Descubre tu rayo o llama sagrada azul
Descubre tu rayo o llama sagrada en una de las prácticas que muy a menudo nos saltamos es la práctica de descubrir el azul, o para ser más precisos; redescubrir el azul.
Le llamaremos redescubrir porque es un paso imprescindible e indispensable para “descubrir realmente” cuál es el azul energético con el que actualmente resonamos.
Y con actualmente no me refiero a este año, ni a este mes, ni tan siquiera a esta semana, me refiero solo al momento en que realizamos la práctica y el espacio temporal anterior y posterior a esta, si me apuras, al día anterior, al mismo día y el posterior.
Y es que es muy común en nuestra especie el crear archivos fijos en la memoria a largo termino a los que vamos a recuperar la información ya sea de manera consciente o inconsciente. Y eso nos puede confundir en nuestro proceso de creación y descubrimiento constantes en el que realmente vivimos.
Cuando ya hemos recuperado el archivo de la memoria que buscábamos, lo actualizamos, pero con algunas pequeñas variaciones y la damos como base para las siguientes creaciones, transformando así nuestra memoria constantemente.
Es decir, supongamos que le encargo a mi memoria recuperar la información de lo que llevé ayer puesto de ropa, lo hará incluyendo todos los detalles en los que percibí ya sea consciente o inconscientemente.
Puede haber unas pequeñas variaciones de los detalles más pequeños como el cuello, la talla, los colores complementarios etc, y que además los puedo ir variando cada vez que recupere ese archivo de memoria, pero la base será o debería ser la que sirva para cada vez que recuperé la información que busco.
¿Qué pasa si trasladamos esto al rayo o llama sagrada?
Lo que pasa cuando empezamos en nuestras primeras prácticas (si nadie nos avisa, en las posteriores) es que tendemos a recuperar lo que vimos, sentimos o percibimos la última vez que practicamos con ese rayo o llama sagrada.
Si el azul que yo vi era celeste con trazos plateados, movimientos ondulados haciendo espirales, ascendiendo o descendiendo, con una emoción de calma y serenidad, con la respiración alargada cada cinco segundos, y unos momentos muy intensos al respirar y llenar mi cuerpo de ese azul celeste trazado, entonces, mi predisposición mental es la de volver a conectar con lo mismo, y eso resulta francamente difícil y/o decepcionante.
¿por qué difícil?
La respuesta es muy sencilla, ya no soy la misma persona que en otro espacio y tiempo hizo la otra práctica. Ni es el mismo día, ni son las mismas circunstancias, ni la temperatura de la sala, ni quizás el mismo lugar y un largo etcétera de factores ambientales que impiden repetir.
¿y por qué decepcionante?
Porque si por el supuesto caso que tuviéramos la misma experiencia, exactamente igual, eso mismo sería una señal de que o no hemos avanzado y estamos estancados como seres o que hacemos un proceso mental y por lo tanto como es espiritualmental, siempre repetiremos en bucle la misma experiencia y aún no hemos abierto los ojos aunque nos creemos que así es porque hemos visto o sentido algo especial aunque solo haya sido el hecho de sentir una emoción y que magnificamos para ser y sentirnos “espirituales”
Lo espiritual mental ni avanza ni retrocede, se repite en bucle.
¿Entonces cómo realizo lo que hice ya o sirve?
Claro que sirve, cada práctica sirve, y más de lo que en las primeras cien prácticas podemos llegar a darnos cuenta. Todo se andará si queremos andarlo.
Cada nanosegundo de dedicación a las llamas sagradas o rayos metafísicos nos abre y cierra puertas y ventanas por los que vamos transitando de un espacio pesante y denso a uno más ligero.
Para acceder a la sensación de la interacción más sutil de la segunda vez y percibir más información y ver, sentir, oír intuir, o visualizar de otra manera, pasamos por el punto de comparación que es la primera y así sucesivamente.
Sin la primera no existen las demás y cada redescubrimiento te dará y aportará lo que sea útil para ti en ese espacio temporal en el que te sitúes.
Podemos seguir la meditación guiada al principio y posteriormente pasar a sentir el sonido del rayo o llama sagrada azul para ir haciendo nuestras prácticas.
Apuntar las diferencias o detallar como hemos visto, sentido o percibido esa interacción con la luz, en este caso azul.
Siempre desde el amor, naciendo desde el corazón la emoción de abrazarte y quererte cada vez más y más hasta ir quitando las capas externas e ir acercándonos a las internas, a las que estamos y somos, a nuestra esencia, respiración a respiración, sin prisa, sin pausa, sin todo y con nada.
Ser y respirar, llenarse de azul y expandirse.
Feliz práctica. Pura vida.
Bendcionez
me podes manadar a mi mail o decir como haces con el resto de los rayos esta bellisima meditación del rayo azul
Gracias por los contenidos,son mi guía de evolución y aprendizaje
Gracias! Me venía en bucles una llama azul con un destello platinado y blanco en el medio, alargada, pero eso me pasaba antes, ahora ya no, y si me esfuerzo por visualizarla, no lo logro. Bien, gracias! ❤️?