Comprensión y Sanación de la Antigua Batalla entre Hombres y Mujeres Por Gerrit Gielen

Rosa (Editora)

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Gerrit Gielen/  Enero 14 de 2017

 

 

Creación: Una cooperación entre las energías masculinas y femeninas

En el comienzo está la Creación: El tiempo y el espacio son creados a partir del Uno; la consecuencia es la diversidad: La vida toma interminables formas; hay un número infinito de campos de experiencia, esferas, dimensiones y mundos para explorar. Esto plantea la pregunta: ¿Por qué ocurrió la Creación?

La Unidad lo incluye todo; y para que seas consciente sólo de una parte de esa unidad, es necesaria la Creación. Para dar un ejemplo: La Luz blanca es la suma de todos los colores; para experimentar los colores individuales tenemos que romper la Luz blanca con el uso de un prisma. Esta dispersión de la Luz blanca en todos los colores del arco iris es lo que Yo llamo Creación: Crear diversidad a partir de la unidad.

Solamente cuando ya hemos experimentado la belleza y las cualidades de todos los colores individuales, entendemos verdaderamente qué es el blanco. La Creación, que crea diversidad, se origina en el deseo de autoconsciencia. Solamente entendemos el todo cuando hemos experimentado realmente todas las partes individuales; podemos comparar esto con el viaje que hacemos durante la vida. Cuando Yo era niño entendía cómo era ser un niño, pero aún no sabía cómo era ser un adolescente enamorado, ni cómo es ser un hombre casado o ser padre. Necesito tener todas esas experiencias para entender realmente quién soy como Ser Humano para encontrar paz verdadera en mi interior.

En este gran viaje de descubrimiento, el cual es el propósito de la Creación, hay 2 fuerzas que desempeñan un papel central: La masculina y la femenina. La energía masculina es extrovertida, inquisitiva y aventurera; y quiere experimentar y entender todo; esta fuerza yace en la base del surgimiento del tiempo y el espacio. La energía femenina crea la consciencia de la Unicidad interna; a través del aspecto femenino la Humanidad está conectada con esa Unicidad (el Uno); y a través del aspecto masculino está conectada con la diversidad (los Muchos). El aspecto femenino tiene que ver con el Mundo Interno; el aspecto masculino con la realidad externa manifiesta.

La energía masculina permite que lo único e individual se pueda experimentar en todo; mientras que la energía femenina permite la integración y la unión. Sin la energía femenina que integra las experiencias únicas de los individuos en una imagen mayor, éstos resultarían perdidos en la noche.

La dualidad surge cuando un ser vivo comienza a identificarse demasiado con uno de los 2 aspectos. En el actual estado de la Humanidad, el aspecto masculino es el objeto dominante de identificación; el resultado es la supresión del aspecto femenino, lo cual causa pérdida de esa sensación de conexión interna. El sentido del Yo es demasiado fuerte: El ego se ve ante un Universo al cual ya no experimenta como una madre protectora; entonces se siente pequeño y amenazado; y reacciona queriendo acumular tanto poder como sea posible tomándolo de ese Universo.

Cuando la femenina es la energía dominante se enfoca demasiada atención en el Mundo Interno, lo cual crea dualidad con el Mundo exterior. El Mundo Interno, el Mundo de lo espiritual, es entonces considerado superior a la realidad externa de diversidad y pluralidad de formas.

Paraíso: Equilibrio entre lo femenino y lo masculino

Podemos ver el funcionamiento de la dualidad en la historia de la Humanidad. En el pasado prehistórico había equilibrio entre las energías masculina y femenina; en ese tiempo no había países ni fronteras, fue el tiempo de un paraíso terrenal llamado Lemuria. Yo tengo impresiones de cuando otros Seres Angélicos y Yo estábamos ocupados preparando a la Tierra para la llegada de los Humanos.

«Es como un bello sueño de hace muchísimo tiempo. Éramos radiantes Seres Angélicos. En colaboración con Madre Tierra estábamos creando la naturaleza. Para nosotros el tiempo tenía una velocidad bastante diferente: Las plantas que creábamos, las veíamos surgir ante nuestros ojos. Estábamos ocupados preparando a la Tierra para la llegada de la Humanidad. Era un tiempo de esperanza, un tiempo de Amor. Pensábamos que la Tierra se convertiría en un bello campo de juegos en el cual Seres con una simple consciencia infantil podrían descubrir qué es la vida de una manera deliciosa; un lugar donde las personas podrían disfrutar su Amor mutuo y por la naturaleza… ¡Qué equivocados estábamos!… ¿Qué salió tan terriblemente mal?»

En ese tiempo las personas que poblaban la Tierra sentían la conexión interna de la vida y sabían que Madre Tierra estaba ahí para todos; las personas vivían en armonía con la naturaleza; la Tierra estaba ahí para todos, tal como el aire; pero Ella no era nuestra posesión. Al mismo tiempo la vida era un viaje de descubrimiento, una deliciosa aventura. Tras cada montaña, una nueva vista; tras cada horizonte, una nueva región con nuevas experiencias para explorar.

La Humanidad fue creada como una raza muy curiosa e inquisitiva. En aquellos días las personas tenían una consciencia exuberante un poco infantil; disfrutaban la vida con una felicidad espontánea que ahora vemos solamente en los niños. Su consciencia era más expansiva que la nuestra: Podían comunicarse con los animales, con las plantas, con las montañas y con los ríos. Para ellos era natural tener contacto con Guías Espirituales y con criaturas etéricas como elfos y duendes. Tenían una muy diferente percepción del tiempo y vivían día a día.

En esta Humanidad en desarrollo había un ritmo natural según el cual las energías femenina y masculina eran más o menos dominantes alternativamente. Después de cada fase de descubrimiento y exploración, venía una fase de interiorización; de la misma manera como un Humano corre alternando entre las piernas izquierda y derecha. Pero luego eso se descompuso.

 

El final del paraíso: La serpiente y el surgimiento de la dualidad

En la Biblia esta fase se describe simbólicamente en la historia de Eva que fue tentada por la serpiente para que probara el fruto que da a los Humanos conocimiento del bien y del mal.

¿Qué salió mal? La Humanidad como conjunto es una raza masculina, una raza que se enfoca en el descubrimiento y la aventura; por esta misma razón existía en la Humanidad el deseo de liberarse más del Mundo Espiritual; la raza Humana quería seguir en la aventura y el descubrimiento. Gradualmente la Humanidad se encarnó más profundamente en la Tierra y en la materia; la conexión con sus guías, los Ángeles que acompañan a la Humanidad en su camino; y la observancia del Mundo Espiritual se volvieron menos importantes. Las mujeres que por su naturaleza están más enfocadas en el Mundo Interno, estaban más capacitadas que los hombres para crear esta conexión; y en esto algunas mujeres eran mejores que otras.

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Este último grupo era muy importante para la comunidad, así que surgió una casta de sacerdotisas. Cuando aumentó la distancia entre estas sacerdotisas y el reino espiritual de los Ángeles que acompañaban a la Humanidad, surgió una apertura para el contacto con otras fuentes que tenían intenciones menos recomendables; las energías reptilianas (la serpiente de la Biblia) quisieron debilitar a la Humanidad dividiéndola.

Las sacerdotisas eran tentadas con las siguientes ideas: El Mundo Interno es más importante que el externo; las mujeres que están más sintonizadas con el Mundo Interno son mejores que los hombres y tienen derecho a tener el liderazgo. Tales pensamientos adulaban su ego; y gradualmente ellas comenzaron a abrazar esta visión dual del Mundo: Las mujeres y el Mundo Interno se consideraban mejores y representaban lo «superior». Los hombres y el Mundo externo se consideraban peores y representaban lo «inferior». La ‘mordedura de la manzana’ fue ésta: La dualidad, el llamado conocimiento del bien y del mal, se arraigó sólidamente en los pensamientos de la Humanidad.

Las sacerdotisas comenzaron a considerarse cada vez más importantes y querían bellos templos y bellas residencias. Surgieron comunidades que permanecían en la localidad; la Humanidad dejó de ser nómada y descubrió cosas nuevas; y las mujeres permanecieron en el poder durante largo tiempo. Cada vez más, los hombres eran mirados como Seres inferiores e inclusive tratados como esclavos.

 

El dominio femenino y las heridas de la energía de los hombres (energía varonil)

Comenzó la época de las Reinas-Sacerdotisas; ellas proclamaban una visión dual del Mundo que justificaba su poder y su autoridad; y la superioridad esencial de las mujeres sobre los hombres. Proclamaban que la Verdad residía solamente en el Mundo Interno; y que solamente las mujeres tenían acceso a esa verdad. El Mundo externo se presentaba como malo, peligroso y tentador; y para su propio bien, las personas tenían que ser protegidas de ese Mundo malo.

Este concepto tuvo 4 consecuencias de largo alcance que provocaron profundas heridas en la energía varonil.

 

La 1ª herida: La pérdida de la belleza

Vivir en un mismo lugar requiere agricultura intensiva y trabajo pesado: Trabajo de hombres. La natural urgencia de los hombres hacia la aventura, la cual ya era vista con sospechas, fue consecuentemente aún más reprimida; esa urgencia no va bien con el aburrido y pesado trabajo de arar y trillar.

Cambió la imagen de lo que era ser un buen hombre: Tenía que ser confiable en el trabajo pesado, así que no tenía mucho tiempo para pensar. Los hombres aventureros eran mirados como vagabundos e indigentes, un peligro para la comunidad; en nuestro tiempo aún hay muchas expresiones se refieren a esto: «Nadie se muere por trabajar duro»; «El hombre debe ganarse la vida con el sudor de su frente»; «El diablo encuentra trabajo para las manos ociosas».

Sin embargo, el deseo de aventura en los hombres es a final de cuentas el deseo de experimentar la belleza y las maravillas del Universo; al suprimir este deseo, surgió la primera herida de la energía varonil: La pérdida de la capacidad de apreciar la belleza. Los hombres aprendieron que disfrutar la belleza de la vida, seguir una aventura y explorar nuevas formas de vida, el impulso de crear, de descubrir; todas esas cualidades eran «malas» y debían ser suprimidas. Un «buen hombre» trabaja muy duro y no hace preguntas.

Aún vemos las consecuencias de esta manera de pensar; miremos las ciudades modernas diseñadas y construídas casi exclusivamente por hombres que trabajan duro; y notemos su carencia de color y belleza. Vemos en nuestro entorno solamente una energía varonil fugitiva que no puede descansar ni parece saber qué quiere.

Este desarrollo hizo que los hombres asumieran casi completamente la responsabilidad del suministro de alimentos, lo cual los hizo más importantes en la comunidad.

 pareja sientiendo energía

La 2ª herida: La pérdida del Amor

Por causa de la visión dual del Mundo de la casta de las Sacerdotisas, el Mundo externo se veía cada vez más peligroso; las comunidades se establecían en un lugar y necesitaban protectores. Esta tarea también fue de los hombres; los cazadores se convirtieron en guerreros. Sin embargo, a diferencia de un buen cazador, un guerrero no puede tener sentimientos; un soldado que mata a otro Ser Humano no debe tener sentimientos respecto a su víctima, no puede dejar entrar en su mente que aquel a quien estaba matando fue un bebé que tuvo una madre que lo pudo amar muchísimo y querer lo mejor para él; el guerrero no se puede poner a pensar: «Ahora he matado al bebé de esa madre. ¿Cómo la afectará esto? ¿Cómo se sentirá cuando se entere de que él ha muerto? ¿Cuántas lágrimas derramará?» Alguien que tenga empatía no puede ser un guerrero.

Un buen guerrero suprime la energía del corazón y actúa a partir de una visión muy dual del Mundo: Que el otro, el enemigo, es malo. «Mi oponente no es realmente un Ser Humano, así que lo puedo matar». Obviamente esta actitud produjo un incremento de la dualidad en el Mundo; cada vez había más luchas, más guerras y más fronteras. Así que los guerreros, hombres, se volvieron cada vez más importantes; unos hombres que habían perdido la conexión con su corazón.

Ésta es la 2ª herida de la energía varonil, la herida del corazón: La pérdida del Amor. Un hombre que cierra su capacidad de empatía, se siente solitario y perdido en un gran Universo vacío y hostil.

 

La 3ª herida: La pérdida de la sabiduría

El cambio y la renovación se consideraban sospechosos en las comunidades establecidas; el poder se volvió conservador; el poder iba de la mano con el temor al cambio y la carencia de flexibilidad. La espiritualidad natural basada en el Amor cambió cada vez más hacia una fe dualista basada en el temor, con todas clases de reglas sobre el bien y el mal. Cuando la espiritualidad está representada por una religión establecida, se necesitan dignatarios que puedan imponer las reglas, por la fuerza si es necesario; y esto elimina la innovación; esta imposición también era tarea de los hombres. La verdad ya no se consideraba una energía viva y amorosa que se despliega dinámicamente y siempre muestra nuevas facetas; la verdad se redujo a un conjunto de reglas impuestas por los hombres. En ese tiempo vemos el surgimiento de las religiones autoritarias en las cuales la verdad se establece de una vez por todas; y si no estabas de acuerdo, eras malo o pecador.

Por causa de que el mantenimiento de las reglas de una religión coincide frecuentemente con la promoción de esa religión, esta última también se convirtió cada vez más en una tarea de hombres… Ahora los hombres eran las autoridades de la espiritualidad… Esto fortaleció la tendencia de que los hombres fueran más importantes y más poderosos. Sin embargo, las religiones autoritarias tienen poco en común con la sabiduría y la verdad. Así nació la 3ª herida de la energía varonil: La pérdida de la sabiduría. La idea de que el cambio es malo y de que la verdad ha sido establecida de una vez por todas en un libro de reglas, aún hace sufrir muchísimo a la Humanidad.

 

La 4ª herida: La pérdida de la ternura en la sexualidad

Por causa de la creciente tensión entre los sexos, también la experiencia de la sexualidad estaba bajo presión; cada vez había menos lugar para el Amor y la ternura. Cuando bajo la dominación de las sacerdotisas los hombres eran vistos como inferiores, tener sexo con un hombre era visto como un mal necesario; así que las mujeres comenzaron a reprimir su energía sexual. El sexo en los hombres estaba cada vez más asociado con la expresión de la ira reprimida; mientras que al comienzo era una expresión de Amor por la mujer, entonces se convirtió en expresión de violencia. La ira reprimida y la lujuria comenzaron a coincidir: Frecuentemente las fantasías sexuales de los hombres eran violentas.

Así nació la 4ª herida en el área de la sexualidad; desde entonces, frecuentemente la sexualidad tiene más que ver con las emociones reprimidas que con el Amor entre hombres y mujeres.

 

El surgimiento del dominio varonil

Puesto que las sacerdotisas ya no proclamaban una espiritualidad viva, finalmente se volvieron innecesarias; las rígidas reglas de una religión dualista autoritaria podían funcionar sin el Amor y sin la intuición femeninos.

Debido a que gradualmente los hombres asumieron la responsabilidad del suministro de alimentos, de la protección de la comunidad y de la aplicación estricta de una espiritualidad «muerta», éstos ganaron preeminencia; la energía varonil se volvió dominante y continuó siéndolo durante largo tiempo.

Sin embargo, esta energía varonil dominante estaba herida: Había surgido un hombre que había perdido su sensibilidad ante la belleza, su corazón y su sabiduría. Las mujeres eran vistas como objetos sexuales inferiores y frecuentemente eran víctimas de retorcidos sentimientos sexuales surgidos de la violencia; las mujeres les recordaban a los hombres sus sentimientos, los cuales eran peligrosos y malos; así que las mujeres también eran malas. Puesto que la verdad estaba establecida en reglas y mandamientos, las habilidades intuitivas y espirituales naturales en las mujeres, eran vistas como malas y peligrosas. La terrible muerte de las brujas en la hoguera que aún tiene lugar en algunos lugares del Mundo, comenzó en aquellos días; cada vez las mujeres tenían menos derechos y eran más oprimidas. Eventualmente, solamente se consideraron adecuadas para tener y criar hijos; inclusive en la Edad Media muchos teólogos miraban a las mujeres como Seres sin Alma.

Se había perdido el paraíso; sobrevino un tiempo de guerras, crueldad, división y falsedad; un tiempo que produjo profundas heridas en la energía de las mujeres o energía femenil. Una Humanidad dividida internamente ya no era capaz de protegerse; la serpiente había logrado su meta: Los Seres Humanos ya no estaban conectados con la verdad viva y eran propensos a las ideas falsas; quien abraza una visión dual del Mundo, está asustado; y alguien asustado es fácil de manipular: Le inculcas que si no te escucha, será víctima de aquello a lo que teme.

 

Influencias extraterrestres y el surgimiento de Atlántida

Las personas que desprecian lo femenino son vulnerables; anhelan tener guía hacia lo superior, pero al mismo tiempo rechazan la solución natural que ofrece la energía femenina: Confiar en su intuición y en su conocimiento interno. Entonces encuentran una solución falsa: Proclaman que los poderes del Mundo externo son «superiores», pero entonces son completamente vulnerables a la manipulación.

En el pasado, como consecuencia de esta vulnerabilidad la Humanidad se convirtió en juguete de todas clases de fuerzas galácticas. Los Humanos que habían perdido la conexión con la femenina interna, eran fácilmente cautivados por los que parecían milagros y por el poder de civilizaciones técnicamente avanzadas; pronto los representantes de estas civilizaciones fueron vistos como dioses. Los Humanos fueron manipulados de todas las maneras posibles; y también genéticamente. Una cantidad de historias sobre viejos dioses, como los famosos dioses griegos, con todos sus errores y todas sus crueldades humanas, provienen de este tiempo. En mi opinión, la respuesta a la pregunta: «¿Los Dioses eran cosmonautas?» (Título del libro de Erich von Däniken) Es: «Sí».

Este tiempo de opresión terminó cuando avanzadas Almas extraterrestres incidieron en la Tierra para ayudar a la Humanidad en su desarrollo; crearon una especie de raza de superhombres conocidos como Atlantes o gente de las estrellas. Tenían mayor talla Física que la gente de la Tierra y grandes capacidades intelectuales; su 3er Ojo también era muy desarrollado. Su objetivo era doble: Liberar a la Humanidad y a la Tierra de influencias extraterrestres indeseables y volver a poner a la Humanidad en contacto con su espiritualidad natural; esto último se lograría restaurando el equilibrio entre las energías varonil y femenil.

Había comenzado la era Atlante: Un período en la historia de la Humanidad que duró cerca de 100.000 años. Durante este período hubo una clara distinción entre estos extraterrestres encarnados que se veían como los líderes iluminados de la Humanidad; y los más o menos inconscientes miembros de la Humanidad. La gente de las estrellas se encontró cara a cara con la gente de la Tierra.

Sin embargo, el nacimiento de Atlántida tenía en sí las semillas de su caída. Con el objeto de liberar a la Humanidad de las influencias extraterrestres, los Atlantes tuvieron un gran dominio sobre la gente de la Tierra: Ellos eran la clase gobernante y miraban a las personas de la Tierra como sus subordinadas; esto no estaba de acuerdo con sus intenciones espirituales, tener poder sobre la gente de la Tierra no estaba en armonía con su propósito de liberar internamente a esa misma gente. Realmente, la espiritualidad de la gente de las estrellas no era nacida del corazón; tenía motivaciones de poder.

Cada vez más los Atlantes veían a las personas de la Tierra como torpes criaturas adecuadas solamente para el trabajo esclavo. Cada vez se consideraban más superiores y abusaban más frecuentemente del poder de su 3er Ojo. Adicionalmente, mientras que los Atlantes hombres y mujeres eran considerados iguales, ése no era el caso para sus subordinados, la gente de la Tierra; entre ellos eran los hombres quienes dominaban. Esto les gustaba a los Atlantes porque los hombres estaban mejor adaptados para seguir sus órdenes y para construír sus magníficas ciudades. Los Atlantes tenían muy claro que mientras las mujeres estuvieran reprimidas, ellos podrían conservar el control de la Humanidad y hacer lo que quisieran.

El poder corrompió a los Atlantes; comenzaron a disfrutar cada vez más de su poder, de su éxito e invencibilidad aparentes; abusaban cada vez más de los poderes de su 3er Ojo. Frecuentemente este Tercer Ojo es llamado Agni, el chacra del fuego; y para anular este poder se necesitaba el agua. Se ha escrito mucho sobre el hundimiento de Atlántida; pero el motivo más profundo fue el auto-sacrificio. Los Atlantes más evolucionados entendían que solamente podrían ayudar a la Humanidad uniéndose a ella; y esto solamente podía lograrse con la destrucción de Atlántida; solamente de esta manera podría eliminarse la dualidad entre la gente de las estrellas y la gente de la Tierra.

Recuerdo el siguiente episodio de una vida anterior: «Yo estoy en un bello edificio, una maravillosa torre blanca; tengo vista sobre una ciudad. Acabo de tener una pelea con una mujer; ella ha estado conmigo por largo tiempo, pero ahora me va a dejar para siempre; estoy triste por su partida. Ella quiere vivir entre la gente de la Tierra para ayudar siendo una especie de trabajadora humanitaria. El abismo entre nosotros los poderosos Atlantes y la gente de la Tierra, es enorme; Yo los veo como una forma de vida inferior. Cuando me conecto con esta mujer siento que esencialmente ella es un Alma de la Tierra que nació entre los Atlantes; y por eso es tan grande su deseo de ayudar a la gente de la Tierra; también es un poco pequeña y su cabello rojo, lo cual es inusual entre los Atlantes. Yo entro en un recinto donde hay un poderoso símbolo dibujado en el centro del piso; si estás en el centro de ese símbolo puedes abandonar tu cuerpo muy fácilmente y de manera permanente.

Me doy cuenta de que lo que quiere hacer la mujer es lo correcto; pero no funcionará, ella es una excepción; mientras exista Atlántida la gente de la Tierra estará subordinada, así ha sido durante milenios. El abismo es demasiado grande, el poder demasiado adictivo, demasiado predominante.

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Profundamente debajo de mí siento las fuerzas que se revuelven en contra de Atlántida; me conecto con esas fuerzas y digo: «Sí, seguid adelante. Yo siento que no soy el único; muchos otros sienten que ya es suficiente, que las cosas no pueden continuar así; el dolor de la gente de la Tierra y de la Tierra misma es excesivo. En nosotros existe un deseo de cambio, el anhelo de una nueva aventura; de una profundización de la vida».

Luego voy y me paro en el centro del símbolo y abandono mi cuerpo sabiendo que cuando vuelva a nacer Atlántida ya no existirá; no volveré a ser un Atlante.

Así fue como los gobernantes Atlantes se convirtieron en los que ahora llamamos Trabajadores de Luz. Durante siglos serían perseguidos y oprimidos por la Humanidad, mientras trataban de volver a poner a la Humanidad en contacto con la Verdad Interna que nos llega a través de la energía femenina.

 

Después de la caída: La maldición Atlante

La era de Atlántida dejó una definida impronta en la Humanidad, relacionada con cómo debería ser una sociedad: Que debería haber algún tipo de clase superior de personas privilegiadas; y una clase de personas sirvientes. Durante muchos siglos la Humanidad iba a ser gobernada por la llamada ‘nobleza’, gente que creía que por causa de su nacimiento estaba por encima de los demás y tenía derecho de dominarlos. La nobleza surgió del recuerdo de las personas de la Tierra sobre cómo se comportaban los Atlantes hacia ellas. Tan pronto como se creaba una nación en cualquier parte, inmediatamente surgía una clase aristocrática; el recuerdo inconsciente de Atlántida era el causante de eso.

Como entre los Atlantes las mujeres eran iguales a los hombres, a ellas se les permitía ser líderes de la clase inferior de gente de la Tierra. Muchos milenios después, en una época en la cual las mujeres eran consideradas inferiores, este recuerdo Atlante permitió que las mujeres pudieran tener liderazgo en los países, con la condición de que fueran de la nobleza. Por ejemplo, en un país como Holanda era normalmente aceptado tener una Reina en una época en la cual las mujeres aún no tenían derecho al voto. El liderazgo de las mujeres era aceptado siempre y cuando fueran de «sangre azul», una referencia al origen celestial de los Atlantes quienes con base en su origen estaban por encima de la gente ordinaria.

La unidad lograda por Atlántida, que era mantenida artificialmente, también desapareció después de la caída de Atlántida: Surgieron fronteras y naciones. Una y otra vez la Humanidad trató de recrear Atlántida a partir de su energía masculina; los grandes imperios de la antigüedad: Babilonia, Asiria, Persia, el Imperio Romano, todos fueron intentos de recrear Atlántida; y por causa de que cada uno de esos imperios trataba de ser la Nueva Atlántida, había guerra casi continuamente.

Sin embargo, todos los intentos de unificar a la Humanidad por medio de la guerra, están condenados al fracaso; la unidad solamente puede surgir cuando proviene del interior, no imponiéndola desde arriba. Esto es lo que eventualmente entendieron los Atlantes y consecuentemente se transformaron en Trabajadores de Luz. La maldición Atlante consiste en que la Humanidad trata una y otra vez de volver a crear Atlántida. El deseo de crear un imperio que imponga su voluntad, el deseo de vivir en las magníficas ciudades de la antigüedad, el irrespeto hacia la naturaleza, el gobierno de las clases superiores con «sangre azul», todas son consecuencias del recuerdo de Atlántida.

Ahora son precisamente los mismos Atlantes quienes quieren que las cosas sean diferentes: Ellos son los Trabajadores de Luz de hoy. Estas Almas recuerdan con exactitud que por el abuso del poder las cosas salieron mal en el pasado; y quieren hacer su mejor esfuerzo para proteger de desastres a la Humanidad.

Afortunadamente, cada vez más personas están comenzando a escuchar.

El retorno de los Trabajadores de Luz

Cuando los viejos Atlantes encarnaban como Humanos de la Tierra, realmente aprendían de primera mano lo que significaba ser Humano; y solamente entonces se convertían en Trabajadores de Luz: Portadores de Amor e inspiración. Con frecuencia fueron violentamente perseguidos por su papel, pero mientras tanto plantaron las semillas de la Luz y la esperanza. Los hombres que tenían una fuerte conexión con su intuición dieron a la Humanidad bellas obras de arte y progresos científicos y sociales. Y en todas partes del Mundo vivían valientes mujeres, frecuentemente brujas, que permanecieron fieles a sí mismas y valerosamente representaban su espiritualidad original. Unas y otros han ayudado a un enorme número de personas y han plantado innumerables semillas de Luz en su corazón. Pero con demasiada frecuencia terminaban quemados en la hoguera.

Un hombre que aprecie lo original de sí mismo, comienza a volver a abrazar lo femenino. Una mujer que aprecie lo masculino de sí misma, conecta a los hombres que la rodean con la Fuente de Amor y verdad que hay en ella… Gradualmente la Luz se ha incrementado.

Yeshua dijo: «Ama a tus enemigos»; no es así como el Amor trasciende la dualidad; no, el Amor saca a la Luz que la dualidad es una ilusión. Es como si fueras hacia la oscuridad con una lámpara en la mano, pero parece que en cada sitio al que llegas no hay oscuridad; porque allí está alumbrando la Luz de tu lámpara. La oscuridad realmente no existe, es simplemente la ausencia de Luz. La dualidad realmente no existe, es la carencia de Amor. Cada vez que nos abrimos a otra persona descubrimos que es tal como nosotros. La dualidad que creíamos real parece no existir en absoluto, es una ilusión.(1)

A pesar de todas las guerras la Humanidad siguió desarrollándose y progresó tanto técnica como socialmente. Entre los desarrollos sociales importantes está la abolición de la esclavitud, la emancipación de las mujeres y la eliminación (NT: Realmente es la ‘prohibición’) del trabajo infantil. En el campo tecnológico avanzó tanto que construyó un cohete que llegó a la Luna; y una vez que los Humanos llegaron a la Luna miraron hacia su Planeta hogar y lo encontraron asombrosamente bello. Vieron un Mundo profundamente azul, sin fronteras; y en lo profundo de su corazón se dieron cuenta de que este Mundo es un bello Ser vivo de quien abusamos mucho; nos trajeron bellas fotografías y maravillosas historias; y compartieron sus experiencias espirituales.

El viaje a la Luna que es un antiguo símbolo de lo femenil, en cierto sentido fue la culminación de la energía varonil. Es como cuando las semillas brotan del varón; después de que esto sucede hay sentimientos de suavidad y ternura y paz; se le vuelve a dar su espacio a lo femenino.

La Humanidad Íntegra

Durante los años sesentas comenzó a tener lugar un gran proceso de sanación; los hombres comenzaron a dejarse largo el cabello, una señal de recuperación de la conexión con lo femenino interno. La Humanidad recibió ayuda de todas partes para superar la dualidad y para ser consciente de la interconexión de la vida; la ciencia desarrolló la ‘Hipótesis Gaia’ de James Lovelock: La idea de que la Tierra es un organismo vivo; ésta fue una radical ruptura con la teoría de la evolución «masculina» que afirma que la Tierra consiste en una multitud de organismos que pelean entre sí, la lucha de todos contra todos. La teoría Gaia es parte de una teoría mucho más grande; que el infinito Universo es un Ser vivo, que todos somos Uno.

Para hacerse íntegra, la Humanidad requiere unificarse; y de hecho la Humanidad está dedicada a descubrir su unidad y conexión internas. La gente viaja cada vez más; y las reuniones entre personas de diferentes culturas son cada vez más amistosas. Gracias al surgimiento del Inglés como un lenguaje unificador y a la Internet, por primera vez en la historia de la Humanidad podemos comunicarnos casi con cualquiera. Igualmente en la Tierra estamos abrazando cada vez más los mismos valores: La Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La integración también implica que nos demos cuenta de que somos uno; no somos un hombre o una mujer, somos Seres Humanos. Tanto lo masculino como lo femenino están en nuestro interior; sentir eso y abrazarlo nos hace íntegros, nos hace estar en la Tierra como Luces resplandecientes. Entonces habrá paz; una paz interna que se refleja en la armonía con nuestros socios Humanos, con la Tierra y con el Universo mismo.

Gerrit Gielen.

Nota del traductor.

(1) No tenemos certeza de que Yeshua haya dicho textualmente «Ama a tus enemigos», pero es lo que aparece en los ‘Evangelios del Nuevo Testamento’ en los que se fundamenta la Iglesia Católica; así que analicemos la frase misma. Tomando las mismas ideas de este párrafo, sería como decir: «Ilumina la oscuridad», sólo que no llevas una lámpara en la mano sino Amor en el corazón; y sucede lo que el mismo párrafo dice: ‘Cada vez que nos abrimos a otra persona descubrimos que es tal como nosotros. La dualidad que creíamos real (amigo/enemigo) parece no existir en absoluto, es una ilusión’… Así que creo que en el fondo de esta crítica a la frase de Yeshua podría haber todavía en el autor un poco de reacción contra la Iglesia Católica; y quizá identifica a Yeshua con ésta, lo cual a mi modo de ver es un error.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.

Consultoría Energética y Espiritual

http://www.jairorodriguezr.com/

jairorodriguezrr@gmail.com

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