Anna Bonus Kingsford: sobre la conciencia y la memoria (46)
Anna Bonus Kingsford: sobre la conciencia y la memoria
Introducción
Seguimos con la traducción de las iluminaciones de la Doctora Anna Bonus Kingsford. En esta ocasión presentamos el texto 46, titulado Concerning Consciousness and Memory in Relation to Personality. Recordamos que la Doctora Kingsford se hacía preguntas y recibía respuestas que ella denominó Iluminaciones.
Esta Iluminación fue recibida el 15 de enero de 1883 en París.
Traducción de Anna Bonus Kingsford: sobre la conciencia y la memoria
Un globo de conciencia
La conciencia no es tanto una cosa como una condición. Si quiere tener un concepto claro de esta condición por medio de una analogía, toma la imagen de un globo incandescente, de una bola de fuego, fluida e ígnea a través de toda su masa.
Divide este globo con tu imaginación en diversas capas donde cada una contenga a la precedente. En la capa central interior solo encontraras un punto radiante o el corazón de la masa de fuego y que cada capa sucesiva constituye un halo de la circunferencia más o menos intenso, de acuerdo a su cercanía al punto radiante, pero secundario y derivado, sin ser en sí mismo una fuente de radiación luminosa.
Lo mismo ocurre con el macrocosmos y también con el reino humano. En este último, el alma es la zona interior y solo ella contiene el punto radiante. Este resplandor indivisible ilumina las zonas que la rodean en continuidad ininterrumpida, pero la fuente de su refulgencia no está en ellas.
Hay una ley para todas las cosas
A esta la llamo conciencia de refulgencia y al punto radiante lo llamo el ego espiritual o chispa divina. Ahora bien, para todas las cosas hay una ley. Dios no es algo que el hombre no sea. Por lo tanto el Hombre es uno. Pero dentro de esta unidad hay pluralidad. Dios siendo uno es también tres, porque en una personalidad hay tres personas, pero no solo tres, Dios está más allá del número, siendo todo lo que es.
Donde hay espíritu hay conciencia
Así que en esta unidad divina están comprendidas muchas personalidades. Esto se debe a que el espíritu es conciencia en su verdadera esencia y donde hay espíritu hay conciencia. Sin embargo, todo espíritu es uno. Por lo tanto la conciencia es una. Y como el espíritu es múltiple, así la conciencia es múltiple. Y el espíritu, como la luz, es expansivo.
Si no fuese así, no habría universo, sino solo un punto sin esparcir rayos. Y, en vez de eso, una densa e inconsciente oscuridad en toda la eternidad. Pero esto es absurdo y está contra la razón.
Ya que la naturaleza de la luz es ser radiante y la radiación es luz en sí misma. Así que donde haya luz, hay radiación y brillo, y Dios es el punto radiante y brillante del universo.
Dios es la conciencia suprema y el resplandor divino también es conciencia. Y el ego interior del hombre es consciente solo porque el punto radiante en él es divino. Esta conciencia emite conciencia y la transmite, primero al anima bruta y luego al cuerpo físico. Pero en la medida en que la conciencia está más concentrada, más brillante y resplandeciente está la chispa central.
Es un error pensar que la conciencia no es expansiva, sería como pensar que la luz no es radiante. Pero es cierto que la conciencia tiene un centro de difusión al igual que la luz tiene un punto radiante.
Es un error pensar que la conciencia no es expansiva, sería como pensar que la luz no es radiante. Pero es cierto que la conciencia tiene un centro de difusión al igual que la luz tiene un punto radiante.
La muerte: el globo sin chispa central
Ahora, si desde el medio del globo imaginario de fuego usted quita la chispa central incandescente, todo el globo no se oscurece de inmediato, sino que el resplandor de cada zona se mantiene de acuerdo a su grado de cercanía al centro de la esfera.
Esto también ocurre con la disolución en el proceso de la muerte. Todo es conciencia de acuerdo a su propio grado. En el sonambulismo o bien el anima bruta y el cuerpo físico están conscientes mientras la conciencia del alma está suspendida o bien, ocurre lo contrario, de acuerdo a la clase de somnolencia inducida.
Pero, esa parte que permanece consciente es capaz de reflexión, de pensamiento, de memoria y aun de invención inteligente y perspicaz, de acuerdo a su tipo y a sus dotes. La conciencia es, por lo tanto, expansiva y, en cierto sentido, divisible: Comprende mejor la verdad quien está más cerca de Dios y tal ser es el poeta.
Comprende mejor la verdad quien está más cerca de Dios y tal ser es el poeta.
Purificación después de la muerte física
Usted sabe que al final, cuando se logra el Nirvana, el alma reune todo lo que ha quedado dentro del astral como recuerdos sagrados y experiencias valiosas y, para este fin, el Ruach se eleva en la esfera astral por medio de la decadencia gradual y pérdida de sus afinidades más materiales. Cuando éstas se desintegran y perecen, su sustancia queda entonces purificada e iluminada.
Pero el continuo comercio e intercambio con lo terrestre agrega, por así decirlo, energía nueva a sus afinidades terrestres, manteniéndolas vivas y obstaculizando la llamada de su ego espiritual.
Saturno devora toda escoria
Por lo tanto, el ego spiritual mismo queda impedido para ser absorbido dentro de lo divino e integrarse en él. El Ruach no muere si queda en él algo valioso para guardar. La esfera astral es su cámara de limpieza. Ya que Saturno, que es el tiempo, es el que pone a prueba todas las cosas. Él devora toda la escoria, solo se escapa lo que es etéreo y destinado a reinar.
Esta muerte del Ruach es gradual y natural. Es un proceso de eliminación y desintegración, a menudo – con la medición humana del tiempo- se extiende por décadas e incluso siglos.
Y estos Ruach que pertenecen a personas malvadas y malas, al tener una voluntad fuerte inclinada a la tierra, éstas persisten más tiempo y se manifiestan con mayor frecuencia y vigor, porque ellas no se levantan, sino que al estar destinadas a perecer por completo, no se retiran del contacto inmediato con la tierra. Ellas son escoria, no hay en ellas nada redimible.
Ama a los justos
Pero el Ruach de los justos se queja si usted molesta su evolución. “¿Por qué me llamas? y no me molestes. Las memorias de mi vida en la tierra son cadenas en mi cuello, los deseos del pasado me frenan. Déjame que me levante hacia mi descanso y no me estorbes con evocaciones. Pero deja que tu amor me acompañe, así tú te elevaras conmigo de esfera en esfera.”
Ya que el hombre Bueno sobre la tierra solo puede amar lo divino. Por esto lo que él ama en su amigo es lo divino, o sea, el yo verdadero radiante. Y si él lo ama como diferente de Dios, es solo a consecuencia de su color separado. Ya que en la luz perfecta hay innumerables colores.
Amor al amigo justo
Y de acuerdo a su afinidad celestial, un alma ama este o aquel esplendor más que al resto. Y cuando muere el amigo justo del hombre bueno, el amor del hombre vivo va tras el alma verdadera del muerto, y la fuerza y divinidad de su amor ayuda a la purificación del alma astral, el fantasma psíquico.
Es para esta alma astral, que siempre permanece cerca de su amigo viviente, una indicación del camino que también debe seguir. Una luz brillando sobre el camino ascendente que guía desde lo astral a lo celestial y eterno. Porque el amor, siendo divino, va hacia la divinidad. “amor que exalta, amor que purifica, amor que eleva.”
Toda conciencia está en Dios
Hay solo un Dios. Y en Dios están comprendidos todos los Tronos dominios, potestades, principados, arcángeles y querubines del mundo celestial. A través de ellos todos los mundos son engendrados en el tiempo y espacio, cada uno con su esfera astral. Ahora bien, todos estos, tanto terrenales como celestiales, son entidades conscientes aunque todos subsisten en una conciencia, que es un solo Dios. Porque todas las cosas son del espíritu y Dios es espíritu y espíritu es conciencia.
Cada célula tiene conciencia
El material del cerebro físico está constituido por incontables células e innumerables fibras conectadas y Sin embargo, el resultado de estas funciones concordantes es una percepción y una conciencia.
También hay una conciencia de los nervios, y otra de la sangre y otra de los tejidos. Hay una conciencia del ojo y otra del oído y otra del tacto. Hay una conciencia apropiada y pertenece especial y distintivamente a cada órgano corporal.
Hay una conciencia del ojo y otra del oído y otra del tacto. Hay una conciencia apropiada y pertenece especial y distintivamente a cada órgano corporal.
El intelecto no conoce su cuerpo
Y todas ellas trabajan día y noche dentro el cuerpo, cada una de acuerdo a su clase y orden. Pero el intelecto del hombre no sabe nada sobre esto. Pregúntale a uno de estos órganos vivos y te contestará de acuerdo a su tipo. Entonces, si el hombre tiene tan poco dominio y dirección sobe las diversas partes de su propio cuerpo físico,
¿porque debería extrañarse de que su yo etéreo sea de igual manera múltiple? El alma bruta es un órgano del hombre espiritual y, aunque es parte de él, sus actos, sus funciones y su conciencia no son idénticos a los de su alma espiritual. La conciencia es divisible, por lo tanto, y expandible en el hombre, como en Dios; en el planeta como en el universo y una ley través está en el todo.
El alma bruta es un órgano del hombre espiritual y, aunque es parte de él, sus actos, sus funciones y su conciencia no son idénticos a los de su alma espiritual.
Conclusión
Este texto nos habla de la complejidad del ser humano. Así como tiene un cuerpo físico con múltiple partes, de igual manera su alma es compleja.
Después de la muerte se separa lo que no es útil de todas las cualidades adquiridas durante la vida, las últimas seguirán existiendo y se unirán al espíritu de ese ser y todo lo inútil será descartado, pero no enseguida ya que esas partes mantienen algún grado de conciencia hasta desaparecer.
La imagen del globo de fuego y su comparación con los diferentes grados de conciencia es un buen ejercicio de reflexión.
¡Hasta la próxima Iluminación!
Referencias
Anna Bonus Kingsford Concerning Consciousness and Memory in Relation to Personality.
José Contreras redactor y traductor en la gran familia de hermandadblanca.org
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