Alimentación Espiritual: Educando el Ego
Nutrir nuestro espíritu es esencial para la salud y la vida. Las personas están rodeadas y llenas de situaciones, sensaciones, recuerdos y sentimientos, que rigen sus vidas. Esto es lo que va moldeando nuestra alma.
El espíritu es la esencia de cada uno de nosotros. Es la verdad que nos pertenece y que cargamos en el corazón, y que a su vez, resuena al enfrentarnos a la vida. Sin embargo, lo que existe a nuestro alrededor, puede ser afectado por todo lo negativo que llevemos dentro; memorias equivocadas del pasado, culpa, rencor, arrepentimientos, resentimientos, entre otros conceptos que viven en nuestro cuerpo y mandan nuestro actuar, haciéndonos esclavos de ello. Por consiguiente, el ser humano debe reconocer la clave para enfrentar este riesgo, de privarnos de una vida espiritual sana y digna de ser.
La clave de la que hablamos, es sin duda alguna el reconocimiento del ego. Pero, ¿Qué es el ego y cómo se relaciona con nuestro espíritu? Pues bien, el ego es el yo que protege excesivamente nuestra autoestima, es decir, el aprecio que uno tiene de sí mismo. Dicho en otras palabras, el ego es el asistente de nuestro espíritu, o sea de nuestra verdad. Sin embargo, es primordial descubrir y reflexionar acerca de qué tan mal acostumbrado está nuestro ego.
Desde el momento en el que un ser humano reconoce su ego, estará inmediatamente tocando el privilegio de ser libre y de alimentar su espíritu por completo. Cabe aclarar, que para lograr esta alimentación del alma, no se debe destruir el ego, pues este de alguna forma nos da fuerza y nos enseña a conocernos. Por el contrario, la manera adecuada es más bien educarlo y ¿cómo? Pues lo primero es separar este ego de nuestro corazón y educarlo con amor. Hay que aclararle que él es la oscuridad y nuestro espíritu es la luz, y la luz es la que manda aquí.
Alimentar el espíritu es agradecerle al ego por querer defendernos y estar alerta, y asimismo, darle órdenes con amor para que se retire. Esto se debe a que el ego se hace responsable de decirnos si sentirnos burlados, ofendidos o atacados, pero estos «ataques» son simplemente reacciones egocéntricas provenientes de la otra persona. De esta manera, el ego siempre querrá ganar y no permitirá nada que parezca una ofensa. Sin embargo, para alimentar nuestro espíritu, lo fundamental es perdonar y aceptar; dar gracias al universo por todo y absolutamente todo lo que ocurra, pues cualquier situación puede ser vista como una bendición.
Lo anterior es la forma directa de iluminarnos y limpiarnos de aquellas memorias equivocadas, y creencias de nuestros ancestros, que nos han mantenido lejos de nuestra propia verdad y transformar así un ego lleno de miedos. Debo entender y perdonar con tranquilidad y conciencia el pasado. Aceptar que así debía ser transitado todo lo que pasó y que esta muerto ahora. Sumado a esto se debe proteger el silencio propio en medio del escándalo y el caos, perseguir la sombra donde se refugian todos esos sentimientos negativos que cargamos por experiencias pasadas, para cambiarlos por lienzos nuevos donde pintemos un aquí y ahora sano y positivo.
Todas y cada una de las personas del mundo somos un eterno presente. Somos y seremos siempre merecedores de nuevas oportunidades. Si el ser humano aplica todo lo mencionado anteriormente, está asegurando la nutrición de su espíritu, alimentándolo de actos que nacen en el corazón y son lo que construyen nuestra verdad. De esta misma manera, perdonamos a aquellos que nos afectaron con su ego errado, pedimos perdón al universo y le damos gracias por todo.
Debemos demostrar y convencer a nuestro espíritu de que somos capaces y merecedores de lo grato, pues no importa lo que nos haya pasado en la vida; una ruptura amorosa, una pérdida, una calamidad, un engaño o un cambio, todo a la final es una bendición y nosotros elegimos cómo grabarlo y transitarlo para crecer.
He ahí la clave de un espíritu saludable, consciente y nutrido sobre todas las cosas. Un espíritu donde la luz manda hoy y siempre.
«HONDO, MUY HONDO, DENTRO DEL CUERPO HABITA EL ALMA.
NADIE LA HA VISTO NUNCA PERO TODOS SABEN QUE EXISTE.
Y NO SOLO SABEN QUE EXISTE, SABEN TAMBIÉN LO QUE HAY EN SU INTERIOR.
DENTRO DEL ALMA, EN SU CENTRO, ESTA, DE PIE SOBRE UNA SOLA PATA, UN PÁJARO:
EL PÁJARO DEL ALMA. EL SIENTE TODO LO QUE NOSOTROS SENTIMOS.»
– EL PÁJARO DEL ALMA
AUTOR: Daniela Navarro, Redactora de la gran familia de hermandadblanca.org
FUENTES:
– www.actosdeamor.com/pajaroalma.htm
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