Cuerpos y capas del alma a lo largo del camino evolutivo en cada densidad, por David Topí
Es toda una odisea conciliar a veces las terminologías de aquellas fuentes que nos explican los componentes del ser humano, especialmente cuando se usa la misma palabra para designar diferentes cosas. No es de extrañar que tengamos una confusión total sobre a que se están refiriendo en un libro con un término, cuando en otro, con ese mismo término, hablan de otra cosa.
Sistemas Internos vs Sistemas Externos
En el curso de Registros Akashicos cuando estudiamos el sistema energético para explicar el tema de los bloqueos hablamos de sistemas internos cuando queremos referirnos a los componentes del ser humano que existen mientras estemos vivos, y estos incluyen por ejemplo a los chakras o las capas del aura. Y hablamos de sistemas externos cuando nos referimos a aquellas partes de nuestro ser que “perviven” tras el fallecimiento del cuerpo orgánico que ocupamos. Vamos a ver ahora los sistemas externos y su evolución a través de las diferentes densidades o niveles evolutivos.
Los cuatro cuerpos de la tercera densidad
En esta tercera densidad, estamos “hechos” o constituidos por cuatro cuerpos o capas que se unen al cuerpo físico orgánico que ocupamos como receptáculo: el cuerpo energético, el cuerpo emocional, el cuerpo mental y el cuerpo espiritual. El cuerpo espiritual es directamente el alma, la esencia más pura que somos, y el cuerpo energético es el envoltorio etérico que recubre el vehículo físico y orgánico que ocupamos. Está definición es la que hacen fuentes “terrestres” como Gurdjieff, así como fuentes “canalizadas” como las transmitidas por Barbara Brodsky.
Los que estáis interesados en temas de proyección astral, o salidas fuera del cuerpo, sabéis que también se usan los nombres de holochakra, psicosoma, mentalsoma y alma para estos cuatro cuerpos o capas, siendo el “soma”, el cuerpo físico (especialmente en la ciencia de la proyecciologia)
En una salida del cuerpo, lo primero que se “deja” atrás es la energía del cuerpo energético o holochakra, que queda activa alrededor del mismo, y nos proyectamos con el psicosoma (cuerpo emocional), mentalsoma (cuerpo mental) y por supuesto con el alma que somos en realidad. Muchas veces usamos el termino cuerpo astral para referirnos al conjunto de estos tres últimos cuerpos, que son con los que nos proyectamos en conjunto normalmente.
© IAC – Proyección astral de Psicosoma + Mentalsoma
El problema viene con la terminología que tenemos para definir también los componentes del sistema energético del cuerpo físico, tal y como os decía en la introducción, porque también llamamos “cuerpos” a las 7 capas del aura. Así que hablamos de cuerpo etérico como la primera capa del aura, cuerpo emocional como la segunda, cuerpo mental la tercera, cuerpo astral la cuarta, cuerpo transetérico la quinta, cuerpo celestial la sexta capa y cuerpo cetérico o espiritual la séptima. No es raro que tengamos problemas para saber de que estamos hablando en cada caso o como se relacionan todos estos componentes. Otros autores hablan de “varnas” para las capas del aura, y de “cuerpos” para las “capas” del alma.
Varnas, Capas del Aura o cuerpos sutiles, pertenecen exclusivamente al sistema energético del cuerpo físico
En nuestro nivel actual, el cuerpo emocional es el principal director de nuestra vida, pues en todas las personas son las emociones las que dirigen en gran parte nuestro comportamiento y aprendizaje actual, luego en menor medida, el cuerpo mental es lo que influencia nuestros patrones de comportamiento y las ideas, creencias y pensamientos que tenemos y generamos. Puesto que además estamos en una densidad muy solida, es el cuerpo energético o holochakra el que se encarga de interactuar principalmente con el traje físico que es el cuerpo humano que usamos.
Pérdida paulatina del cuerpo emocional entre la cuarta y quinta densidad
Una vez graduados al siguiente nivel, el trabajo evolutivo que hace el alma en la cuarta densidad no necesita ya de un vehículo físico “sólido” como el que conocemos en nuestro nivel actual, la palabra clave aquí es “entorno físico variable”, parcialmente “etérico”, por lo que el alma necesita simplemente un cuerpo emocional y cuerpo mental recubriéndola. Las proyecciones emocionales y mentales son las que forman la realidad en este nivel, pero se trabaja en la disolución paulatina del cuerpo emocional, a través de las lecciones de amor y compasión, hacia una predisposición en la cual las emociones no dan lugar o no manifiesten y no dominen el comportamiento de la entidad como lo hacen en la tercera densidad.
El trabajo evolutivo de la quinta densidad, siendo la sabiduría y el conocimiento las lecciones principales de este nivel, se basan en el trabajo progresivo con el cuerpo mental, y la total disolución del cuerpo emocional, como preparación para la graduación a la sexta densidad. Toda alma lista para graduarse a 6D, lo hace solo con el cuerpo mental.
El cuerpo mental como vehículo de auto-conciencia en 6D
Así, todo el trabajo evolutivo en 6D se hace a través del cuerpo mental, que proporciona a la entidad o alma conciencia de si misma, pero que a medida que inicia el proceso de graduación hacia 7D, abandona y disuelve poco a poco ese cuerpo mental, como preparación para la integración de vuelta al “Todo”, y la disolución de la entidad como tal en la conciencia de la Creación. Aquí lo único que queda, en las ultimas etapas de 6D, es la pura esencia del alma, moviéndose de vuelta a la conciencia de no separación de todo lo que existe.
Aún estamos lejos de estos niveles, pero podemos entender fácilmente como el alma que somos recorre su camino de “vuelta” a la conciencia del “todo” aligerando “peso”, incorporando en si misma las lecciones necesarias que concluyen con la desaparición de las diferentes capas que necesitaba para poder hacer este camino, primero dejando atrás la interacción con la materia sólida a través del cuerpo energético, luego dejando atrás el cuerpo emocional, luego disolviendo el cuerpo mental y volviendo finalmente a ser esa “porción” de energía y conciencia infinita que no es otra cosa que el núcleo de lo que estamos hechos.
Fuente: http://davidtopi.com/