A Pesar de Todo. Reflexión sobre los días que nos toca vivir…

Maite Barnet

miedo - dedo señalando

Maite Barnet.

Camino por las calles de mi ciudad. Hoy a pesar de los acontecimientos de los últimos días, de la energía densa que nos rodea, de la pesadumbre que se siente por doquier, sonrío y miro al frente. El miedo y el dolor se reflejan en las caras de la gente, desconcierto, incertidumbre. Miradas tristes, furtivas, gestos fruncidos, labios apretados, pasos nerviosos…

No he puesto la televisión ni la radio, ya no puedo más. Las noticias que llegan causan desazón nerviosismo, ansiedad… No escucharlas ni verlas no va a evitar que sigan ocurriendo cosas, lo sé muy bien. Tampoco me considero insensible ni falta de solidaridad ni de empatía. Es solo que he decidido no dejarme invadir por ese sentimiento que respiro a mí alrededor y que me ahoga. No puedo. No quiero vibrar en miedo. Me niego a formar parte de los cientos de miles de personas que vibran estos días en baja frecuencia envueltas y perdidas en una espiral de sentimientos encontrados, de angustia de ira, de odio y de terror. Sé que estar así no me conduce a ningún lado o al menos no a donde yo quiero estar. Sé que no soy la única, que somos muchos pero no los suficientes, aquellos que sabemos que lo que pensamos y sentimos se extiende y perpetua a nuestro alrededor, se transmite y aumenta y no quiero seguir extendiendo el miedo y la ira. Mi propósito es extender la luz y el amor, la sonrisa y el sentimiento de que podemos a pesar de todo y de todos seguir adelante, tener una mirada de esperanza y perdonar porque solo desde el perdón va a ser posible continuar avanzando entre tanta oscuridad y plantarle cara.

Me siento manipulada por los gobiernos y las personas que mueven los hilos del mundo y el tiempo en el que nos ha tocado vivir. El miedo, siempre el miedo, que surgió con el hombre y morirá con el es el elemento de manipulación social más grande y más perfecto desde el principio de los tiempos. El miedo nos sitúa en el punto más bajo de vibración, nos vuelve dependientes, demandantes de seguridad, de protección, de amparo. Nos coloca en puntos opuestos de una balanza que no debería existir, buenos y malos luz y oscuridad, nos enfrenta, nos separa, nos divide…

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La negatividad aumenta. Esa energía negativa que surge de nosotros mismos, de nuestra angustia, de nuestro malestar interno y que se propaga, extiende sus tentáculos y nos va cubriendo a todos sin dejarnos levantar el ánimo, respirar profundo y sonreír. Vaya donde vaya la gente habla de lo mismo, los medios dedican horas y horas a dar una información detallada y a transmitir imágenes de angustia y terror. Palabras e imágenes tienen en sí mismas un enorme poder que no podemos menospreciar y son los medios más eficaces para transmitir energías de todo tipo, en este caso claro está, negativas. Su vibración avanza en una dirección determinada, con un propósito determinado, con una intención. El poder de la palabra y de la imagen es tan grande que nos lleva de la mano, casi sin que nos demos cuenta hacia donde pretenden que nos posicionemos y vibremos sin que seamos en la mayoría de los casos capaces de detectar el rastro del camino que nos marcan para poder salir de él. Palabras e imágenes son las fuentes más potentes de transmisión de emociones. Precisamente de eso se trata, de alimentar el combustible que conseguirá que estas emociones nos dirijan en una determinada dirección. La repetición constante y frecuente magnetiza esa fuerza y la aumenta transmitiendo sin que nos demos cuenta el reino del terror y de la sumisión, extendiendo el mundo en el que nos quieren situar sin darnos opción a ser conscientes y elegir en la mayoría de los casos. El odio crece, las palabras y las emociones continúan extendiéndose, creciendo, conduciéndonos…

Guardaré silencio, callaré, pero no desde el odio el miedo o el rencor. Guardaré silencio desde el corazón.

Envío amor, luz, perdón, sentimientos positivos emociones que aumenten la vibración y que si conseguimos que se alcance el número suficiente de personas, la masa crítica necesaria pueden perfectamente hacer cambiar el sentido de las cosas.

Depende de nosotros y es importante estar atento a lo que sentimos, a lo que escuchamos, a lo que decimos, a aquello que transmitimos y extendemos. Seamos lo que queremos ser.

Seamos el cambio.

Vibremos en amor.

Desde nuestra paz seamos la paz.

3 comentarios

  1. Desde mi opinión, yo ya me he descolgado de todo lo que tiene que ver con los telediarios, y demás programas donde más que informar buscan meter miedo en el cuerpo, y dejarnos hundidos. Sin entrar en conspiraciones ni teorías de este estilo, si parece que hay un acuerdo implícito en los medios para que los mensajes vayan en esa línea. Considero importante no dejarse atrapar. Si nos dejamos atrapar entonces vibramos a un nivel muy bajo. Los miedos se alimentan en esos niveles, y es una de las maneras que tienen "los de arriba" para que no despertemos. El amor, la compasión, la alegría, son emociones que nos hacen vibrar a niveles altos, y es hacía allí donde podemos encaminar nuestros pasos para librarnos de estos miedos que nos dejan hundidos. Mónica Roset (terapeuta en sanación akáshica http://www.rosetterapias.com)

    1. Gracias Monica. Si, es importante no dejarse atrapar por el miedo ni la baja vibración, solo manteniendo el amor y vibrando alto podemos liberarnos de esos miedos. Cierto que no desaparecen los problemas pero una visión mas objetiva y desapegada nos permite mantenernos en una perspectiva desde la cual podemos actuar con mayor libertad

      Gracias por tu comentario y aportación

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