El Contento en la Vida por Maestro Beinsá Dunó
EL CONTENTO EN LA VIDA Lección del Maestro Beinsá Dunó, dada al 14 de julio del año 1933, Sofía, Izgrev.
SOLO EL CAMINO LUMINOSO DE LA SABIDURÍA GUÍA HACIA LA VERDAD. EN LA VERDAD ESTÁ ESCONDIDA LA VIDA.
Tema para la siguiente vez: “Diferencia entre esto lo que es, y esto lo que no es”.
¿Qué cosas son incompatibles? – Cosas incompatibles son, por ejemplo, el orden del enfermo y el orden del sano. Cuando entráis en un hospital, ¿qué veis? – Muchas habitaciones, muchas camas cubiertas con sábanas blancas, mantas limpias. Alrededor de los enfermos se mueven enfermeras misericordiosas, con rostros afables. Delante de la cama de cada enfermo hay una mesita con medicamentos y prescripciones. De vez en cuando pasan médicos y revisan a los enfermos. Todos son cuidadosos hacia los enfermos, les guardan como huevos pintados. Cuando viene el médico de visita, se para delante de cada enfermo y le pregunta: “¿Cómo te sientes, cómo está tu cabeza, cómo está tu estomago?” Luego toca su pulso y se va contento de que los enfermos están bien. Entonces la vida en los hospitales está arreglada, ésta se basa en un orden específico. El que entra al hospital debe tener dinero; el que no tiene dinero, hambriento se muere. ¿Qué hace el enfermo? Él se pregunta quién es está gente que le rodea. Como veis, hay diferencia entre el orden del enfermo y el orden del sano. A donde los sanos, no hay enfermeras misericordiosas, no hay médicos y medicamentos. Ellos no tienen necesidad de ayuda ajena. Cada uno de ellos trabaja.
¿Qué ocurrirá con el sano, si piensa como el enfermo? Si él dice que sin dinero no se puede ¿está sano? El dinero es necesario para los enfermos, y para los sanos – el trabajo. Es suficiente que el sano extienda su mano o su pierna para que venga el dinero delante de él. El enfermo no puede hacer esto. Así que, el pensamiento de que sin dinero no se puede, se refiere al enfermo y no al sano. Dices: “Yo no puedo estudiar”. – Si no puedes estudiar, tú estás enfermo; si estudias, tú estás sano. – “No puedo creer”. – No crees, porque estás en el orden del enfermo. Si crees, tú estás sano. Cuando vives una decepción en la vida, sabrás que estás en dependencia de los demás. ¿Cuál es la causa de la decepción? El enfermo se decepciona cuando no hay enfermeras misericordiosas alrededor de él para ayudarle. Él se pregunta dónde están las enfermeras. Ellas están en la montaña, se han ido de paseo. Ellas no saben que hay gente enferma y sufriente. El sano pregunta: “¿Dónde está la enfermera?” – En la montaña. – “Y yo iré allí”.
Toda la gente se enfrenta con contradicciones en la vida y se pregunta de dónde vienen estas. Muy naturalmente, os movéis entre dos órdenes incompatibles, entre dos sistemas incompatibles. Uno de los órdenes es el del enfermo. Éste ha provenido del hombre. Como ha vivido miles y millones de años, y ha llegado a ser causa de las enfermedades, él ha inventado el orden del enfermo para aliviar su estado. Este orden es temporal, pasajero. Él aparece como una cosa introducida en la vida humana. A la vida del enfermo le llamamos irreal. Ésta no es necesaria para nosotros. Estar enfermo todo un año, esto no está en el orden de las cosas. Estar enfermo 1-2 días, esto está a su sitio. Durante este tiempo pensarás en encontrar una manera de restaurar el orden natural de las cosas. Cuando te encuentres en una contradicción, sabrás que sin la vida no puedes solucionarla. Las cuestiones no solucionadas se deben al orden humano.
¿Por qué vienen las contradicciones? – Hay causas para esto. Cada cosa tiene su causa. Entonces, para que tú estés sano o enfermo, y para esto hay causas. ¿Cuáles son las causas para que el hombre esté sano o enfermo? – La causa es una, pero las condiciones son muchas y se distinguen una de otra. ¿Puede que en una y misma causa actúen condiciones diferentes? ¿Puede que en dos personas con capacidades iguales tengamos un cantar diferente: que el uno canta correctamente, y el otro – incorrectamente? – “No puedo cantar”. – Si eres capaz y no puedes cantar, tú estás enfermo. – ¿Qué debo hacer para sanar?” – Comienza a cantar. Cuando comiences a cantar, tú estarás sano. Si no aprendes a cantar, o sea, si no sales del estado doloroso de tu vida, tus comportamientos hacia la gente serán diferentes. Nadie puede arreglar solo el orden del enfermo. Esto depende de los médicos, de las enfermeras misericordiosas, de la sociedad, de la riqueza del enfermo, del sacrificio que él puede hacer. ¿Si estás enfermo 30-40 años, como aquel que estaba enfermo 38 años, y nadie te ayude, qué aprenderás? ¿Si 38 años enteros tienen que vendarte la pierna, qué has comprendido de la vida? Vendrán enfermeras misericordiosas, lavarán tus piernas y luego una vez las vendarán, otra vez las desvendarán. ¿Qué adquirirás de esto? Esto es una limitación para que se despierte el espíritu humano. Debes ser libre de cualquier tipo de vendas.
¿Qué es libertad? – Ésta sobreentiende una liberación de todas las vendas no naturales. ¿Tiene el hombre sano necesidad de vendas? ¿El que comprende la vida, tiene necesidad de una teoría acerca la vida? Hay algunas teorías dolorosas acerca de la vida, pero estas son del orden del enfermo. Por ejemplo, se dice que la vida es un sufrimiento. Ésta es una teoría del enfermo. Sin embargo, el sano dice: “La vida es un bien”. Para el razonable, la vida es un bien, y para el irrazonable – una desdicha. El razonable utiliza la vida de una manera, y el irrazonable – de otra manera. El irrazonable frecuentemente cae en pesimismo. – ¿Por qué cae él en este estado? – Porque está privado de algo: o bien no tiene vivienda, o ropas, o dinero, o pan. ¿Por qué no tiene pan, lo más imprescindible en la vida?
Os voy a contar un cuento para sacar la causa del hambre en la Tierra. Un día Dios decidió enviar trigo a la Tierra para alimentar a la gente. Para esta meta Él lo vistió con una ropita bella, la que tiene y hoy, y lo envió a la Tierra. Un labrador rico, sabio, decidió sembrar el trigo en la tierra, diciéndole: “Permanecerás dentro y no te moverás hasta que el Sol no te diga cuándo tendrás que moverte”. El trigo se puso de acuerdo con todo. Lo enterraron en la tierra, donde permaneció en un sueño profundo. Esto duró poco tiempo. Bajo la influencia de la humedad y el calor solar, él comenzó a levantar la cabecita de la tierra y en poco tiempo creció, se elevó en alto, floreció, ató y comenzó a madurar. El labrador sabio observaba cómo se desarrolla él y cuando vio que había madurado, lo cosechó, lo trilló y lo recogió en el almacén. Una vez liberado de los sufrimientos, el trigo dijo a sí mismo: “Gloria a Dios, ya estoy en descanso”. Él se alegró y se tranquilizó. No pasó mucho tiempo, en el almacén entraron ratas y comenzaron a comerse el trigo. Contentas de la abundancia a la cual se enfrentaron, las ratas se quedaron en el almacén donde todos los días jugaban y comían. Un día el amo decidió poner fin a su fiesta – soltó un gran gato macho en el almacén. Éste cogió a una rata y se la comió. Así hizo él y con las demás ratas. Una tras otra las ratas desaparecían.
Se reunieron las demás ratas a un consejo coronal, para encontrar una manera de liberarse del gato macho. La rata más joven levantó la voz: “Pongamos un timbre al gato macho para oír su acercamiento aun desde lejos”. Todas se pronunciaron que esta manera es verdaderamente buena. Sin embargo, apareció la pregunta más importante: ¿Cuál de las ratas se decidiría a colgar el timbre al gato macho? La oferta de la rata joven no pudo realizarse. El gato macho seguía comiéndose las ratas. El amo sabio, como veía que a pesar de todo, las ratas seguían comiéndose el trigo, el gato macho – comiéndose las ratas, decidió: “La mitad del trigo lo sembraré en la tierra, y la otra mitad la repartiré a los pobres”. Así las ratas, una tras otra abandonaron el almacén y salieron al campo para buscar alimento. El gato macho salió del almacén, y los pobres satisfacieron su hambre.
¿Qué conclusión daréis a este cuento? Este abre la pregunta ¿quién arreglará al mundo? El mundo no se va a arreglar ni por las ratas, ni por los gatos. – ¿Quién lo arreglará? – El labrador sabio y bueno. – ¿Cómo lo arreglará? – Sembrando la mitad de su trigo en la tierra, y la otra mitad repartiéndola a los pobres. Solo así se quitarán los crímenes en el mundo. Preguntáis: “¿Cómo se va a arreglar nuestra vida? ¿Cómo se va a arreglar la vida de un hombre?” – Sacando el trigo de su almacén, sembrando la mitad en la tierra, y la otra mitad repartiéndola a los pobres. Entonces las ratas no jugarán en el almacén y los gatos no las comerán. Esto significa una comprensión correcta de la vida. En esta comprensión se esconden grandes principios. Es importante que el hombre comprenda a qué principio está sirviendo. Si sigue al principio del amo razonable, su vida mejorará. Si sigue al principio de las ratas y de los gatos, su vida de día a día se pondrá más difícil. Si tus principios no solucionan las dificultades de la vida, tú estás todavía en el orden bajo – en el orden del enfermo.
Hoy día toda la gente espera que la vida se arregle de una manera mecánica, o sea, que se vayan las ratas del almacén. Las ratas, pues, dicen: “Nuestra vida se arreglará cuando se vayan los gatos” El trigo dice: “Cuando se vayan las ratas, nosotros descansaremos libremente en el almacén”. Pregunto: ¿Tienen derecho las ratas de entrar al almacén? Cada sentimiento impuro en el corazón humano es una rata. Cada pensamiento impuro en la mente humana es un gato. ¿Qué nacerá en tal corazón y en tal mente? – putrefacción y descontento. – ¿Qué debe hacerse? – Pon lo bueno en acción, pero no lo mantengas encerrado en una caja, como una piedra preciosa. Sacar el trigo de tu almacén, esto significa sacar lo bueno y lo bello de ti y ponerlo a trabajar. A veces, vosotros tenéis miedo de confesar vuestras convicciones. No es suficiente decir que eres un hombre científico. Lo importante es en qué concluye tu enseñanza. Si eres científico, ayuda al enfermo. Escribes algo, quieres mostrar que eres un escritor. Muestra esto en la vida. Vas entre enfermos – les tocarás música, mostrarás tu arte. Si eres un músico verdadero, los enfermos deben sanar, deben abandonar el hospital. Hoy, en la sanación no se sirven con la música. Cuando entras en el hospital, inmediatamente te previenen pisar sobre los dedos, sin ruido, sin grito. Ahí no se permite cantar ni tocar música. En realidad, los enfermos necesitan de canciones y música. Así cambiará su estado. El hambriento necesita pan, y no el saciado.
¿Qué se entiende bajo “número desconocido”? Un número puede tomarse como resultado, como ley y como causa primordial de algo. ¿Este número, tendrá comportamientos iguales en los tres casos? ¿Qué significa el 1 como resultado, como ley y como causa? ¿Se puede dar como ejemplo la gallina, el huevo y el polluelo? La gallina desova el huevo y del huevo sale el polluelo. En el polluelo se esconden las fuerzas del huevo. Este gradualmente crece y se hace una gallina. Entonces, el polluelo crece y al hacerse gallina, comienza a desovar huevos – el resultado. En el 1 tenéis una gallina, un huevo y un polluelo. Si tomamos el número 2 como resultado, como ley y como consecuencia de una cierta causa, entendemos 2 gallinas, 2 huevos y 2 polluelos. ¿Hay diferencia entre los números 1 y 2? – Hay diferencia. – ¿Los resultados de estos son unos y mismos? – No son iguales. En el 1 todo es por 1: una gallina, un huevo y un polluelo. En el 2 todo está duplicado. ¿Es igual la fuerza de una y de dos velas? – No es igual. Así se distinguen y los comportamientos de una persona y de dos personas. ¿Si dos personas están en una lucha constante para que cada uno esté independiente, qué deben hacer? – Ellos deben coordinarse. Tal es la ley en el mundo superior. – Ellos deben coordinarse. ¿Cómo vais a coordinar el huevo y el polluelo? La gallina no debe comer el huevo, y el huevo no debe comer el polluelo. Si la gallina come el huevo, y el huevo – el polluelo, nos enfrentaremos con una infertilidad.
Lleguemos a la música. Cada tono tiene una cierta cantidad de vibraciones, pero las vibraciones contienen una cierta fuerza, la cual debe desarrollarse. Si a un tono se le quita solo una vibración, el músico ordinario no puede percibir esto. Sin embargo, el músico genial sentirá está falta. El tono, tomado con todas sus vibraciones, actúa como una fuerza potente. Si faltan la mitad de sus vibraciones, las demás vibraciones forman una cierta disonancia que la oreja percibe como ruido. Las vibraciones de los tonos van por una línea determinada, por una ley determinada. El hombre musical percibe las vibraciones de los tonos. Por ejemplo, el “Do” más bajo tiene 32 vibraciones. ¿Podéis distinguir estas vibraciones una de otra? Hay tonos más bajos que el “Do”. Estos tienen solo dos vibraciones. La oreja ordinaria percibe el tono que tiene 32 vibraciones. Este no puede percibir un tono con menos de 32 vibraciones. Si un tono se toma correctamente, el resultado es recto. La causa, la ley y el resultado van armónicamente. En esto no puede haber ninguna infracción.
Quieres llegar a ser un cantante famoso. ¿De qué depende esto? La gente no puede hacerte musical. Ellos pueden servirte solo como una condición externa. Para ser músico, esto depende completamente de ti. La musicalidad está puesta en ti mismo. Nadie puede hacerte un músico, ni privarte de la musicalidad. Esto lo que está en ti, esto es importante. Nadie puede ni añadir algo hacia esto, ni quitarle algo. La gente puede tropezarte, pero de ninguna manera pueden quitarte esto lo que tienes. En la Naturaleza, la música juega el rol de un transformador. La música es un transformador no solo de la gente, sino de toda la Naturaleza. Si tú estás del lado recto, y la Naturaleza estará contigo. Por eso está dicho en la Escritura: “¿Si Dios está con vosotros, quién estará contra vosotros?” (Romanos 8:31 – n.d.t.).
Os voy a dar el ejemplo del elefante y las arañas, el cual y otra vez he contado. Se enteraron las arañas que elefante les vendría de visita y gritaron: “No le queremos”. Se reunieron todas las arañas y pusieron en el camino del elefante sus cuerdas, como obstáculo. Las arañas eruditas empezaron a calcular qué conmoción produciría sobre el elefante su telaraña y qué consecuencias habría de este choque. En conclusión ellos dijeron: “Cuando se choque el elefante con el obstáculo, sin falta morirá”. ¿Es cierta la conclusión de las arañas? – No es cierta. Tales conclusiones y vosotros podéis tener. Por ejemplo, la conclusión de que el medicamento quita la enfermedad no es cierta. Un conocido nuestro había hecho un medicamento de hierbas contra la malaria. Él daba por 12 pastillas y después de aceptarlas el enfermo sanaba. Yo hice otra prueba con estas pastillas. Tome una de ellas, la partí en 12 partes y las di a un enfermo. Cuando utilizó estos trozos, o sea, toda la pastilla, el enfermo sanó por completo. ¿Cómo os explicaréis esto? Entonces, una de la pastillas partida en 12 partes, tenía el mismo resultado como y las 12 pastillas. En la medicina hay dos teorías: alopatía – de dosis máximas, y homeopatía – de dosis pequeñas. En la alopatía, por ejemplo, podéis recibir toda una farmacia de medicamentos sin sentir alguna conmoción en el organismo, sin alguna reacción especifica. Con las dosis pequeñas y diluidas podéis tener resultados mayores. Es una ley: En los esfuerzos pequeños tendréis los mismos resultados como en los grandes.
Dicen: “Mucho he estudiado”. – Otro estudia poco y de nuevo tiene el mismo resultado. A veces, tu mente está ocupada con muchas preguntas. Te preocupas, haces esfuerzos grandes. Otra vez, tu mente está ocupada solo con una pregunta. El objeto con el cual te ocupas te es claro, por eso no te preocupas. En media hora aprendes esto que otro en 4-5 horas apenas puede aprender. Cuando la mente es libre de pensamientos e influencias laterales, como obstáculos, el hombre siempre logra el éxito. El estudiante va al examen y piensa: “¿Y si el profesor me reprueba?” Este es un pensamiento lateral, o sea, un obstáculo en la mente del estudiante. El profesor puede reprobarte, puede y no reprobarte – esta es una superstición. La palabra “reprobación” está introducida. ¿Si nunca fuiste reprobado, sabrías qué cosa es reprobar en un examen?” Dos huevos conversaban. Uno de ellos dijo: “¿Sabes qué sufrimientos viví? Me pusieron en un sartén y me frieron al fuego”. El segundo huevo, que todavía no había sido utilizado, dijo: “¿Qué cosa es el freír?” Dices: “Estoy de parto”. ¿Qué significa el parto? ¿Hay necesidad de que el hombre siempre esté de parto? Estas son posiciones temporales, pasajeras en la vida humana. Siempre no puedes estar de parto.
Ahora regresemos a los dos órdenes de la vida: el orden de los enfermos y el orden de los sanos. Decís: “Nosotros nos hemos separado del mundo”. – No os habéis separado del mundo, sino que os habéis separado del orden de la gente enferma en el mundo. El orden en el cual vivís es otro. Entonces hay orden del enfermo y del sano, del pecador y del recto, del bueno y del malo, del honesto y del criminal. El bandido saquea al hombre honesto, trabajador, toma su dinero y le deja sin cinco monedas en su bolsillo. El bandido se hace una casa, y el hombre trabajador y bueno queda en la calle, sin cobijo. Y en esta posición él no se asusta, no toma la escopeta para defenderse, sino que confía al arado y al azadón en sus manos. Estas son el arma en las manos del razonable. La cuestión no es torturarte a ti mismo. La tortura no es una ciencia. Pensar recto y trabajar, esto es lo grande hacia lo cual el hombre debe aspirar. En el orden de la vida y de la Naturaleza, en el cual estáis y vosotros, se impone pensar y trabajar. En el orden del hospital hay tres oficios: el oficio de enfermera misericordiosa, el de médico y el de paciente. Si eres una enfermera misericordiosa, el timbre te va a gobernar. Apenas te has acostado para descansar, el timbre suena, el enfermo quiere algo, no te deja en paz. Tú no eres amo de tu tiempo, sino un siervo. Y el doctor no está libre. Y el enfermo no está libre. Tal es el orden del hospital. Estos oficios se distinguen uno de otro. ¿Cuál es la base del hospital? – Los enfermos. Los médicos y las enfermeras misericordiosas existen por causa de los enfermos. Si no hubiera enfermos, no hubiera ni médicos, ni enfermeras misericordiosas. ¿Qué lugar ocupará la misericordia en el orden de la gente sana?
Razonabilidad se requiere de todos. Algunos quieren reconciliar los dos órdenes. Esto es imposible. Debéis salir de uno de los órdenes y entrar en el otro – ningún reconcilio. Como sano, tú no puedes tener las comodidades del enfermo – tendrás las desgracias del sano. Si estás sano mucho trabajo te espera, pero miles de veces vas a preferir estar sano que estar enfermo. ¿Sabéis el cuento del cerdo? Éste vivió en un cuchitril donde le alimentaban cinco veces al día. En un momento él oyó que la gente conversaba de comodidades, de adornos que los hacían más bellos. Se puso a llorar el cerdo para que y él tenga un collar. Rogaba a este, a aquel, para ponerle un collar, hasta que por fin un niño le comprendió – le puso en el cuello un collar bello. Cuando salió del cuchitril con el collar en el cuello, más no regresó. No se sabe qué era mejor para él: estar sin collar, o con collar. Y vosotros queréis ser ricos – esto es un collar. Queréis ser fuertes – esto también es un collar. No os auto-engañéis. Aun con su nacimiento el hombre lleva dentro de sí la fuerza. El huevo lleva la fuerza del polluelo dentro de sí. El polluelo lleva la fuerza de la gallina. No saquéis las cosas fuera de vosotros. La fuerza interna corresponde a la externa, y lo contrario: la externa – a la interna. Si piensas que fuera de ti puedes ser fuerte, tú solo te vas a causar infelicidad. Dices, por ejemplo: “¡Que fuera bello!” – Tú eres bello, pero tu belleza no se ha manifestado hacia afuera. Si quieres ser bello solo externamente, en la desdicha más pequeña tú te afearas. Que estés bello, esto depende de ti. Si comprendes las leyes de la belleza, puedes llegar a ser bello. Para esto se necesitan esfuerzos gigantescos.
Una americana comenzó a leer la Biblia aun a su edad de 16 años. Ella vivió más de 100 años y hasta este tiempo leyó 90 veces la Biblia. Siempre sacaba notas. Ella tanto se penetró en la lectura, que recibió las cualidades de todos los profetas dentro de sí. ¿Si y vosotros estudiáis la Naturaleza sin recibir sus potentes fuerzas dentro de vosotros, qué habéis aprendido? Por lo menos una vez al año debéis leer el libro de la Naturaleza. El inicio de este libro es el Amor, la mitad es la Sabiduría, y el final – la Verdad. No voy a deciros cuántos millones de hojas tiene este libro, pero podéis leerlo en un año. Vosotros frecuentemente hacéis pruebas sin tener resultados. Haced una prueba y con la lectura de este libro. Muchas de vuestras pruebas se parecen a la prueba que hizo una abuela vieja. Ella tenía delante de su casita una colina que le molestaba para que el Sol entrara en su habitación. La abuela constantemente oraba a Dios para que quitara la colina, que se abra espacio delante de ella, que vea lejos. Una noche de nuevo oró para que se quitara la colina delante de su ventana, y se acostó con esta oración. Cuando se levantó del sueño y vio que la colina está en su sitio, ella dijo a sí misma: “Como pensaba, así ocurrió”. En conclusión la abuela dijo a sí misma: “Por mucho que ores, tu vida será así como Dios la hizo. Por mucho que ores, Dios no te oirá”.
Otra abuela también tenía tal colina delante de su casa. Ella llamó a un muchacho sano, fuerte y le dijo: “Vas a construir una casa sobre la colina”. El muchacho cumplió su deseo. Le decían: “Soplará el viento aquí”. – “No pasa nada”. Ella prefirió que el viento soplara, en vez de que la colina le cubriera el Sol. ¿Cuál de las dos abuelas es más razonable? – La segunda. La colina no puede quitarse, pero podéis hacerse una casa sobre la colina. Cuando Cristo dice que con fe podemos mover y la montaña, Él se refería al hombre. La montaña, esto somos nosotros. La montaña más grande que se ha puesto en nuestro camino y obstaculiza la luz para que nos ilumine, esto somos nosotros. Esta montaña debe moverse. Con fe la montaña puede levantarse al aire, o puede y sumergirse en el mar. Esta montaña, esto eres tú mismo. Lo que digas puede ocurrir. Ella te escuchará. Y hasta ahora todavía los religiosos piensan de qué manera pueden mover la montaña, o sea, a sí mismos. Piensas de una manera, de otra manera, hasta que por fin llegas a la conclusión que como están hechas las cosas, no puedes cambiarlas. – ¿Por qué? – Porque no has llegado a aquella manera Divina, la que cambia todo. Diez personas jalan una cuerda en la cual está colgada una gran carga, y no pueden jalarla. Pasa un hombre simple y les mira cómo jalan la cuerda. Él les pregunta: “¿Tenéis un poco de aceite?” – “Tenemos”. Él toma un trapito, lo sumerja en el aceite y con este unge la cuerda. Cogen la cuerda ungida y jalan la carga hacia arriba. El aceite facilita el trabajo.
Digo: Cuando aplicáis la ley de la fe, todo podéis hacer – y montañas moveréis. Por ejemplo, cuando alguien os ama, de un gesto vuestro él comprende lo que queréis, y está listo de cumplir vuestro deseo. Si no os ama, con horas podéis rogarle por algo, que lloréis y que contéis vuestras necesidades, pero nada está en vigor de obligarle a ayudaros. Todo ocurre fácil, si comprendéis las Leyes de la Naturaleza – del Amor, como una gran Ley de la Naturaleza, de la Sabiduría y de la Verdad, también grandes Leyes de la Naturaleza. – “¿Cómo encontraremos el Amor?” – El Amor está en vosotros. La Sabiduría y la Verdad también están en vosotros. Vosotros no conseguís éxitos, porque buscáis algo más difícil que estas Leyes. Según yo, en este aspecto, vosotros sois geniales. Yo me asombro cómo reconocéis a la gente del Amor, incluso por fuera. Si me preguntáis, yo no conozco la gente del Amor solo por fuera. Si os doy una botella con jarabe, envuelta en papel, aún por fuera conocéis que en esta hay jarabe. Aun con tocarla vosotros reconocéis que hay jarabe. Solo con tocar yo no lo reconozco. Vosotros buscáis el jarabe por fuera, y yo – por dentro. Yo debo probarlo. Si lo reconozco y por fuera, esto es porque yo lo puse en la botella. Por lo tanto, cuando alguien dice acerca de mí que conozco las cosas, esto es porque yo llené la botella, sé lo que hay en esta. Tú preguntas qué hay en la botella. Jarabe hay dentro. Dios, el que ha hecho el mundo, sabe todo, porque Él ha puesto cada cosa en su lugar. El hombre, el que no ha hecho el mundo, no sabe nada. He aquí por qué, para saber algo, debemos hacerlo.
Decís: “Debe de haber alguien para amarnos”. – Esta es una premisa. Dos inválidos, con piernas cortadas, están sentados y conversan. El uno dice al otro: “Tráeme un vaso de agua”. – “No estoy dispuesto. Tráeme tú un vaso de agua”. – “Y yo no estoy dispuesto”. Digo: Y si tienen disposición, ellos no pueden levantarse de sus sitios. El inválido, con piernas rotas, no puede decir que se levantará de su sitio para traer algo. Sin embargo, cuando el hombre tiene piernas sanas, cuando su mente puede pensar, su corazón sentir, él puede hacer lo que desea. Se quejan de los sufrimientos. Estos son un bien, estos son un desvío magnético de la aguja. – ¿Por qué ocurre este desvío? – Para que se forme un pequeño intervalo. Cada sufrimiento es tal intervalo. Y el barómetro hace desvíos de elevación y bajada. Hay diferencias en el barómetro: nunca las elevaciones y las bajadas son unas y mismas. En el tiempo ocurren cambios constantes. ¿Qué hay de esto que el barómetro o bien baja, o bien se eleva? La subida y la bajada del barómetro dependen de las influencias atmosféricas. Como no comprende las Leyes de la Naturaleza, el hombre cae en contradicciones: sale en un tiempo bueno de camino, pero la lluvia le sorprende. Tú debes salir de camino cuando el barómetro se eleva. Entonces puedes salir fuera y trabajar. Cuando ves que el barómetro baja, quédate en casa para trabajar.
Y así, los jóvenes no debéis vivir con el pensamiento de que vais a envejecer. Mientras vivís con este pensamiento, vosotros antes de tiempo envejecéis. El niño desea llegar a ser como su abuelo, como su padre, como su hermano. Cuando llega a ser como su abuelo, él dice: “No comprendí la vida. Pensaba que hay algo en el abuelo, pero cuando llegue a su sitio, comprendí que me he engañado”. Y yo he escuchado a viejos decir: “Hijo, que no envejezcas. Es malo que el hombre envejezca”. – ¿Puede que el hombre no envejezca? – Puede, pero con la condición de que del Amor, la Sabiduría y la Verdad siempre trabajan en su alma. Solo así puedes ser joven. Bajo “viejo” nosotros comprendemos que las cosas ocurran como nosotros queremos. Viejo, en un sentido estrecho de la palabra, comprendemos a un hombre pobre para quien las cosas no ocurren como él quiere. Rico, o sea, viejo, en un sentido amplio, es aquel para el que las cosas ocurren como él quiere. Si el pobre pregunta qué debe hacer, respondo: Hazte rico. – “¿Cómo se puede esto?” – Muy simple. No amas a alguien – eres pobre. Pregúntate el por qué no le amas. Cuando le ames, te enriquecerás. Así exactamente tú alargarás tu vida, te rejuvenecerás. El hombre puede y de una manera externa rejuvenecerse. Por ejemplo, si quemáis el cuerpo de la serpiente, de su polvo podéis hacer un medicamento que transmite estabilidad al cuerpo. No solo de una manera externa puedes rejuvenecerte y alargar tu vida, sino y por un camino interno. Sin embargo, debes comprender las Leyes. Puedes vivir en la Tierra con siglos, pero ella introducirá algo específico en ti. Tú debes aceptar la cualidad específica de la Tierra. Cuando recibes el polvo de la serpiente en ti, y de esta adquirirás una cualidad. Por eso Cristo dice: “Sed, pues, prudentes como las serpientes y sin malicia como las palomas” (Evangelio de Mateo 10:16 – n.d.t.).
Una cosa se requiere de vosotros: comprender la vida eterna larga. Ahí se engañó el primer hombre. La serpiente dijo a Eva: “Yo os voy a enseñar cómo vais a adquirir una vida larga, como Dios”. – ¿Cómo se logra esto? – Para que tengas las posibilidades de un cantante, tú debes tener todas las vibraciones del tono. ¿Quién de vosotros, en desdicha, no busca maneras de mejorar su situación? Cada uno busca el camino fácil. Y esto es posible. Es suficiente tocaros con mis dos dedos por la garganta y después de esto vosotros ya podéis alcanzar cuatro octavas. ¿En esta posición, podéis ser pobres? ¿Qué diréis si vuestra vos se oye a dos kilómetros? ¡Tal voz es un milagro! El que os escucha, dirá: “¡No hemos oído tal voz!” Dices: “¡Que yo tenga esta voz!” Decidme, ¿si tenéis tal voz, cómo la utilizaríais? ¿Si tienes tal voz, puedes decir que estás indispuesto y no puedes cantar? Cantarás todo el tiempo, cuando te llamen. Y del sueño que te despierten, que estés listo de cantar.
Os voy a dar una regla. El secreto de la vida está en esto, que siempre tengáis disposición. En la disposición está el germen de la vida, o sea, el germen del huevo. ¿Cómo empollaréis este huevo? Si no podéis empollarlo solos, ponedlo bajo la clueca. Esperaréis 21 días y el polluelo saldrá. Aprended de la clueca. – “¿Qué tenemos que aprender?” – Alimentar en vosotros cada pensamiento bueno y cada deseo bueno. No os ocupéis con cosas grandes, sino alimentad cada pensamiento y deseo bueno, por muy pequeños que sean. Este es el camino hacia el progreso. Toda nuestra vida está tejida por los hilos finos de la clueca y el polluelo. ¿Cómo tejeréis la vida perfecta hacia la cual aspiráis? – Introduciendo, cada uno de vosotros, algo nuevo en la vida común. Lo que cada uno ha introducido en la vida común, esto recibirá. Esto significa, que sea el hombre coparticipe en la obra de la Naturaleza Razonable, en la obra de Dios.
No silencien la voz de vuestras aspiraciones buenas. Estad siempre y de todo contentos. – “¿Es posible esto?” – Para el razonable todo es posible.
SOLO EL CAMINO LUMINOSO DE LA SABIDURÍA GUÍA HACIA LA VERDAD. EN LA VERDAD ESTÁ ESCONDIDA LA VIDA.
Muchas gracias por estas enseñansaz