el conocimiento obtenido se quede como adquisición mental. El claro sentido de dualidad impele a veces a la depresión o a la inercia en vez de a la lucha por la superación. Puede ser destructivo porque siente en forma nublada a Vulcano, pero como posee luz, le afligirá ese poder de destruir, llevando a que la fragua de Vulcano alcance el oro interior.
Es necesario comprender el poder espiritual de Venus, el Hijo de la Mente, el instrumento del amor de Dios y transmutando a través de esa fuerza el conocimiento en Sabiduría. Se ha de llegar a ser modelador de la propia alma y si es está en un estadio adelantado, modelador de las almas de de los demás. Matar la propia personalidad es uno de los retos fuertes de este signo y sabemos bien, que la personalidad, se defiende bajo los más sutiles ropajes.
Tauro rige el cuello y las glándulas tiroides y es la región de donde emana la actividad creadora del ser humano. El correcto empleo de la palabra es la clave para que el discípulo, especialmente los pertenecientes al signo de Tauro, pueda hallar la liberación. Aplicar la palabra en forma activa y motivada y directa, lleva a dejar de ser servidor de la personalidad y acercarse cada vez más al Plan.
La Luna se encuentra exaltada en este Signo. Urano en detrimento o debilidad acentúa la división entre cuerpo y alma, algo que destaca en el nativo de Tauro. Urano oculto e impredecible, despierta y evoca la intuición y curiosamente este planeta se encuentra exaltado en el Signo opuesto de Escorpio, indicando el éxito de las tareas uranianas emprendidas en Tauro.
Próximamente se centralizarán en este Signo las energías de su Regente Venus, unidos a Marte, Mercurio y lógicamente el Sol, creando ese suelo ardiente que el discípulo necesita para confrontar lo que como Alma decidió y que queda intermitentemente oculto por los espejismos de la vida diaria y de la propia personalidad.
Que la unión de tantas almas evocando un único anhelo, el avance imparable en la evolución de nuestra humanidad, sea la vibrante nota emitida en un mes el que se celebra uno de los más importantes Festivales del año.
Desde el corazón, siempre.
Joanna
gracias hermana por tu comentario no lo habia leido.