De la separación a la Unidad
Es la mente-ego quien nos hace creer que estamos separados de los demás, de la Tierra, de Dios o del Universo. Y esta idea nos lleva a sentir miedo, a querer competir con los otros para lograr el éxito, nos mantiene en una conciencia de escasez y nos lleva a buscar siempre la “seguridad”, en todas las áreas de nuestra vida.
También es el ego quien nos dice que debemos ajustarnos a las normas religiosas y de la sociedad, sacrificando así nuestros verdaderos sueños, anhelos y deseos.
En la era que afortunadamente estamos dejando atrás, gobernaba el paradigma de la mente, lo cual nos ha llevado a vivir en el egoísmo, la avaricia y la indiferencia por la Tierra y los demás.
En esta nueva era que ya comenzamos, es imprescindible que conectemos con nuestra alma o verdadero Yo, lo cual se logra a través de la meditación.
Sentir y seguir la guía de nuestra alma, actuando a cada momento con Consciencia, es en estos momentos fundamental.
También debemos desarrollar nuestra individualidad, aquello que nos hace únicos. Puede haber millones de escritores, por ejemplo, pero cada uno tiene su propia voz, su modo incomparable de expresarse.
La meditación nos va limpiando y liberando de creencias, condicionamientos, patrones y de todo aquello que no somos, y que reside en la mente. Con la práctica nos conduce a conectar con nuestro Yo real, activando así nuestros dones y talentos, pudiendo hacer realidad nuestro inmenso potencial.
Y cuando desarrollamos nuestro verdadero propósito y compartimos nuestros dones con los demás, atraemos con facilidad la verdadera Abundancia, que no depende, como se creía, de cuánto dinero tengamos en el banco, sino que es un sentimiento interior de agradecimiento y plenitud.
Y este Yo verdadero sabe que sólo existe la Unidad, pues vive en un estado permanente de Amor Incondicional.
Desde esa consciencia de Unidad colaboramos naturalmente con los demás. Comprendemos que tu éxito es el mío, que si yo me sano y crezco también lo hacen, de algún modo, todos los seres humanos y la Madre Tierra, pues ella habita en nuestro interior, y nosotros somos parte de ella.
Ésta es la era del Amor Incondicional, de la verdadera espiritualidad, de la cooperación armoniosa, de la abundancia y de la auténtica Libertad.
Todos los pasos que demos, todos los cambios que hagamos en esta dirección recibirán el amoroso apoyo del Universo, pues ésta es un voluntad.
©2013- Enriqueta Olivari. Se pueden reproducir los contenidos, pero citando a la autora y al sitio: http://www.sanatualma.com