El Factor Egoico por Willy Chaparro
EL EGO: (Del lat. ego, alma, yo) Es un nombre genérico de una Impronta Estelar, la cual “descendió” a la manifestación en el momento de la individualización y se alojó en la mente reactiva como un potro sin domar para cabalgar en nuestro Ser Interno, de ese modo, empezó a recrearse con las benevolencias de nuestras acciones y reacciones diarias. El Ego es invisible en nuestra vida y se comporta como una dualidad, ?el Corazón y el Alma en nuestro ser interior ?, dos entidades diferentes que acompañan a la personalidad con el propósito definido de integrarse a la entidad Suprafisica denominada espíritu, la cual acompaña al alma y a la personalidad, es decir cuando el ego ha sido integrado.
El Factor Egoíco dirigido por la menta y el Alma, y constituyen una idea, una ilusión humana. Para el Esoterismo es el Alma, la chispa divina que alienta en el hombre y que reencarna en otro ser humano después de la muerte. Para la escuela freudiana tiene una definición académica: El Ego es «el aspecto consciente de la psique que decide entre los instintos básicos del ello y la moralidad del super yo». Es la instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del Super Yo y la realidad del mundo exterior. Para otras escuelas tiene otros significados: «Mara», según los budistas; «Amalec», según cabalistas judíos; el «Guardián», según los alquimistas; el «Supai», según los los inkas; el «Parásito», según los toltecas, y otros terapeutas metafísicos lo llaman «ego negativo» o «ego positivo». También es definido como la mente inferior concreta, el yo inferior, la cual constituye la actividad mental reactiva controlada por el aspecto inferior de la personalidad.
El Ego personalizado
Cada uno de nosotros posee su propio ego compuesto por múltiples Yoes o Defectos Psicológicos, el cual se puede definir en forma siguiente: El Alma, Espíritu o Ser nace en un cuerpo físico denso, donde el Ego penetra en la forma como una entidad separada. Una dualidad que se comporta como un “bacalao” que hay que llevar a cuestas. Es creado como un principio inteligente, como una entidad aparte del Cuerpo Mental y dotado con la imperfección para que a través del aprendizaje pueda evolucionar en la forma carnal su conciencia, pensamientos y sentimientos, pero la oscuridad creó las condiciones para que se desvíe de su propósito verdaderos expresándose por medio del egoísmo. El Ego es el que canaliza los engramas para la mente reactiva, es el que se “arrecha”, no es la personalidad, pero lo cierto es que el Ego no tiene la culpa de los errores humanos, porque no toma decisiones conscientes para crear karmas y hacer añicos los sueños materiales.
No es fácil vivir despersonalizado sin que el ego intervenga, cada ser humano posee su ego propio que arrastra a la personalidad en forma insconciente. Maneja sus actos, pero es la personalidad la que crea las condiciones para que el principio mental reactivo, de por resultado el Factor Egoíco, el instrumento que cumple los roles necesarios en la Esencia de la Evolución. Algunos son instrumentos que vienen en misión y en el plano físico decide en donde encarnar?. Otros elijen qué dolencias tener, qué vivencias vivir, y qué padecimientos sufrir durante su peregrinaje por el ciclo de vida, así de ese modo, pueden elevarse espiritualmente e integrarse a su Alma, Espíritu o Ser para evolucionar.
Las trampas del Ego
Existe un exceso de autoestima en las personas, es una línea muy fina entre el amor a sí mismo. Algunas personalidades reaccionan de manera impulsiva, otros son susceptibles en forma particular al protagonismo. Las trampas de Ego son encubiertas en los círculos que rodean a las personas, su intervención en la vida física es demasiado evidente. Ninguna persona está exenta de su manipulación, ya que sólo emana discordia y predica falsedad, la cual avanza hasta cierto nivel hasta lograr que la persona lo siga y hasta lo polariza. El Ego no dan cabida para reflexionar y es bueno para la depresión porque la incrementa, la intensifica, la vuelve crónica y hace ver falsas realidades, siempre tiene una función manipuladora y se esfuerza en abrir cicatrices para que surjan las heridas, por eso se deben evitar las trampas del Ego o la persona se verá humillados por la Ley de Causa y Efecto. La paradoja es, que el Ego es una necesidad de protagonismo y el Alma es un impedimento para ello. Es el que hace dar “saltos repentinos” y retrasa el camino evolutivo. Durante el peregrinaje por los “ciclos de vida” el Ego debe integrarse al Alma, Espiritu o Ser para que pueda evolucionar. Se hace consciente de que es parte del Espiritu Divino y se vuelve hacia su fuente para que lo ayude a superar sus debilidades.
El Ego y sus mecanismos
Los seres Suprafísicos denominados espíritu, encarnan en los seres humanos para cumplir actividades en la vida física denominados roles. La mayoría de los seres tienen determinadas dosis de Ego manipulador, algunos un 90 %, otros un 5 %, pero lo tienen, ningún ser encarnado esté exento de la manipulación.
El Ego siempre va a estar acechando, aunque sea sacando la nariz a la superficie un poco “fuera” de mente reactiva, aun estando la mente analítica funcionando a pleno. Una de esas cualidades manipuladoras, es la ilusión de pertenencia, el afán de protagonizar, es decir la idea de uno mismo, el rol que debe desempeñar en cada una de las vidas cuando interpreta el rol provisorio, y cuando ejerce el rol manipulador, enceguece y hace que la persona sea lo que no aparenta ser.
Nadie ha visto un Ego, pero se conceptúa que es un pensamiento abstracto compuesto por múltiples roles y en cada uno desempeñan la parte que le corresponde. De ese modo aparece el actor para aprender su parte, hace su debut y se prepara para la plena expresión de su realización. Los roles de Ego son como actores que están presos de la ilusión de los sentidos y dotados de mentalidad. Es un actor que primero obstaculiza y aprisiona para finalmente desatarse y liberarse de lo acumulado a lo largo de los ciclos, como resultado de la experiencia personal, tanto del pasado como en el presente.
El Ego es una dualidad en nuestro interior, ?como otra auténtica persona que piensa, siente y actúa, es decir, tienen sus propios objetivos, y es capaz de crear las condiciones adecuadas para que su objetivo se cumpla?, lo cual logra con paciencia y voluntad, pues sin esa cualidad, el Ego se comporta como un niño “malcriado”. El Ego es desinterés y tiene un falso sentido de identidad, generalmente necesita la aprobación de los demás, de la opinión del otro, pero cuando está en la modalidad de instinto y supervivencia, entonces busca comodidad y seguridad.
Lo roles de Ego
Existen determinadas formas o roles de protagonizar, pero no todos tienen efectos positivos sobre el colectivo humano. Cada uno crea sus propios estados de ánimo y según el temperamento, se pueden clasificar en cuatro estados sicológicos: Melancólico, colérico, linfático y sanguíneo, los cuatro tipos están relacionaban con los cuatro elementos de la naturaleza. También se conocen efectos otros tres estados sicológicos: Nervioso, bilioso y flamélico, y en cada uno de los estados sicológicos actúa el rol-personalidad, no el Ego, porque en teoría, el rol personalizado sobrepasa la actuación del Ego. De allí que algunas veces el rol egoíco se sienta infeliz y decepcionado. También existen los automatismos, los cuales son mecanismos de limitación, engramas, personalidad, inteligencia deductiva, etc. ?-algunos de los cuales se activan con los roles?. A continuación los roles de Ego más destacados:
El rol manipulador:
Del lat. manip?lus, manojo, unidad militar, y en b. lat. el ornamento sagrado.
En el ego que se vale de medios hábiles para utilizar a otras personas y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia. Es un ego que no está al servicio de intereses particulares, pero si interviene para manejar los negocios de otro a su modo, o mezclarse con los ajenos. El ego maneja la mentalidad de otras personas. Los vicios del Ego manipulador son siete y están directamente vinculados a la persona que tratan de controlar y a los que le rodean:
1. Castigar – 2. Quejarse – 3. Culpar – 4. Amenazar – 5. Perseguir – 6. Criticar – 7. Sobornar
El rol de víctima:
Algunas veces el ego tiene dominio sobre el Factor Reactivo Impulsivo y Depresivo manipulando dicho estado, asume el rol de victima de las circunstancias, pero no llega a darse cuenta del efecto negativo en el entorno familiar. La mente sólo le permite “ver” los fracasos y se encierran en si mismo cumpliendo su rol.
Algunos roles se sienten cómodos en su rol y en lugar de confrontar para estar mejor, se encierran en un “limbo egoíco. Son roles inconscientes que hacen a la persona sentirse segura, pero quizás no lo hace hacia otros, pero sí lo hace consigo mismo. Son buenísimos para eso, les encanta gozar del pesar y del dolor como diciendo: «Ay mi pierna», «ay mi espalda», «ay mis achaques». También tienen otros vicios de roles como: «No estoy bien del todo», «la suerte no está a mi favor», “hoy no estoy de humor para chistes”, etc., etc.
El rol inquisidor, ra. (Del lat. inquis?tor, -?ris) Persona que inquiere, conoce las causas y hace la indagación de algo para comprobar la realidad y las circunstancias. Es un bien grupal, pero cuando la persona está envuelta en la ofuscación y dudas egoicas, entonces permite la entrada de fuerzas negativas, pero de todos modos el rol de inquisidor ayuda a la personalidad, es bueno para ser servir y a adquirir el conocimiento.
El rol de Cínico, ca. (Del lat. cynismus, y este del gr. ????????). Un rol que se demuestra con una “sonrisita fingida”. Es un desvergonzado en el mentir y en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables. El rol cínico siempre tiene a su disposición la impudencia, la obscenidad descarada y la afectación de los desaseos y groserías.
El rol Cretino, na. (Del fr. crétin). Es un rol que hace que la personalidad tenga un comportamiento caracterizado por un peculiar retraso de la inteligencia, acompañado, por lo común, por alguno otro defecto del desarrollo orgánico. Ej: La estupidez, idiotez, la necedad, la falta de talento, etc. Generalmente el rol de necio se convierte en parte de la expresión del Ego Cretino.
El rol de crítico. La critica hace ver más falsas realidades que cualquier otro rol, y ninguna persona esta está exento de ello. Es un rol que tiene con frecuencia la tendencia a criticar y hablar y también un excesivo agrado por criticar a los íntimos contactos, a otras personalidades y a sus tareas. Un ser egoico que critica no ama, debe aprender a amar. Cuando no se piensa en la crítica, entonces el rol ama y se convierte automáticamente en parte de la expresión de la vida diaria. Cuando se deja de criticar a otros, entonces es un rol inofensivo y la vida se abre con nuevos ritmos de servicio y utilidad. Las palabras y perspectiva deben ser sencillas, sin la tendencia a criticar y a juzgar.
El rol Suspicaz: (Del lat. susp?cax, -?cis). –Propenso a concebir sospechas o a tener desconfianza–. Este es el rol más ponzoñoso y generalmente el más falso, y aunque tenga fundamento es capaz de envenenar las mismas raíces del ser. La persona suspicaz siempre miente, pero miente con tan aparente veracidad que parece correcto y razonable. El rol suspicaz es buenísimo para juzgar, es experto en definir, etiquetar y clasificar en función de su percepción. También es buenísimo para la subjetividad, para la parcialidad, siempre miente, pero miente con tan aparente veracidad, lo cual parece correcto y razonable. Distorsiona las actitudes de la vida y pone en actividad, como un poderoso sirviente la imaginación creadora para confundir.
El Rol envidioso, sa. (Del lat. invid?a). Tristeza o pesar del bien ajeno, emulación, o deseo de algo que no se posee. Para la doctrina católica, la envidia es uno de los siete pecados capitales. Unamuno dice en sus escritos: «mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual»». Entre los romanos la palabra envidia significaba sentimientos tales como ‘antipatía’, ‘odio’, ‘mala voluntad’, ‘impopularidad’, ‘celos’, ‘rivalidad’. Por ejemplo, invidia Numantini foederis significaba ‘impopularidad del tratado con Numancia’.
El Rol de rebeldia: (Del lat. rebellis). La rebeldía es una acción propia del ego rebelde que impide el ascenso. También dicho de la persona que por no comparecer en un juicio, después de llamado y tiene incumplida la orden o intimación del juez, es declarado por este en rebeldía. También rebeldía cuando no acude en un estado procesal al llamamiento que formalmente le hace un juez o deja incumplidas las notificaciones de este.
El Rol del Perdón…¿Será el Perdón un rol distinto de Ego …?
La acción de perdonar, es decir, de remitir una deuda, una ofensa, falta, delito u otra cosa a un ser perjudicado por no ser perdonado. La mayoría del colectivo humano ignora que el perdonar no nace del corazón, el júbilo de perdonar nace del Ego. Lo lógico de la personalidad sería decir: “Mi Ego pide perdón por los males que he causado”. Cuando se perdona una deuda, ofensa, falta, etc., lo hace el Ego, es el que perdona, porque al perdonar deja ir los efectos de la energía malversadas que afecta la vida de su rol-personalidad.
El perdón es un regalo de Dios y el Ego ha sido puesto en su custodia para que cumpla libremente la función de perdonar, el rol-personalidad no es la que perdona. Ningún ser humano tiene el poder para ofender a otro y después perdonarlo, a menos que el mismo Ego le haya otorgado ese poder, –Otra cosa es por una pena merecida por una ofensa o alguna deuda u obligación karmica, lo cual derivaría en la ley del Karma–. El perdón no debe recaer sobre la persona que supuestamente ha sido ofendida, sino sobre el mismo rol-personalidad que ofende. De allí que cuando el rol-personalidad perdona una ofensa, lo único que está haciendo, es desligarse de su responsabilidad.
Los roles de Capricho y Enojo y Antagonismo:
Los tres términos son raíz de Ego. El colectivo humano confunden los tres y son conceptos distintos.
El Capricho:
Forma parte del ego, cual el rol-personalidad se encierra en si mismo y no permite que nada cambie. Puede decir: «No me toques eso, déjalo como está». No permite que otro modifique lo que ha hecho, lo cual puede ser un capricho, que hasta puede ser infantil.
El enojo:
También forma parte del Ego: Hay distintos tipos de enojo. Está el enojo a la vista y está el enojo sutil. Cuando la persona que está enojada no permite que otra modifique su concepto original, que nadie modifique el contenido de su idea. Esta enojado y puede decir al otro: «Deja mi idea como está».
El antagonismo: La mayoría del colectivo humano confunde ambos términos, antagonismo y enojo.
El antagonismo no tiene nada que ver con el enojo, pero cuando se increpa a otra persona, también es rol de Ego. Es antagonismo cuando el rol-personalidad se vuelca hacia otro negativamente, es decir, enfrentándolo. El rol-personalidad no se aísla como en caso del enojo, pero se confunde ambas términos. No se puede tomar el antagonismo como enojo, la descarga de la ira es antagonismo, no enojo.
El Rol de Ego Indirecto:
Este es un rol originado por Jorge Orguin, es un rol de ego hace que la persona supere la circunsferencia de 360°. Siempre se dice que el egocéntrico no ve más allá de sí mismo y para ese ego, todo gira a su alrededor. En el rol de ego indirecto, la persona hasta pierde la visión de sí misma… y se deja estar.
Más roles de ego:
El Ego es que impulsa a querer ser «el mejor», «el más rico», «el más poderoso «, «el más listo», «el más agradable», «el más bonito físicamente», «el más popular”. Etc. Eso de sentirse tonto es un problema de naturaleza egoica, si la persona se siente de determinada manera, es su ego el que lo hace sentirse así.
El ego no deja ver más allá…!!!…¡¡¡Da lástima la persona, cuando su ego es el que domina…!!!
Existen otros roles, algunos se pueden definir como: Rol “Bombillo Quemado”, rol “pasar por debajo de la mesa”, rol “estar detrás de bastidores”, rol de “moyejúo”, rol “pintarse de colores”, rol “radio apagado”, el rol “arrastra masas”, rol “babieca”, etc., y otras cosas así, es la manera de protagonizar.
El Ego es un Dios que camina en el Planeta velado por la forma carnal, con la naturaleza de deseo y la mente fluídica. Es una Presencia que siempre trata de atraer y juntar al alma y la personalidad y elevar a ambas a la manifestación más alta posible en cada ciclo de vida. El Ego consciente de que es parte del Espiritu Divino y se vuelve hacia su fuente para que lo ayude a superar sus debilidades.
Durante el peregrinaje por los “ciclos de la vida” debe integrarse para que a través del aprendizaje pueda evolucionar, que después cuando está encarnado olvide lo que vino a hacer y no lo haga, es otro concepto. También existen las entidades espirituales no quieren ser rescatadas, bien porque aún no es el tiempo o bien porque interpretan que ese no es el camino y eligen otro, o porque el ego también ciega, sería una necedad de los seres humanos insistir.
Se trasciende en la evolución cuando la personalidad deja de tener Ego y le da un “puntapié por el trasero” para que no acompañe al espíritu encarnado. Al fin y al cabo al Ego no le importa, se va con el Alma cuando la persona muere y vuelve con ella cuando vuelve a encarnar.
Escrito por Willy Chaparro