Cinco cualidades de la práctica espiritual: La paciencia infinita
CINCO CUALIDADES DE LA PRÁCTICA ESPIRITUAL:
LA PACIENCIA INFINITA
Ozmo Piedmont
Mi maestra Rev. Maestra Roshi Meiten me recomendó cinco cualidades de nuestra práctica espiritual que ella creía son indispensables y que debemos fomentar para establecernos bien en el camino del Buda para la Iluminación:
1. Paciencia Infinita;
2. Valor Heróico;
3. Humildad Profunda;
4. Fe Inquebrantable;
5. Compasión Ilimitada. Hoy quería tratar la primera cualidad de la paciencia.
Cuando nos sentamos a meditar, estamos enfrentando lo incómodo en nosotros, descubriendo el dolor y la anxiedad que nos surgieran debido a nuestro condicionamiento del pasado y estimulado por condiciones en el presente. Sentarse es una actitud interior la que nos permite estar atentos y despiertos a lo que nos está pasando en el presente. El poder de esta actitud se reconoce poco a poco en nuestro aprendizaje y práctica. Cultivando la paciencia puede ser una gran ayuda en superar muchos de los problemas y los obstáculos que se encuentren en el camino.
Paciencia es fundamental en nuestra práctica. Este cuerpo-mente es un complejo en la que se almacena nuestra karma. Nuestro condicionmiento creando este karma es muy fuerte. Nos impone una gran influencia en como precibimos el mundo. Tendemos a identificarnos con las evaluaciones y los patrones de compotamiento asociados con esta karma, creando una lente oscura y distorsionada por la que miramos a nuestro alrededor. Tenemos que estar dispuestos a enfrentar este mundo distorsionado por nuestras tendencias kármica, las que se llaman “samskharas” en sanscrito, formándose por la codicia, el enojo, y la ignorancia. Nuestra práctica espiritual es identificar estas tendencias formativas basadas en nuestro karma del pasado, incluyendo todas nuestras intenciones, hábitos, y reacciones egoistas causándonos sufrimiento, insatisfacción, y descontento. El Buda dijo que la sabiduría es nuestra capacidad de ver las cosas como son. Por medio de la investigación de nuestras áreas sensibles en este complejo de cuerpo-mente condicionado, se aprende a purificar el karma que nos está causando problemas.
Paciencia es una herramienta importantisimo en este trabajo. Hay que reconocer y cultivar la paciencia, algo que se puede hacer conscientamente una y otra vez en nuestra práctica. Un maestro zen una vez recomendó que practicáramos la meditación como si la Iluminación se lograra tanto en cinco minutos como en 500 años. Practiquemos creyendo que la Iluminación es una realidad aquí y ahora, y con solo un poco más de esfuerzo, se va a manifestarse en seguida. Imagínense si habíamos ya dejado a practicar varias vidas consecutivas pensando que no es posible lograr la Iluminación en esta vida, dejando a meditar y practicar por la flojera y la pereza, cuando casi habíamos llegado a la meta. De la misma manera, debemos darnos a la meditación y la práctica espiritual sin importar que nos tardáramos 500 años. Se requiere suma paciencia para tolerar todos los retos y los obstáculos que surgieran en el camino. Pero si uno es constante en su práctica, tarde o temprano, la Iluminación va a llegar. De hecho, el primer momento que se comienza a meditar, se está poniendo el primer paso en el camino de los Budas, y este camino en sí es la paz, la calma, y la serenidad de nuestra Naturaleza Búdica. Somos ya todos Budas, aunque nuestras samskharas siguen distorsionando la libre expresión de esta perfección presente en nosotros. Con paciencia, atención vigilante, y aplicación de los Preceptos, todos llegaremos a la Budeidad perfecta y la alegría permanente de La Iluminación Final.