Claves para madrugar y aprovechar el día
Cuando uno lee las biografías de algunos de los yoguis más conocidos del mundo, o incluso cuando charla con algún profesor experimentado, descubre cómo por normal general son personas que tienen la sana costumbre de madrugar, y madrugan mucho. De hecho, el significado original del “Saludo al sol” es que el yogui literalmente se levanta antes de que el sol “se despierte” y comienza su práctica cuando los primeros rayos empiezan a despegar sobre el horizonte. También es muy recomendable tomar nuestro desayuno antes de que salga el sol.
Sin embargo, no nos engañemos, a todos nos cuesta madrugar. Nos cuesta madrugar cuando es absolutamente necesario (ir a trabajar, a la universidad, etc,) y aún más cuando no tenemos “ninguna necesidad” por hacerlo. Y sin embargo, interiormente estoy seguro que secretamente admiramos a esas personas capaces de despertarse a las cinco de la mañana y comenzar su práctica. Pero, de dónde toman la energía y la voluntad para hacerlo? Leyendo un artículo en el Cuaderno de Yoga, he encontrado algunos consejos a los que podemos seguir, he agregado algunas pequeñas observaciones.
1. Necesitas un motivo
Nadie madruga por el simple placer de hacerlo, siempre hay un motivo, bien sea para trabajar, bien sea para hacer ejercicio, para practicar yoga o porque nos gusta dar un paseo por las mañanas. Tenemos que descubrir cuál es nuestro motivo. No tiene por qué ser el yoga, aunque en nuestro caso es una razón más que válida.
2. Evita bebidas y alimentos “estimulantes”
Difícilmente podrás madrugar si a lo largo del día te has tomado tres cafés, y has terminado la noche con amigos. El cuerpo te pedirá descanso, y literalmente te impedirá despertarte pronto. Recuerda no bebas nada que contenga cafeína 3 horas antes de ir a la cama, se dice que el cuerpo demora 24 horas en liberar la cafeina del cuerpo.
3. Madruga de forma progresiva
Si los sábados tienes la costumbre de despertarte sobre las 10 o las 11 de la mañana, no pretendas despertarte a las cinco de la mañana de un día para otro. Tienes que hacerlo de una forma suave y progresiva. Durante el primer mes puedes probar a despertarte a las 9.30, a las 8.30 durante el segundo mes y así hasta que llegues a una hora óptima en la que puedas aprovechar el día.
4. Pequeñas recompensas
Aunque lo ideal sería que te despertases por el placer de hacerlo, al principio te costará menos si te recompensas con pequeños detalles por haberlo conseguido. ¿Consigues un día despertarte y estar activo desde las siete de la mañana? Prémiate con un capricho. Pronto aprenderás a vivir sin “recompensas” pero al principio pueden ser de mucha ayuda. Pero ojo depende del capricho! busca cosas sanas que ayuden a este nuevo reto y también a la salud.
5. Comparte tu objetivo con familiares y amigos
Si compartes tus intenciones con las personas que conoces, tu mismo tendrás una razón más para hacerlo. Pídeles que te pregunten sobre tu progreso, que te “regañen” cuando no lo consigas, y que te “alaben” cuando hayas conseguido tu objetivo.
6. Aprovecha tu agenda
Si estás acostumbrado a utilizar una agenda, convierte tu “madrugón” en una cita importante a la que tienes que acudir. Convéncete a tí mismo que lo que tienes que hacer no es madrugar sino realizar una visita imprescindible o coger ese vuelo que de otra forma despegará sin tí,
7. A dormir!
Seamos realistas. Es literalmente imposible que te levantes a las 5 de la mañana si la noche anterior te has ido a dormir a la una de la madrugada. Intenta cambiar tus hábitos de sueño. ¿Qué te retiene despierto a las 12 de la noche? ¿Una película en la televisión repleta de anuncios? ¿Navegar por Internet? ¿Estás seguro que no puedes irte a la cama a las once de la noche?
8. Programa un buen sistema de alarmas
Consigue un despertador que realmente te obligue a levantarte de la cama. Ponlo lejos de la mesilla de noche. No optes por uno de eso que se desactiva solo con un gesto. Si además eres de los que no oyen el despertador, programa alarmas cada cinco minutos para asegurarte de que realmente te vas a despertar.
9. Medita
Antes de irte a dormir dedica un tiempo a la meditación y márcate el firme objetivo de despertarte pronto al día siguiente. Convéncete de que es posible, que no es ese “gran trauma” que ahora mismo te puede estar pareciendo que es.
10. No remolonees
Olvídate del clásico “cinco minutos más”. En cuanto escuches el despertador salta de la cama como si estuviese llena de piojos. Cuanto antes salgas de la cama, menos motivos tendrás para volver a ella.
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