Anna Bonus Kingsford: Sobre los misterios cristianos 48 Parte 1
Anna Bonus Kingsford: Sobre los misterios cristianos 48 Parte 1
Introducción
Continuamos presentando las Iluminaciones de la Doctora Anna Bonus Kingsford. En esta ocasión, se refiere al simbolismo de la Virgen María en dos aspectos el de la Inmaculada Concepción y el de la Asunción. En ambos casos se está refiriendo al alma que siempre es pura y sin mancha y que el objetivo final de la evolución es que el alma ascienda hasta Dios.
La Doctora Kingsford reconoce que estos dogmas son guardados por la Iglesia Católica y no por otras religiones y le da reconocimiento, aunque su interpretación de estos misterios es diferente a la enseñada normalmente.
El título original en inglés es No. XLVIII Concerning the Christian Mysteries Part 1. Primero presentamos la traducción de esta parte y luego presentamos algunos comentarios con la finalidad de ofrecerle al lector algunos puntos de vista que le sirvan para complementar su propia interpretación.
Recordamos que la Doctora Kingsford se hizo católica ya que consideraba que los principales misterios estaban en esta religión, aunque no eran interpretados en la forma en que se habían interpretado en los primeros siglos. Por esto ella proponía una Nueva Interpretación que no era otra cosa, sino regresar a las fuentes.
Traducción de «Sobre los misterios cristianos»
La Inmaculada Concepción
Los dos temas de la historia de la creación o evolución están formulados por la iglesia católica en dos preciosos e importantes dogmas. Ellos son: primero, la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y, segundo, la Asunción de la Santísima Virgen María. Por la doctrine del primero, somos secretamente iluminamos sobre la generación del alma, que es concebida en el vientre de la materia y, sin embargo, desde el primer instante de su ser es pura e incorruptible. El pecado viene por medio del elemento material e intelectual ya que estos pertenecen a la materia.
Pero el alma, que es celestial y pertenece a las condiciones del cielo, está libre del pecado original. “Salem, que es de arriba, es libre, y es la madre de todos nosotros. Pero Agar –la parte astral e intelectual- “es una esclava, tanto ella como su hijo”. El alma nace del tiempo (Ana) y es concebida sin mancha de corrupción o decadencia, porque su esencia es divina. Contenida en la materia y traída al mundo por medio de esta, sin embargo, no es de ésta, de no ser así, no podría ser la madre de Dios.
Los dos temas de la historia de la creación o evolución están formulados por la iglesia católica en dos preciosos e importantes dogmas. Ellos son: primero, la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y, segundo, la Asunción de la Santísima Virgen María.
En su seno es concebida la luz brillante y sagrada –el nucléolo- que permanece en ella desde el comienzo y que, sin relación con la materia, germina en ella y se manifiesta como la imagen expresa de la personalidad eterna e inefable. Ella le da individualidad a esta imagen. A través de ella y en ella se focaliza y se polariza en una persona perpetuo y autosuficiente, que es a la vez Dios y hombre.
Pero si no fuese inmaculada –que alguna mezcla de materia entrara en su sustancia integral- no podría ocurrir la polarización de lo Divino. La matriz en la cual Dios es concebido, debe ser inmaculada. La madre de la Deidad debe ser “siempre-virgen”. Ella crece desde la infancia hasta de niñez en las piernas de Ana, de la niñez se convierte en doncella, el tipo verdadero del alma que se desarrolla, aprende, se incrementa y se elabora por la experiencia. Pero entre todo esto, permanece en su esencia divina, incontaminada y a la vez hija, esposa y madre de Dios.
La Asunción de María
Así como la Inmaculada Concepción es la fundación de todos los misterios, de igual manera, su coronación es la Asunción. El objetivo y la finalidad de la evolución cósmica es precisamente este triunfo y apoteosis del alma. En el misterio presentado por este dogma, contemplamos la consumación de todo el esquema de la creación: la perpetuación y glorificación del ego humano individual.
La tumba –la conciencia material y astral- no puede retener a la inmaculada Madre de Dios. Ella se eleva a los cielos y asume la divinidad. Su propia persona es elevada a la cámara del rey. Desde el principio hasta el fin, el misterio de la evolución del alma –es decir, la historia de la humanidad y del drama cósmico- está contenido y sintetizado en el culto e la Santísima Virgen María. Los actos y las glorias de María son el tema supremo de todos los misterios sagrados.
Comentarios «Sobre los misterios cristianos»
La doctora Kingsforf nos ofrece una nueva interpretación sobre la Inmaculada Concepción y sobre la Asunción de María. Nos dice que estos misterios se refieren al alma. Nuestra alma siempre es inmaculada, es como el agua, que aunque se mezcle con diferentes sustancias, siempre es pura. Basta con purificarla y mostrará su pureza.
Nuestra alma nace inmaculada y al morir no se apega a la tumba, sino que se despoja de todos los errores que hayamos cometido y se lleva solo lo más noble que hayamos desarrollado.
Lo que nos está proponiendo esta interpretación es que la Inmaculada Concepción y la Asunción no se refieren a una vida particular sino a todos los seres humanos. Nosotros tenemos un alma, que es pura y que debemos preparar para llevarla a la Asunción.
Referencias
Anna Bonus Kingsford No. XLVIII Concerning the Christian Mysteries Part 1.
J. Contreras redactor y traductor en la gran familia de hermandadblanca.org
Sugerencias de enlaces
Anna Bonus Kingsford (1) Presentación
Reencarnación en la historia europea (4): Pestalozzi
Filosofía de la libertad Rudolf Steiner (6) La imaginación moral