Crisis y Transformación por Alfonso del Rosario
Todos estamos pasando o hemos pasado por algún tipo de crisis. Crisis económica, crisis matrimonial, crisis social, crisis religiosa, crisis de valores, crisis espiritual, etc. Cualquier tipo de crisis marca en nuestras vidas un punto y final a ciertas situaciones de relación, ya sean de tipo económico, de pareja, de o de religión.
Es una situación, donde parece que se nos han agotado todos nuestros recursos y habilidades para seguir avanzando y progresando en estos ambientes mencionados, donde nos vemos como en un callejón sin salida, donde no sabemos encontrar respuestas a las continuas interrogantes que se nos presentan, donde no sabemos qué hacer y cómo enfrentarnos a estas difíciles situaciones de conflictos y dudas que tanto nos agobian y a veces tanto merman nuestra salud.
De todas las crisis, la más importante y la que más repercusiones tiene en nuestras vidas, es la espiritual. Nuestra forma de pensar, nuestra forma de conducir nuestras emociones, nuestras acciones en el plano físico y de relacionarnos con la sociedad y nuestro entorno, se debe principalmente a un estado interno de armonía o de desequilibrio, estados tan opuestos y dispares, que van a ser determinantes para conducirnos y expresarnos correcta o incorrectamente, tanto a nivel interno como con el mundo exterior.
En el transcurso de la vida hemos creado una determinada escala de valores que un determinado momento nos ha sido de utilidad para afianzarnos como alma y como personalidad. Los hábitos y los modos de conducta, heredados desde nuestra infancia, han creado una base de seguridad personal y unos valores trascendentes que nos han sido necesarios para nuestro desarrollo como personas y como espíritus que somos. Los hemos dado por válidos e inamovibles durante mucho tiempo, es sobre estos valores, hábitos y modos de conducta sobre los que se asienta nuestra conciencia. No nos damos cuenta que todo lo que nos rodea está en un constante proceso de transformación, de cambio, que todo evoluciona. Todo en el Universo está permanentemente expandiéndose, y nuestro Planeta y nosotros también.
No nos damos cuenta de que llega un momento en nuestras vidas, que tenemos que saber sintonizar con nuevas energías que antes no existían, con nuevos tipos de relación que antes no se habían establecido, con nuevas situaciones medioambientales que antes no se habían producido, con nuevas formas de entender y expresarse la vida que antes no habíamos experimentado, con nuevas formas de pensamientos que se están generando continuamente en el mundo, etc. Estos cambios, no es algo que se ha producido de un momento a otro, sino que se ha ido gestando a través de muchos años, de forma lenta y permanente. Nuestros cuerpos físicos, nuestras mentes y nuestra comprensión de la realidad de todo lo que sucede a nuestro alrededor, debe ir al compás de los nuevos tiempos. Hemos de ir asumiendo y haciendo todos los cambios necesarios en nuestros hábitos y modos de conducta. Algunos de ellos al principio puedan ser causa de dolor y sufrimiento, esto se debe a una falta de sintonización con la actual realidad, regulados por nuestra mente-emociones, trasnochados y caducos, mal educadas en este sentido, acostumbrados a percibir y responder siempre con los mismos patrones de conducta.
Tenemos ante nosotros una ardua y nada fácil tarea, ya que debemos descubrir por nosotros mismos, los reajustes y cambios que debemos realizar a todos los niveles en nuestras vidas, para adaptarnos y ser conscientes de estos importantes momentos de trascendentes nuevas situaciones que se están produciendo a nuestro alrededor. Debemos afinar la caja de resonancia interna, la de nuestro espíritu, para captar y saber responder correctamente a las nuevas vibraciones y energías espirituales que desde hace ya algún tiempo están afectando a nuestro planeta y a toda la humanidad, para saber responder correctamente a ellas. Estamos ante la aparición de renovados Arquetipos, que van a propiciar una Nueva Era de Oportunidades y de Servicio, acompañados de un gran Orden Social a escala Mundial, dónde la Paz y la Fraternidad serán precisamente el Espíritu que anime a todas las Relaciones Humanas. Debemos prepararnos, mejor antes que después, para no dejar escapar estas nuevas y especiales oportunidades que se nos presentan en nuestras vidas.
En este sentido, uno de los grandes Maestros, dice con estas o parecidas palabras:
…”los Discípulos de la Nueva Era deben tener la habilidad y la facultad especial de la adaptabilidad, para amoldarse correctamente a cualquier situación y circunstancia para así ser fieles instrumentos de la Jerarquía Planetaria”….